Tormenta en la izquierda francesa tras admitir un dirigente m¨¦lenchonista que ¡°abofete¨®¡± a su mujer
M¨¦lenchon desconcierta a sus partidarios tras elogiar la ¡°dignidad¡± y ¡°valent¨ªa¡± del diputado Quatennens al admitir los hechos. El l¨ªder ecologista Julien Bayou se aparta tras ser acusado de acoso psicol¨®gico
¡°Di una bofetada¡±. Han bastado estas palabras, escritas por el dirigente de La Francia Insumisa (LFI) Adrien Quatennens, para desencadenar un examen de conciencia en la izquierda francesa y un conato de rebeli¨®n contra su m¨¢ximo l¨ªder, el veterano Jean-Luc M¨¦lenchon, que en mayo fue candidato a la presidencia de la Rep¨²blica y en junio se postul¨® como primer ministro en caso de una victoria de la izquierda.
Quatennens (Lille, 32 a?os), coo...
¡°Di una bofetada¡±. Han bastado estas palabras, escritas por el dirigente de La Francia Insumisa (LFI) Adrien Quatennens, para desencadenar un examen de conciencia en la izquierda francesa y un conato de rebeli¨®n contra su m¨¢ximo l¨ªder, el veterano Jean-Luc M¨¦lenchon, que en mayo fue candidato a la presidencia de la Rep¨²blica y en junio se postul¨® como primer ministro en caso de una victoria de la izquierda.
Quatennens (Lille, 32 a?os), coordinador de LFI, fiel lugarteniente de M¨¦lenchon y hasta hace unos d¨ªas en las quinielas para la sucesi¨®n, public¨® este fin de semana un comunicado en el que daba detalles sobre lo que unos d¨ªas antes hab¨ªa revelado el semanario Le Canard Encha?n¨¦: la declaraci¨®n de su esposa, C¨¦line, en una comisar¨ªa, para notificar ante las autoridades los actos hostiles de su marido. El pol¨ªtico admiti¨®: ¡°En un contexto de extrema tensi¨®n y de agresividad mutua, di una bofetada. La di, aunque yo no soy as¨ª, y nunca m¨¢s se repiti¨®. Lament¨¦ profundamente este gesto y ped¨ª muchas excusas¡±.
M¨¦lenchon, en un mensaje en la red social Twitter, critic¨® a la polic¨ªa por filtrar la informaci¨®n a Le Canard Encha?n¨¦, a los periodistas por ejercer de ¡°voyeurs¡± de la vida ¨ªntima, a las redes sociales por comentarlo. Y elogi¨® la ¡°dignidad¡± y la ¡°valent¨ªa¡± de Quatennens por admitir los hechos. Las palabras de M¨¦lenchon indignaron al resto de partidos. Nada inusual. Tambi¨¦n irritaron a algunos de sus correligionarios. Y esto es excepcional en un partido donde la palabra y la figura del l¨ªder raramente se cuestionan en p¨²blico.
El caso Quatennens no es el ¨²nico exabrupto machista que estos d¨ªas afecta a la izquierda, que en Francia exhibe el estandarte del feminismo. La diputada de Europa Ecolog¨ªa Los Verdes (EELV) Sandrine Rousseau, representante del ala izquierda del ecologismo, se?al¨® en un programa de televisi¨®n al secretario nacional de su propio partido, Julien Bayou (Par¨ªs, 42 a?os), por ¡°comportamientos cuya naturaleza rompe la salud mental de las mujeres¡±. Explic¨® que se lo cont¨® una exnovia de Bayou y que unas semanas despu¨¦s la mujer se intent¨® suicidar. No concret¨® m¨¢s. Bayou se ha apartado del cargo.
Con la ca¨ªda, en pocos d¨ªas, de dos dirigentes de la alianza izquierdista que forma el primer bloque opositor en la Asamblea Nacional, se reabre el debate sobre la violencia sexista en pol¨ªtica y la tolerancia de las c¨²pulas de los partidos ante las acusaciones a los suyos.
Fabienne El Khoury, portavoz de la asociaci¨®n feminista Osez le f¨¦minisme! (Atreverse al feminismo), se ha declarado ¡°escandalizada¡± por la reacci¨®n de M¨¦lenchon a la confesi¨®n de Quatennens. ¡°Esper¨¢bamos m¨¢s de la izquierda¡±, dice por tel¨¦fono. ¡°Nos hemos dado cuenta de que queda mucho para que se gane la lucha contra las violencias conyugal y las violencias sexistas y sexuales¡±, dice. El Khoury lamenta que con frecuencia la causa partidista acabe siendo prioritaria ante la lucha feminista. Tambi¨¦n apunta a ¡°la deshumanizaci¨®n de las mujeres en una sociedad patriarcal¡±, lo que, en su opini¨®n, incita a la empat¨ªa con el hombre antes que con la mujer.
M¨¦lenchon, tras las reacciones hostiles a su primer tuit, intent¨® rectificar: ¡°C¨¦line y Adrien son amigos m¨ªos. Mi afecto por ¨¦l no significa que C¨¦line me sea indiferente. Ella no deseaba que se citase su nombre. Pero lo digo: una bofetada es inaceptable en todos los casos. Adrien lo asume. Est¨¢ bien¡±.
¡°La derecha es ejemplar en esto¡±, ironiza la abogada Caroline Mecary, que fue candidata de la NUPES ¡ªla alianza que agrupa a LFI, socialistas, comunistas y ecologistas¡ª en las legislativas de junio, y perdi¨®. Lo que indica Mecary es que la violencia y los abusos no ocurren solo en la izquierda. El actual ministro del Interior, G¨¦rald Darmanin, pas¨® buena parte del primer quinquenio presidencial de Emmanuel Macron acusado de violaci¨®n, aunque la causa fue archivada. Macron, tras salir reelegido en las presidenciales, nombr¨® como ministro de Solidaridad al pol¨ªtico Damien Abad, acusado de violaci¨®n por varias mujeres. Tras las legislativas, le relev¨®. Abad sigue siendo diputado.
¡°Los ¨²nicos partidos que han tomado consciencia de la necesidad de tratar las violencias dentro del partido han sido Europa Ecolog¨ªa - Los Verdes y La Francia Insumisa¡±, dice Mecary. ¡°Es cierto que los sistemas no son perfectos. Todo el mundo va a ciegas. La verdad es que, si hay que luchar contra estas violencias, hay que dotar de medios a la Justicia y a la Polic¨ªa¡±.
Los partidos que cita Mecary disponen de comisiones internas para tratar las denuncias. Pero se les ha reprochado su falta de transparencia: una manera de lavar los trapos sucios machistas a puerta cerrada, o de realizar procesos expr¨¦s y sin garant¨ªas. ¡°Hay que vigilar mucho con la demanda de sanciones sin juicio, de apartar a alguien sin juicio¡±, dice Mecary en alusi¨®n a los casos de Quatennens y Bayou. ¡°Es una manera muy totalitaria de actuar¡±.
LFI cuenta con feministas reconocidas, como la diputada Cl¨¦mentine Autain. Junto a otras dirigentes, ha forzado un comunicado del partido reiterando ¡°el compromiso sin falla en la lucha contra la violencia a las mujeres¡±. Es una manera de marcar distancias con M¨¦lenchon, al que, en general, casi nadie desautoriza. El l¨ªder, aunque no es diputado, sue?a con volver a ser candidato a la presidencia en 2027. Como se demuestra ahora, corre el riesgo de convertirse en un jarr¨®n chino: valioso para esta izquierda pero, para muchos, cada d¨ªa m¨¢s inc¨®modo.
Sigue toda la informaci¨®n internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.