Ucrania llora la muerte de su h¨¦roe m¨¢s joven
El funeral del carism¨¢tico Roman Ratushni, ca¨ªdo en el frente oriental de una guerra que deja cada d¨ªa m¨¢s de 100 v¨ªctimas mortales, sacude al pa¨ªs
Militares con varias guerras a sus espaldas con la voz temblorosa, parejas abrazadas con la mirada perdida en el infinito, mujeres con flores en las manos y los ojos llenos de l¨¢grimas, y muchos, muchos, gritos de gloria a Ucrania, gloria a los h¨¦roes y muerte al enemigo. El centro de Kiev se convirti¨® el s¨¢bado en una gigantesca despedida en tres actos a Roman Ratushni, el joven de 24 a?os que ejemplificaba todas las virtudes en las que quieren verse reflejados los ucranios y que cay¨® v¨ªctima de un ataque ruso en el frente oriental el pasado 9 de junio.
La muerte de Ratushni no es una m¨¢s. Tras casi cuatro meses de guerra, los ucranios han tenido que acostumbrarse a las malas noticias. Pero el motivo que el s¨¢bado congreg¨® a una multitud ¡ªy en los ¨²ltimos d¨ªas ha sido omnipresente en las redes sociales¡ª era algo especial. Muchos de los que estaban all¨ª hablaban de una sensaci¨®n de no dar cr¨¦dito a lo que estaba ocurriendo.
En su corta vida, a Ratushni le dio tiempo a hacer muchas cosas. Cuando solo ten¨ªa 17 a?os particip¨® en la revoluci¨®n del Maid¨¢n que acabar¨ªa con la salida del presidente prorruso V¨ªctor Yanuk¨®vich. Despu¨¦s liderar¨ªa una protesta social contra la construcci¨®n de edificios en una zona verde de las afueras de Kiev. Y m¨¢s tarde, cuando el pasado 24 de febrero Vlad¨ªmir Putin desat¨® toda su furia contra Ucrania, no dud¨® en alistarse primero para defender la capital y, cuando esta estuvo segura, ir al este del pa¨ªs, donde acabar¨ªa sus d¨ªas. ¡°Era valiente y ten¨ªa mucho sentido del humor. Siempre sacaba lo mejor de cada persona¡±, le recordaba su madre, Svitlana Povaliaeva.
El carisma de Ratushni confiere a su muerte un significado especial. Pero forma parte de un chorro incesante que nadie sabe cu¨¢ndo parar¨¢. No hay cifras oficiales, pero las declaraciones de distintos responsables gubernamentales dan idea de lo desesperado de la situaci¨®n. A finales de mayo, el presidente Volod¨ªmir Zelenski dijo en el foro de Davos que cada d¨ªa mor¨ªan en Donb¨¢s entre 50 y 100 militares ucranios. Pero estas cifras parecen haberse quedado cortas. En las ¨²ltimas semanas, diversos asesores presidenciales las han ido ampliando hasta los 200 o incluso los 500. Adem¨¢s, la Fiscal¨ªa calcula que 323 ni?os han muerto desde el comienzo de la invasi¨®n rusa.
La magnitud de la tragedia ha llevado a algunos analistas a compararla con la que sufri¨® Ucrania durante la II Guerra Mundial. Pero Roman Ponomarenko, doctor en Historia y analista militar, pone en duda que la cifra de muertos actuales se acerque siquiera a la de hace 70 a?os. ¡°Con la intensidad de los combates, calculo que ahora estaremos teniendo cada d¨ªa unas 100 bajas y 500 heridos. En el frente sovi¨¦tico-alem¨¢n de 1941-1945, las p¨¦rdidas humanas de los ucranios en las filas del Ej¨¦rcito Rojo ascendieron a cuatro millones de personas, lo que supondr¨ªa que cada d¨ªa murieron en torno a 2.820 militares ucranios, aparte de numerosas v¨ªctimas civiles¡±, asegura este experto.
Pese al coste elevad¨ªsimo, nadie en este funeral ¡ªy, en general, en las calles de Kiev¡ª parece estar dispuesto a ceder ante el enemigo. Aqu¨ª el esp¨ªritu de lucha no queda empa?ado por el dolor, por muy insoportable que sea. Tatiana Foltova, compa?era de Ratushni en la campa?a para impedir la urbanizaci¨®n de la zona verde Protasiv Yar, le recuerda como un chico alegre que nunca dud¨® sobre lo que ten¨ªa que hacer, y al que en ning¨²n momento sus amigos le aconsejaron que no fuera a la guerra. Sab¨ªan que, si se lo dec¨ªan, no querr¨ªa escucharlo.
¡°?l cre¨ªa que nuestra naci¨®n deb¨ªa ser libre, y que hab¨ªa que hacer lo que fuera para conseguirlo. Estamos perdiendo a los mejores de nuestra generaci¨®n. Es espantoso¡±, dice su amiga tratando de contener la emoci¨®n.
Los mejores de una generaci¨®n
Esta idea de que la guerra se est¨¢ llevando a los esp¨ªritus m¨¢s brillantes de una generaci¨®n la repiten muchos de los congregados. La dice el alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, en una conversaci¨®n con este peri¨®dico. Y tambi¨¦n otro h¨¦roe que anda por all¨ª: Oleg Sentzov, capturado por los rusos en Crimea en 2014 hasta que lo liberaron en un intercambio de rehenes cinco a?os m¨¢s tarde. ¡°En sus 24 a?os de existencia, Roman hizo m¨¢s cosas que la mayor parte de la gente en toda una vida adulta¡±, dice el hoy cineasta, galardonado con el premio S¨¢jarov del Parlamento Europeo.
Foltova es una de las oradoras que recuerdan al joven activista en la plaza del Maid¨¢n, a pocos metros del lugar en el que en 2014 murieron decenas de manifestantes contra la decisi¨®n del entonces presidente Yanuk¨®vich de no firmar el acuerdo de asociaci¨®n con la Uni¨®n Europea. Mientras ella habla, suenan las sirenas de alarma a¨¦rea y un mensaje en el m¨®vil avisa de que las autoridades recomiendan buscar refugio. Pero aqu¨ª nadie se mueve ni un mil¨ªmetro. Los cuatro meses de guerra, y la relativa calma de Kiev en las ¨²ltimas semanas, han hecho que muy pocas personas presten atenci¨®n a estos mensajes.
Ratushni era extremadamente popular. ¡°Por el carisma que ten¨ªa, podr¨ªa haber llegado a ser nuestro presidente¡±, dice un joven. Esa popularidad se nota en un homenaje que se alarg¨® unas seis horas en tres escenarios: primero una ceremonia religiosa en el monasterio de San Miguel de las C¨²pulas Doradas; luego una civil en la plaza del Maid¨¢n; y para terminar un entierro con honores militares en el que el padre recogi¨® la bandera ucrania que envolv¨ªa el f¨¦retro mientras la madre aguantaba el tipo estoicamente.
En los tres escenarios se repet¨ªan las escenas: flores para sobrellevar la despedida, m¨²sica para consolar a los que se quedan y muchas banderas para enardecer los ¨¢nimos ante la ardua batalla que a¨²n queda por delante. Algunos dec¨ªan que la despedida de Ratushni les hab¨ªa servido para darse cuenta de que tienen que hacer m¨¢s para luchar por su pa¨ªs. Es el caso de Katerina, estudiante de 22 a?os que lleg¨® a Kiev hace dos semanas tras haberse refugiado en Finlandia con familiares cuando empez¨® la guerra. ¡°No he decidido a¨²n qu¨¦ voy a hacer, pero s¨¦ que tengo que seguir su ejemplo¡±, dec¨ªa.
La guerra ha despertado el esp¨ªritu de supervivencia de Ucrania. Y en ese goteo incesante de muertos propios, los ajenos se celebran como ¨¦xitos. Seg¨²n las ¨²ltimas cifras oficiales de Kiev ¡ªque conviene coger con pinzas: en cualquier conflicto, los dos bandos usan la informaci¨®n a su servicio¡ª, m¨¢s de 33.000 soldados rusos han perdido la vida desde febrero. Yulia admite que es una idea inquietante alegrarse de las muertes ajenas. Pero tambi¨¦n dice que, en estos tiempos, a los ucranios es lo ¨²nico que les queda.
Sigue toda la informaci¨®n internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.