Desconfianza en Kiev: ¡°?Alto el fuego? Los rusos nunca han cumplido sus promesas¡±
Los ciudadanos de la capital de Ucrania asumen que la tregua ordenada por Putin para la Navidad ortodoxa no se cumplir¨¢ porque es una trampa
En una guerra es habitual que la gente cuente con su propia informaci¨®n de primera mano, revelaciones de fuentes supuestamente bien conectadas que no dejan de ser rumores. Alex Sim¨®nov tiene 19 a?os y el viernes paseaba al perro pequin¨¦s de sus padres por los aleda?os del estadio ol¨ªmpico de Kiev. En la capital de Ucrania nieva. Amo y mascota van abrigados con un anorak; el de ¨¦l es oscuro y el del perro, de colores. Sim¨®nov dice tener novedades sobre ...
En una guerra es habitual que la gente cuente con su propia informaci¨®n de primera mano, revelaciones de fuentes supuestamente bien conectadas que no dejan de ser rumores. Alex Sim¨®nov tiene 19 a?os y el viernes paseaba al perro pequin¨¦s de sus padres por los aleda?os del estadio ol¨ªmpico de Kiev. En la capital de Ucrania nieva. Amo y mascota van abrigados con un anorak; el de ¨¦l es oscuro y el del perro, de colores. Sim¨®nov dice tener novedades sobre el anunciado alto el fuego ruso. ¡°Va a ser un d¨ªa divertido, tengo contactos importantes en el ej¨¦rcito y me han dicho que el anuncio de Putin es una trampa, Rusia nos enviar¨¢ m¨¢s de 100 drones¡±, asegur¨®. Su pron¨®stico no se cumpli¨® y la v¨ªspera de la Navidad ortodoxa transcurri¨® sin explosiones en Kiev.
Sim¨®nov pas¨® la noche de A?o Nuevo cobijado en el aparcamiento de su edificio. Entre las madrugadas del d¨ªa 1 y 2 de enero, Rusia atac¨® Kiev con m¨¢s de 80 drones bomba. ?Tuvo miedo? ¡°No, me qued¨¦ indiferente, ya nos hemos acostumbrado¡±, explicaba el viernes este joven frente a la parada de metro del estadio. Los accesos a la estaci¨®n estuvieron llenos de gente entre el 31 de diciembre y el 2 de enero, personas que se refugiaban de los misiles y drones que las fuerzas a¨¦reas invasoras dispararon contra la capital. Al mediod¨ªa de este viernes tambi¨¦n buscaron refugio en la estaci¨®n numerosos transe¨²ntes cuando empezaron a sonar las alarmas antia¨¦reas. El despegue de bombarderos rusos estacionados en Bielorrusia activ¨® los protocolos de alerta, una medida habitual cuando estas aeronaves toman vuelo, aunque no sea para atacar.
¡°?Alto el fuego? Ya lo ve, los rusos nunca han cumplido sus promesas¡±, afirmaba Natalia Ostrovska desde el mismo metro. Esta mujer de 32 a?os pas¨® la Nochevieja sentada en un pasillo de su edificio escuchando las bater¨ªas antia¨¦reas ucranias derribar drones bomba. Ostrovska tambi¨¦n dice que ya se ha acostumbrado, y que podr¨ªa ser peor, porque ahora, por lo menos, tienen luz en la vivienda.
Putin afirm¨® en su discurso de A?o Nuevo que la Nochevieja era ¡°la festividad favorita de los rusos¡±, con ¡°un poder m¨¢gico para revelar lo mejor de la gente¡±. Eso no impidi¨® que pocos minutos despu¨¦s de emitirse su mensaje, los bombardeos rusos apuntaran de nuevo sobre las ciudades ucranias. ¡°Los rusos mienten por sistema, y lo digo con una gran pena en el coraz¨®n¡±, dec¨ªa Anna, una feligresa de la Iglesia de la Resurrecci¨®n, templo que forma parte del monasterio de la Cuevas.
Fraternidad ortodoxa
¡°Creo en la fraternidad ortodoxa, pero Rusia quiere conquistar toda Ucrania. Esa es la verdad¡±, aseguraba esta mujer que prefer¨ªa no revelar su apellido. El complejo de edificios del monasterio de las Cuevas, que mantiene todav¨ªa fidelidad al patriarcado de Mosc¨², pas¨® a ser de titularidad estatal este 2023. El Gobierno de Kiev desconf¨ªa de la Iglesia Ortodoxa Ucrania, la fiel al patriarcado de Mosc¨². Esta reitera que han interrumpido sus v¨ªnculos durante la guerra con la Iglesia rusa, pero cada vez hay m¨¢s voces en el poder pol¨ªtico ucranio que sopesan prohibir esta instituci¨®n por ley, incluido su presidente, Volod¨ªmir Zelenski. Sus templos han sido registrados por los servicios secretos en varias ocasiones durante la invasi¨®n en b¨²squeda de posibles pruebas de colaboraci¨®n con el invasor. ¡°La ra¨ªz del problema viene de lejos y est¨¢ entre los ucranios¡±, a?ade Anna. ¡°Zelenski lo sabe, este hombre es oro, ¨¦l entiende las diferencias entre ucranios [el presidente procede del este de Ucrania, territorio m¨¢s pr¨®ximo culturalmente a Rusia], pero si no solucionamos primero nuestras diferencias, c¨®mo vamos a negociar con los rusos¡±.
En el exterior de la iglesia de la Resurrecci¨®n hay estelas que recuerdan a ucranios muertos desde 2014 en la guerra de Donb¨¢s. En el interior, un peque?o grupo de fieles, la mayor¨ªa ancianos, toman el prosforon, el pan de la comuni¨®n, con un vasito de vino. Entre ellos se encuentran Tatiana Zemlanska y su marido. Ella lleva un gorro de piel de vis¨®n, una pieza que asegura con orgullo tiene desde hace d¨¦cadas, quiz¨¢ de cuando la Uni¨®n Sovi¨¦tica todav¨ªa no se hab¨ªa derrumbado y Ucrania no era independiente. Esta mujer no quiere opinar sobre el alto el fuego: ¡°Solo quiero paz, y no durante dos d¨ªas, sino siempre¡±. Zemlanska tiene dos nietos, todav¨ªa unos ni?os, pero teme que, si la guerra se alarga muchos a?os, terminen siendo reclutados: ¡°Putin no es tan mayor, tiene 70 a?os, ¨¦l puede aguantar. No se sabe lo que pasa por la cabeza de este hombre¡±.
La visi¨®n de Zemlanska coincide con la de los ucranios partidarios de negociar la paz con Rusia, aunque sus soldados no hayan abandonado todo el territorio del pa¨ªs invadido, una condici¨®n esta ¨²ltima que exige Zelenski. Pero estas personas son una minor¨ªa, seg¨²n las encuestas y seg¨²n las numerosas entrevistas realizadas por este diario desde el inicio de la guerra, el pasado febrero. La opini¨®n m¨¢s com¨²n es la de Olena Poleva, dependienta de un supermercado cercano a la catedral de Santa Sof¨ªa. ¡°Nuestro ej¨¦rcito no debe desaprovechar ninguna ocasi¨®n para combatir al invasor¡±, valora Olena mientras vende unos vinos espumosos a un cliente que se prepara para la fiesta navide?a. ¡°Los rusos continuar¨¢n atacando o reagrupar¨¢n a sus tropas, lo utilizar¨¢n, o nos acusar¨¢n de cualquier cosa para golpear m¨¢s fuerte, no son de fiar¡±.
Poleva no celebrar¨¢ la Navidad, afirma no tener ¨¢nimos para ello. Las dos personas que m¨¢s quiere en el mundo no est¨¢n con ella: su madre se ha ido a vivir a Polonia mientras dure la guerra y su hijo es comandante de un pelot¨®n en Donetsk. En esta provincia se est¨¢n desarrollando los combates m¨¢s cruentos del conflicto, incluso desde las primeras horas de la tregua navide?a de Putin, seg¨²n ha admitido el Ministerio de Defensa ruso y tambi¨¦n testimonios de militares ucranios en la zona.
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