Le Pen despierta entusiasmo, pero en Ch?teaudun creen que al final ganar¨¢ Macron
Nadie parece apoyar al presidente en este municipio cuyos resultados electorales suelen coincidir con los del conjunto del pa¨ªs
Es s¨¢bado, jornada de reflexi¨®n antes de la primera vuelta. Por fin hace sol. Y las elecciones no parecen, ni de lejos, la mayor preocupaci¨®n de los ciudadanos de Ch?teaudun. Si hubiera que hacer balance tras preguntar a unas 300 personas, ser¨ªan tres las conclusiones: el entusiasmo est¨¢ del lado de los votantes de Marine Le Pen, casi todo el mundo cree que al final ganar¨¢ Emmanuel Macron y hay much¨ªsimos indecisos y abstencionistas.
¡°Yo votar¨¦ a ...
Es s¨¢bado, jornada de reflexi¨®n antes de la primera vuelta. Por fin hace sol. Y las elecciones no parecen, ni de lejos, la mayor preocupaci¨®n de los ciudadanos de Ch?teaudun. Si hubiera que hacer balance tras preguntar a unas 300 personas, ser¨ªan tres las conclusiones: el entusiasmo est¨¢ del lado de los votantes de Marine Le Pen, casi todo el mundo cree que al final ganar¨¢ Emmanuel Macron y hay much¨ªsimos indecisos y abstencionistas.
¡°Yo votar¨¦ a Jean-Luc M¨¦lenchon, y luego, si no hay m¨¢s remedio, a Macron, porque debemos mantener el muro frente a la ultraderecha¡±, dice un padre que hace la compra con su hija adolescente. ¡°A¨²n no s¨¦ a qui¨¦n votar¨¦ ni si votar¨¦, pero ganar¨¢ Macron porque, pese a su mala fama, los sondeos suelen acertar¡±, comenta un joven. ¡°Ser¨¢ Marine, estoy seguro, casi toda la gente de mi entorno piensa votar por ella¡±, afirma con rostro feliz un se?or acompa?ado por su esposa y su hija. La esposa prefiere no responder y se?ala al marido, como delegando en ¨¦l las opiniones. ¡°Nosotras a¨²n no votamos¡±, explican cuatro chicas, ¡°pero ganar¨¢ Macron, todo el mundo lo sabe¡±.
El reportero pasa un buen rato haciendo preguntas r¨¢pidas a quienes van y vienen por el centro comercial de las afueras de Ch?teaudun. El lugar es t¨ªpico de la provincia francesa: una gran explanada con un supermercado, un almac¨¦n de bricolaje, un almac¨¦n de cosm¨¦tica, una panader¨ªa-pasteler¨ªa gigantesca, un McDonald¡¯s, un Buffalo Grill y una gasolinera.
Solo quienes expresan su intenci¨®n de votar por Marine Le Pen consideran que estas elecciones son ¡°muy importantes¡±. Impera la convicci¨®n de que Macron vencer¨¢, pero nadie parece alegrarse por ello. Nadie saca a colaci¨®n la guerra en Ucrania. Casi todos se quejan del alza de los precios (la inflaci¨®n francesa est¨¢ en 4,5% anual) y los pensionistas se consideran maltratados. Un ejemplo: ¡°?Usted cree que se puede vivir con una pensi¨®n de 1.000 euros?¡±, inquiere una anciana peque?a y en¨¦rgica. En Ch?teaudun la alimentaci¨®n sale cara, como en todo el pa¨ªs. La vivienda, en cambio, resulta accesible: 130.000 euros dan para una casita con 1.000 metros de jard¨ªn.
Est¨¢ por ver si Ch?teaudun mantendr¨¢ esta vez su fama como ¡°espejo de Francia¡±: sus resultados electorales suelen ser los mismos que en el conjunto del pa¨ªs. En cuanto a la primera vuelta, caben pocas dudas. Pasar¨¢n el corte Macron y Le Pen, en ese orden seg¨²n los sondeos. Falta mucha campa?a hasta la segunda vuelta, el 24 de abril. Quiz¨¢ el escaso inter¨¦s mostrado por la ciudadan¨ªa en el ¨²ltimo mes se transforme en sentimientos m¨¢s vivos durante las pr¨®ximas dos semanas.
Algo relevante y muy perceptible en Ch?teaudun es el cambio en el perfil de los votantes de ultraderecha. La mayor¨ªa de ellos no se sienten de extrema derecha ni consideran que Marine Le Pen sea de extrema derecha. La definen como ¡°nacionalista¡±, ¡°pragm¨¢tica¡±, ¡°valiente¡±, ¡°popular¡±, ¡°distinta a todos esos tecn¨®cratas¡±.
No muy lejos del centro comercial, unos chicos de familia africana juegan al baloncesto en una peque?a pista callejera. Son primos, adolescentes, nacieron en Dreux (80 kil¨®metros al norte) y ahora viven aqu¨ª. Surge la cuesti¨®n de si ellos o sus familias perciben racismo o actitudes excluyentes en su vida cotidiana. ¡°Bah, alguna persona mayor, quiz¨¢, pero en general nada, ning¨²n problema¡±. En los a?os ochenta y noventa los disturbios socioecon¨®micos y raciales fueron frecuentes, debido al cierre de empresas. Cada protesta terminaba con varios o muchos autom¨®viles incendiados. Han pasado m¨¢s de 20 a?os desde que ardi¨® el ¨²ltimo.
Por primera vez en una semana, la luz del sol revela los encantos de Ch?teaudun. Los dunois (as¨ª se llaman los lugare?os) pasean por la orilla del r¨ªo, bordeado de c¨¦sped, bajo la silueta imponente del castillo. Los cazadores acuden al campo de tiro, mucho m¨¢s vac¨ªo desde que los militares de la base a¨¦rea fueron march¨¢ndose. Hay valientes en las terrazas de la plaza 18 de Octubre. La ciudad sigue siendo discreta, apacible y completamente desprovista de vida nocturna (este fin de semana hay algo m¨¢s de vida por una boda), pero con sol parece otra cosa.
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