Los testigos de la cat¨¢strofe en Turqu¨ªa: ¡°Oigo los gritos de personas atrapadas, pero no puedo hacer nada¡±
Los residentes de localidades afectadas por el terremoto se quejan de la tardanza en llegar de los equipos de rescate y la ayuda. La zona afectada en Turqu¨ªa es tan extensa que los servicios de emergencia no dan abasto
Kubilay ?zt¨¹rk llevaba m¨¢s de 24 horas sin dormir cuando, a primera hora del martes, comenz¨® a escuchar gritos pidiendo ayuda. Proced¨ªan de debajo de los escombros. ¡°Desde las seis o siete de la ma?ana he estado oyendo gritos de las personas atrapadas, pero no puedo hacer nada. Si al menos tuviese un mazo o una cizalla¡ pero con estas manos no puedo romper el hormig¨®n¡±, se lamentaba. ¡°Hay mucha gente atrapada, pero ning¨²n equipo de rescat...
Kubilay ?zt¨¹rk llevaba m¨¢s de 24 horas sin dormir cuando, a primera hora del martes, comenz¨® a escuchar gritos pidiendo ayuda. Proced¨ªan de debajo de los escombros. ¡°Desde las seis o siete de la ma?ana he estado oyendo gritos de las personas atrapadas, pero no puedo hacer nada. Si al menos tuviese un mazo o una cizalla¡ pero con estas manos no puedo romper el hormig¨®n¡±, se lamentaba. ¡°Hay mucha gente atrapada, pero ning¨²n equipo de rescate de AFAD [la agencia de gesti¨®n de emergencias de Turqu¨ªa], de la Gendarmer¨ªa o de la Polic¨ªa. Nadie. No han enviado a nadie¡±.
Este residente de Elbistan ¨Den la provincia de Kahramanmaras, epicentro de los dos potent¨ªsimos terremotos registrados el lunes¨D asegura que dos tercios de las viviendas de la localidad se han venido abajo y que, probablemente, hay miles de personas enterradas bajo los edificios derrumbados. ¡°No hay electricidad y no queda combustible. A mi tel¨¦fono se le terminar¨¢ la bater¨ªa. ?Por favor, que env¨ªen a alguien! Trato de contactar con el Ayuntamiento y con la Prefectura y no responde nadie¡±, denuncia con voz desesperada a trav¨¦s del tel¨¦fono: ¡°No tenemos comida ni ropa de abrigo y hay ni?os peque?os. Lo peor es que no tenemos agua potable. Estamos bebi¨¦ndonos la nieve¡ no s¨¦ si es muy saludable, pero sin agua no se puede sobrevivir¡±.
Otros dos v¨ªdeos publicados por la prensa turca de residentes de la localidad confirman el relato. En uno de ellos, una mujer afirma, entre l¨¢grimas, que est¨¢ escapando de la ciudad porque no ha quedado pr¨¢cticamente nada en pie: ¡°No hay electricidad, es casi imposible conseguir combustible y comida, porque los colmados y supermercados han quedado aplastados¡±. En otro, se observa una de las avenidas principales de esta localidad de unos 100.000 habitantes en la que numerosos edificios son meros montones de cascotes y hierros: ¡°No hay ni un solo efectivo de AFAD. Es urgente que vengan¡±. Fuentes consultadas por este diario explican que dos peque?os equipos de emergencias se desplegaron en Elbistan la tarde del martes: uno completamente dedicado a gestionar el hospital y otro repartido por el resto de la ciudad.
Abandonados a su suerte
Elbistan no es la ¨²nica localidad donde los afectados por el terremoto se quejan de la falta de ayuda. Especialmente de la provincia de Hatay, situada entre la costa mediterr¨¢nea y la frontera siria, y cuyas infraestructuras se han visto muy da?adas, llegan numerosas quejas. ¡°Mis abuelos quedaron atrapados en su casa en Arsuz [un pueblo de la provincia]. Solo pudimos salvarlos porque los due?os de una empresa de construcci¨®n a los que conocemos nos enviaron material y los sacamos por el balc¨®n¡±, relat¨® Ayse, nombre modificado a petici¨®n de la afectada. ¡°Pero otros no han sido tan afortunados. Tenemos parientes en Antioqu¨ªa y Alejandreta que a¨²n est¨¢n bajo los escombros. La gente est¨¢ tratando de que les hagan caso a trav¨¦s de las redes sociales, pero no llega la ayuda. Y se pregunta d¨®nde est¨¢ el ej¨¦rcito, d¨®nde est¨¢ el Estado. Han dejado a Hatay a su suerte¡±.
En la misma provincia, la noche del lunes al martes, el vicepresidente del Partido de los Obreros de Turqu¨ªa, Baris Atay, denunciaba una situaci¨®n similar ante un edificio derruido: ¡°Dentro est¨¢ un amigo m¨ªo. Sigue con vida, solo tiene un pie roto. Estamos tratando de sacarlo, pero no podemos trabajar porque est¨¢ oscuro. Hay un grupo de obreros de la construcci¨®n que se han ofrecido como voluntarios y est¨¢n sacando a gente de otros edificios derruidos, algunos muertos, por desgracia. Pero fuera de estos trabajadores voluntarios no hay nadie, a esta gente la est¨¢n dejando morir¡±, denunci¨®.
La realidad es que la zona siniestrada es tan extensa ¡ªes un ¨¢rea mayor que toda Andaluc¨ªa¡ª y tan poblada que los servicios de emergencia se han visto superados por las circunstancias. Seg¨²n el ministro turco de Medio Ambiente y Urbanismo, Murat Kurum, hay 13,5 millones de personas ¡°afectadas directamente¡± por el se¨ªsmo. Adem¨¢s, hay carreteras inutilizadas por el terremoto, y otras est¨¢n bloqueadas por la nieve y el temporal que azota la zona.
¡°Los da?os son enormes y est¨¢ nevando mucho. Las casas est¨¢n muy da?adas, nosotros hemos ido a una casa que tenemos en la huerta, pero mucha gente est¨¢ en la calle. La mayor¨ªa hemos pasado la noche en nuestros coches, porque solo ahora han empezado a instalar tiendas de campa?a¡±, explica por tel¨¦fono Surettin, un residente de la ciudad de Malatya, de m¨¢s de 600.000 habitantes. All¨ª, la ma?ana del martes no hab¨ªa combustible, agua ni comida, se quejaba G?kmen, otro residente. Sin embargo, a lo largo de la tarde ¡°comenzaron a llegar camiones, se han abierto las tiendas y el problema del combustible se ha arreglado en parte¡±.
El propio presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha reconocido ¡°dificultades¡± a la hora de entregar la ayuda y enviar equipos de rescate. Su ministro del Interior, S¨¹leyman Soylu, justific¨® los fallos en que se debe planificar bien cada env¨ªo para ¡°no malgastar el combustible¡±, que debe ser utilizado en otros lugares, como los generadores de los hospitales, en un momento en que muchas gasolineras han dejado de funcionar y la red el¨¦ctrica ha sufrido numerosos da?os. Adem¨¢s, tach¨® de ¡°provocadores¡± a quienes quieren ir a entregar ayuda por su cuenta sin pasar por la coordinaci¨®n de AFAD.