La rebeli¨®n de la minor¨ªa m¨¢s radical sume a los republicanos en el caos en Estados Unidos
El fracaso en la elecci¨®n del presidente de la C¨¢mara de Representantes bloquea la actividad parlamentaria
Joe Biden y Donald Trump no est¨¢n de acuerdo en casi nada, pero este mi¨¦rcoles usaron el mismo adjetivo para referirse a lo que est¨¢ pasando en la C¨¢mara de Representantes: ¡°Vergonzoso¡±. Por primera vez en un siglo, el partido mayoritario ha sido incapaz de elegir a un presidente de la C¨¢mara en primera votaci¨®n ¡ªni en segunda, tercera, cuarta, quinta, sexta...¡ª. El fracaso de la candidatura de...
Joe Biden y Donald Trump no est¨¢n de acuerdo en casi nada, pero este mi¨¦rcoles usaron el mismo adjetivo para referirse a lo que est¨¢ pasando en la C¨¢mara de Representantes: ¡°Vergonzoso¡±. Por primera vez en un siglo, el partido mayoritario ha sido incapaz de elegir a un presidente de la C¨¢mara en primera votaci¨®n ¡ªni en segunda, tercera, cuarta, quinta, sexta...¡ª. El fracaso de la candidatura de Kevin McCarthy ha sumido a los republicanos en una situaci¨®n ca¨®tica, de luchas intestinas, facciones, chantajes y boicoteos. Adem¨¢s, bloquea la actividad parlamentaria y sume en la par¨¢lisis al poder legislativo. ?Por cu¨¢nto tiempo? Nadie lo sabe. La C¨¢mara est¨¢ convocada de nuevo este jueves a mediod¨ªa de Washington (las 18.00 horas en la Espa?a peninsular).
Los republicanos lograron una estrecha mayor¨ªa de 222 a 213 esca?os en las elecciones legislativas del 8 de noviembre pasado. No hubo la marea roja (el color del Partido Republicano) que pronosticaba Donald Trump, pero s¨ª que ha habido despu¨¦s marejada y una pesada resaca en las filas de su partido.
Ha habido primero una b¨²squeda de culpables, en la que muchas miradas se han dirigido a Trump. Las diferencias entre el expresidente y parte de los l¨ªderes del partido ¡ªen particular el del Senado, Mitch McConnell¡ª parecen irreconciliables y llegan al insulto personal. La aparici¨®n de Ron DeSantis, gobernador de Florida, como probable alternativa a Trump, ha agitado tambi¨¦n las filas republicanas. Pero hasta la constituci¨®n del nuevo Congreso no hab¨ªa quedado patente de una forma tan descarnada la batalla de poder, de egos y de agenda en el seno del partido.
Que el partido mayoritario no sea capaz de ponerse de acuerdo para nombrar al speaker en primera votaci¨®n es algo que no ocurr¨ªa desde hace un siglo. Kevin McCarthy, el candidato de la mayor parte del partido, ha liderado a los republicanos durante cuatro a?os, cuando estaban en minor¨ªa. Con la victoria de noviembre cre¨ªa llegado el momento para hacer realidad su gran ambici¨®n: ser nombrado presidente de la C¨¢mara de Representantes, la tercera mayor autoridad de Estados Unidos, segundo en la l¨ªnea de sucesi¨®n presidencial tras la vicepresidenta, Kamala Harris.
McCarthy, sin embargo, ha perdido las primeras votaciones porque una veintena de diputados del ala dura de su partido han decidido boicotear su elecci¨®n. Los d¨ªscolos no cuentan en realidad con un candidato alternativo viable. Han ido cambiando su voto entre otros, simplemente con tal de que McCarthy no saliese elegido. Los motivos para su rechazo var¨ªan. Hay un componente personal, un reparto de culpas por el relativo fracaso electoral y una censura de lo que consideran ha sido una oposici¨®n demasiado tibia hacia el presidente Joe Biden. Adem¨¢s, esa minor¨ªa exige imponer sus condiciones al grueso del partido.
Un pa¨ªs en el que no hay listas cerradas (sino primarias competitivas por distritos uninominales), ni tampoco una disciplina de voto estricta ni aparatos de partido suficientemente poderosos, permite el caldo de cultivo perfecto para facciones, disidentes y congresistas que van por libre. La precaria mayor¨ªa republicana en la C¨¢mara ha situado en una posici¨®n de fuerza a la facci¨®n ultraconservadora en el seno de su grupo y no parece dispuesta a desaprovechar la ocasi¨®n.
Concesiones a los disidentes
La oposici¨®n interna est¨¢ encabezada por el llamado Freedom Caucus (Grupo de la Libertad), que present¨® en diciembre una lista de peticiones algo humillantes para McCarthy, incluida la de que baste que un solo representante pueda votar una moci¨®n de censura para su destituci¨®n. El candidato acept¨® fijar en cinco firmas el umbral para esa espada de Damocles y acept¨® realizar otras concesiones a los disidentes, pero estos las consideraron vagas e insuficientes. Quieren restar m¨¢s poder al speaker y adem¨¢s le exigen que se comprometa a no involucrarse en las primarias del partido. Pero adem¨¢s lo cuestionan personalmente y sostienen que elegirlo ser¨ªa la ¡°continuaci¨®n de los fracasos republicanos pasados y presentes¡±, seg¨²n una carta firmada por nueve de ellos esta semana.
McCarthy acepta crear una comisi¨®n que investigue la utilizaci¨®n del Gobierno federal como arma pol¨ªtica para atacar a Joe Biden y de cuestionar decisiones como el registro de la mansi¨®n de Trump de Mar-a-Lago (Florida) por parte de agentes de la Oficina Federal de Investigaci¨®n (FBI) y otras actuaciones del Departamento de Justicia contra el expresidente. Tambi¨¦n admiti¨® prohibir en el nuevo reglamento de la C¨¢mara, como los d¨ªscolos demandaban, el voto telem¨¢tico o la participaci¨®n a distancia en las comisiones. Accedi¨® a suprimir los detectores de metales que orden¨® instalar Nancy Pelosi, anterior presidenta de la C¨¢mara, despu¨¦s del asalto al Capitolio para impedir el acceso con armas al hemiciclo, una medida que indignaba a la activista proarmas Lauren Boebert, una de las opositoras, que quiere acceder con su pistola al Capitolio sin control alguno. Tambi¨¦n admite restricciones draconianas para aprobar nuevos gastos y conceder un m¨ªnimo de 72 horas desde que una proposici¨®n de ley se plantea hasta que se somete al pleno, como reclamaban.
Los desertores son trumpistas declarados y en su inmensa mayor¨ªa, negacionistas electorales que comulgan con el bulo de que a Trump le robaron las elecciones presidenciales de 2020, pero ya ni siquiera atienden a las peticiones del expresidente. Este mi¨¦rcoles, Trump trat¨® de imponer su autoridad sin ning¨²n ¨¦xito. ¡°Es momento de que todos nuestros grandes miembros republicanos de la C¨¢mara de Representantes voten a favor de Kevin [McCarthy], cierren el acuerdo, logren la victoria y vean a la muy loca Nancy Pelosi volar de regreso a casa, a una California muy quebrada¡±, escribi¨® en Truth, su red social. ¡°Republicanos, no convirt¨¢is un gran triunfo en una gigantesca y vergonzosa derrota. Es hora de celebrar. Os lo merec¨¦is¡±, a?adi¨® el expresidente.
Hasta Trump se da cuenta de que el espect¨¢culo perjudica al Partido Republicano y que pone en cuesti¨®n su capacidad para gobernar el pa¨ªs, pero eso no parece importar a los disidentes. El expresidente tuvo la r¨¦plica en el hemiciclo de la C¨¢mara en la nominaci¨®n de un candidato de los disidentes por parte de Lauren Boebert, que se refiri¨® a ¨¦l como su ¡°presidente favorito¡±: ¡°El [ex]presidente necesita decirle a Kevin: ¡®Se?or, usted no tiene los votos y es hora de retirarse¡±, dijo.
McCarthy se resiste a dar un paso atr¨¢s. ¡°Voy a seguir hasta que ganemos. Conozco el camino¡±, dijo desafiante al abandonar el Capitolio el martes.
La C¨¢mara de Representantes est¨¢ bloqueada y paralizada mientras no se elija a un speaker. Los miembros ni siquiera pueden jurar sus cargos y cualquier actividad legislativa est¨¢ paralizada. Hay dudas sobre qu¨¦ pasar¨ªa ante un caso de emergencia y alg¨²n congresista de la pasada legislatura que ha dejado la C¨¢mara ha llegado a preguntarse si segu¨ªa siendo parlamentario, aunque no es el caso.
El Senado, bajo control dem¨®crata, ha tomado posesi¨®n oficialmente. Con un Congreso dividido, la producci¨®n legislativa de la segunda mitad del mandato de Biden puede quedarse atascada. Sin embargo, que ni siquiera pueda funcionar el poder legislativo es una anomal¨ªa en toda regla que se encarg¨® de subrayar este mi¨¦rcoles el presidente Biden. ¡°Por primera vez en 100 a?os, no podemos movernos... No es una buena imagen, no es algo bueno. Esto es Estados Unidos de Am¨¦rica, y espero que se las arreglen¡±, se?al¨®. ¡°Es un poco vergonzoso que se est¨¦ tardando tanto y la forma en que se est¨¢n tratando. Y el resto del mundo est¨¢ mirando¡±, a?adi¨® tras subrayar que esa batalla republicana no es problema suyo.
Aunque los republicanos se pongan de acuerdo, el riesgo de que se abra una legislatura disfuncional est¨¢ ah¨ª. Dada la demostraci¨®n de fuerza de los rebeldes, las posibilidades de sacar adelante nuevas leyes y medidas de gasto se reducen dr¨¢sticamente bajo la dependencia del ala radical del partido, dif¨ªcilmente compatible con la colaboraci¨®n con el Partido Dem¨®crata, que controla el Senado.
Nadie sabe a¨²n cu¨¢l es la salida del bloqueo. En 1855 hicieron falta 133 votaciones y dos meses para elegir al presidente de la C¨¢mara de Representantes. La retirada de McCarthy y la b¨²squeda de un nuevo candidato es una posibilidad. Para ese supuesto suena el nombre de su n¨²mero dos, Steve Scalise. Pero McCarthy no tira la toalla y algunos de sus partidarios llegaron a lucir una chapa con las siglas O. K. (por Only Kevin, Solo Kevin).
El pacto con los disidentes es otra opci¨®n, aunque parte de los rebeldes objetan personalmente a McCarthy, lo que estrecha el margen de maniobra. No obstante, el candidato y sus aliados est¨¢n aprovechando los tiempos fuera de sesi¨®n para emprender nuevas negociaciones y parece que se est¨¢n produciendo algunos avances. Las conversaciones est¨¢n siendo ¡°constructivas¡±, ha dicho alguno de los congresistas republicanos, aunque no se ha llegado a¨²n a ning¨²n acuerdo.
El comit¨¦ de acci¨®n pol¨ªtica dependiente de los l¨ªderes del Congreso ha anunciado que no interferir¨¢ en las primarias republicanas, una de las demandas de los radicales. En las primarias del pasado a?o, ese comit¨¦ financi¨® a candidatos moderados a los que ve¨ªa con m¨¢s posibilidades de vencer a los dem¨®cratas, lo que fue tomado por el ala dura como una afrenta. El compromiso de no intervenir era una m¨¢s de las exigencias de los d¨ªscolos. En la carta del pasado domingo en la que rechazaban la ¨²ltima oferta de McCarthy, nueve miembros del Freedom Caucus reprochaban que ese asunto no se hab¨ªa abordado en absoluto.
McCarthy necesita que los rebeldes le voten porque su abstenci¨®n acabar¨ªa dando la presidencia al candidato dem¨®crata, Hakeen Jeffries. Los dem¨®cratas parecen estar disfrutando del espect¨¢culo de ver a sus rivales enredarse en un embrollo para el que por ahora no encuentran salida, a tenor de las fotos con palomitas en el Capitolio que han tuiteado de forma burlona algunos de ellos. As¨ª que por ahora nada apunta a otra hipot¨¦tica soluci¨®n: que los dem¨®cratas saquen las casta?as del fuego a sus rivales con la abstenci¨®n o ausencia de parte de los suyos.
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