Schr?der averg¨¹enza a los socialistas alemanes al poner en duda la responsabilidad de Putin en las matanzas de Ucrania
La copresidenta del partido reclama al excanciller que abandone la formaci¨®n mientras aumenta la presi¨®n sobre Scholz por su falta de liderazgo en la respuesta a la invasi¨®n rusa
?Arrogancia? ?Provocaci¨®n? ?Temeridad? Los alemanes se preguntan qu¨¦ ha llevado al excanciller Gerhard Schr?der a conceder una entrevista a The New York Times en la que el socialdem¨®crata, de 78 a?os, defiende a Vlad¨ªmir Putin, duda de la autor¨ªa de las atrocidades en la ciudad ucrania de Bucha y se niega en redondo a asumir su culpa por haber abocado al pa¨ªs a una perniciosa dependencia energ¨¦tica de Mosc¨². Entre la verg¨¹enza y la indignaci¨®n, pol¨ªticos de todos los partidos se llevan las manos a la cabeza. Especialmente en el que todav¨ªa milita Schr?der, el SPD. Saskia Esken, col¨ªder de la formaci¨®n, le ha pedido que abandone la militancia socialdem¨®crata por su ¡°absurda¡± defensa p¨²blica de Putin.
La entrevista, publicada este fin de semana, llega en un momento tremendamente delicado para el partido. El SPD lleva semanas tratando de defenderse de las acusaciones de que ha estado demasiado cerca de Putin en las ¨²ltimas d¨¦cadas, sin percatarse del peligro, o poni¨¦ndose una venda en los ojos para no ver los riesgos de esa relaci¨®n. El tambi¨¦n socialdem¨®crata Scholz se enfrenta adem¨¢s a una creciente presi¨®n para que autorice la entrega de armamento pesado a Kiev. Su liderazgo est¨¢ cuestionado tanto dentro de la coalici¨®n con verdes y liberales como en la calle. Mientras, la oposici¨®n conservadora afila los cuchillos: quiere someter a votaci¨®n el env¨ªo de tanques porque sabe que podr¨ªa ganarla.
Nadie encarna como el excanciller Schr?der la era de errores de c¨¢lculo que ha desembocado en una Alemania dolorosamente dependiente del gas ruso. El hombre que lider¨® el pa¨ªs entre 1998 y 2005 protagoniz¨® uno de los episodios de puertas giratorias m¨¢s chocantes que se recuerdan en Europa: apenas tres semanas despu¨¦s de dejar la Canciller¨ªa se convirti¨® en presidente de la junta de accionistas de Nord Stream AG, el consorcio controlado por Mosc¨² que iba a construir y operar un gasoducto (el Nord Stream 1) que ¨¦l mismo hab¨ªa aprobado. Schr?der es desde hace a?os el mayor lobista de Putin en Alemania. Con el tiempo ha ido acumulando cargos en otras empresas estatales rusas. Seg¨²n The New York Times, ahora cobra de ellas un mill¨®n de euros al a?o.
La invasi¨®n de Ucrania ¡°es un error¡±, asegura el excanciller, pero se resiste en la entrevista a criticar a Putin, con el que mantiene una relaci¨®n de amistad de varias d¨¦cadas. Llega a decir que ¡°hay que investigar¡± lo ocurrido en Bucha, pero rechaza que fuera decisi¨®n de Putin y la atribuye a mandos inferiores. En su opini¨®n, no habr¨ªa que poner fin a las estrechas relaciones entre ambos pa¨ªses. ¡°No se puede aislar a un pa¨ªs como Rusia a largo plazo, ya sea pol¨ªtica o econ¨®micamente¡±, asegura.
En sus palabras no se percibe ninguna autocr¨ªtica: afirma que hizo lo que m¨¢s beneficiaba a Alemania. ¡°Yo no entono el mea culpa. No es lo m¨ªo¡±, dice, para despu¨¦s ofrecerse como mediador: ¡°Al menos una de las partes conf¨ªa en m¨ª¡±. En marzo pasado, con la invasi¨®n en marcha, el excanciller hizo un pol¨¦mico viaje a Rusia para, seg¨²n dijo, hacer de intermediario con el presidente ruso. Poco o nada se sabe de esa visita, salvo que no dio frutos, y que no alert¨® a su compa?ero de partido Scholz de que iba a entrevistarse con Putin.
Hace meses que Schr?der es un paria en Berl¨ªn, desde que, d¨ªas antes de que empezara la invasi¨®n de Ucrania, se dedic¨® a sugerir que la culpa de la reacci¨®n de Putin era de Kiev, por ir provocando. Pero ahora es un medio internacional de prestigio el que muestra al mundo entero que hay un excanciller alem¨¢n que defiende al agresor mientras cobra un sueldo millonario de empresas controladas por el Kremlin. Ya no averg¨¹enza solo a su partido, sino a Alemania entera. El bochorno que muchos socialdem¨®cratas dec¨ªan sentir entonces se ha multiplicado y ya no son solo agrupaciones locales o cargos medios aislados los que piden su expulsi¨®n. Esta vez la que pide que abandone el partido es la copresidenta: ¡°Su defensa de Putin contra las acusaciones de cr¨ªmenes de guerra es absurda¡±.
Saskia Esken asegur¨® que hace a?os que Schr?der ¡°act¨²a solo como un hombre de negocios¡±. ¡°Tenemos que dejar de verlo como un estadista y un excanciller¡±, a?adi¨®. Hace unas semanas dimiti¨® en bloque el personal de la oficina que le costea el erario p¨²blico en protesta por no abandonar sus cargos en las empresas rusas, como s¨ª han hecho la mayor¨ªa de exdirigentes europeos seducidos por Putin en Europa. Ya entonces Esken y el otro copresidente, Lars Klingbeil, hab¨ªan enviado una carta a Schr?der pidi¨¦ndole que dejara esos puestos. Obviamente fue ignorada. De hecho, el excanciller podr¨ªa sumar en junio un nuevo cargo vinculado al Kremlin: ha sido nominado para entrar en el consejo del gigante gasista Gazprom.
El SPD est¨¢ muy cuestionado desde el inicio de la invasi¨®n rusa por haber sido demasiado indulgente con Putin. Antiguos l¨ªderes del partido, como Sigmar Gabriel (exl¨ªder del partido y exministro de Exteriores) y el actual presidente alem¨¢n, Frank-Walter Steinmeier, han admitido p¨²blicamente que cometieron errores. Ambos crecieron pol¨ªticamente bajo el ala de Schr?der y con ¨¦l forman la tr¨ªada de pesos pesados de la socialdemocracia que abon¨® el camino a los intereses rusos. Steinmeier ha reconocido que se equivoc¨® en la defensa a ultranza de Berl¨ªn del pol¨¦mico gasoducto Nord Stream 2, ahora paralizado, e hizo autocr¨ªtica de los 16 a?os de Gobierno de Angela Merkel, al que perteneci¨® en dos legislaturas: ¡°Defendimos puentes en los que Rusia ya no cre¨ªa y contra los que nuestros socios nos hab¨ªan advertido¡±.
Otros l¨ªderes socialdem¨®cratas, como el jefe en Renania del Norte-Westfalia, el land alem¨¢n m¨¢s poblado, se han sumado a la condena de la c¨²pula del partido. Pero tambi¨¦n lo han hecho miembros de otras formaciones. ¡°El canciller de la verg¨¹enza¡±, se refiri¨® a ¨¦l Marco Wanderwitz, de la CDU. M¨¢s de una docena de asociaciones regionales del SPD han solicitado que se inicie un proceso de expulsi¨®n del partido contra Schr?der. Desde Ucrania, el alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, que vivi¨® muchos a?os en Alemania, exigi¨® la imposici¨®n de sanciones contra ¨¦l. Es parte del sistema de Putin y, por tanto, ¡°corresponsable de la matanza¡±, asegur¨®.
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