Los j¨®venes, los grandes ausentes en las urnas francesas
La abstenci¨®n amenaza con llegar al 30% en las elecciones presidenciales del domingo, dispar¨¢ndose hasta el 40% entre los que tienen menos de 35 a?os
No dudan en ponerse en primera l¨ªnea en las protestas para denunciar la falta de acci¨®n contra el cambio clim¨¢tico o para reclamar mejores condiciones sociales, la defensa de derechos y libertades. Pero a la hora de votar, los j¨®venes en Francia son los grandes ausentes. Las urnas, elecci¨®n tras elecci¨®n, se quedan un poco m¨¢s vac¨ªas sin sus votos. Los ¨²ltimos sondeos alertan de que el pr¨®ximo domingo en los comicios presidenciales la abstenci¨®n podr¨ªa alcanzar el 30% y dispararse hasta el 40% entre los que tienen menos de 35 a?os.
Las alarmas empezaron a sonar en las elecciones regionales de junio de 2021, donde la abstenci¨®n de los j¨®venes escal¨® al 87% (un 66,7% del censo no vot¨®). Pese a que los comicios presidenciales suelen tener una participaci¨®n mayor que otras convocatorias, en v¨ªsperas de la nueva cita ning¨²n estudio ha disipado el miedo a una ausencia fuerte de este sector de la poblaci¨®n a la hora de elegir al pr¨®ximo presidente ¡ªo presidenta¡ª de Francia.
Los j¨®venes son un nicho de voto crucial para los dos candidatos que pugnan por clasificarse para la segunda vuelta junto con Emmanuel Macron: la l¨ªder de extrema derecha Marine Le Pen (Reagrupamiento Nacional) y, a cada vez menos distancia, el izquierdista Jean-Luc M¨¦lenchon (Francia Insumisa). Aunque es el gran favorito, tambi¨¦n el presidente Macron ha llamado a la movilizaci¨®n del electorado en un pa¨ªs en el que nadie deber¨ªa dar nada por sentado. Ah¨ª est¨¢ la historia para recordar lo que est¨¢ en juego, porque en abril de 2022 se cumplen 20 a?os desde que una fuerte abstenci¨®n en la primera vuelta presidencial facilit¨® lo hasta entonces impensable: que el candidato de extrema derecha, Jean-Marie Le Pen, padre de la hoy aspirante presidencial ultra, se clasificara a la segunda vuelta tras derrotar al socialista y favorito Lionel Jospin.
?Por qu¨¦ no votan las nuevas generaciones? ?Sufre Francia de una democracia senior, como la describen algunos especialistas, en la que solo se abordan temas que interesan a los mayores porque solo ellos votan? ?El formato de partidos y elecciones quinquenales ha dejado de funcionar o es que no se sienten interpelados por los candidatos y sus programas? La respuesta contiene un poco de todo esto, una mezcla de disfunciones, que ha creado lo que un exhaustivo estudio del Instituto Montaigne califica como ¡°fuerte falta de afiliaci¨®n pol¨ªtica¡± de los j¨®venes. Ellos ¡°no se reconocen en ninguna tendencia pol¨ªtica, sea por desconocimiento, por desinter¨¦s o por rechazo¡±, explica el informe.
¡°Ah, ?pero son ya este domingo?¡± A Lala, una estudiante de matem¨¢ticas e inform¨¢tica de la Universidad Tolbiac de Par¨ªs, la inminencia de las elecciones presidenciales le ha tomado por sorpresa. Tampoco es que haya dedicado mucho tiempo a pensar en ello. ¡°No me interesan mucho¡±, reconoce a la salida de clase en la misma semana de la primera vuelta, este domingo. Tras reflexionar un momento, esta mujer de 20 a?os dice que quiz¨¢ vaya a votar, aunque cuando empieza a hacer la lista, no tarda en descartar candidatos hasta darse cuenta de que no le queda ninguno que le convenza de verdad.
Esther, estudiante de Historia de tambi¨¦n 20 a?os, espera a sus compa?eros de universidad ante la puerta con panfletos de la candidata de extrema izquierda Nathalie Artaud. Aunque reconoce que ni su propio partido cree en una victoria (tiene menos de 1% de intenci¨®n de voto), Esther intenta convencer a los estudiantes de que el domingo acudan a las urnas. ¡°Votar no sirve para cambiar nada, pero las elecciones son el ¨²nico momento en que podemos expresarnos, as¨ª que hay que aprovecharlo¡±, razona. Un joven al que para y coloca un panfleto en la mano admite que no se ha planteado siquiera ir a votar. No es el primero que responde as¨ª ni ser¨¢ el ¨²ltimo, suspira la joven. ¡°Hay una p¨¦rdida de confianza y tienen raz¨®n¡±, justifica Esther que, pese a todo, contin¨²a intentando convencer a potenciales votantes.
Desconexi¨®n tem¨¢tica
A Daniel Guatolu?a s¨ª le interesa la pol¨ªtica. Este librero parisiense de 26 a?os, que lleg¨® de casi beb¨¦ desde Ecuador, particip¨® recientemente en un debate sobre j¨®venes y elecciones durante la presentaci¨®n de uno de los m¨²ltiples estudios que revelan el distanciamiento cada vez mayor de las nuevas generaciones de las urnas. Pero no hab¨ªa decidido a¨²n si ir¨¢ a votar o no, al igual que, dice, muchos de sus amigos, que tampoco se ven representados en los candidatos que este domingo luchar¨¢n por una clasificaci¨®n a la segunda vuelta de las presidenciales.
Para Guatolu?a, como para tantos otros j¨®venes, ¡°hay un problema de representaci¨®n, pero sobre todo de discurso, que no est¨¢ en l¨ªnea con los j¨®venes¡±, explicaba durante la presentaci¨®n de otra encuesta de Ipsos para la Federaci¨®n de Asociaciones Generales de Estudiantes (Fage) en Par¨ªs que revela que m¨¢s de uno de cada dos j¨®venes (el 57%) considera que sus preocupaciones no se han tenido en cuenta en esta campa?a, y que el 66% de los responsables pol¨ªticos no se preocupan lo suficiente de las nuevas generaciones.
¡°Es falso decir que a los j¨®venes no les interesa la pol¨ªtica¡±, dice el presidente de Fage, Paul Mayaux, de 23 a?os. ¡°El problema est¨¢ en que no se sienten escuchados ni en cuenta en el debate p¨²blico¡±, puntualiza. Hay temas, como el poder adquisitivo, que s¨ª interesan a los j¨®venes, y mucho, como al resto de franceses. ¡°Pero cuando los pol¨ªticos hablan de esto, se refieren, por ejemplo, a derechos de sucesi¨®n, algo que no es la preocupaci¨®n de los j¨®venes¡±, acota Etienne Mercier, director del servicio de opini¨®n de Ipsos. Hay una ¡°desconexi¨®n tem¨¢tica¡±.
Es lo que siente Lala. La universitaria va a tener que parar un a?o sus estudios y ponerse a trabajar, porque la beca que tiene no le da para costearse su estancia en Par¨ªs. Considera que ninguno de los candidatos se preocupa realmente por los temas que a ella y a sus compa?eros les inquietan, como la ¡°precariedad estudiantil¡±, sobre todo tras la pandemia.
Son numerosos los intentos de atraer el voto joven, sobre todo a trav¨¦s de las redes sociales. Dos veintea?eros, Gr¨¦gorie Cazcarra y Fran?ois Mari, han creado Elyze, una aplicaci¨®n que juega con el formato de Tinder para presentar a los candidatos al El¨ªseo y analizar, al estilo de la plataforma de citas, si un votante es ¡°compatible¡± con un candidato o candidata y sus propuestas program¨¢ticas. ¡°Quer¨ªamos reconciliar a nuestra generaci¨®n con las elecciones presidenciales¡±, explic¨® Cazcarra a Le Monde. Pero como en el amor, en la pol¨ªtica real las cosas no siempre suceden como uno espera; y la cita del domingo sigue siendo una gran inc¨®gnita.
La pesadilla de 2002
El 21 de abril de 2002, hacía buen tiempo. Dos días antes habían comenzado las vacaciones de Pascua. ¿Por qué desperdiciar un día así yendo a votar si las encuestas daban por segura una segunda vuelta entre el conservador Jacques Chirac y el favorito de esos comicios, el socialista Lionel Jospin? Ya irían a votar en la final, se dijeron muchos franceses. La abstención en esa primera jornada electoral batió todos los récords de la historia reciente de Francia: 28,4%. Jospin cayó derrotado, el candidato de la extrema derecha Jean-Marie Le Pen —padre de la hoy candidata ultra Marine Le-Pen, que lucha por el segundo puesto tras Emmanuel Macron— logró clasificarse por primera vez para la segunda ronda y los franceses de izquierdas se vieron obligados a votar por el conservador Chirac para impedir la victoria final del aspirante ultra. Casi exactamente 20 años después de que los franceses se vieran obligados a accionar por primera vez el frente republicano —votar en masa por el rival de un candidato del Frente Nacional para que no gane—, algo que desde entonces ha sido activado en numerosas ocasiones, la abstención podría llegar o incluso superar el 30%. Con la diferencia de que los márgenes ahora entre los rivales son mucho más estrechos.
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