Petro suspende su campa?a en una regi¨®n de Colombia por miedo a un magnicidio
El candidato presidencial y su equipo aseguran tener informaci¨®n policial de que una organizaci¨®n paramilitar planea asesinarlo
El miedo a un magnicidio sobrevuela la campa?a presidencial colombiana desde el inicio. Ahora ha tomado cuerpo. El candidato Gustavo Petro ha anunciado este lunes que suspende su gira por una regi¨®n del pa¨ªs ante la amenaza de un grupo paramilitar que, seg¨²n informaci¨®n a la que ha tenido acceso, planea atentar contra su vida. Su equipo de campa?a dice tener datos fiables, compartidos por la polic¨ªa, de que un clan mafioso llamado La Cordillera pretend¨ªa acabar con ¨¦l estos d¨ªas.
Petro no acudir¨¢ esta semana al Eje Cafetero, en el centro del pa¨ªs, como ten¨ªa previsto. La Cordillera, seg¨²n el comunicado que ha hecho p¨²blico el candidato, se dedica al narcotr¨¢fico y al sicariato. A este grupo se le atribuye el asesinato de Lucas Villa, un l¨ªder juvenil al que dispararon desde un puente durante las protestas del a?o pasado contra el Gobierno. Villa se hab¨ªa hecho popular en redes sociales por su mensaje de no violencia, era un convencido de que la mejor insurrecci¨®n era la pac¨ªfica. Su muerte conmocion¨® a Colombia en los d¨ªas m¨¢s ¨¢lgidos del estallido social. Sus verdugos, de acuerdo a esta informaci¨®n, ten¨ªan ahora en la mira a Petro.
Colombia tiene un largo historial de magnicidios. Hace unos d¨ªas se cumplieron 32 a?os del asesinato de Carlos Pizarro, el l¨ªder de la guerrilla del M-19 que lleg¨® a un acuerdo de paz con el Gobierno y se reintegr¨® a la vida civil. Unos pistoleros lo balearon a bordo de un avi¨®n cuando hacia campa?a como candidato presidencial. Un a?o antes, unos sicarios acabaron con la vida, en medio de un mitin, de Luis Carlos Gal¨¢n, la figura liberal m¨¢s importante en su tiempo, alguien que cuestion¨® el establishment y sus v¨ªnculos con el narcotr¨¢fico. Su muerte se llora todav¨ªa hoy en d¨ªa. En esa misma campa?a lleg¨® a ser asesinado otro candidato, Bernardo Jaramillo Ossa. La estabilidad de la naci¨®n pendi¨® de un hilo. Esa forma perversa de manipular la vida p¨²blica no par¨® ah¨ª. En 1995 fue acribillado ?lvaro G¨®mez, un pol¨ªtico conservador que en la ¨²ltima etapa de su vida fue un creyente fervoroso de la paz. Las Farc se atribuyeron el a?o pasado su muerte, aunque la autor¨ªa no est¨¢ del todo clara.
En las ¨²ltimas d¨¦cadas no ha ocurrido nada semejante, pero el hecho de que Petro destaque en las encuestas ha revivido el tema. Sobre ninguno de sus adversarios pesa una amenaza semejante. Este temor ha sido una constante en su vida. Cuando perteneci¨® al M-19, una guerrilla urbana con vocaci¨®n socialdem¨®crata, el Gobierno inici¨® una guerra sucia que se llev¨® por delante a muchos de sus compa?eros. ?l, que nunca lleg¨® a ser un cuadro importante del grupo, vivi¨® en la clandestinidad. M¨¢s tarde fue un l¨ªder social en lugares controlados por el paramilitarismo. Durante un tiempo durmi¨® con un rev¨®lver bajo la almohada. Todo esto complic¨® al extremo su vida personal.
Es m¨¢s, los personajes que ¨¦l siempre ha admirado han tenido este final dram¨¢tico. Petro creci¨® oyendo a hablar a su madre de Jorge Eli¨¦cer Gait¨¢n, un orador extraordinario asesinado en Bogot¨¢ en 1948, tambi¨¦n durante una campa?a electoral. Aquello desemboc¨® en una ¨¦poca de violencia terrible entre conservadores y liberales que se sald¨® con m¨¢s de 200.000 muertos. Lo que le hace pensar a la gente que algo as¨ª podr¨ªa volver a suceder es que un candidato abiertamente de izquierdas sea l¨ªder destacado en las encuestas. En algunos sectores hay un miedo enorme a que llegue a la presidencia. Ser¨ªa la primera vez que un pol¨ªtico que viene directamente de la lucha social y la guerrilla llegue al poder.
El jefe de debate del candidato, Alfonso Prada, confirm¨® las amenazas recibidas, pero lanz¨® un mensaje optimista: ¡°No hay absolutamente nada ni nadie que impida la llegada tranquila a la presidencia de la Rep¨²blica que representan Gustavo Petro y Francia M¨¢rquez [la n¨²mero 2]. Todo el apoyo popular que estamos recibiendo es nuestro escudo¡±.
Los dos principales contendientes de Petro reaccionaron de forma distinta. El candidato de la derecha, Fico Guti¨¦rrez, subi¨® un v¨ªdeo en el que unos seguidores de Petro cargaban un f¨¦retro que representaba, seg¨²n ellos, la muerte de Fico. ?l lo interpreta como una amenaza a su vida, aunque podr¨ªa tratarse de una broma de mal gusto de unos petristas exaltados. Las im¨¢genes ten¨ªan un aire m¨¢s carnavalesco que mafioso. El l¨ªder del centro, Sergio Fajardo, apoy¨® a Petro y de paso le atiz¨® a Fico: ¡°En Colombia no nos podemos dar el lujo de dudar o deslegitimar una amenaza de muerte. Se deben tramitar estas denuncias con todo el rigor. Mi solidaridad con Gustavo Petro¡±.
El jefe del Ej¨¦rcito colombiano tambi¨¦n ha ayudado a enrarecer el ambiente. En Twitter, el general Eduardo Zapateiro arremeti¨® abiertamente contra Petro, algo sorprendente porque resulta inconstitucional que los militares participen en pol¨ªtica. Las declaraciones del general fueron un desacato directo al presidente Iv¨¢n Duque, que inexplicablemente se puso del lado de Zapateiro. La revista Semana, este domingo, public¨® un reportaje en el que generales de todo el pa¨ªs hablaban de manera an¨®nima. Era una sucesi¨®n de amenazas veladas entre las que se insin¨²a incluso un golpe de Estado. El aludido, por el momento, ha decidido recluirse hasta que la supuesta amenaza se disipe.
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