Un superviviente del terremoto en Turqu¨ªa: ¡°El temblor iba creciendo y parec¨ªa que no se iba a acabar nunca¡±
Los se¨ªsmos y sus r¨¦plicas causan m¨¢s de 11.500 muertos y m¨¢s de 53.600 heridos en Turqu¨ªa y Siria. Erdogan declara el estado de emergencia en las 10 provincias m¨¢s afectadas
Abdala es sirio y tan joven que ni recuerda su pa¨ªs natal. Tiene 13 a?os y su familia escap¨® hace 10 de Alepo. ¡°Nuestra casa se ha ca¨ªdo. De verdad. Est¨¢bamos fuera y despu¨¦s del terremoto fuimos a ver c¨®mo estaba y no quedaba nada. Pas¨¦ mucho miedo¡±, cuenta en el polideportivo de la localidad de Sanliurfa, en el sudeste de Turqu¨ªa, decorado con im¨¢genes del padre fundador de la T...
Abdala es sirio y tan joven que ni recuerda su pa¨ªs natal. Tiene 13 a?os y su familia escap¨® hace 10 de Alepo. ¡°Nuestra casa se ha ca¨ªdo. De verdad. Est¨¢bamos fuera y despu¨¦s del terremoto fuimos a ver c¨®mo estaba y no quedaba nada. Pas¨¦ mucho miedo¡±, cuenta en el polideportivo de la localidad de Sanliurfa, en el sudeste de Turqu¨ªa, decorado con im¨¢genes del padre fundador de la Turqu¨ªa moderna, Mustaf¨¢ Kemal Atat¨¹rk, y del presidente, Recep Tayyip Erdogan, as¨ª como banderas del pa¨ªs. Un centenar de personas pasan aqu¨ª la noche en colchonetas de gimnasia, cubiertas con mantas para combatir el temporal que asola la zona.
A unos metros, el turco Ahmet, de 23 a?os, describe el terremoto como ¡°el terror m¨¢s grande¡± que ha pasado en su vida. ¡°Iba creciendo el temblor y parec¨ªa que no se iba a acabar nunca¡±, cuenta. ?l se qued¨® paralizado sin saber qu¨¦ hacer mientras llamaba a sus padres, que estaban en una habitaci¨®n contigua. La casa ha resultado da?ada, pero ¡°no demasiado¡±. Unas cuantas grietas en la pared que impiden que regrese por si se viene abajo. ¡°Lo peor, ahora, es la incertidumbre. El terremoto ya pas¨®, pero, ?y ahora? ?Cu¨¢ndo volver¨¦ a casa?¡±, sentencia.
Otro refugiado de Alepo, Mohamed Mohamed, de 28 a?os, cuenta que no sinti¨® miedo durante los dos minutos en los que percibi¨® el primer se¨ªsmo, pese a que ¨Dasegura¨D es peor que los bombardeos que vivi¨® en su ciudad natal. ¡°Esto es inesperado. Cuando empieza a temblar te pilla por sorpresa, sucede de repente. A los bombardeos te acabas acostumbrando y en cierto modo los esperas porque oyes llegar a los aviones¡±, rememora mientras bebe caf¨¦ fr¨ªo y carga el m¨®vil en uno de los ¨²nicos cinco enchufes que funcionan del recinto. Asegura que regres¨® a su casa, en el barrio de Bahcelievler, tras el primer temblor, pero una de las r¨¦plicas casi le tira encima la caja fuerte. ¡°Cog¨ª las gafas, el tabaco, las llaves y me fui¡±, resume. Un amigo turco le dijo que las autoridades hab¨ªan habilitado el polideportivo para los afectados, regres¨® a por algunas cosas m¨¢s y se dirigi¨® hacia all¨¢. ¡°Mi casa sigue en pie, pero el edificio y el que est¨¢ al lado se pueden caer en cualquier momento. Han quedado muy mal¡±, se?ala.
Mohamed lleva 10 a?os en Turqu¨ªa, pero apenas cuatro meses en Sanliurfa. ¡°Viv¨ªa en Estambul y me planteaba volver a mi pa¨ªs. Estoy solo aqu¨ª, toda mi familia se qued¨® porque no quer¨ªan dejar su tierra. Pero un amigo me convenci¨® de venir a Sanliurfa. Me dijo que hay trabajo para nosotros [los refugiados]¡±, se?ala. Tras el se¨ªsmo, ha desechado la idea: ¡°Ahora tiene a¨²n m¨¢s sentido quedarse aqu¨ª porque todo el mundo est¨¢ mandando ayuda y en nuestro pa¨ªs se la va a quedar todo el r¨¦gimen¡±. A su lado, Walid Hassa, tambi¨¦n sirio y de 21 a?os, tercia: ¡°Aqu¨ª algunos no vienen a resguardarse porque no saben que est¨¢ abierto o porque no deja de ser un edificio y les da miedo todo lo que tenga un techo que se pueda caer. En Siria ahora la gente muere por la guerra y por el terremoto¡±.
El n¨²mero de v¨ªctimas de los dos potentes terremotos que el lunes golpearon Turqu¨ªa y Siria ¨Das¨ª como de sus r¨¦plicas, que a¨²n perduran aunque con menor intensidad¨D no deja de crecer y ya es la cat¨¢strofe s¨ªsmica m¨¢s mort¨ªfera del ¨²ltimo decenio a nivel mundial. Los muertos superan ya los 11.500 y los heridos los 53.600. Y todo apunta a que estas cifras van a seguir aumentando en los pr¨®ximos d¨ªas. Turqu¨ªa, que ya ha informado de 9.057 muertes y del hundimiento de m¨¢s de 5.000 edificios, ha decretado el estado de emergencia durante un m¨ªnimo de tres meses en las 10 provincias m¨¢s afectadas, todas en el sudeste del pa¨ªs, seg¨²n anunci¨® el martes el presidente Erdogan. En Siria, inmersa en una guerra civil desde hace m¨¢s de una d¨¦cada, los datos no son mejores: los fallecidos suman 1.262 en la zona controlada por el Gobierno de Damasco; y 1.400 en las zonas controladas por los rebeldes enfrentados a Bachar el Asad.
En una calle cercana al polideportivo, dos gr¨²as y una multitud de curiosos dominan ante un solar con escombros. Aqu¨ª, en la ciudad de Sanliurfa, no es, sin embargo, donde el se¨ªsmo ha hecho sus peores estragos. Los edificios de los alrededores no parecen da?ados en el exterior. Son, por lo general, casas de nueva construcci¨®n, a diferencia de las del centro, las que m¨¢s han sufrido la embestida de la tierra. All¨ª, cientos de edificios han resultado da?ados, seg¨²n las autoridades. Una de las r¨¦plicas derrib¨® un inmueble de ocho plantas, seg¨²n capt¨® una grabaci¨®n. Se estima que murieron cinco personas y siguen enterradas bajo los escombros porque la debilidad del edificio contiguo impide hacer la b¨²squeda de manera segura.
Sanliurfa est¨¢ a 170 kil¨®metros al este de Pazarcik, en la provincia de Kahramanmaras, el epicentro del primero se¨ªsmo (de magnitud 7,8) de los dos que han cambiado radicalmente esta ciudad. La provincia hom¨®nima es una de las 10 zonas en las que Erdogan ha declarado el estado de emergencia.
El ¨¢nimo alica¨ªdo de los locales y la falta de vida en las calles contrasta con el mensaje de un cartel publicitario a la entrada: ¡°El terru?o es ahora algo m¨¢s especial¡±. En un aparcamiento al aire libre, cinco grupos de unos 10 hombres se calientan en una hoguera en un bid¨®n. Son una excepci¨®n. La mayor¨ªa de quienes necesitan ayuda se encuentran en los centros habilitados por las autoridades.
300 r¨¦plicas
Con temperaturas bajo cero y un fuerte temporal de invierno, los trabajos de rescate se est¨¢n desarrollando en medio de temblores que no cesan. Ya ha habido m¨¢s de 300 r¨¦plicas, seg¨²n la agencia de gesti¨®n de emergencias de Turqu¨ªa (AFAD). Este martes, a las 10.11 hora local de Turqu¨ªa (8.11 en la Espa?a peninsular), la zona se vio sacudida por un nuevo terremoto, de magnitud 5,4 en la escala de Richter, con epicentro a 10 kil¨®metros de profundidad.
Las primeras 48-72 horas de trabajo son cruciales para hallar supervivientes; despu¨¦s, las probabilidades de que quienes han quedado atrapados permanezcan con vida se reducen considerablemente, m¨¢s a¨²n teniendo en cuenta que, durante la noche, muchas de las provincias afectadas han registrado temperaturas bajo cero, lluvia o nieve. Seg¨²n el vicepresidente turco, Fuat Oktay, cerca de 8.000 personas han sido rescatadas ya de entre los escombros.
Ankara ha desplegado casi 25.000 efectivos. A ellos se ha sumado un ret¨¦n internacional en el que ya participan 19 pa¨ªses europeos ¡ª17 de ellos de la Uni¨®n Europea, Espa?a entre ellos¡ª, que ha movilizado a 1.155 rescatistas y 72 perros especializados en ambos pa¨ªses. La UE ha desplegado 25 equipos de rescate y dos de emergencias m¨¦dicas a trav¨¦s del Mecanismo de Protecci¨®n Civil, ha confirmado el comisario de Gesti¨®n de Crisis, Janez Lenarcic.
Es una tarea pesada y delicada, que exige del esfuerzo de decenas de personas y que se ve obstaculizada por las continuas r¨¦plicas. En la ciudad de Kahramanmaras, en torno a las cinco de la ma?ana hora local (dos horas menos en la Espa?a peninsular), los equipos de emergencias lograron rescatar con vida al joven Can. Lo hab¨ªan localizado horas antes, pero este adolescente de 14 a?os hab¨ªa quedado atrapado por los bloques de cemento y vigas de varios pisos que se le vinieron encima, seg¨²n mostr¨® la cadena CNN-T¨¹rk. Finalmente, tras cuatro horas de trabajo, pudo ser extra¨ªdo del esqueleto del edificio y trasladado a un hospital sin heridas de demasiada gravedad.
Localidades sin ayuda
Pero tambi¨¦n ha habido denuncias de localidades afectadas a las que no ha llegado la ayuda, especialmente en la provincia turca de Hatay, situada entre la costa mediterr¨¢nea y la frontera siria. Solo en esa regi¨®n, m¨¢s de 1.200 edificios han quedado destruidos. Hasta all¨ª se han trasladado m¨¢s de 9.000 soldados y 12.000 voluntarios para ayudar en la b¨²squeda de supervivientes, seg¨²n han explicado las autoridades turcas. A pesar de ello, en v¨ªdeos publicados en las redes sociales, vecinos de la zona ped¨ªan a las autoridades el env¨ªo de equipos especializados porque, sin maquinaria, no pueden liberar a las personas atrapadas.
Alejandreta, con unos 200.000 habitantes, es una de las urbes de Hatay. Los equipos de rescate y los supervivientes desescombraban este martes restos de edificios en esa ciudad turca en busca de se?ales de vida. Gran parte de la urbe portuaria ha quedado en ruinas. En las inmediaciones de lo que hace dos d¨ªas era un hospital, uno de los m¨¦dicos que hab¨ªa sobrevivido al desastre contaba que le hab¨ªa resultado muy dif¨ªcil volver a lo que una vez fue su lugar de trabajo: ¡°Estoy devastado, veo cuerpos por todas partes. Aunque estoy acostumbrado a ver cad¨¢veres, esto es muy dif¨ªcil para m¨ª¡±, aseguraba a la agencia Reuters. Kerim Sahin, un taxista que colaboraba en las tareas de rescate, contaba que buscaba a un amigo en el hospital: ¡°Un m¨¦dico ha dicho que hay unas 15 personas aqu¨ª, incluidos pacientes. Por el momento, todos est¨¢n atrapados. Nadie puede entrar al edificio¡±.
Una sensaci¨®n similar de impotencia invade a Sara Isl¨¢n, profesora espa?ola que lleva viviendo una d¨¦cada en Turqu¨ªa, en Sanliurfa, y pasa ahora unos d¨ªas en Madrid. ¡°Si la ayuda no llega a los que est¨¢n bajo los escombros, imagina a los que se est¨¢n resguardando en coches, o sin agua potable o sin comida. Ayer, mis amigos solo encontraron agua y galletas. No hay ni pan. Dan una sopita por ni?o. Y hace much¨ªsimo fr¨ªo¡±, explica Isl¨¢n, informa ?ngeles Lucas.
El Gobierno turco, a trav¨¦s de la agencia de gesti¨®n de desastres y emergencias del pa¨ªs, ha puesto a disposici¨®n de los residentes una aplicaci¨®n para que indiquen la ubicaci¨®n de personas que han quedado atrapadas bajo los escombros. ¡°No dan abasto¡±, dice, angustiada, Isl¨¢n.
¡°La inmensa mayor¨ªa de los edificios [de Sanliurfa] son muy antiguos y est¨¢n construidos con materiales deficientes; hay muchos que est¨¢n hechos polvo¡±, ilustra. El marido de Isl¨¢n es un ingeniero civil turco, nacido en esta localidad, que asegura que antes apenas hab¨ªa normativa antis¨ªsmica. ¡°Pero se implant¨® una en 2007 y otra a¨²n m¨¢s dura en 2019. Y previsiblemente estas edificaciones est¨¢n resistiendo mejor. Est¨¢n teniendo problemas m¨¢s superficiales¡±, asegura Isl¨¢n, que dice que los t¨¦cnicos locales estudian implantar la medida de marcar con cruces verdes los edificios en los que se puede entrar, amarillas en los que hay que tener cuidado, y rojo de acceso prohibido.
Familiares angustiados intentan viajar a las zonas afectadas
Mehmet, de 25 años, vuela a su ciudad natal, Sanliurfa, una de las afectadas por el terremoto, a "dar un abrazo" a su madre y sus hermanos. "Todos están bien, gracias a Dios. Pero voy a estar con ellos y a ayudar en lo que pueda", cuenta. A Mehmet la noticia le pilló en Bursa, la ciudad cercana a Estambul en la que trabaja y no ha encontrado billete hasta este martes a Sanliurfa. "Es muy triste que pase algo así en tu país, más aún en tu ciudad", resume.
Los vuelos internos a las provincias afectadas en el sur del país van sin asientos vacíos desde el terremoto. El temporal invernal (este martes nieva y la sensación térmica de madrugada era de seis grados bajo cero) ha generado cancelaciones y algunos aeropuertos de la zona se han visto afectados por el seísmo o están parcialmente reservados a los vuelos de ayuda humanitaria, según ha señalado este martes el presidente turco. Recep Tayyip Erdogan ha pedido que "nadie viaje a las zonas del terremoto a menos que sea necesario, que no se utilicen las carreteras que van a la zona y que solo se llame por teléfono en casos de urgencia". "Estamos teniendo dificultades para llevar materiales de ayuda y equipos de rescate a algunas zonas debido a las duras condiciones invernales", ha agregado.
Pese al llamamiento del presidente, las plazas para viajeros regulares que quedan desde Estambul hacia aeropuertos de la zona, como Adana, Sanl?urfa o Gaziantep, son rápidamente ocupadas, generalmente por familiares de los afectados, que regresan a apoyarlos. "Bastante gente llega sin billete, pidiendo lo primero que salga, porque tienen familia allí", explican en una pequeña agencia de viajes en el aeropuerto de Sabiha Gökçen, en Estambul.
Tanto allí como en el principal aeropuerto de la ciudad, el Internacional, hay colas frente a las ventanillas de venta de billetes de las aerolíneas. También se ven equipos de búsqueda y rescate con el uniforme. En los mostradores y en las puertas de embarque, los rostros reflejan preocupación, con llantos y llamadas ante los frecuentes retrasos y cancelaciones. Algunos se refugian en consultar las redes sociales desde sus teléfonos, bien para seguir las noticias sobre la tragedia, bien para todo lo contrario: abstraerse.
El vuelo de Myriam Sedkati hacia Adana, otra de las áreas más afectadas y puerto de entrada a la ayuda humanitaria, no sale hasta dentro de cuatro horas, pero ya espera sentada frente a la puerta de embarque en el aeropuerto de Sabiha Gökçen. Es marroquí, pero está casada con un turcochipriota originario de Adana. Ambos viven en la isla. A ella el terremoto le sorprendió en su ciudad natal, Meknès. "Lo vi en la televisión y pensé: necesito ir", explica. Se desplazó hasta Casablanca para tomar el primer vuelo a Turquía con la intención de apoyar a su familia política. "Están asustados de que haya una réplica. Voy a decirles: 'que Dios os proteja', que sientan cariño, humanidad. Son humanos y los humanos a veces necesitamos que alguien nos diga que todo va a ir bien y que esto quedará atrás", dice Sedkati, de 33 años, tras mostrar un vídeo de la casa de sus suegros con cascotes en la cocina, grietas en la pared, cables colgando y ventanas rotas.
En las zonas afectadas algunos ven la situación de otra manera. Ayse, por ejemplo, recibió un mensaje de su tío desde Antioquía: "Chicos, no vengáis, no tiene sentido. No hay donde alojarse, no hay hoteles, ni supermercados, ni gasolina. Yo estoy en casa de Ahmet, en el pueblo, que se mantiene en pie de alguna manera. Pero mañana echaré una tienda para dormir fuera".
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