Un nuevo intento de huida a Estados Unidos deja cinco balseros muertos y 12 desaparecidos en la costa de Cuba

De nuevo, una aciaga tragedia en el Estrecho de la Florida ha puesto de manifiesto hasta qu¨¦ punto es grave la crisis migratoria cubana y cu¨¢nto falta por hacerse para que La Habana y Washington puedan normalizar los flujos migratorios irregulares entre ambos pa¨ªses. Esta vez, el naufragio ocurri¨® frente a la costa norte de Matanzas, en las inmediaciones de Cayo Cruz del Padre, cuando zozobr¨® un fr¨¢gil esquife en el que viajaban 28 balseros con el prop¨®sito de huir de su pa¨ªs y alcanzar el sue?o americano. Salieron de las costas de C¨¢rdenas el 23 de enero, pero el mal tiempo y el oleaje convirtieron la aventura en una trampa mortal: hay cinco fallecidos y 12 desparecidos, seg¨²n un comunicado oficial cubano, que indic¨® que dos barcos del servicio de Tropas Guardafronteras rescataron a 11 sobrevivientes. Poco m¨¢s se sabe.

La fat¨ªdica noticia de otro naufragio con muertos, que c¨ªclicamente se repite, estremece especialmente hoy porque tanto EE UU como Cuba han llegado a acuerdos migratorios recientemente, y la embajada norteamericana en La Habana ha exhortado por activa y por pasiva a los balseros a que no lo intenten ni arriesguen sus vidas, pues ser¨¢n deportados de inmediato. Ambos pa¨ªses han sostenido contactos de alto nivel en los ¨²ltimos meses para tratar de frenar el ¨¦xodo sin precedentes de cubanos hacia EE UU ¨Cen 2022, cerca de 300.000 ingresaron ilegalmente a EE UU por la frontera mexicana y otros 10.000 fueron interceptados en el mar por guardacostas norteamericanos o cubanos-, pero nada parece poder detener la estampida. Seg¨²n EE UU, entre el 20 y el 27 de enero m¨¢s de 400 cubanos fueron interceptados en altamar, y ya van m¨¢s de mil en lo que va de mes ¨Cla mayor¨ªa ya han sido repatriados-. La cifra ha hecho saltar todas las alarmas, pues en todo el a?o fiscal 2022 los interceptados fueron poco mas de 6.000.

La m¨¢s reciente tragedia es terrible en s¨ª misma, pero m¨¢s sangrante por el contexto en que se produce. Ambos gobiernos han retomado exitosamente en los ¨²ltimos meses las reuniones migratorias y de seguridad de alto nivel y han llegado a acuerdos relevantes, como la disposici¨®n de Cuba de recibir vuelos de deportaci¨®n de EE UU con inmigrantes irregulares, mientras que Washington ha reabierto su consulado en La Habana (desmantelado en la ¨¦poca de Trump) y se ha comprometido a volver a conceder un m¨ªnimo de 20.000 visados anuales de emigrante a ciudadanos cubanos. Adem¨¢s, acaba de abrir la posibilidad a que 30.000 cubanos, nicarag¨¹enses, haitianos y venezolanos puedan acogerse cada mes a un nuevo programa migratorio especial para viajar a EEUU legalmente con apoyo de un patrocinador.

Cuando, el 5 de enero pasado, el presidente norteamericano, Joe Biden, anunci¨® las nuevas regulaciones, fue tajante: ¡°Mi mensaje es este: si usted est¨¢ intentando salir de Cuba, Nicaragua o Hait¨ª, no se presente en la frontera. Qu¨¦dese donde est¨¢ y haga la solicitud de forma legal¡±. Pero nada. En el horizonte no se ve de momento la luz que consiga alumbrar una soluci¨®n que aplaque las ansias de los cubanos por emigrar de su pa¨ªs a cualquier precio. Las causas, fundamentalmente, tienen que ver  con la grav¨ªsima crisis econ¨®mica que atraviesa Cuba desde hace a?os y la falta absoluta de esperanza de la gente, exhausta por las penurias y agobios de todo tipo que convierten la sobrevivencia cotidiana en la isla en un calvario.

El Gobierno de La Habana acusa a EE UU de fomentar de forma c¨ªnica este ¨¦xodo al mantener su pol¨ªtica de embargo y asfixia econ¨®mica, que incrementa las dificultades del pa¨ªs de forma considerable, adem¨¢s de aplicar a¨²n pol¨ªticas que siguen beneficiando a los cubanos que llegan a EEUU por cualquier v¨ªa, si bien es cierto que estos beneficios son ahora mucho menores que antes. Para EEUU, es la incapacidad del Gobierno cubano de ofrecer esperanzas a su poblaci¨®n de un futuro mejor la raz¨®n ¨²ltima del drama. Y en medio de este fuego cruzado de agravios y acusaciones mutuas, miles de cubanos, en su mayor¨ªa j¨®venes, siguen construyendo balsas, y lanz¨¢ndose al mar, y ahog¨¢ndose en las aguas color esmeralda del estrecho de la Florida en una tragedia ignominiosa.

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