Salvini rechaza celebrar el d¨ªa de la Liberaci¨®n de Italia
El l¨ªder de la Liga, criticado por el primer ministro, alega que se trata de una fiesta empa?ada por los viejos esquemas de comunistas y fascistas
La jugada, bochornosa desde el punto de vista del respeto a la historia democr¨¢tica de Italia, ha establecido una nueva frontera. Incluso para Matteo Salvini, tan acostumbrado a la conquista de viejos espacios pol¨ªticos para mirar al futuro. El l¨ªder de la Liga y su entorno no dan un paso sin calcular el impacto que tendr¨¢ en los sondeos y en la opini¨®n p¨²blica. Por eso chirri¨® estrat¨¦gicamente que despreciase un d¨ªa de comuni¨®n italiano, la jornada que celebra la liberaci¨®n del pa¨ªs por parte de los aliados en 1945 del r¨¦gimen fascista de Mussolini y de la ocupaci¨®n nazi. Una jornada que el Gobierno festeja en distintos puntos de Italia y que el presidente de la Rep¨²blica, Sergio Mattarella, antes de su ofrenda en El Altar de la Patria de Plaza Venecia, calific¨® como ¡°el segundo Resurgimiento¡±.
El ministro del Interior, en pleno bache de popularidad por el caso de corrupci¨®n que asedia a uno de sus hombres de confianza (el viceministro de Transportes, Armando Siri), decidi¨® el jueves marcharse a Corleone para apoyar a las fuerzas del orden que combaten a la Mafia, porque el 25 de abril es, seg¨²n afirm¨®, solo un ¡°derbi entre fascistas y comunistas¡±. Un menosprecio a una conmemoraci¨®n unitaria del d¨ªa que condujo a la creaci¨®n de la Rep¨²blica Italiana. Una fiesta que ya hab¨ªa sido cuestionada anteriormente por Silvio Berlusconi y que hoy solo despierta recelos en las formaciones de ultraderecha en las que Salvini se ha apoyado circunstancialmente. El jueves ninguno de los ministros de la Liga que forman el Ejecutivo populista de Italia particip¨® en ceremonia oficial alguna.
La jugada esta vez puede mezclar mal en la probeta de los sondeos que manejan sus asesores de comunicaci¨®n. Hab¨ªan pasado solo 24 horas desde que los ultras de la Lazio desplegaron una pancarta en la que se ped¨ªa honrar la memoria de Benito Mussolini en la plaza Loreto de Mil¨¢n, donde fue colgado bocabajo el dictador junto a su amante, Clara Petacci, hace tambi¨¦n 74 a?os. Salvini no abri¨® la boca, como suele hacer cuando hay pol¨¦micas con el Duce, a quien suele parafrasear. Esta vez, sin embargo, le ha criticado todo el mundo. Desde el presidente de la Rep¨²blica, a su modo habitualmente sutil, advirtiendo de que ¡°no se puede rescribir la historia¡±, hasta el primer ministro, Giuseppe Conte, l¨ªder del Ejecutivo del que forma parte la Liga y con quien empieza a haber una tensi¨®n con aroma a ruptura: ¡°Se equivoca quien no celebra el 25 de abril, los valores de quien ha muerto por la libertad¡±.
La relevancia del 25 de abril no estaba hasta hoy en la mesa del debate pol¨ªtico democr¨¢tico de Italia. Y el l¨ªder de la Liga, en realidad, entiende perfectamente el significado que tiene. El ministro del Interior era perfectamente consciente de no pod¨ªa ausentarse completamente sin ofrecer una alternativa moral, alguna coartada de servicio al Estado como el pretexto de la lucha contra la Mafia que esgrimi¨® para marcharse a Corleone. Prueba de ello es que hab¨ªa sido invitado el mismo jueves a Praga a un encuentro con sus socios de la ultraderecha europeos ¡ªMarine Le Pen y Geert Wilders¡ªy que excus¨® su presencia mandando un v¨ªdeo.
El otro vicepresidente, Di Maio, ha visto una nueva oportunidad para debilitar a su socio en la guerra interna que mantienen pensando en las elecciones europeas. El l¨ªder del Movimiento 5 Estrellas ya hab¨ªa criticado d¨ªas atr¨¢s que se restase valor a la fiesta de la Liberaci¨®n. El jueves, mientras visitaba la sinagoga de Roma para las celebraciones de la comunidad jud¨ªa del 25 de abril, volvi¨® a atacarle: "Divide el que no quiere festejarlo, nosotros no queremos ser divisivos, el 25 de abril debe ser una jornada de unidad".
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