Un escritor afgano vende su biblioteca para pagar el alquiler
¡°Me siento raro, es como si hubiera vendido a mis hijos¡±, dice Javed Farhad
Con el pa¨ªs muri¨¦ndose de hambre, la p¨¦rdida de unos libros puede parecer un asunto menor. Sin embargo, la imagen del poeta y escritor afgano Javed Farhad (Kabul, 52 a?os) desprendi¨¦ndose de su biblioteca para poder alimentar a su familia y pagar el alquiler, resume como pocas la deshumanizaci¨®n que est¨¢ sufriendo Afganist¨¢n. Privados de un m¨ªnimo de ingresos, todo su esfuerzo se va en sobrevivir. Ya no hay tiempo para la cultura, ni mucho menos el esparcimiento. ¡°Me siento raro, es como ...
Con el pa¨ªs muri¨¦ndose de hambre, la p¨¦rdida de unos libros puede parecer un asunto menor. Sin embargo, la imagen del poeta y escritor afgano Javed Farhad (Kabul, 52 a?os) desprendi¨¦ndose de su biblioteca para poder alimentar a su familia y pagar el alquiler, resume como pocas la deshumanizaci¨®n que est¨¢ sufriendo Afganist¨¢n. Privados de un m¨ªnimo de ingresos, todo su esfuerzo se va en sobrevivir. Ya no hay tiempo para la cultura, ni mucho menos el esparcimiento. ¡°Me siento raro, es como si hubiera vendido a mis hijos¡±, escribi¨® en el texto que acompa?aba a la foto en su perfil de Facebook y repite en la conversaci¨®n con EL PA?S.
No fue una decisi¨®n f¨¢cil. Sin embargo, se hizo necesaria. ¡°Deb¨ªa tres meses de renta y desde que los talibanes tomaron el poder, perd¨ª mi trabajo de profesor en la universidad y como editor en la cadena de televisi¨®n Khurshid¡±, cuenta Farhad que, como la mayor¨ªa de los afganos, compaginaba dos empleos para mantener a su familia. Y las familias afganas no son peque?as. Adem¨¢s de su mujer, que tambi¨¦n se qued¨® sin empleo en la Oficina de Derechos Humanos, el escritor tiene cuatro hijos, dos de los cuales est¨¢n casados y viven con sus respectivas esposas en su casa porque a¨²n est¨¢n en la universidad, y un nieto de una de las parejas.
Entre los 2.000 vol¨²menes que Farhad hab¨ªa atesorado en su biblioteca, hab¨ªa varias piezas de coleccionista, incluidos dos libros manuscritos de principios del siglo pasado. Tambi¨¦n tres obras de Federico Garc¨ªa Lorca, entre ellas Bodas de Sangre, traducidas al persa. Pero de lo que m¨¢s le cost¨® desprenderse fue de la colecci¨®n del maulana Jalaluddin Mohammad Balkhi, m¨¢s conocido como Rumi, un influyente poeta m¨ªstico persa. Al escritor se le humedecen los ojos al recordarlo. Solo se ha quedado una docena de libros, entre ellos dos escritos por su esposa.
Aun as¨ª, la dolorosa separaci¨®n apenas ha aliviado temporalmente sus penurias. El dinero recaudado, equivalente a 700 euros, una duod¨¦cima parte de lo que le costaron, nada m¨¢s cubre el alquiler de los tres meses debidos. ¡°Todav¨ªa tengo que pagar otros dos¡±, se?ala.
A la penuria, se suma el miedo. Farhad ha sido atacado dos veces por los talibanes. La ¨²ltima vez hace un mes. No estaba en casa y dieron una paliza a su hijo mayor. Confiesa que tiene miedo y que a veces se queda a dormir en el domicilio de su hermana o de alg¨²n amigo.
¡°Los talibanes son contrarios a la Cultura, son antim¨²sica, antipoes¨ªa y antilibertad¡±, asegura antes de se?alar que se han suspendido todas las actividades culturales. La situaci¨®n econ¨®mica tambi¨¦n ha llevado al cierre del 95% de las bibliotecas, librer¨ªas y editoriales de la capital, seg¨²n fuentes del sector citadas por la cadena ToloNews. ¡°Artistas y escritores tenemos un futuro muy oscuro¡±, afirma Farhad. ¡°Si los talibanes se mantienen en el poder, aquellos que como yo no hemos salido del pa¨ªs, lo haremos en el futuro¡±, prev¨¦.
Por eso pide que las declaraciones solidarias de los artistas e intelectuales extranjeros se concreten en ofrecer ayudas o estancias a los afganos, para que puedan salir del pa¨ªs con dignidad, en especial las escritoras. ¡°Antes eran muchas las que participaban en nuestras reuniones, pero ahora no sabemos si est¨¢n en casa o han logrado irse¡±, dice preocupado.
Personalmente, preferir¨ªa quedarse si le garantizan su seguridad y la de su familia, y le permiten escribir. ¡°Bajo amenazas, no es posible vivir as¨ª¡±, se?ala. Teme adem¨¢s que las cosas empeoren porque no cree que los talibanes hayan cambiado como pretenden mostrar. ¡°Solo act¨²an con m¨¢s tiento para obtener el reconocimiento exterior¡±, opina. Le duele que la comunidad internacional no tenga una pol¨ªtica clara a este respecto y se muestra dispuesto a aceptar que se les reconozca ¡°si al menos respetan la mitad de lo que se les pide¡± en t¨¦rminos de derechos humanos y libertad de expresi¨®n.
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