La fiesta de la liberaci¨®n de Italia del fascismo incomoda al Gobierno de Meloni
Ignazio La Russa, presidente del Senado y segundo cargo del Estado, celebrar¨¢ el mismo d¨ªa la resistencia antisovi¨¦tica en Praga
El 25 de abril se celebra la liberaci¨®n de Italia del nazifascismo: la conmemoraci¨®n de la victoria en 1945 ante las fuerzas de ocupaci¨®n nazis y el triunfo de la resistencia partisana sobre el fascismo. La efem¨¦ride evoca una lucha que culmin¨® ese d¨ªa para que Italia comenzase un proceso democr¨¢tico y de restablecimiento de las instituciones que la ha conducido hasta hoy. La Constituci¨®n italiana, de hecho, se fundamenta sobre los principios surgidos de la necesidad de impedir que pudie...
El 25 de abril se celebra la liberaci¨®n de Italia del nazifascismo: la conmemoraci¨®n de la victoria en 1945 ante las fuerzas de ocupaci¨®n nazis y el triunfo de la resistencia partisana sobre el fascismo. La efem¨¦ride evoca una lucha que culmin¨® ese d¨ªa para que Italia comenzase un proceso democr¨¢tico y de restablecimiento de las instituciones que la ha conducido hasta hoy. La Constituci¨®n italiana, de hecho, se fundamenta sobre los principios surgidos de la necesidad de impedir que pudiese regresar una situaci¨®n pol¨ªtica como la que propici¨® el fascismo. La fiesta, sin embargo, nunca ha gustado a la derecha italiana. El propio Silvio Berlusconi, l¨ªder de Forza Italia, estuvo durante a?os ausente de la celebraci¨®n institucional cuando era primer ministro del pa¨ªs, aunque en 2009 cerrase la cuesti¨®n acudiendo a un encuentro de partisanos en Onna (Abruzos). Ahora, el Gobierno de Giorgia Meloni, l¨ªder de Hermanos de Italia, un partido surgido de los rescoldos del posfascismo, vuelve a enfangarse con la cuesti¨®n.
Meloni acudir¨¢ este a?o al Altar de la Patria, monumento a la unidad del pa¨ªs en Roma. Su agenda remite a ese ¨²nico momento para la jornada. Pero m¨¢s all¨¢ de la celebraci¨®n, las pol¨¦micas en torno al tema del fascismo y los estragos que produjo llevan sucedi¨¦ndose semanas. Y en casi todas ellas aparece el mismo nombre: Ignazio Benito La Russa, presidente del Senado y cofundador de Hermanos de Italia. La Russa, que admiti¨® tener un busto de Mussolini en casa y cuyo segundo nombre remite directamente al dictador fascista, es tambi¨¦n el segundo cargo del Estado. Es decir, si Sergio Mattarella tuviese un incidente, ¨¦l ser¨ªa el presidente de la Rep¨²blica. Sin embargo, el D¨ªa de la Liberaci¨®n de Italia ¡ªprevio paso obligado por el Altar de la Patria¡ª estar¨¢ en Praga y celebrar¨¢ por la tarde a la resistencia antisovi¨¦tica checoslovaca. Est¨¢ previsto que acuda a colocar un ramo de flores al monumento de Jan Palach, estudiante que se inmol¨® quem¨¢ndose vivo en 1969 para protestar por la invasi¨®n sovi¨¦tica que aplast¨® la Primavera de Praga.
La oposici¨®n ha criticado duramente la iniciativa. Lo sorprendente es que incluso Matteo Salvini, socio de Gobierno de Meloni, poco sospechoso de defender valores antifascistas, se ha desmarcado. ¡°?La Russa? S¨¦ lo que har¨¦ yo, que es celebrar la liberaci¨®n de nuestro pa¨ªs¡±.
El presidente del Senado, adem¨¢s, ha querido subrayar esta semana que la Constituci¨®n italiana no incluye la palabra ¡°antifascista¡± en ning¨²n lado para evitar sumarse a determinado tipo de declaraciones. Tambi¨¦n incendi¨® el debate p¨²blico hace tres semanas al asegurar que el atentado de Via Rasella, como se conoce el ataque a un grupo de soldados nazis por parte de la Resistencia romana el 23 de marzo de 1944, fue en realidad una acci¨®n contra ¡°un grupo de m¨²sicos semijubilados¡±. El atentado, de hecho, desencaden¨® luego la matanza de las Fosas Ardeatinas, donde fueron asesinados 335 italianos como represalia: hab¨ªa civiles, militares, jud¨ªos, comunistas y prisioneros pol¨ªticos seleccionados por los nazis. Meloni, en otra declaraci¨®n nada ortodoxa para un primer ministro, se?al¨® esa misma semana que fueron asesinados por ser ¡°italianos¡±, restando la carga pol¨ªtica del suceso.
El colof¨®n del debate sobre la gen¨¦tica posfascista de Hermanos de Italia y de algunos miembros de su Gobierno ¡ªla semana pasada, el ministro de Agricultura y cu?ado de Meloni, Francesco Lollobrigida, invoc¨® la ¡°sustituci¨®n ¨¦tnica¡± para alertar sobre la inmigraci¨®n¡ª lo puso el domingo el fundador de Alianza Nacional (AN), Gianfranco Fini. Heredero directo del Movimiento Social Italiano (MSI) de Giorgio Almirante, y padre pol¨ªtico de Meloni y del partido que esta fund¨® luego, fue el autor en 1995 de lo que se conoci¨® como la svolta di Fiuggi, (el giro de Fiuggi, por la localidad de Lacio en el que se escenific¨®), una declaraci¨®n con la que el partido reneg¨® expl¨ªcitamente del fascismo. Fini, retirado de la pol¨ªtica, rompi¨® su silencio para record¨¢rselo a Meloni. ¡°Otra vez tenemos un 25 de abril con divisi¨®n. Espero que Meloni aproveche esta ocasi¨®n para decir sin ambig¨¹edad y reticencias que la derecha italiana ya hizo cuentas con el fascismo cuando naci¨® Alianza Nacional¡±.
El problema que genera la pol¨¦mica recurrente sobre el tema del fascismo sirve tambi¨¦n a menudo para desviar la atenci¨®n de los problemas que atraviesa el Gobierno. En este caso, el aumento de la llegada de migrantes y un retraso muy preocupante en el cumplimiento de las condiciones exigidas por Bruselas para recibir los fondos del plan de recuperaci¨®n pospandemia. Esa, de hecho, es hoy la principal preocupaci¨®n del Ejecutivo, que ya acepta que no ser¨¢ capaz de establecer un plan para recibir todo el dinero pactado (unos 200.000 millones de euros entre capital a fondo perdido y pr¨¦stamos).
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