Ingrid Betancourt incendia la campa?a electoral en Colombia
El divorcio de la pol¨ªtica con la coalici¨®n del centro revoluciona el escenario a cuatro meses de las presidenciales
La campa?a electoral colombiana avanza hacia el terreno de lo desconocido. La decisi¨®n de Ingrid Betancourt de abandonar la coalici¨®n de centro que ella misma contribuy¨® a crear ha complicado a¨²n m¨¢s el ya de por s¨ª enrevesado escenario pol¨ªtico. A cuatro meses de la primera vuelta de las elecciones presidenciales, el 29 de mayo, la sensaci¨®n en el pa¨ªs es de que nadie entiende nada.
El grupo de pol¨ªticos que se hab¨ªa erigido desde el centro con la bandera de la s...
La campa?a electoral colombiana avanza hacia el terreno de lo desconocido. La decisi¨®n de Ingrid Betancourt de abandonar la coalici¨®n de centro que ella misma contribuy¨® a crear ha complicado a¨²n m¨¢s el ya de por s¨ª enrevesado escenario pol¨ªtico. A cuatro meses de la primera vuelta de las elecciones presidenciales, el 29 de mayo, la sensaci¨®n en el pa¨ªs es de que nadie entiende nada.
El grupo de pol¨ªticos que se hab¨ªa erigido desde el centro con la bandera de la sensatez frente a los extremos avanza en su proceso de devorarse a s¨ª mismo y dinamitar sus opciones para regocijo de sus competidores. La derecha y la izquierda, sin necesidad de hacer nada, se est¨¢n sacando de encima a un contendiente inc¨®modo en la carrera por la presidencia. Lo inveros¨ªmil de la situaci¨®n la reconocen los mismos protagonistas. ¡°Ni que estuvi¨¦ramos trabajando para ellos. Es una locura¡±, ha dicho al diario El Tiempo Humberto de la Calle, el candidato de la coalici¨®n al Senado.
La decisi¨®n de Ingrid Betancourt de presentarse de forma independiente por su propio partido, anunciada el pasado s¨¢bado, es el ¨²ltimo episodio de una cadena de desencuentros que han impedido al centro meterse en la campa?a electoral. La coalici¨®n est¨¢ desde hace meses ensimismada en sus propios problemas, que han sido muchos, pero este ¨²ltimo se est¨¢ tornando el mayor de todos. Adem¨¢s nadie lo vio venir.
Hace apenas dos meses Betancourt descartaba su candidatura a la presidencia, pero su figura ya se hab¨ªa vuelto clave en la coalici¨®n. Su labor se volvi¨® imprescindible para acercar los egos de los pol¨ªticos, todos hombres, que tardaron meses en ponerse de acuerdo para unirse bajo unas mismas siglas. Su trabajo fue avalado por todos los precandidatos, que la se?alaron como un s¨ªmbolo de la reconciliaci¨®n en Colombia e incluso le dieron a ella el micr¨®fono para anunciar p¨²blicamente el acuerdo de concurrir juntos bajo la bautizada como Coalici¨®n Centro Esperanza.
La uni¨®n del centro, dec¨ªa entonces Betancourt y sostienen las encuestas, es necesaria si quiere tener posibilidades de vencer en las urnas. Dispersar el voto alrededor de varias candidaturas es un suicidio pol¨ªtico, como ya se demostr¨® en 2018, cuando el entonces l¨ªder de la coalici¨®n Sergio Fajardo se qued¨® a las puertas de la segunda vuelta por no tejer alianzas.
Hace apenas dos semanas Betancourt anunci¨® por sorpresa su candidatura a la presidencia. No era lo esperado, pero su paso adelante fue aplaudido por sus compa?eros de filas, que se defend¨ªan as¨ª tambi¨¦n de las cr¨ªticas de haber formado un club de hombres blancos. La candidata, que pas¨® seis a?os secuestrada en la selva por las FARC, se volvi¨® entonces protagonista.
Todo empez¨® a saltar por los aires en el debate electoral organizado por El Tiempo y Semana hace unos d¨ªas. El encuentro reuni¨® a diez precandidatos presidenciales de la derecha, el centro y la izquierda, hab¨ªa a qui¨¦n atacar, pero el mayor encontronazo se produjo entre compa?eros de coalici¨®n. Betancourt mostr¨® p¨²blicamente su preocupaci¨®n por los apoyos pol¨ªticos que estaba recibiendo el exministro de Salud Alejandro Gaviria. ¡°No voy a dejar que los lobos entren a donde est¨¢n las ovejas¡±, le advirti¨®. El economista respondi¨® airado. El eje del discurso de Betancourt siempre ha estado centrado en la lucha contra la corrupci¨®n y en la necesidad de alcanzar la presidencia sin maquinarias electorales.
Las llamadas p¨²blicas a la calma entre los compa?eros de coalici¨®n a trav¨¦s de Twitter, donde se juega parte de la campa?a colombiana, se sucedieron, pero la pol¨¦mica no dej¨® de aumentar. El pasado jueves, la pol¨ªtica convoc¨® a la prensa de urgencia y lanz¨® un ultim¨¢tum al resto de precandidatos: ¡°Si la coalici¨®n no toma la decisi¨®n de prohibir los apoyos de personas vinculadas con maquinarias que llevan a la corrupci¨®n y si no se toma la decisi¨®n esta noche, con mucho dolor, pero con el compromiso que tengo con los colombianos, yo me retiro¡±.
Pas¨® la noche y no pas¨® nada. As¨ª que ampli¨® el ultim¨¢tum 24 horas. El resto de candidatos trataron de zanjar el s¨¢bado el asunto por el camino del medio, publicando un documento en el que se compromet¨ªan a cerrar las puertas a las maquinarias, pero sin apartar a Gaviria. Ah¨ª fue Betancourt la que decidi¨® romper con todo. Consum¨® su divorcio con el centro que ella tanto hab¨ªa peleado por unir.
Los medios la buscan fren¨¦ticamente desde entonces. Tanto que este lunes solo se comprometi¨® a atender a este diario contestando por escrito a unas pocas preguntas. Entretanto, particip¨® en una entrevista en el canal de televisi¨®n RCN que ha incendiado una pol¨¦mica que ya ven¨ªa caliente. Betancourt ten¨ªa que se?alar con qui¨¦n de todos los candidatos estaba dispuesta a hacer alianzas. Ella explic¨® que todo depend¨ªa de si ten¨ªan o no maquinarias. Lo primero que hizo fue poner un no r¨¢pido al l¨ªder de izquierdas Gustavo Petro, y enseguida un s¨ª a Rodolfo Hern¨¢ndez, el exalcalde de Bucaramanga de 76 a?os, un desconocido para la mayor¨ªa, indefinible pol¨ªticamente, pero que a trav¨¦s de una campa?a feroz en Facebook, Twitter y Tik Tok se est¨¢ posicionando en las encuestas.
Despu¨¦s le tocaba se?alar a ?scar Iv¨¢n Zuluaga, el candidato del uribismo. La conversaci¨®n fue la siguiente:
- Yo necesito la ayuda de ustedes. Pregunta: ??scar Iv¨¢n Zuluaga tiene maquinarias que lo apoyan?
- Pues es el candidato del uribismo, pero no queremos influir en esto, eso lo tiene que decidir usted, le contest¨® la conductora.
Betancourt entonces le puso un interrogante. As¨ª hizo con casi todos hasta que lleg¨® a sus excompa?eros. A Sergio Fajardo, con el que hasta hace dos d¨ªas cerraba filas sin fisuras, tambi¨¦n lo puso en duda. A Gaviria le otorg¨® directamente un no. La declaraci¨®n de guerra estaba en marcha.
Cuando ya las redes volv¨ªan viral el momento, Betancourt respondi¨® por escrito a las preguntas de EL PA?S, que contestadas despu¨¦s de tantas horas ya se hab¨ªan quedado desfasadas. ¡°S¨¦ que tom¨¦ una decisi¨®n acorde conmigo misma. Si esta decisi¨®n le da la fuerza a los colombianos para liberarse de la corrupci¨®n ser¨¢ la mejor decisi¨®n de mi vida¡±, asegur¨® la candidata.
Desde el centro los precandidatos tratan de recomponerse a este envite inesperado. Los adversarios se frotan las manos. El pr¨®ximo 13 de marzo se celebrar¨¢n las consultas para definir los candidatos de cada coalici¨®n. Las pr¨®ximas encuestas medir¨¢n el tir¨®n de Betancourt, a la que muchos critican por llevar 12 a?os viviendo fuera de Colombia y que no goza de muchas simpat¨ªas en el pa¨ªs. Un sondeo publicado la semana pasada le otorgaba 4,1% de los apoyos dentro de la Coalici¨®n Centro Esperanza, muy por detr¨¢s de Sergio Fajardo (41,6%), Alejandro Gaviria (22,1%) o Juan Manuel Gal¨¢n (15,7%). Habr¨¢ que esperar para c¨®mo le va sola. En el centro ni hay coalici¨®n ni hay esperanza.
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