M¨¢s de medio mill¨®n de trabajadores desaf¨ªan a Sunak con la mayor huelga del Reino Unido en los ¨²ltimos 10 a?os
Profesores, conductores de tren, funcionarios y personal de fronteras se han sumado este mi¨¦rcoles al llamado Walkout Wednesday con reclamaciones de subidas salariales
La cita era en la estaci¨®n de Paddington, al oeste de Londres. Es una de las que m¨¢s tr¨¢fico de viajeros registra cada ma?ana. Este mi¨¦rcoles estaba desierta. Apenas un pu?ado de personas que aprovechaban los servicios m¨ªnimos para viajar. Los conductores de ferrocarril se hab¨ªan sumado a la ola de huelgas, que anticipaban una jornada hist¨®rica: Walkout Wednesday (Mi¨¦rcoles de paros). M¨¢s de medio mill¨®n de personas han abandonado su puesto de trabajo, en la mayor protesta laboral registrada en el Reino Unido en la ¨²ltima d¨¦cada. En 2011, cerca de un mill¨®n de funcionarios se plantaron y recla...
La cita era en la estaci¨®n de Paddington, al oeste de Londres. Es una de las que m¨¢s tr¨¢fico de viajeros registra cada ma?ana. Este mi¨¦rcoles estaba desierta. Apenas un pu?ado de personas que aprovechaban los servicios m¨ªnimos para viajar. Los conductores de ferrocarril se hab¨ªan sumado a la ola de huelgas, que anticipaban una jornada hist¨®rica: Walkout Wednesday (Mi¨¦rcoles de paros). M¨¢s de medio mill¨®n de personas han abandonado su puesto de trabajo, en la mayor protesta laboral registrada en el Reino Unido en la ¨²ltima d¨¦cada. En 2011, cerca de un mill¨®n de funcionarios se plantaron y reclamaron una subida salarial.
El d¨ªa ten¨ªa, sin embargo, unos protagonistas claros: los profesores. Un pu?ado de ellos tomaban caf¨¦ sentados en los bancos p¨²blicos de Paddington. Terminaban de preparar sus pancartas, bromeaban y se daban ¨¢nimo unos a otros. Llegaban desde Newham, al este de la metr¨®poli, para participar en la gran manifestaci¨®n convocada ante Downing Street, residencia oficial del primer ministro, Rishi Sunak, y ante el Parlamento. ¡°No tenemos ganas de estar aqu¨ª. La huelga se reparte entre varios d¨ªas distanciados para provocar el menor da?o posible¡±, explica Anna Kettle, profesora de 25 a?os, designada como portavoz del colectivo.
Seg¨²n cifras de los propios sindicatos y los centros escolares, cerca de 300.000 docentes han secundado unos paros que han cerrado m¨¢s de 23.000 colegios en todo el pa¨ªs. Conscientes de su capacidad de alterar la vida de muchos ciudadanos con sus acciones, se han esforzado por transmitir a los padres de sus alumnos las razones por las que han decidido convocar una huelga por primera vez en 15 a?os.
¡°Sabemos que nos apoyan, e incluso muchos de ellos han querido sumarse a la manifestaci¨®n de este mi¨¦rcoles en Londres. No se trata solo de nuestros salarios, se trata de la financiaci¨®n de los colegios. No puede ser que, en los ¨²ltimos cinco a?os, pr¨¢cticamente tres de cada cuatro personas que se formaron para ser profesores hayan decidido abandonar la profesi¨®n y emigrar a otros sectores¡±, se?ala Kettle.
La batalla pol¨ªtica
¡°Esto no es un juego para nosotros. No nos dedicamos a hacer politiqueo con este asunto. La educaci¨®n deber¨ªa estar en la prioridad de la agenda de cualquier Gobierno¡±, defiende David Job, profesor de Ciencias del Instituto San Agust¨ªn, un centro de ense?anza p¨²blica en el barrio londinense de Kilburn. Apenas son seis docentes del centro, con sus pancartas. Han madrugado para avisar desde primera hora a cualquier padre o alumno despistado que no se hubiera enterado de la huelga. ¡°La ense?anza p¨²blica del Reino Unido tiene serios problemas de financiaci¨®n, y la gente lo sabe. Por eso nos apoyan, especialmente los padres de alumnos que requieren de una asistencia especial¡±, explica Job.
Como ocurri¨® con el personal de enfermer¨ªa de la sanidad p¨²blica, que tambi¨¦n ha protagonizado paros de protesta desde principios de a?o, los profesores han sido capaces, hasta el momento, de generar una corriente de apoyo popular. Un 59% de los consultados, seg¨²n YouGov, defiende el derecho de los docentes a utilizar el recurso de la huelga, frente a un 31% que querr¨ªa mayores restricciones.
El Gobierno conservador se ha comprometido a aprobar subidas salariales para los profesores de entre un 5% y un 9%, con un mayor apoyo a los trabajadores que se incorporan. El sueldo anual medio de un docente que comienza su carrera laboral en el Reino Unido es de unos 31.000 euros brutos, pero las diferencias pueden ser dr¨¢sticas si vive en Londres o en sus alrededores, donde la crisis del coste de la vida es especialmente sangrante. La inflaci¨®n del Reino Unido es del 9,2%, seg¨²n el ¨²ltimo dato de diciembre, pero la cesta de la compra, seg¨²n c¨¢lculos de la Organizaci¨®n Nacional de Estad¨ªstica, ha subido cerca de un 17%. ¡°No resulta realista contemplar subidas salariales vinculadas a la inflaci¨®n, porque lo ¨²nico que conseguiremos as¨ª es provocar m¨¢s inflaci¨®n. Tenemos que velar por los intereses de todo el mundo en esta situaci¨®n econ¨®mica¡±, defend¨ªa en la BBC la ministra de Educaci¨®n, Gillian Keegan, que comet¨ªa la torpeza de aparecer en los estudios televisivos con un reloj de mu?eca Rolex valorado en m¨¢s de 11.000 euros, seg¨²n se?al¨® el tabloide Daily Mail.
El primer ministro, Rishi Sunak, ha decidido, hasta ahora, sostener el pulso a los sindicatos, con la esperanza de que un hartazgo de la ciudadan¨ªa acabe jugando a su favor. Es consciente de que el propio l¨ªder de la oposici¨®n laborista, Keir Starmer, debe andar con pies de plomo en su apoyo a los huelguistas para no espantar a una clase media brit¨¢nica que siempre mira con recelo a los sindicatos. ¡°Hemos aprobado la mayor subida salarial en 30 a?os¡±, ha asegurado Sunak durante la sesi¨®n de control que cada mi¨¦rcoles le enfrenta en la C¨¢mara de los Comunes a Starmer. ¡°La educaci¨®n de nuestros hijos es muy valiosa. Hoy merecer¨ªan estar en el colegio, y la oposici¨®n deber¨ªa condenar la huelga y apoyar a los alumnos¡±, afirmaba el primer ministro ante el silencio de su rival laborista, que prefer¨ªa centrar su intervenci¨®n en los ¨²ltimos esc¨¢ndalos de corrupci¨®n del Gobierno.
Una econom¨ªa que se resiente
Junto a los profesores, tanto de colegios como de universidades, los conductores de ferrocarril se incorporaban este mi¨¦rcoles a los paros. Su sector es el que prolonga desde hace m¨¢s meses (junio del a?o pasado) unas huelgas intermitentes que han enturbiado la negociaci¨®n. Muchos brit¨¢nicos comienzan a aceptar con resignaci¨®n un servicio ferroviario que ya no es ni la sombra de lo que fue en su d¨ªa, en puntualidad y abundancia de oferta.
Los trabajadores del control de fronteras, en puertos y aeropuertos, han respetado servicios m¨ªnimos, adem¨¢s de ver c¨®mo sus puestos eran reforzados por personal militar. El Gobierno hab¨ªa dado orden de movilizar hasta 600 soldados para esas tareas. En un d¨ªa no especialmente intenso en tr¨¢fico a¨¦reo, la direcci¨®n del aeropuerto de Heathrow ha reportado un control lento pero fluido de pasaportes, sin grandes incidencias.
El volumen total de huelguistas se ha visto muy incrementado por el paro convocado tambi¨¦n por el sindicato PCS de funcionarios de la Administraci¨®n. Unas 100.000 personas han secundado la huelga y paralizado este mi¨¦rcoles gran parte de la actividad gubernamental.
Anna Kettle y sus compa?eros llegaban poco antes del mediod¨ªa al punto de encuentro de los manifestantes, ante la sede de la BBC. Poco a poco se iban sumando profesores, tambi¨¦n padres y alumnos, llegados de todo el pa¨ªs. Miles de ellos, con pancartas que proclamaban cosas como ¡°los profesores hicieron posible que tuvieras trabajo¡± o ¡°preferir¨ªamos estar ense?ando¡±, se iban sumando a la ola, que avanzaba hacia la sede del primer ministro, en Downing Street, y el Parlamento. Resultaba enga?oso el ambiente festivo, porque el verdadero mensaje de la protesta era anticipar la necesidad cada vez m¨¢s urgente del Gobierno de Sunak de poner freno a un descontento social que puede acabar descarrilando su esfuerzo por enderezar la econom¨ªa del pa¨ªs.
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