Emilio Gentile, historiador: ¡°Es un disparate pensar que el fascismo puede volver¡±
El principal experto en el periodo en el que Benito Mussolini gobern¨® Italia cree que es una victoria de la democracia que Giorgia Meloni haya jurado una Constituci¨®n antifascista
La Marcha sobre Roma es uno de esos hitos negros pero, sobre todo, algo borrosos de la historia del siglo XX. No est¨¢ clara ni la fecha exacta ni la propia sustancia del acto. Pero la versi¨®n oficial dice que aquella cabalgata de camisas negras se produjo hace ahora un siglo exacto. Y que, visto con perspectiva, su llegada a la capital de Italia fue el momento en el que puede darse por inaugurada la era fascista en Italia, el momento en el que convergieron la sublevaci¨®n y la n...
La Marcha sobre Roma es uno de esos hitos negros pero, sobre todo, algo borrosos de la historia del siglo XX. No est¨¢ clara ni la fecha exacta ni la propia sustancia del acto. Pero la versi¨®n oficial dice que aquella cabalgata de camisas negras se produjo hace ahora un siglo exacto. Y que, visto con perspectiva, su llegada a la capital de Italia fue el momento en el que puede darse por inaugurada la era fascista en Italia, el momento en el que convergieron la sublevaci¨®n y la negociaci¨®n pol¨ªtica que auparon al dictador Benito Mussolini al poder. Un advenimiento que la izquierda y la poblaci¨®n en general subestimaron.
Un grupo de escuadrones de militares, pandilleros violentos e idealistas de tercera divisi¨®n decidieron marchar hacia la capital de Italia para consolidar lo que en varias regiones era ya una realidad. Un r¨¦gimen autoritario y violento que impon¨ªa unas consignas pol¨ªticas nacidas de una premisa desviada del socialismo. Un hombre bajito, calvo y de ment¨®n pronunciado lleg¨® a Roma, dos d¨ªas despu¨¦s de que lo hicieran sus ac¨®litos, tumbado c¨®modamente en su vag¨®n cama. Fue ah¨ª, m¨¢s o menos, cuando entendi¨® que no habr¨ªa resistencia y que el rey de Italia no firmar¨ªa el estado de sitio.
Este viernes se cumple un siglo de aquella Marcha sobre Roma. Y es dif¨ªcil no mirar de reojo la actualidad italiana, donde Giorgia Meloni, l¨ªder de Hermanos de Italia, un partido nacido de los rescoldos del posfacismo, se dispone a comenzar una nueva era pol¨ªtica. ?Paralelismos? ?Peligros? Emilio Gentile (Bojano, 76 a?os), el mayor experto en el fascismo, cree que son inexistentes. Es m¨¢s, buscarlos, como hizo Umberto Ecco con aquel Fascismo eterno, ser¨ªa un disparate hist¨®rico.
Pregunta. ?Qu¨¦ fue la Marcha de Roma? ?Una sublevaci¨®n, un golpe de Estado, una manifestaci¨®n?
Respuesta. Fue una t¨¢ctica que uni¨® la amenaza de la insurrecci¨®n institucional con las negociaciones pol¨ªticas que Mussolini condujo con los viejos exponentes de la clase liberal como Francesco Saverio Nitti, [Vittorio Emanuele] Orlando, [Antonio] Salandra, [Giovanni] Giolitti y el mismo [Luigi] Facta, presidente del Consejo [de Ministros]. Fue una insurrecci¨®n sucedida entre el 26 y el 27 de octubre de 1922 en las regiones donde el fascismo desde hac¨ªa ya dos a?os mandaba de forma arbitraria y dictatorial. La iniciativa de la Marcha naci¨® a finales de agosto, cuando tuvieron conciencia de que el fascismo, despu¨¦s de destruir a la organizaci¨®n socialista, se arriesgaba a terminar disgregado si no conquistaba el poder. M¨¢s que una Marcha sobre Roma, fue un chantaje a Roma con una posible insurrecci¨®n que hab¨ªa comenzado en algunas provincias.
P. Entonces no hubo marcha.
R. No, ni siquiera el d¨ªa 28. Porque los fascistas fueron arrestados por el general [Emanuele] Pugliese, comandante de la divisi¨®n del ej¨¦rcito en la capital, despu¨¦s de interrumpir las v¨ªas del tren. Pero cuando la ma?ana del 28 el rey [V¨ªctor Manuel III] no firm¨® el estado de sitio, esa defensa armada no ten¨ªa ya necesidad de existir, y el monarca confiri¨® el encargo de gobierno a Mussolini. Fue una soluci¨®n para evitar la insurrecci¨®n y una guerra civil. Y ese fue el final del chantaje. La ma?ana del 30, Mussolini lleg¨® a Roma en un vag¨®n cama y solo esa tarde los escuadrones fascistas pudieron desfilar pac¨ªficamente en la capital. Aunque luego se produjeron muchas agresiones y asesinatos a antifascistas.
P. ?Cu¨¢nto apoyo popular obtuvo ese movimiento?
R. Ninguno, el pueblo permaneci¨® pasivo. Los trabajadores organizados por los comunistas y los socialistas no hicieron nada por parar la Marcha. No se la tomaron en serio, y el ¨®rgano del Partido Comunista, despu¨¦s de que 40.000 fascistas se concentraran en N¨¢poles el 24 de octubre, escribi¨® un art¨ªculo hablando de ¡°final de farsa¡±. Nadie se lo tom¨® en serio.
P. ?Se subestim¨® la amenaza del fascismo?
R. Nadie tom¨® en serio el fascismo. Incluso despu¨¦s de llegar al poder con la violencia, despu¨¦s de que Mussolini prometiese el orden de la ley, los jefes socialistas segu¨ªan pensando que el fascismo durar¨ªa solo algunos meses. Que no podr¨ªa aguantar el peso de una gran naci¨®n que tras la Primera Guerra Mundial era la cuarta potencia. En el tratado de paz de Par¨ªs, los italianos estaban con los franceses, los estadounidenses y los brit¨¢nicos decidiendo el destino del mundo.
P. ?Qu¨¦ responsabilidad tuvo la prensa?
R. Los peri¨®dicos antifascistas escribieron que el fascismo no ser¨ªa capaz de llegar al poder o no resistir¨ªa a los problemas que se presentar¨ªan. La prensa conservadora conden¨® la violencia de los escuadrones y era contraria a la insurrecci¨®n. De hecho, cuando Mussolini recibi¨® el encargo [de formar gobierno], los extremistas quisieron quemar Il Corriere della Sera. La Stampa, el peri¨®dico de Tur¨ªn, era decididamente antifascista y previ¨® que si llegaba al poder destruir¨ªa el Estado liberal. Como sucedi¨®.
P. Si el Estado hubiera resistido, ?hablar¨ªamos hoy de una guerra civil?
R. No lo podemos saber. Hab¨ªa un riesgo muy alto, porque para el ej¨¦rcito italiano habr¨ªa sido dif¨ªcil abrir fuego contra una banda de militares y generales. El riesgo de la guerra civil estaba ah¨ª.
P. Este viernes se celebran 100 a?os de la Marcha sobre Roma. Es inevitable pensar en que Giorgia Meloni, descendiente de un partido posfascista, acaba de tomar posesi¨®n de su cargo. ?Se puede hacer alguna comparaci¨®n con aquel periodo?
R. No. Las comparaciones no valen nada. La historia es siempre distinta y nadie puede saber c¨®mo ir¨¢ la que ha comenzado el 25 de septiembre, como tampoco sab¨ªan c¨®mo terminar¨ªa la de aquel 28 de octubre.
P. El hecho de que Meloni se viera obligada a renegar del fascismo en el Parlamento el d¨ªa de la investidura, ?no es relevante?
R. Eso ya lo hizo Alianza Nacional [precursor de Hermanos de Italia] en el congreso de Fiuggi hace m¨¢s de 20 a?os. Y estos descendientes del partido neofascista han estado ya en los Gobiernos de [Silvio] Berlusconi. Eso no es una novedad. La novedad es que una joven mujer de 45 a?os que procede de aquella ala pol¨ªtica es hoy presidente del Consejo [de Ministros] con el voto de siete millones de italianos, la aprobaci¨®n de la mayor¨ªa del Parlamento y la bendici¨®n del presidente de la Rep¨²blica. Y, adem¨¢s, ha jurado fidelidad a la Constituci¨®n antifascista. Eso son los hechos. Las comparaciones no valen nada.
P. ?Es una buena noticia que una persona crecida en el posfascismo haya jurado una Constituci¨®n antifascista?
R. Yo sostengo que desde 1946, cuando nace el Movimiento Social Italiano, la rep¨²blica antifascista mostr¨® su fuerza porque dej¨® vivir a ese partido, que lleg¨® a ser el cuarto, y se transform¨® y lleg¨® al gobierno. El antifascismo venci¨® definitivamente el 25 de abril de 1945. Todos los problemas que ha tenido la Rep¨²blica Italiana han sido en gran medida por los defectos de la democracia, no por los asaltos del fascismo. Y espero que contin¨²e as¨ª. Si los que ten¨ªan nostalgia del fascismo hoy juran fidelidad a una Constituci¨®n antifascista, se puede esperar que sea un progreso y una victoria de la Rep¨²blica antifascista. Pero el futuro es imprevisible.
P. ?El antifascismo tiene sentido hoy?
R. Hoy se identifica con la democracia y coincide con la Constituci¨®n y la libertad que la presidente Meloni ha declarado que respetar¨¢.
P. ?Podemos estar subestimando el problema, como usted cuenta que sucedi¨® con el fascismo aquel 28 de octubre de hace un siglo?
R. Siempre se subestiman los problemas que no conocemos. Lo hemos hecho con el peligro de quedarnos sin gas, o de que la guerra fuese todav¨ªa posible en Europa, o el peligro de que el aumento de las desigualdades sociales provocasen movimientos de masas peligrosos para la democracia. Si siempre valor¨¢semos de manera realista lo que sucede, quiz¨¢ no existir¨ªa la Historia.
P. ?Usted piensa que el fascismo puede volver con otro aspecto, como sosten¨ªa Umberto Ecco en su Fascismo eterno?
R. Es un disparate enorme. En la historia nada es eterno. Y si el fascismo lo fuese, querr¨ªa decir que ha ganado y seguir¨¢ haci¨¦ndolo. Lamentablemente, ese fue un gran disparate para un gran intelectual como Ecco. Si fuera eterno, el fascismo ser¨ªa Dios.
P. ?La historia es ¨²til para analizar los fen¨®menos actuales?
R. Sirve para corregir errores, pero no para predecir el futuro.
P. Cuando ve que el presidente del Senado se llama Ignazio Benito [La Russa], no por casualidad, su historia como admirador del fascismo¡ ?Qu¨¦ le parece?
R. La democracia no siempre es buena, tambi¨¦n esto es el resultado que trae. La de EE UU hasta 1865 fue racista y esclavista. Y sigue siendo racista. No siempre la democracia produce cosas buenas.
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