Fumio Kishida, el pol¨ªtico prudente que aspira a cambiar Jap¨®n
El primer ministro nip¨®n, anfitri¨®n del G-7, lleg¨® al poder con aires de reformista moderado pero ahora lidera giros significativos en defensa, pol¨ªtica exterior y econom¨ªa
Fumio Kishida, primer ministro de Jap¨®n desde octubre desde 2021 y anfitri¨®n de la cumbre del G-7 que se celebra este fin de semana en Hiroshima, lleg¨® al poder avalado por credenciales de reformista moderado y eficaz mu?idor de consensos. Su ascenso respond¨ªa en gran medida al que es probablemente el m¨¢s significativo sentimiento pol¨ªtico en el pa¨ªs nip¨®n desde la posguerra: el deseo de estabilidad.
Pero un mundo en bru...
Fumio Kishida, primer ministro de Jap¨®n desde octubre desde 2021 y anfitri¨®n de la cumbre del G-7 que se celebra este fin de semana en Hiroshima, lleg¨® al poder avalado por credenciales de reformista moderado y eficaz mu?idor de consensos. Su ascenso respond¨ªa en gran medida al que es probablemente el m¨¢s significativo sentimiento pol¨ªtico en el pa¨ªs nip¨®n desde la posguerra: el deseo de estabilidad.
Pero un mundo en brutal convulsi¨®n ha propiciado que Kishida, de 65 a?os, est¨¦ impulsando acciones pol¨ªticas muy decididas en el ¨¢mbito interno de la defensa y de la econom¨ªa, y tambi¨¦n movimientos muy destacados en la esfera diplom¨¢tica. Kishida es miembro del conservador Partido Liberal Democr¨¢tico (PLD), que gobierna Jap¨®n casi sin pausa ¨Dpero con Ejecutivos a menudo fr¨¢giles¨D desde su fundaci¨®n en 1955.
Afable, discreto y dotado de buena experiencia gubernamental al haber sido anteriormente ministro de Defensa y de Exteriores, fue descrito como el Sr. Status Quo. Unas elecciones generales celebradas pocas semanas despu¨¦s de asumir el cargo le ofrecieron, con una s¨®lida victoria, una legitimaci¨®n popular.
El contexto de la invasi¨®n de Ucrania, la llamarada inflacionista ¨Daunque esta haya afectado menos a Jap¨®n que a otros pa¨ªses¨D y un deterioro de las relaciones entre las democracias avanzadas y China es el marco de lectura de los impulsos que Kishida pilota.
Aumento del gasto militar en un pa¨ªs pacifista
Es en ese contexto que se explica el refuerzo militar que el primer ministro promueve en un pa¨ªs pacifista desde el fin de la II Guerra Mundial. Kishida anunci¨® en diciembre de 2022 un aumento del gasto militar del 1% al 2% del PIB en los siguientes cinco a?os.
El primer ministro reafirma con vigor el apego de su Gobierno a los valores pacifistas que marcan la identidad del pa¨ªs desde 1945. Kishida, con or¨ªgenes familiares en Hiroshima, donde tiene su colegio electoral, quiso organizar la cumbre del G-7 en la simb¨®lica ciudad para subrayar el rechazo a la guerra y a las armas de destrucci¨®n masiva. Miembros de su familia fallecieron en el ataque at¨®mico estadounidense. Pero es evidente que el reiterado apego a los valores pacifistas no excluye que la nueva estrategia de defensa japonesa represente un profundo giro con respecto al pasado.
En pol¨ªtica exterior, Kishida ha liderado un claro alineamiento pol¨ªtico con Estados Unidos y la UE en materia de sanciones a Rusia, y pronunci¨® de forma expl¨ªcita un concepto determinante: Ucrania puede ser el este de Asia de ma?ana, en referencia al riesgo de un ataque de Pek¨ªn contra Taiw¨¢n. Hasta ahora, ning¨²n primer ministro japon¨¦s en el cargo hab¨ªa vinculado de forma directa una posible invasi¨®n china de la isla a la seguridad de su pa¨ªs, donde siguen desplegadas cuantiosas fuerzas estadounidenses. Kishida tiene lazos con la isla por v¨ªa de su historia familiar, ya que un antepasado suyo se estableci¨® ah¨ª en la ¨¦poca de dominio japon¨¦s, abriendo una tienda de quimonos.
En Hiroshima, Kishida trata de impulsar la conexi¨®n entre el G-7 y otros socios muy importantes en la regi¨®n del Indo-Pac¨ªfico, algunos claramente alineados con el grupo, como Australia y Corea del Sur, y otros no alineados, como la India, Indonesia y Vietnam.
Kishida representa una corriente del PLD moderada, lejana del nacionalismo revisionista que propugnaba Shinzo Abe, el carism¨¢tico ex primer ministro asesinado en 2022, cuando ya hab¨ªa abandonado el poder. Pero, parad¨®jicamente, el giro de los acontecimientos internacionales ha propiciado que el nuevo primer ministro promoviera un refuerzo poderoso de la defensa japonesa que sin duda estaba dentro de los ideales de Abe.
Kishida se distancia de Abe no solo en materia de nacionalismo, sino tambi¨¦n de pol¨ªtica econ¨®mica y estilo de liderazgo.
El gobernante intenta perseguir un rumbo propio despu¨¦s de los a?os de la pol¨ªtica econ¨®mica heterodoxa de Abe ¨Dconocida como Abenomics y compuesta de incentivos monetarios, est¨ªmulo fiscal y reformas estructurales¨D, subrayando como valor de referencia la reducci¨®n de la inequidad con una serie de medidas etiquetadas como Nuevo Capitalismo. Esto tambi¨¦n encaja con un viraje hacia pol¨ªticas de cohesi¨®n social muy extendido en las democracias avanzadas.
En el pasado mes de octubre, el Gobierno present¨® un paquete por valor de unos 200.000 millones de d¨®lares [unos 185.400 millones de euros] destinado en gran medida a atenuar los efectos de la subida de precios, sobre todo en el sector energ¨¦tico. El paquete se suma a otro de unos 380.000 millones lanzado en noviembre de 2021. En conjunto, representa una acci¨®n equivalente a un 13% del PIB.
En cuanto a estilo pol¨ªtico, Kishida reh¨²ye ciertos toques de protagonismo y personalismo propios de Abe, que tambi¨¦n afloraban en sus relaciones con otros l¨ªderes internacionales. Cabe esperar en el G-7 un estilo pragm¨¢tico, sobrio, sin histrionismo.
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