Al sol y junto a un lago, la izquierda francesa calienta motores para doblegar a Macron
Los partidos preparan la ¡®rentr¨¦e¡¯ pol¨ªtica en sus universidades de verano, ritual ineludible del final de la ¨¦poca estival en Francia
Hay charlas sobre la crisis del hospital p¨²blico y sobre la abstenci¨®n, y tambi¨¦n talleres de oratoria o de puerta a puerta. Los militantes, a la orilla de un lago, al sol o bajo los ¨¢rboles, aprenden a ir al contacto del ciudadano, a hablar con ¨¦l, a escucharle. Y a pedirle el voto.
¡°Debemos ir a hablar con la gente, y hay que hacerlo ahora que no hay campa?a electoral, porque podemos tomarnos m¨¢s tiempo para interesarnos por sus problemas. En campa?a no hay tanto tiempo, porque en ese momento lo importante es ver el m¨¢ximo de gente y decirle que vaya a votar¡±.
Quien habla se llama Julien, tiene 27 a?os, es ingeniero inform¨¢tico y ha conducido 320 kil¨®metros desde su ciudad, Besan?on, hasta Valence, al sur de Lyon. En las afueras de Valence se celebr¨®, entre el viernes y el domingo, la Universidad de Verano de La Francia Insumisa (LFI), el partido de la izquierda anticapitalista y euroesc¨¦ptica francesa.
Todo gira en torno a la rentr¨¦e estos d¨ªas en Francia, el inicio de curso. La rentr¨¦e original: la escolar. La literaria, con el medio millar de novelas que aterrizan en las librer¨ªas. Y la rentr¨¦e pol¨ªtica, que tiene sus rituales. Entre ellos, las universidades de verano: encuentros entre dirigentes y militantes, generalmente lejos de Par¨ªs y a menudo en un marco campestre y relajado, para ponerse a punto antes del regreso a la pelea partidista.
¡°Necesit¨¢bamos reponer fuerzas entre militantes y amigos despu¨¦s de las campa?as electorales¡±, dice, mientras hace cola para comprar comida mexicana, C¨¦line, una militante de 48 a?os que ha venido con otros insumisos desde el departamento de Tarn, cerca de Toulouse. ¡°Necesit¨¢bamos buscar energ¨ªa¡±, a?ade Philippe, de 58 a?os.
Hubo universidades de verano que marcaron ¨¦poca, como las que desde los a?os noventa convoc¨® el Partido Socialista (PS) en La Rochelle, en la costa Atl¨¢ntica. Sol¨ªa ser escenario de peleas entre corrientes internas y de intrigas de poder. Emmanuel Macron puso patas arriba la pol¨ªtica francesa en 2017 cuando, sin un gran partido detr¨¢s, gan¨® las elecciones presidenciales mientras se hund¨ªa el PS y su eterno rival en la derecha, Los Republicanos. E indirectamente puso patas arriba el ritual de las universit¨¦s d¡¯¨¦t¨¦.
Pero en este a?o 2022, la pol¨ªtica francesa ha dado otro vuelco. Macron sali¨® reelegido en abril, pero en junio perdi¨® la mayor¨ªa absoluta en la Asamblea Nacional. Francia, que se acost¨® en la noche electoral siendo un r¨¦gimen presidencialista, en el que el jefe del Estado todo lo dec¨ªa, amaneci¨® parlamentario, con una oposici¨®n fuerte y diversa. Y con universidades de verano con considerable poder de convocatoria.
Eran miles este fin de semana en Valence, en la m¨¢s concurrida de estas universidades de verano: la de La Francia Insumisa de Jean-Luc M¨¦lenchon, tres veces candidato y tres veces derrotado en las presidenciales, pero art¨ªfice, tras las ¨²ltimas, de la primera candidatura ¨²nica de la izquierda en d¨¦cadas: insumisos, socialistas, ecologistas y comunistas bajo la misma etiqueta de la Nueva Uni¨®n Popular Ecol¨®gica Social (NUPES). La NUPES, sumando sus partidos, tiene 151 diputados, lo que la convierte en la primera fuerza de la oposici¨®n. Al no tener un grupo ¨²nico y sentarse sus partidos por separado en el hemiciclo, la primera oposici¨®n es en realidad el Reagrupamiento Nacional (RN), el partido de extrema derecha de Le Pen, con 89 diputados. La Francia Insumisa tiene 75. No figura M¨¦lenchon entre ellos, pues no fue candidato en las legislativas. En Valence, donde el domingo pronunci¨® el discurso de clausura, fue la estrella, pero la inc¨®gnita sobre su futuro sobrevolaba las discusiones. ?L¨ªder sin cargo? ?Figura tutelar? Buena parte de la izquierda ¨Cla no insumisa¨C desconf¨ªa de ¨¦l y le reprocha su complacencia con algunos reg¨ªmenes autoritarios.
Pero los m¨¦lenchonistas, sin ser la primera fuerza parlamentaria, son m¨¢s fuertes que nunca, y este fin de semana han calentado motores para hacerlo valer en la nueva legislatura.
¡°Acceder al poder es urgente y, cuanto antes, mejor¡±, proclama, en un estrado ante centenares de fieles, el diputado Adrien Quatennens, joven lugarteniente de M¨¦lenchon.
LFI se postula en la Asamblea Nacional como la aut¨¦ntica oposici¨®n: la m¨¢s ruidosa, la m¨¢s agresiva. Pero en Valence reina el buen rollo, hasta el punto de que los insumisos ¡ªque consideran a Macron un l¨ªder autoritario y un peligroso ultraliberal, y que se ven tildados por algunos macronistas de ¡°islamoizquierdistas¡±¡ªhan invitado a varios ministros para debatir.
Marl¨¨ne Schiappa, secretaria de Estado para la Econom¨ªa Social, debate sobre el concepto Rep¨²blica con el diputado Alexis Corbi¨¨re, uno de los hombres fuertes de LFI. Hablan de fechas. Ella se reclama de la Revoluci¨®n de 1789, la de la toma de la Bastilla y la Declaraci¨®n de los derechos del hombre y el ciudadano; ¨¦l, de 1793, despu¨¦s de que le hubiesen cortado la cabeza a Luis XVI, ¡°no la Rep¨²blica formal, sino la real¡±, dice. A ¨¦l lo aplauden; a ella la abuchean. ¡°No temo el debate, aunque ustedes sean mil, y yo una¡±, les dice Schiappa. A?ade Corbi¨¨re: ¡°Si de verdad un d¨ªa los adversarios hist¨®ricos de la Rep¨²blica la ponen en peligro, estoy seguro de que lucharemos en el mismo bando¡±. Todos se ponen en pie y entonan La Marsellesa.
No es un asunto te¨®rico, el de la Rep¨²blica. Circula, en algunos sectores del macronismo, la idea que LFI no pertenece al campo republicano y que, como el RN de Le Pen, se le debe situar extramuros del sistema. Cl¨¦ment Beaune, exministro de Europa, actual titular de Transportes y hombre de confianza de Macron, lo tiene claro: s¨ª son republicanos; si no, no estar¨ªa aqu¨ª para debatir durante m¨¢s de una hora sobre el significado de la palabra ¡°desobediencia¡± con la eurodiputada insumisa Manon Aubry. Los insumisos propugnan ¡°desobedecer¡± a una Uni¨®n Europea que consideran antidemocr¨¢tica; Beaune cree que si no fuese democr¨¢tica, lo que habr¨ªa que hacer no es desobedecer, sino marcharse.
¡°?Cu¨¢ntos de ustedes est¨¢n a favor de la desobediencia a la UE?¡±, pregunta la moderadora al p¨²blico. Casi un millar de manos se levanta. ¡°?Y de salir de la UE?¡± Apenas una veintena.
¡°Estoy harta de que me pregunten si estoy a favor o en contra de la UE: estamos a favor de otra UE¡±, afirma Aubry. Sostiene Beaune: ¡°Hacer pol¨ªtica no es desobedecer la regla, es cambiar la regla¡±.
Paseando entre las casetas de publicaciones y organizaciones de izquierdas, unos veintea?eros discuten sobre el ¡°socialismo dial¨¦ctico¡±; otros, mientras toman el sol en la hierba junto al lago, sopesan las posibilidades de que Le Pen gane las presidenciales de 2027. Bajo un entoldado, pol¨ªticos y acad¨¦micos buscan el porqu¨¦ del voto obrero para la extrema derecha; en otro foro el tema de discusi¨®n es si el RN es ¡°neofascismo o trumpismo a la francesa¡±.
La cuesti¨®n de la etiqueta se aplica a la propia Francia Insumisa. ?C¨®mo llamarles? ?Populistas, como en el pasado ha reivindicado M¨¦lenchon? ?Extrema izquierda, t¨¦rmino que rechazan? ¡°Somos la verdadera izquierda¡±, cree C¨¦line, la militante del Tarn. ¡°Yo dir¨ªa izquierda radical¡±, opina Julien, de Besan?on. ¡°Somos de izquierdas, pero tenemos un proyecto radical, de ruptura con el sistema¡±.
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