Lula retoma la creaci¨®n de reservas ind¨ªgenas en Brasil que Bolsonaro par¨® en seco
El presidente brasile?o demarca seis nuevas tierras para pueblos nativos, una medida con la que pretende combatir la deforestaci¨®n
El expediente burocr¨¢tico estaba listo desde hace muchos a?os, pendiente solo de la firma del presidente de la rep¨²blica de Brasil. Qui¨¦n sabe c¨®mo y cu¨¢ndo les llegar¨¢ la noticia a los 249 ind¨ªgenas del pueblo nad?b que viven en un ¨¢rea de 5.500 kil¨®metros cuadrados aguas arriba del r¨ªo Negro, en la Amazonia, de que su hogar ancestral es oficialmente la Tierra Ind¨ªgena Uneiuxi. A partir de ahora, la ley les ampara para expulsar a los invasores. Uneiuxi es la m¨¢s extensa de las seis nuevas reservas creadas este viernes por el presidente Luiz In¨¢cio Lula da Silva. Es una medida con la que Lula reconoce el papel de los nativos como los m¨¢s eficaces guardianes de la selva y con la que pretende combatir la deforestaci¨®n. Y significa, adem¨¢s, retomar un proceso de ampliaci¨®n de las tierras ind¨ªgenas que Jair Bolsonaro par¨® en seco al ganar las elecciones en 2018.
Con estas son ya 427 las reservas ind¨ªgenas existentes. Al anunciar las seis nuevas, Lula ha afirmado que es solo el principio: ¡°Vamos a trabajar duro para realizar el mayor n¨²mero posible de demarcaci¨®n de tierras ind¨ªgenas. No solo porque es un derecho de los pueblos ind¨ªgenas, sino tambi¨¦n porque si queremos llegar al 2030 con deforestaci¨®n cero, tenemos que demarcar¡±, ha proclamado junto a Raoni Metuktire, el l¨ªder que populariz¨® la causa de la Amazonia de la mano del cantante Sting y a la ministra de los Pueblos Ind¨ªgenas, Sonia Guajajara. Crear esa cartera y colocar a esta activista nativa fue su primer gesto pol¨ªtico a este colectivo. Lula ha llegado a prometer que firmar¨¢ todos los expedientes pendientes antes de 2026, cuando acabe su mandato.
La experiencia y los datos indican que los nativos son los guardianes m¨¢s eficaces de la selva. Aquellas ¨¢reas que legalmente son tierras ind¨ªgenas y, por tanto, donde la ley ampara a los habitantes locales para que cualquier for¨¢neo que llegue a esquilmar los recursos naturales sea expulsado, son las m¨¢s intactas, las que mejor se conservan y por tanto las m¨¢s ¨²tiles para contribuir a frenar el cambio clim¨¢tico.
Reducir a cero la deforestaci¨®n para 2030 es una de las promesas de Lula en este tercer mandato. No ser¨¢ f¨¢cil en vista de los datos m¨¢s recientes de tala ilegal de bosque tropical en la Amazonia. Su ministra de Medio Ambiente, la veterana Marina Silva, ya ha avisado de que no existe una bala de plata para frenar esa destrucci¨®n que merma la capacidad del planeta de absorber gases de efecto invernadero.
Diecisiete a?os llevaban los nad?b del r¨ªo Negro esperando a que la firma del jefe del Estado en Brasilia ¡ªa 2.500 kil¨®metros de su aldea¡ª les otorgara con todas las de la ley el usufructo de las tierras ubicadas en el Amazonas que sus antepasados habitaron desde tiempo inmemorial. Los nad?b tienen all¨ª unos vecinos de los que se sabe que existen y que prefieren vivir sin contacto con otros. A falta de conocer su verdadero nombre, son denominados como los aislados del arroyo de navidad (os Isolados do Igarap¨¦ do Natal). Este decreto tambi¨¦n los protege.
Entre las nuevas reservas, la de los ava-canoreiro, que son solo nueve personas, viven en un ¨¢rea de 310 hect¨¢reas en el estado de Goias y llevan casi tres d¨¦cadas esperando la r¨²brica final. El antrop¨®logo Tiago Moreira, del Instituto Socioambiental, explica al tel¨¦fono que son los supervivientes de un grupo contactado en los ochenta que fue v¨ªctima de un intento de genocidio. Recuerda que ¡°en los sesenta los fazenderios [latifundistas] los cazaban¡±.
Las restantes nuevas reservas son Arara do Rio Am?nia, en Acre, con 434 habitantes; Kariri-Xoc¨®, en Alagoas, 2.300 personas, Rio dos ?ndios, en Rio Grande do Sul, con 143, y Trememb¨¦ da Barra do Munda¨², en Cear¨¢, con 580 personas.
Lula ha sido cuidadoso al elegir estas seis entre los m¨¢s de 70 expedientes a los que hace a?os solo les falta la r¨²brica presidencial. A primera vista, son todas peque?as y cada una queda en un estado. Pero, como se?ala el antrop¨®logo Moreira, que conoce al detalle lo avanzado en las ¨²ltimas d¨¦cadas y lo que queda pendiente, el presidente se ha esforzado en un ¡°intento de ponderar el riesgo pol¨ªtico y jur¨ªdico, de manera que ha evitado [demarcar] tierras que podr¨ªan tener potencial de conflicto, pero enviando al mismo tiempo una se?al de que desatasca la agenda de reconocimiento de las tierras ind¨ªgenas¡±.
Existen otros 68 expedientes cuyos impulsores han concluido el laborioso proceso de que las autoridades les reconozcan el usufructo (incluidas las expediciones a la selva para marcar los lindes y las toneladas de papeleo), pero siguen a la espera del decreto presidencial.
El Gobierno Lula muestra una voluntad pol¨ªtica totalmente inexistente en tiempos de Bolsonaro, cuando sucedi¨® todo lo contrario. El anterior presidente cumpli¨® su promesa de ¡°no demarcar un solo cent¨ªmetro m¨¢s de tierra¡± para los ind¨ªgenas o la biodiversidad. Siempre se hizo eco de esa arraigada idea en el interior rural de que Brasil ¡±dio mucha tierra a poco indio¡°. Bolsonaro es partidario de asimilar a los nativos y adem¨¢s puso enorme empe?o en desmantelar la estructura institucional dedicada a proteger el medioambiente y a los ind¨ªgenas. El propio Lula recordaba recientemente que la agencia de protecci¨®n ambiental (Ibama) tiene 700 funcionarios, cuando lleg¨® a tener 1.700. Entre sus planes se cuenta convocar una oposici¨®n.
El presidente ha anunciado las seis nuevas reservas a sus compatriotas ind¨ªgenas en Brasilia, en el campamento Terra Livre, que los nativos celebran cada a?o en la capital para llevar sus reivindicaciones al coraz¨®n pol¨ªtico de Brasil. All¨ª se han reunido durante cinco d¨ªas los representantes de los muy diversos pueblos llegados de todos los rincones del pa¨ªs para debatir sobre sus necesidades, sus derechos y celebrar su cultura.
El mill¨®n de abor¨ªgenes del pa¨ªs ¨Dparte de los cuales vive en ese 12% del territorio que son reservas ind¨ªgenas mientras otros migraron a las ciudades¨D se estaban empezando a impacientar porque transcurridos casi cuatro meses de su mandato Lula a¨²n no hab¨ªa dado ning¨²n paso para satisfacer su principal reclamaci¨®n pol¨ªtica.
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