La presi¨®n policial disuade la marcha por el cambio en Cuba
Los principales l¨ªderes del 15-N amanecieron este lunes con sus casas bajo vigilancia policial y la prohibici¨®n expresa de salir a la calle
Cuba vivi¨® este lunes una jornada de protestas muy diferente de la que idearon sus organizadores. Los principales l¨ªderes de la marcha por el cambio amanecieron el lunes con sus casas bajo vigilancia policial y la prohibici¨®n expresa de salir a la calle, como sucedi¨® la v¨ªspera con el principal l¨ªder de la protesta, Yunior Garc¨ªa, que segu¨ªa este 15 de noviembre en la misma situaci¨®n. Fuentes de la oposici¨®n informaron de que varios disidentes hist¨®ricos fueron detenidos cuando sal¨ªan de sus casas para manifestarse. En las calles de La Habana, sobre todo en los barrios y espacios p¨²blicos m¨¢s calientes y se?alados desde las manifestaciones del 11 de julio, incluido el malec¨®n, el paseo del Prado y el Capitolio, la presencia policial era notable, tanto de uniforme como de civil, y la sensaci¨®n era que cualquier incidente que pudiera ocurrir durar¨ªa poco. Durante el d¨ªa, muy pocas camisas blancas en se?al de identificaci¨®n con la causa se vieron en la calle, a pesar de lo que hab¨ªan pedido los organizadores.
El Gobierno se centr¨® en afianzar la imagen de normalidad absoluta organizando diversos actos para celebrar el reinicio del curso escolar, la reapertura de fronteras al turismo internacional despu¨¦s de a?o y medio de pandemia, y por los festejos de los 502 a?os de la fundaci¨®n de La Habana este 16 de noviembre. El presidente cubano, Miguel D¨ªaz-Canel, asisti¨® por la ma?ana al acto central por el reinicio de las clases, respaldando la idea de una jornada festiva y pac¨ªfica. ¡°As¨ª amanece Cuba el 15 de noviembre, con m¨¢s de 700.000 pioneros en las aulas, recibiendo amigos, familiares y turistas, reactivando el quehacer productivo, disminuyendo los casos de covid¡±, escribi¨® en su cuenta de Twitter.
La liturgia escogida para la protesta hac¨ªa dif¨ªcil medir el apoyo real a la convocatoria opositora, difundida ampliamente por las redes sociales y en el extranjero. Para evitar violencia o actos de represi¨®n contra los manifestantes, la plataforma opositora Archipi¨¦lago cambi¨® s¨²bitamente de estrategia la semana pasada al desactivar las marchas por recorridos espec¨ªficos. Se ha pedido a la gente que salga simplemente a las calles con ropa blanca y se encaminen a espacios p¨²blicos, depositando ofrendas florales ante estatuas o monumentos de pr¨®ceres a la patria. Tambi¨¦n se propuso aplaudir a las tres de la tarde y caceroladas el domingo y el lunes a las ocho de la noche, pero de momento, de esto muy poco, o nada.
¡°No s¨¦ qu¨¦ va a pasar. Yo no dudo de que por la represi¨®n que hemos visto estos d¨ªas, o por miedo, la gente se quede en casa. Pero si no salen hoy, saldr¨¢n otro d¨ªa. Esto es el comienzo de otra cosa¡±, dijo Jos¨¦ Carlos Melo Gonz¨¢lez, de 26 a?os, trabajador por cuenta propia que firm¨® una carta de apoyo a la manifestaci¨®n y expres¨® p¨²blicamente su decisi¨®n de marchar. Despu¨¦s de varias detenciones de horas la semana pasada y de presiones para que desistiera de su intenci¨®n, tanto sobre ¨¦l como sobre su familia, el domingo su apartamento en el barrio habanero del Vedado amaneci¨® vigilado por agentes de seguridad. ¡°Baj¨¦ a tirar la basura y me dijeron que no pod¨ªa salir y que no sab¨ªan hasta cuando se mantendr¨ªa la medida¡±.
En la misma situaci¨®n estaban los principales promotores de la protesta en La Habana y del resto del pa¨ªs, y tambi¨¦n Yunior Garc¨ªa ¡ªa quien ahora se le permite recibir visitas, pero no salir de casa¡ª y otras personas que, sin ser l¨ªderes, hab¨ªan manifestado abiertamente su deseo de participar. ¡°Le tienen miedo a un pueblo con flores que quiere salir a manifestarse¡ Pero cada vez la gente se da m¨¢s cuenta de lo que pasa y empieza a despertar¡±, afirma Melo, y se pone de ejemplo. De tener algunas inquietudes pol¨ªticas, ha pasado a ser un activista comprometido despu¨¦s de las protestas de artistas el 27-N y de los sucesos del 11-J. ¡°Ahora, en mi entorno, despu¨¦s de ver que me llevan preso y me amenazan solo por decir lo que pienso, sin ser yo ning¨²n criminal, la gente se radicaliza m¨¢s¡±. Opina Melo que lo que suceda el 15-N es lo de menos. ¡°Esto es simplemente otro paso, como lo fue el 27-N o el 11-J. Vendr¨¢n otras fechas, y la gente seguir¨¢ ganando conciencia¡ El cambio en Cuba no tiene marcha atr¨¢s¡±.
A menos de dos kil¨®metros de su casa, en el popular barrio de Centro Habana, un buscavidas que se llama Michel hac¨ªa una hora despu¨¦s su propio diagn¨®stico frente a una cola de espanto: ¡°Pensar que esto iba a ser iba a ser otro 11-J es de comemierdas. Aquello les sorprendi¨®, ahora han tenido un mes para preparar la respuesta. Por miedo, o porque bastante tiene ya uno con las colas, o porque ¡ªaunque algunos crean que no¡ª todav¨ªa hay mucha gente que apoya, aqu¨ª no se mueve un alpiste. En este barrio, que es candela, no se ha escuchado una cacerola¡±.
Salvo incidentes aislados o actos de violencia de ¨²ltima hora, el m¨²sculo de control pol¨ªtico exhibido este 15-N por las autoridades es grande. Hasta la noche del lunes, no se conoc¨ªan im¨¢genes de calles llenas de manifestantes ni de violencia policial desatada como en los sucesos del pasado julio. Bien por el f¨¦rreo cerco policial sobre los principales promotores de la protesta, bien por la intensa campa?a oficial de descr¨¦dito de la marcha y las acusaciones a EE UU de estar detr¨¢s de su organizaci¨®n, el lunes fue una ¡°una jornada festiva¡± con el retorno del turismo internacional y de los ni?os a las escuelas, seg¨²n declar¨® en Facebook el canciller cubano, Bruno Rodr¨ªguez. La protesta convocada por la oposici¨®n fue una ¡°operaci¨®n fallida que se ha intentado articular¡± desde Estados Unidos y ¡°ha sido un rotundo fracaso¡±, dijo Rodr¨ªguez en una inusual transmisi¨®n en Facebook.
Intelectuales y acad¨¦micos cubanos se?alan que har¨ªan mal las autoridades si presentaran este 15-N como una victoria. ¡°El Gobierno cubano ya no puede evadir la obligaci¨®n de lidiar p¨²blicamente con la disidencia pol¨ªtica. No es algo que le sea posible. Con lo que est¨¢ haciendo quiz¨¢s logre contener el 15-N, pero lo que s¨ª no va a contener es el 11-J, que se va a seguir expresando de mil modos hasta que vuelva a ser coro inevitablemente y con los costos alt¨ªsimos que eso tiene para la naci¨®n¡±, expres¨® d¨ªas antes de la marcha la psic¨®loga Ailynn Torres. En la misma l¨ªnea, la historiadora Alaina B¨¢rbara, coordinadora del portal La Joven Cuba, expres¨® que el Gobierno no deber¨ªa presumir de ¡°mayor consenso del que de verdad posee¡± sin hacer una lectura del contexto real y entender que el descontento es grande y el pa¨ªs ha de abrir espacios democr¨¢ticos de participaci¨®n, pues en lo adelante ¡°el inmovilismo ya no ser¨¢ una opci¨®n aceptable para la ciudadan¨ªa¡±.
El factor Estados Unidos
Para el Gobierno cubano, las más recientes declaraciones de respaldo a la marcha por el cambio de altos funcionarios de la administración Biden, incluido el secretario de Estado, Antony Blinken, son la confirmación de sus acusaciones de que Washington pretende desestabilizar el país alentando “este tipo de maniobras subversivas”. Blinken felicitó la semana pasada al pueblo cubano por su “voluntad de salir a alzar la voz” en las calles, y pidió al Gobierno de La Habana “escuchar al pueblo cubano durante las manifestaciones del 15N y demostrar respeto por los derechos humanos”. Lo hizo días después de pedir a la Organización de los Estados Americanos que se pronuncien sobre las “acciones abusivas del régimen cubano contra su pueblo”, y luego de que su asesor de Seguridad Nacional, Juan González, advirtiera a Cuba que si había actos de represión EE UU podría responder con sanciones. El lunes se conoció que la activista opositora Rosa María Payá había pedido viajar a Cuba junto a dos eurodiputados europeos y el presentador de Miami Álex Otaola para participar en la marcha y “visitar a los presos políticos en las cárceles y los hospitales”. Desde medios oficiales, respondieron. “Y también les vamos a preparar un recorrido a Varadero”. Fuentes cercanas a los organizadores de la marcha, que siempre han negado cualquier tipo de vínculo con Washington, señalaron que, tanto la actitud de EE UU como la de los promotores de este tipo de iniciativas, en vez de ayudar parece servir a los intereses de la seguridad del Estado.
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