Grecia expulsa a Turqu¨ªa a decenas de cubanos llegados a la UE v¨ªa Mosc¨²
Los afectados, que utilizaron la ruta de los Balcanes para alcanzar suelo comunitario, denuncian malos tratos y robos de dinero y documentos por la polic¨ªa helena durante la detenci¨®n y expulsi¨®n
Jos¨¦ y Reinaldo jam¨¢s tuvieron entre sus planes llegar a Estambul. Y, sin embargo, aqu¨ª est¨¢n: sin pasaportes, sin dinero, sin su ropa, y con las esperanzas de reconstruir su vida fuera de Cuba truncadas a medio camino. ¡°Durante el camino tuvimos miedo al atravesar Serbia y Macedonia [del Norte]. Al llegar a Grecia pensamos, ya est¨¢, la Uni¨®n Europea, defensores de los derechos humanos y la democracia. Y no es as¨ª. Cuando te crees ya a salvo en Grecia, es cuando peor la pasas, cuando tu vida ya no vale nada¡±. A¨²n, tres meses despu¨¦s de lo sucedido, les es dif¨ªcil encontrar un sentido a lo que ...
Jos¨¦ y Reinaldo jam¨¢s tuvieron entre sus planes llegar a Estambul. Y, sin embargo, aqu¨ª est¨¢n: sin pasaportes, sin dinero, sin su ropa, y con las esperanzas de reconstruir su vida fuera de Cuba truncadas a medio camino. ¡°Durante el camino tuvimos miedo al atravesar Serbia y Macedonia [del Norte]. Al llegar a Grecia pensamos, ya est¨¢, la Uni¨®n Europea, defensores de los derechos humanos y la democracia. Y no es as¨ª. Cuando te crees ya a salvo en Grecia, es cuando peor la pasas, cuando tu vida ya no vale nada¡±. A¨²n, tres meses despu¨¦s de lo sucedido, les es dif¨ªcil encontrar un sentido a lo que les ha pasado, a c¨®mo han sido forzados a vivir indocumentados en Turqu¨ªa tras ser expulsados ilegalmente por Grecia. A¨²n les cuesta digerir el trauma, las palizas sufridas y la indefensi¨®n a la que se les ha sometido.
Debido al desplome de la econom¨ªa cubana durante la pandemia y, especialmente, despu¨¦s de la represi¨®n de las protestas sociales del pasado verano, miles de cubanos han abandonado la isla. Con numerosas rutas a¨¦reas canceladas por la covid-19 y ante la imposibilidad para los cubanos de lograr visados para la mayor¨ªa de pa¨ªses, muchos han decidido tratar de alcanzar Europa v¨ªa Mosc¨². Fue lo que hicieron Jos¨¦ y Reinaldo despu¨¦s de vender sus respectivos apartamentos en La Habana. No solo buscaban una vida mejor, sino que tambi¨¦n tem¨ªan la persecuci¨®n por haber participado en las protestas que comenzaron el 11 de julio: Reinaldo asegura que perdi¨® su ¨²ltimo trabajo por no inscribirse en una lista de voluntarios para reprimir a los manifestantes (los nombres de ambos han sido modificados porque temen que sus familias en Cuba sufran represalias).
Tras un mes en Rusia buscando diferentes v¨ªas, el 28 de octubre volaron a Serbia, de all¨ª atravesaron caminando la frontera con Macedonia del Norte y, en un taxi, llegaron hasta la frontera griega, que tambi¨¦n cruzaron irregularmente a trav¨¦s de las monta?as. En Polikastro (Grecia) tomaron un autob¨²s a Sal¨®nica y, de all¨ª, otro a Atenas. Sin embargo, siete minutos despu¨¦s de partir, la polic¨ªa orden¨® detener el veh¨ªculo y arrest¨® a Reinaldo, Jos¨¦ y un tercer conciudadano que viajaba con ellos, adem¨¢s de a otra familia cubana de cuatro miembros que tambi¨¦n iba en el autob¨²s y a un paquistan¨ª. ¡°Nos pidieron los tel¨¦fonos y los pasaportes. Les dijimos que est¨¢bamos en Grecia para solicitar asilo pol¨ªtico y un polic¨ªa nos asegur¨® que era un mero tr¨¢mite y que al d¨ªa siguiente quedar¨ªamos libres. Nunca m¨¢s volvimos a ver nuestros tel¨¦fonos ni nuestros documentos¡±, explica Jos¨¦.
Entonces estaban demasiado cansados ¡ªllevaban 48 horas de viaje ininterrumpido sin dormir, casi 700 kil¨®metros, m¨¢s de 50 kil¨®metros a pie¡ª para darse cuenta de que hab¨ªan entrado en un complejo mecanismo de deportaciones masivas puesto en marcha por las autoridades griegas, que incumple todos los par¨¢metros de la legislaci¨®n nacional, europea e internacional. Un sistema que, seg¨²n los testimonios recabados por este diario, por organizaciones de derechos humanos y por investigaciones independientes, se compone de numerosos sitios de detenci¨®n oficiales e irregulares gestionados por agentes de polic¨ªa y militares a lo largo de m¨¢s de 400 kil¨®metros en el norte de Grecia, donde los migrantes sufren palizas y robos por parte de las propias fuerzas del orden y se les despoja de documentos y tel¨¦fonos m¨®viles para evitar que quede rastro de estas pr¨¢cticas.
Los detenidos fueron transportados durante algo m¨¢s de media hora hasta un calabozo donde pasaron la noche. En las siguientes horas lleg¨® una veintena m¨¢s de detenidos, la mayor¨ªa sirios y afganos, aunque tambi¨¦n otra familia cubana con un ni?o de tres a?os. ¡°Pedimos telefonear a un abogado, pero nos lo negaron. Tampoco nos hicieron firmar un documento conforme a que est¨¢bamos detenidos. Lo tienen todo bien pensado para que, a partir de ah¨ª, dejes de existir¡±, apunta Reinaldo.
Al d¨ªa siguiente, sin dejarles recoger sus mochilas ¡ªtampoco los medicamentos que Reinaldo necesita para tratarse una enfermedad cr¨®nica¡ª, cargaron a todos los detenidos en una furgoneta blanca sin ventanas ni distintivo (similares a las que este periodista ha visto en la zona fronteriza entre Grecia y Turqu¨ªa y que son utilizadas para llevar a cabo las devoluciones ilegales de migrantes). ¡°?bamos muy apretados y conduc¨ªan muy r¨¢pido, nos d¨¢bamos golpes contra los lados y no se pod¨ªa apenas respirar¡±, asegura Jos¨¦. Al cabo de dos horas de recorrido, se detuvieron, cambiaron de furgonetas y separaron a los cubanos del resto. Siguieron otros 45 minutos de trayecto y llegaron a lo que identifican como un campamento militar cercano a Alejandr¨®polis, seg¨²n pudo ver Jos¨¦ en los carteles de la autopista a trav¨¦s de una rendija en la furgoneta: ¡°Era un lugar con un gran port¨®n, con un muro alto de hormig¨®n que imped¨ªa ver hacia afuera. Los militares llevaban pul¨®ver verde olivo y pantalones de camuflaje. Se pusieron pasamonta?as y no les pudimos ver la cara¡±, a?ade.
Seg¨²n el relato de ambos cubanos ¡ªque coincide con otros testimonios del grupo recabados por la ONG Josoor¡ª, los agentes griegos apartaron en una sala a las mujeres y el ni?o de tres a?os con su padre, e hicieron desnudarse al resto, dejando las ropas en un mont¨®n. Cuando se desnudaron comenzaron a golpearles entre varios agentes con bastones de pl¨¢stico y varas de madera. ¡°Me quitaron el reloj, los aretes, las cadenas, las manillas (pulseras) y un anillo. Tengo un piercing en la tetilla, pero no pod¨ªa desenroscarlo y entonces me acercaron una especie de taser el¨¦ctrico (arma de electrochoque). Uno me pregunt¨®: ?Eres cristiano o musulm¨¢n? Cuando les dije cristiano no lo prendieron¡±, narra Reinaldo, y Jos¨¦ a?ade: ¡°A los que respond¨ªan ¡®musulm¨¢n¡¯, era como si mentasen al diablo. Era incre¨ªble c¨®mo les pegaban, una escena muy desagradable, algo que yo ¨²nicamente hab¨ªa visto en pel¨ªculas¡±.
Otro grupo de cuatro cubanos que fue expulsado de Grecia en una fecha anterior denunci¨® un trato similar y public¨® en las redes un v¨ªdeo en el que se percibe la espalda y la cabeza de uno de ellos con numerosos hematomas, incluidos varios de ellos con heridas abiertas y una mano completamente hinchada, todo ello supuestamente resultado de los golpes de los agentes griegos.
Tras la paliza, los agentes obligaron a Jos¨¦, Reinaldo y al resto a vestirse r¨¢pidamente con lo primero que encontrasen en el mont¨®n de ropa, pero ni siquiera les permitieron enfundarse los abrigos o calzarse, tampoco recuperar su dinero: 7.680 euros que, seg¨²n su testimonio, llevaban para continuar su ruta hasta Espa?a. Los volvieron a meter en furgonetas y siguieron rumbo al Este. Un joven sirio que se introdujo en la furgoneta de los cubanos, trat¨® de calmarles diciendo que iban a ser devueltos a Turqu¨ªa, que ¨¦l ya sab¨ªa el procedimiento, porque era la cuarta vez que lo sufr¨ªa. ¡°Yo no le cre¨ªa. ?Qu¨¦ tiene que ver Grecia con Turqu¨ªa? No entend¨ªa nada. Siempre pensamos que nos iban a llevar a un aeropuerto para deportarnos a Cuba o a Macedonia del Norte, que era por donde hab¨ªamos entrado¡±, dice Jos¨¦.
Ya era de noche cuando los desembarcaron en una zona boscosa junto al r¨ªo Evros. ¡°?bamos en fila, por grupos de a 10, descalzos, con un agente con uniforme azul [el de la polic¨ªa griega] custodi¨¢ndonos delante y otro detr¨¢s. Hab¨ªa un chico sirio, muy joven, al que no dejaron vestirse, ni siquiera los calzoncillos. Iba con sus manos tap¨¢ndose. Esa imagen no se me va a olvidar. No solo el fr¨ªo que pasaba, sino todo lo que le hicieron. Le met¨ªan la cara contra una alambrada de p¨²as, le metieron la cabeza al r¨ªo varios minutos, le daban golpes, sobre todo un polic¨ªa en particular. Sin necesidad. Por gusto. ?Por qu¨¦ tuvieron que hacerle eso?¡±, rememora Jos¨¦, y se estremece al recordarlo: ¡°Los polic¨ªas iban con la mano en la pistola, y yo pens¨¦ que nos llevaban ah¨ª para matarnos. Despu¨¦s de todo lo ocurrido, pens¨¦ que nos mataban. As¨ª que le dije a mi amigo: ¡®Si sacan la pistola, echamos a correr por el bosque¡±. Pero no, lo ¨²nico que quer¨ªan los agentes griegos era deshacerse de ellos envi¨¢ndolos a Turqu¨ªa: los montaron en botes hinchables, por turnos y en absoluto silencio para burlar la vigilancia de los turcos, y los trasladaron a la orilla oriental del r¨ªo. Desde all¨ª estuvieron vagando varias horas hasta que los militares turcos los descubrieron y les indicaron c¨®mo llegar a Estambul, donde llevan tres meses viviendo de manera absolutamente irregular.
¡°Un negocio bien montado¡±
No son los ¨²nicos, en los ¨²ltimos meses, la ONG Josoor ha documentado la deportaci¨®n ilegal de 35 cubanos de Grecia a Turqu¨ªa. Y cada semana siguen siendo expulsados m¨¢s: hombres y mujeres de todas las edades e incluso familias con ni?os menores de edad, pese a las fr¨ªas temperaturas que, esta semana, provocaron que 19 personas murieran de hipotermia durante la traves¨ªa del r¨ªo Evros.
La modelo Tsunami Valiente, residente desde hace 14 a?os en Turqu¨ªa y que ha organizado a la comunidad cubana de Estambul para ayudar a sus compatriotas indocumentados, afirma que hay m¨¢s de 50 de los que ella tiene noticias: ¡°Est¨¢n aterrorizados, llegan psicol¨®gicamente traumatizados porque los agreden, los encierran y aparecen en un lugar que no conocen sin saber lo que les ha pasado. Yo entiendo que han entrado ilegalmente a Grecia, porque escapan de la dictadura cubana, pero para deportar a alguien hay que seguir unas normas, y Grecia est¨¢ violando las leyes europeas y los derechos humanos¡±.
Entre los ¨²ltimos en ser deportados est¨¢n Yudith P¨¦rez ?lvarez y Lino Antonio Rojas Morell, que llegaron a Grecia irregularmente, por la misma v¨ªa que Jos¨¦ y Reinaldo. Despu¨¦s de tres meses residiendo en Sal¨®nica, con ayuda de una amiga de nacionalidad griega decidieron entregarse a las autoridades helenas para iniciar el proceso de solicitud de asilo en Grecia. El jefe de polic¨ªa de la Unidad de Extranjer¨ªa de Sal¨®nica, Dimitrios Savvidis, dio instrucciones de que se desplazaran hasta el centro de internamiento de migrantes de Fylakio, en la provincia de Evros (fronteriza con Turqu¨ªa). Explicaron su caso a los oficiales a cargo del centro, pero inmediatamente fueron detenidos y despojados de sus tel¨¦fonos, sus zapatos, sus medicinas e incluso de la compresa de higiene ¨ªntima que llevaba puesta Yudith, para alojarlos en una celda en la que pasaron la noche. Al d¨ªa siguiente, fueron trasladados en barcas a trav¨¦s del r¨ªo Evros.
¡°Un oficial me tom¨® la billetera con 375 euros y ¨²nicamente me devolvi¨® los documentos, dos estampitas y una foto de mi nieto. El resto se lo meti¨® en el bolsillo¡±, dice Lino: ¡°A m¨ª esto me parece un negocio bien montado por ellos. Porque a mi amiga de Sal¨®nica le dijo la polic¨ªa que pod¨ªamos llevar dinero, que en ese campo se vend¨ªan cosas, que hab¨ªa quioscos de alimentos. Y nosotros pedimos a parientes que nos girasen dinero. Es un negocio preparado para robarte, porque las personas cuando llegan ah¨ª desaparecen, no quedan registrados¡±. Sin embargo, en el caso de Lino y Yudith ambos tienen documentaci¨®n que prueba su paso por Grecia: fotograf¨ªas en Sal¨®nica, la compra de tarjetas SIM con su n¨²mero de pasaporte, y una inscripci¨®n en la oficina de M¨¦dicos del Mundo para recibir la vacuna contra la covid-19 a trav¨¦s de un organismo oficial griego.
Grecia niega de plano la existencia de estas pr¨¢cticas, pese a que incluso el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y el Consejo de Europa se han quejado de ellas (en este caso, el Ministerio de Migraci¨®n no respondi¨® a las preguntas planteadas por EL PA?S). Al quedarse los migrantes sin tel¨¦fonos m¨®viles y sin documentos resulta muy dif¨ªcil probar su paso por Grecia. ¡°Pero, ?c¨®mo puede ser que yo, sin papeles, termine en Turqu¨ªa, un pa¨ªs que exige visado a los cubanos?¡±, pregunta Jos¨¦ de forma ret¨®rica.
Desde 2020, la Red de Monitorizaci¨®n de la Violencia Fronteriza (BVMN en sus siglas inglesas), en la que participan una docena de ONG y asociaciones europeas, ha documentado m¨¢s de un centenar de casos en los que unas 8.000 personas fueron devueltas ilegalmente de Grecia a Turqu¨ªa, la mayor¨ªa a trav¨¦s del r¨ªo Evros. Natalie Gruber, portavoz de Josoor, asegura que en el 98 % de las deportaciones que documentaron en 2021 desde Grecia ¡°hubo violencia¡±.
Una fuente del Gobierno turco, que contabiliz¨® 16.000 devoluciones de refugiados y migrantes el pasado a?o, asegura que se ha empezado a detectar tambi¨¦n el env¨ªo a territorio turco de personas que entraron a Grecia por un tercer pa¨ªs, como es el caso de los cubanos: ¡°Grecia debe cumplir sus responsabilidades internacionales y poner fin a los pushback y expulsiones colectivas, y tratar a los solicitantes de asilo como seres humanos con derechos. Repetimos constantemente nuestras quejas en los foros internacionales. Por desgracia, ni Grecia ni la Uni¨®n Europea nos han hecho caso¡±.
Ruta de los Balcanes para llegar a Espa?a
Los grupos de Facebook de cubanos en Rusia, están repletos de mensajes de personas que ofrecen rutas aparentemente fáciles para llegar desde Moscú a Grecia y España: "Manden privado y les explico". Y otros tantos, de personas denunciando haber sido estafados tratando de hacer esas rutas. “Hay algunos a los que les ofrecen pasaje en un supuesto tren de Moscú a Madrid que no existe por 4.000 dólares (3.500 euros)”, explica José.
Hay quienes intentan llegar a la UE a través de la frontera rusa con los países bálticos o a través de la frontera entre Bielorrusia y Polonia, pero la mayoría se inclina por la llamada “ruta de los Balcanes” (de Turquía y Grecia a Europa Central), si bien en sentido contrario al utilizado desde la crisis de los refugiados de 2015. Aquel año, cerca de un millón de refugiados y migrantes llegaron a la UE a través de esa ruta, pero el control fronterizo se ha reforzado desde entonces y los cruces irregulares se han reducido drásticamente.
Desde Moscú, los cubanos vuelan a Serbia, otro de los países que no les exige visado. Luego, cruzando las fronteras de manera irregular atraviesan Macedonia del Norte —donde en los últimos tres meses han sido detenidos unos 200 cubanos sin papeles— o Kosovo y Albania, para llegar a Grecia en extenuantes caminatas a través de las montañas. Desde ahí intentan llegar a Italia en ferri o en avión, o directamente a España usando documentos falsos y aprovechando la menor vigilancia dentro del espacio Schengen. En octubre, un centenar de cubanos fueron detenidos cuando trataban de tomar un vuelo hacia Milán en la isla griega de Zante (las embajadas de Cuba en Grecia y Turquía no han respondido a las preguntas de EL PAÍS).
"En Atenas deben haber llegado unos 1.000", explica un cubano que pasó por Grecia y ahora se halla en España; una cifra que confirma otro migrante cubano que logró montarse en un avión hacia España tras 20 intentos infructuosos: “Yo tuve suerte, pero cada vez está más difícil salir de Grecia”. Según confirman varias fuentes, la vigilancia ha aumentado y las policías griega y española han iniciado investigaciones sobre las redes de tráfico de personas que, en su opinión, manejan este nuevo flujo migratorio. Los cubanos entrevistados, sin embargo, aseguran haber empleado la ayuda de los traficantes solo en algunos tramos de la ruta y que la mayor parte del camino la hacen siguiendo los consejos de otros compatriotas y guiándose por Google Maps.
Pese a las dificultades de la ruta y a que muchos pierden sus ahorros a manos de traficantes sin escrúpulos o policías con aún menos criterios éticos, las imágenes de aquellos que lo consiguen, posando orgullosos en España en sus publicaciones de Facebook, seguirán animando a otros a intentarlo.
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