?Importan las elecciones regionales en Venezuela?
El objetivo central de este proceso es construir un camino electoral e institucional que permita la restauraci¨®n democr¨¢tica en el pa¨ªs
Rara vez un pa¨ªs que elige gobernadores y alcaldes amerita que el mundo preste atenci¨®n. Sin embargo, las elecciones regionales y locales en Venezuela, a realizarse este pr¨®ximo domingo, parecieran ser una excepci¨®n. Todo esto ocurre en un momento en que la comunidad internacional da pasos decididos para que tanto el r¨¦gimen de Maduro como la oposici¨®n retomen las negociaciones facilitadas por Noruega en Ciudad de M¨¦xico, conversaciones que en este momento ...
Rara vez un pa¨ªs que elige gobernadores y alcaldes amerita que el mundo preste atenci¨®n. Sin embargo, las elecciones regionales y locales en Venezuela, a realizarse este pr¨®ximo domingo, parecieran ser una excepci¨®n. Todo esto ocurre en un momento en que la comunidad internacional da pasos decididos para que tanto el r¨¦gimen de Maduro como la oposici¨®n retomen las negociaciones facilitadas por Noruega en Ciudad de M¨¦xico, conversaciones que en este momento est¨¢n interrumpidas temporalmente por parte del chavismo. El objetivo central de ese proceso de negociaci¨®n es tratar de construir un camino electoral e institucional que permita la restauraci¨®n del orden constitucional y democr¨¢tico en el pa¨ªs.
Es as¨ª como estos comicios son vistos por diversos actores internacionales, incluyendo la Uni¨®n Europea, que asiste con una amplia misi¨®n de observaci¨®n; y las Naciones Unidas, que participa con una comisi¨®n de expertos. Ambos perciben su participaci¨®n como un ¡°test¡± para verificar que Maduro est¨¢ en disposici¨®n real de permitir elecciones justas y libres, mientras se termine de negociar un cronograma definitivo para organizar elecciones presidenciales y legislativas leg¨ªtimas. Los Estados Unidos, a trav¨¦s del Centro Carter, tambi¨¦n est¨¢ enviando otra comisi¨®n de expertos, para validar la situaci¨®n real del sistema electoral venezolano.
Estas elecciones tambi¨¦n marcan un punto de inflexi¨®n para la oposici¨®n venezolana en la terrible crisis pol¨ªtica que enfrenta el pa¨ªs: vuelve al ruedo electoral despu¨¦s de varios a?os sin participar en ellas. Este retorno a la participaci¨®n, lo hace despu¨¦s del cada vez m¨¢s d¨¦bil interinato de Juan Guaid¨®, que busca extender su mandato por un cuarto a?o en enero de 2022 ¨Ca¨²n cuando a la Asamblea Nacional que ¨¦l preside se le venci¨® su periodo y haya sido reducida a una peque?a comisi¨®n delegada. Un interinato que hasta ahora ha fracasado en su capacidad para producir una transici¨®n democr¨¢tica en el pa¨ªs y que ha dejado a una otrora poderosa coalici¨®n opositora profundamente dividida y con una comunidad internacional cuyo apoyo se ha ido extinguiendo desde casi sesenta pa¨ªses que lo reconocieron a menos de una decena. A pesar de ello, los Estados Unidos apunta a la renovaci¨®n de ese reconocimiento y seguir¨¢ firme en el mantenimiento de las sanciones econ¨®micas y financieras a la empresa petrolera (PDVSA) y el Banco Central; mientras que los partidos pol¨ªticos venezolanos, que antes apoyaban incondicionalmente la extensi¨®n del interinato (aglomerados en una coalici¨®n parlamentaria denominada G4), permanecen fraccionados ante la conveniencia o no de seguir otorg¨¢ndole su apoyo aunque siguen aprobando mantener las fuertes restricciones internacionales sobre Venezuela.
Muchos temen, correctamente, que la presencia de la observaci¨®n de la Uni¨®n Europea permita legitimar el r¨¦gimen de Maduro aprovechando la debilidad de Guaid¨®; pero hasta ahora ninguno de los comicios organizados por el chavismo, tanto para renovar la presidencia en 2018 como la asamblea nacional en 2020, han cumplido con las condiciones necesarias para ser consideradas legitimas. Y por si fuera poco, desde hace unas semanas atr¨¢s, el r¨¦gimen ha pasado a ser objeto de una investigaci¨®n formal por parte de la Corte Penal Internacional de La Haya debido a su sistem¨¢tica violaci¨®n de derechos humanos. Todos estos eventos mantienen al chavismo aislado globalmente sin ning¨²n reconocimiento relevante m¨¢s all¨¢ de poderosos aliados como China, Cuba, Turqu¨ªa y Rusia, que han aprovechado la crisis venezolana para reducir la influencia de Estados Unidos en Am¨¦rica Latina. Una influencia que se ha vuelto a poner en duda con el avance del mismo modelo autoritario en Nicaragua y la vuelta al poder por las urnas del partido de Evo Morales en Bolivia. Todo ello en el contexto de un ciclo electoral latinoamericano, que despu¨¦s de la pandemia, y como resultado de la mayor recesi¨®n en d¨¦cadas que profundiz¨® la inequidad social en toda la regi¨®n, apunta a un fortalecimiento de la izquierda en Chile, Brasil y Colombia despu¨¦s de haber ganado elecciones presidenciales en M¨¦xico, Argentina y Per¨².
Maduro ha aprovechado este nuevo contexto regional, un tanto m¨¢s amigable a sus afinidades ideol¨®gicas -pero tampoco muy dispuesto a reconocerlo incondicionalmente-, para promover una apertura electoral limitada sin que haya todav¨ªa, por ejemplo, liberado a todos los presos pol¨ªticos. Una apertura marcada por una renovaci¨®n de las autoridades electorales que se dio a partir de unas negociaciones con diversos sectores de la oposici¨®n y de la sociedad civil venezolana. El nombramiento de los nuevos miembros del Consejo Nacional Electoral ha permitido la realizaci¨®n de diversas auditorias tanto del registro electoral como de los sistemas electr¨®nicos de votaci¨®n, que reputados directores del ente comicial, entre ellos, Roberto Pic¨®n, el mayor experto electoral de la coalici¨®n opositora, ha validado favorablemente.
Sin embargo, en el plano pol¨ªtico y judicial, las barreras a la competencia electoral siguen siendo problem¨¢ticas: contin¨²an las intervenciones administrativas de varios partidos pol¨ªticos, se mantiene el uso de inhabilitaciones selectivas que tambi¨¦n han sido extendidas a candidatos aliados de la revoluci¨®n y el uso desmedido de medios y recursos p¨²blicos para la campa?a oficialista. A esto hay que sumar que muchos l¨ªderes pol¨ªticos, que hubiesen podido competir para diversas posiciones, permanecen en el exilio.
Dadas esas circunstancias, todo apunta a que el chavismo va a ganar los comicios en la mayor¨ªa de los estados y municipios del pa¨ªs. Una victoria cuyo dimensionamiento va a depender del abstencionismo y las fracturas internas de la oposici¨®n: divisiones muchas de ellas inducidas por el mismo gobierno a trav¨¦s de maniobras de diverso tenor. Los resultados tambi¨¦n depender¨¢n de la efectividad de la famosa operaci¨®n clientelar ¡°remate¡± que desplegar¨¢ el chavismo. A pesar de estas severas restricciones, la oposici¨®n, aun con sus fracturas, puede sorprender en los Estados m¨¢s grandes del pa¨ªs y tambi¨¦n en algunas regiones andinas as¨ª como insulares. En el peor escenario, la oposici¨®n ganar¨¢ alrededor de tres gobernaciones de los 24 estados y en el mejor de los casos puede obtener de seis a ocho de ellos. Si la participaci¨®n supera el 50% del padr¨®n, descontando la emigraci¨®n de muchos electores al exterior (algo que diversas encuestas ven improbable), la oposici¨®n, en sus distintas variantes, podr¨ªa ganar el voto nacional. Una se?al que no ser¨ªa deleznable.
Los resultados de estos comicios tendr¨¢n implicaciones pol¨ªticas tanto nacionales como internacionales. Dependiendo del desempe?o de la oposici¨®n, en el plano dom¨¦stico, se abrir¨¢ un debate sobre la necesidad de recomponer el liderazgo pol¨ªtico y las caracter¨ªsticas de la coalici¨®n y las reglas que rodean su proceso de toma de decisiones. La oposici¨®n no abandonar¨¢ la unidad pero, probablemente, decida girar menos alrededor del interinato buscando mejorar su posicionamiento interno prepar¨¢ndose para una ruta electoral m¨¢s larga. Eso generar¨¢ diversos dilemas para los Estados Unidos; quien se mantendr¨¢ apoyando al interinato pero cada vez con menor capacidad de influencia pol¨ªtica sobre lo que sucede en el pa¨ªs. Esto a su vez puede llevar a que esos mismos partidos promuevan cambios en la composici¨®n de la delegaci¨®n de la plataforma unitaria en las negociaciones en Ciudad de M¨¦xico.
El r¨¦gimen de Maduro aprovechar¨¢ los resultados para tratar de mostrar que los comicios regionales y locales, m¨¢s que una apertura electoral, fue una concesi¨®n democr¨¢tica real, y obtener as¨ª un mayor reconocimiento externo. Pero hasta que no haya un acuerdo en firme en Ciudad de M¨¦xico, que satisfaga a la comunidad internacional, especialmente a los Estados Unidos, la idea de que Venezuela se encamina hacia su democratizaci¨®n y a su recuperaci¨®n econ¨®mica definitiva ser¨¢ m¨¢s un espejismo que una realidad.
Michael Penfold es Investigador Global del Wilson Center en Washington y Profesor Titular del IESA en Caracas.