Los diputados brasile?os frenan en seco los planes de Lula para los ind¨ªgenas
La C¨¢mara de Diputados, de mayor¨ªa conservadora, aprueba un proyecto de ley que limita el reconocimiento de nuevos territorios ind¨ªgenas, impide su ampliaci¨®n y permite actividades econ¨®micas en su interior
La pesadilla que los ind¨ªgenas brasile?os m¨¢s tem¨ªan en los ¨²ltimos a?os se hizo realidad la noche del pasado martes, cuando la C¨¢mara de Diputados, de mayor¨ªa conservadora, aprob¨® por amplia mayor¨ªa un proyecto de ley que en la pr¨¢ctica hace muy dif¨ªcil que el Estado siga reconociendo a los ind¨ªgenas como leg¨ªtimos propietarios de las tierras que reivindican. Se trata de un golpe sin precedentes para la causa ind¨ªgena y de...
La pesadilla que los ind¨ªgenas brasile?os m¨¢s tem¨ªan en los ¨²ltimos a?os se hizo realidad la noche del pasado martes, cuando la C¨¢mara de Diputados, de mayor¨ªa conservadora, aprob¨® por amplia mayor¨ªa un proyecto de ley que en la pr¨¢ctica hace muy dif¨ªcil que el Estado siga reconociendo a los ind¨ªgenas como leg¨ªtimos propietarios de las tierras que reivindican. Se trata de un golpe sin precedentes para la causa ind¨ªgena y de un rev¨¦s considerable para el gobierno de Luiz In¨¢cio Lula da Silva, que lleg¨® al poder prometiendo retomar la demarcaci¨®n de tierras que Jair Bolsonaro paraliz¨® e incluso cre¨® un in¨¦dito Ministerio de los Pueblos Ind¨ªgenas, que est¨¢ cada vez m¨¢s cerca de convertirse en algo meramente simb¨®lico.
La ley se conoce en Brasil como del ¡°marco temporal¡± porque establece que los ind¨ªgenas s¨®lo pueden reivindicar las tierras en las que se encontraban el 5 de octubre de 1988, fecha en que se aprob¨® la actual Constituci¨®n. En la pr¨¢ctica, esto supone que los ind¨ªgenas que no puedan probar que estaban en un ¨¢rea determinada antes de 1988 no conseguir¨¢n la demarcaci¨®n. Los ind¨ªgenas alegan que de esta forma se ignora que muchas comunidades fueron expulsadas de sus territorios originarios, algo muy com¨²n, de hecho, durante la dictadura militar (1964-1985).
Los partidarios, ligados al poderoso sector agr¨ªcola y ganadero, defienden que la ley acabar¨¢ con la inseguridad jur¨ªdica y las disputas territoriales y llevar¨¢ paz al campo. Para ind¨ªgenas y ecologistas es una sentencia de muerte. Y es que adem¨¢s de establecer ese l¨ªmite temporal, la ley tambi¨¦n impide que las tierras protegidas ya reconocidas puedan ampliar su extensi¨®n, autoriza la miner¨ªa y el cultivo de transg¨¦nicos en su interior y que se realicen obras de infraestructura sin consultar a los pueblos afectados. Adem¨¢s, se flexibiliza la pol¨ªtica de no contacto con los ind¨ªgenas que permanecen en aislamiento voluntario.
Las 427 reservas ind¨ªgenas que hay ahora mismo en Brasil equivalen a casi el 14% de su territorio y son las zonas donde la naturaleza est¨¢ mejor preservada, donde los ¨ªndices de deforestaci¨®n son m¨¢s bajos. Normalmente son islas verdes en medio de un mar de latifundios, por eso la demarcaci¨®n legal de esas tierras es clave tambi¨¦n para luchar por la preservaci¨®n de la Amazon¨ªa y contra el cambio clim¨¢tico. Son decenas las tierras ind¨ªgenas cuyos procesos esperan en un caj¨®n hasta que el Estado las reconozca definitivamente. Las organizaciones ind¨ªgenas ten¨ªan muchas esperanzas puestas en Lula y esperaban que ya en los primeros meses firmara los primeros documentos. No lo hizo hasta abril, cuando reconoci¨® seis peque?os territorios. En ese momento prometi¨® que al acabar su mandato en 2026 no habr¨¢ ninguna reserva sin demarcar, algo que dif¨ªcilmente podr¨¢ cumplir.
La ley del ¡°marco temporal¡± estaba tramit¨¢ndose desde hace 16 a?os, y ni siquiera durante los cuatro a?os de Bolsonaro, con un presidente af¨ªn, consigui¨® salir adelante. La fortaleza de la derecha y del lobby ruralista en el Parlamento (que es m¨¢s conservador si cabe que en la pasada legislatura) lo hizo posible. Tres partidos de centro que apoyan a Lula y tienen ministerios tambi¨¦n votaron a favor, contrariando las directrices del Gobierno. La ley a¨²n tiene que pasar por el Senado, aunque los ind¨ªgenas conf¨ªan m¨¢s en el Tribunal Supremo, que juzgar¨¢ la constitucionalidad del ¡®marco temporal¡¯ el pr¨®ximo 7 de junio. No obstante, los jueces han abierto y cerrado el debate en numerosas ocasiones, no est¨¢ claro que ese d¨ªa haya una decisi¨®n definitiva.
El avance de este proyecto de ley es la segunda gran derrota que los diputados imponen a Lula en muy poco tiempo. La semana pasada, cuestionaron el dise?o de los ministerios organizado por el presidente y retiraron competencias de los ministerios de Medio Ambiente y Pueblos Ind¨ªgenas. El primero, en manos de Marina Silva, se qued¨® sin poder manejar el registro ambiental rural, un documento que es clave para luchar contra la deforestaci¨®n. La C¨¢mara traslad¨® esa competencia al Ministerio de Gesti¨®n, donde se espera encontrar un terreno menos hostil. El reci¨¦n creado Ministerio de los Pueblos Ind¨ªgenas se qued¨® sin su principal atribuci¨®n, precisamente cuidar de la demarcaci¨®n de las tierras que ahora est¨¢ en cuesti¨®n, que pasar¨¢ al Ministerio de Justicia. El Gobierno no hizo mucho por impedir esos cambios para evitar enemistarse a¨²n m¨¢s con la C¨¢mara.
La ministra de los Pueblos Ind¨ªgenas, Sonia Guajajara, no ocult¨® su descontento y expres¨® ¡°cierta frustraci¨®n¡± con Lula, sobre todo porque cree que podr¨ªa haberse implicado m¨¢s. Es un reproche que algunos aliados empiezan a hacer en privado. Las dificultades del Gobierno en el Congreso son palpables, pero hasta ahora Lula ha preferido dar prioridad a su agenda internacional en vez de afrontar los desaf¨ªos internos. Seg¨²n un recuento del diario O Globo, desde enero hasta ahora se ha reunido con 30 l¨ªderes extranjeros (sin contar a todos los presidentes sudamericanos que recibi¨® en Brasilia esta semana), y en cambio solo mantuvo reuniones con nueve parlamentarios aliados.
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