George Santos, el congresista republicano por Nueva York que se invent¨® partes de su curr¨ªculo, imputado penalmente
El legislador deber¨¢ comparecer este mi¨¦rcoles en un juzgado de Nueva York, seg¨²n la CNN, que ha adelantado la noticia
Fiscales federales han presentado cargos penales contra el representante neoyorquino George Santos, el republicano que gan¨® un esca?o en las elecciones de medio mandato de noviembre y cuyo asombroso patr¨®n de mentiras e invenciones ha dejado at¨®nita a la opini¨®n p¨²blica. La noticia ha sido adelantada por la CNN, que cita a tres personas cercanas al caso.
Se espera que Santos comparezca este mi¨¦rcoles ante el tribunal federal del distrito este de Nueva York, donde se habr¨ªan presentado los cargos, si bien un portavoz de la fiscal¨ªa declin¨® hacer comentarios. Tambi¨¦n rehusaron pronunciarse al respecto portavoces de la fiscal¨ªa de Brooklyn, del Departamento de Justicia y del FBI, adem¨¢s del abogado del congresista.
La naturaleza exacta de los cargos no se conoce a¨²n, pero el FBI y los fiscales de integridad p¨²blica del Departamento de Justicia en Nueva York y Washington han estado examinando acusaciones por declaraciones falsas en los documentos de financiaci¨®n de la campa?a de Santos, as¨ª como, probablemente, otras por falsear o inventar detalles de su curr¨ªculum acad¨¦mico y profesional. Santos fue elegido en representaci¨®n de un distrito que incluye partes de Long Island y Queens. Ha sido investigado en m¨²ltiples jurisdicciones, as¨ª como por el Comit¨¦ de ?tica de la C¨¢mara de Representantes.
Destacados dem¨®cratas, a los que se han unido algunos republicanos neoyorquinos, han pedido a Santos que dimita por acusaciones que van desde comportamiento delictivo durante la campa?a electoral, como fraude en la recaudaci¨®n, hasta peque?as mentiras de tipo personal para blanquear o inflar su curr¨ªculo que se remontan a m¨¢s de una d¨¦cada.
Vi¨¦ndose en el disparadero, el congresista se hizo a un lado a finales de enero de las dos comisiones de la C¨¢mara de Representantes que le hab¨ªa tocado integrar, mientras los medios segu¨ªan sacando sus trapos sucios, algunos tan rastreros como supuestamente estafar a un veterano de la guerra de Irak el dinero recaudado en redes para tratar a su perro moribundo. Tambi¨¦n fabul¨® acerca de una supuesta agresi¨®n sufrida por ¨¦l y su pareja a plena luz del d¨ªa en el centro de Manhattan. Un antiguo compa?ero de cuarto diagnostic¨® su comportamiento al se?alar que Santos sufre ¡°delirios de grandeza¡±, los mismos que le hicieron inventarse un patrimonio millonario, una sufrida historia familiar como descendiente de supervivientes del Holocausto o una formaci¨®n acad¨¦mica superior a los estudios que curs¨®.
Santos ha sido acusado de infringir las normas de financiaci¨®n de campa?as, violar las leyes federales sobre conflictos de intereses y organizar un fraude con tarjetas de cr¨¦dito, entre otros delitos y faltas a cu¨¢l m¨¢s chocarrera: una de las ¨²ltimas es el supuesto robo de un perro en una granja amish. El congresista ha admitido haber hecho algunas afirmaciones enga?osas sobre su educaci¨®n y su situaci¨®n financiera, pero sigue negando las acusaciones m¨¢s graves y se ha negado en redondo a entregar su acta del Congreso.
Desde un punto de vista jur¨ªdico, los cargos no afectan a su condici¨®n de congresista. Nada en los requisitos de la Constituci¨®n para desempe?ar ese cargo electo impide que las personas acusadas o condenadas penalmente puedan ejercer sus funciones, salvo las prohibiciones de la 14? Enmienda para ciertas conductas de traici¨®n cometidas despu¨¦s de que el representante haya jurado su cargo, informa la CNN.
Sin embargo, si es condenado por un delito que podr¨ªa acarrearle una pena de dos o m¨¢s a?os de prisi¨®n, las normas de la C¨¢mara le ordenan no participar en las votaciones en el hemiciclo ni en las de las comisiones, como las dos de las que, cautelarmente, se retir¨® Santos mientras duraba la investigaci¨®n.
Santos deja un rastro de fabulaciones tras de s¨ª, que va del Brasil de su familia materna a los supervivientes del Holocausto y sus descendientes, muchos de los cuales viven en el distrito por el que fue elegido y han pedido poco menos que su cabeza por fabular con un acontecimiento tan grave, pues se sienten enga?ados por sus supuestos v¨ªnculos jud¨ªos. Tambi¨¦n ha levantado ampollas entre el colectivo LGTBIQ, por la doble vida que llev¨® durante a?os casado con una mujer para encubrir su homosexualidad.
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