Francia, el pa¨ªs de los partidos menguantes y los movimientos a medida de un l¨ªder
La derecha tradicional y los ecologistas eligen a nuevos dirigentes en un pa¨ªs donde se han consolidado movimientos personalistas con dirigentes como Macron o M¨¦lenchon
La pol¨ªtica electoral vive en un tiempo muerto en Francia. Despu¨¦s de cuatro a?os de campa?a permanente ¨Dentre 2019 y 2022 se ha celebrado elecciones europeas, municipales, regionales, presidenciales y legislativas¨D, ahora los partidos y candidatos pueden darse un respiro. Los franceses no est¨¢n llamados a las urnas hasta 2024, a?o de las europeas. Es la hora, para estos partidos y sus l¨ªderes, de preparar las futuras contiendas. Y para hacer un balance de da?os.
Los da?os no son ...
La pol¨ªtica electoral vive en un tiempo muerto en Francia. Despu¨¦s de cuatro a?os de campa?a permanente ¨Dentre 2019 y 2022 se ha celebrado elecciones europeas, municipales, regionales, presidenciales y legislativas¨D, ahora los partidos y candidatos pueden darse un respiro. Los franceses no est¨¢n llamados a las urnas hasta 2024, a?o de las europeas. Es la hora, para estos partidos y sus l¨ªderes, de preparar las futuras contiendas. Y para hacer un balance de da?os.
Los da?os no son menores. El n¨²mero de militantes no ha dejado de reducirse. El polit¨®logo R¨¦mi Lefebvre, de la Universidad de Lille, se?ala que rondaban el mill¨®n a principios de los a?os ochenta; ahora calcula que son 200.000, ¡°algo extremadamente d¨¦bil¡±, dice. ¡°Los partidos pol¨ªticos franceses son grandes enfermos¡±, ha sentenciado en Le Monde, la columnista Fran?oise Fressoz, ¡°pero siguen siendo insoslayables¡±.
Los viejos partidos que dominaron Francia durante medio siglo ¨DLos Republicanos (LR), derecha de ra¨ªz gaullista, y el Partido Socialista (PS)¨D luchan por la supervivencia. Ambos ocupar¨ªan un lugar residual si no fuese porque todav¨ªa mantienen un anclaje local en ciudades y regiones. Les han sustituido partidos como Renacimiento, La Francia Insumisa (LFI) y Reagrupamiento Nacional (RN), pero estos tres est¨¢n tan identificados con sus respectivos l¨ªderes ¨DEmmanuel Macron, Jean-Luc M¨¦lenchon y Marine Le Pen, respectivamente¨D que se hace dif¨ªcil imaginar su existencia sin ellos.
La mayor¨ªa de estos partidos aprovechan que en este oto?o e invierno no hay urgencias electorales para refundarse o buscar nuevos l¨ªderes. Los miembros de LR han votado este fin de semana en la primera ronda para elegir a su nuevo presidente. Se clasificaron para la segunda vuelta el diputado ?ric Ciotti, con un 42,7% de votos, y el senador Bruno Retailleu, con un 34,4%.
Europa Ecolog¨ªa Los Verdes (EELV) tambi¨¦n est¨¢ embarcada en un voto interno para elegir a su secretario nacional, y ha anunciado la intenci¨®n de rebautizarse como Los Ecologistas. En la primera vuelta se impuso con claridad Marine Tondelier, concejala en el municipio de H¨¦nin-Beaumont, feudo del RN en el norte de Francia.
En ambos casos ¨DLR y EELV¨D el resultado se conocer¨¢ el pr¨®ximo fin de semana. En enero, el PS celebrar¨¢ un congreso en el que los militantes se pronunciar¨¢n sobre la l¨ªnea del actual secretario nacional, Olivier Faure, favorable a la alianza parlamentaria, como socio menor, con la izquierda anticapitalista y euroesc¨¦ptica de M¨¦lenchon.
Ni Los Republicanos, ni socialistas ni EELV se ven con opciones de tocar poder en un futuro pr¨®ximo. Ninguno tiene un l¨ªder de estatura nacional. Los l¨ªderes que desde hace media d¨¦cada dominan la escena en Francia ¨DMacron, Le Pen, M¨¦lenchon¨D se apoyan en movimientos hechos a su imagen y semejanza, influyentes en la pol¨ªtica nacional, pero sin apenas presencia local.
¡°Los partidos pol¨ªticos son sociedades cada vez m¨¢s replegadas en s¨ª mismas¡±, dice el polit¨®logo Lefebvre. ¡°Las cifras de participaci¨®n en sus congresos son rid¨ªculas. Hay muy pocos militantes. La vida de los partidos es poco estimulante intelectualmente, sin demasiados debates interesantes. La capacidad para producir l¨ªderes de calidad es d¨¦bil, tambi¨¦n¡±. La crisis de los partidos, a?ade, ¡°es una de las manifestaciones de la crisis democr¨¢tica en Francia, porque los partidos son una pieza indispensable de la democracia¡±.
Lefebvre observa una paradoja. De un lado, ¡°hay una especie de descomposici¨®n¡± de los partidos. Del otro, estos siguen estructurando la vida pol¨ªtica: en las ¨²ltimas presidenciales, no hab¨ªa candidato sin partido. Incluso quien iba m¨¢s por libre, como el ultra ?ric Zemmour, cre¨® su partido, Reconquista. ¡°Los partidos son como una c¨¢scara vac¨ªa¡±, dice el polit¨®logo, ¡°y, al mismo tiempo, est¨¢n incrustados en la vida pol¨ªtica¡±.
Los partidos, seg¨²n Lefebvre y otros analistas como Fressoz, cumplen tres funciones, y en las tres fallan. La primera es la estructuraci¨®n del debate ideol¨®gico: hoy escasean las doctrinas fijas e identificables. La segunda es la selecci¨®n de los candidatos: cada vez m¨¢s los candidatos se designan en funci¨®n de los sondeos y la opini¨®n p¨²blica, y el resultado suele ser deficiente. La tercera funci¨®n consiste en crear el v¨ªnculo entre la sociedad y el proceso democr¨¢tico, pero hoy ser militante de un partido es casi una excentricidad en Francia, y ya no existe ninguna formaci¨®n, como los comunistas hasta los a?os setenta, que estructure toda una clase social.
En Francia fue la irrupci¨®n de Emmanuel Macron en 2017 y su victoria en las presidenciales lo que revent¨® el sistema de partidos con Los Republicanos y socialistas al mando, o lo que, simplemente, dej¨® al desnudo su decadencia. Macron confeccion¨® un movimiento a su medida: En Marcha, despu¨¦s La Rep¨²blica en Marcha, y ahora Renacimiento. El cambio de nombres refleja su estado l¨ªquido, sin dirigentes reconocibles, ni alcaldes, ni un arraigo local.
La inc¨®gnita es c¨®mo sobrevivir¨¢ el partido a Macron, reelegido el pasado mayo, cuando abandone la presidencia de la Rep¨²blica en 2027, pues no puede volver a presentarse. En el ¨²ltimo congreso en Par¨ªs, en septiembre, se sentaban en primera fila tres posibles sucesores: el ex primer ministro ?douard Philippe, que ha fundado su propio partido; el ministro de Econom¨ªa y Finanzas, Bruno Le Maire; y el ministro del Interior, G¨¦rald Darmanin. Los tres tiene en com¨²n que son perfiles aut¨®nomos, que se alinean con el centroderecha o la derecha del macronismo, y que proceden de LR.
M¨¦lenchon, pese a las diferencias ideol¨®gicas con Macron, tiene un partido macronista (o Macron, m¨¦lenchonista), en el sentido de que es indisociable de su figura y ajeno a los ritos y costumbres de los viejos partidos. Como Renacimiento, La Francia Insumisa tambi¨¦n se asoma un futuro incierto sin el l¨ªder, que ha amagado varias veces con retirarse, y de hecho ya no se present¨® a las ¨²ltimas legislativas y ha dejado de ser diputado.
La otra formaci¨®n personalista ¨Dcasi una empresa familiar¨D es el Reagrupamiento Nacional, heredero del viejo partido de extrema derecha Frente Nacional, fundado por Jean-Marie Le Pen y presidido desde 2011 por su hija, Marine Le Pen. En un congreso a principios de noviembre, Marine Le Pen pas¨® el testigo de la presidencia del RN a Jordan Bardella, su mano derecha. Le Pen sigue siendo la l¨ªder indiscutible, pero la elecci¨®n de un nuevo presidente responde a la voluntad de homologar al RN como un partido al uso, un paso m¨¢s en la estrategia para conquistar el poder.
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