Giorgia Meloni contra Netflix
La primera ministra desempolva su estilo m¨¢s duro para denunciar que la plataforma encumbra como h¨¦roes a narcotraficantes y critica a personas que salvaron a toxic¨®manos
El perfil ideol¨®gico de Giorgia Meloni, muy marcado durante sus largos y combativos a?os de oposici¨®n, es ahora sinuoso e intermitente. La presidenta del Consejo de Ministros se esfuerza en los grandes foros internacionales y econ¨®micos en presentarse como una persona relativamente moderada, alineada con la agenda de la OTAN y del Banco Central Europeo. Pero en cuanto el altavoz mengua y su platea se parece m¨¢s a la de su tradicional militan...
El perfil ideol¨®gico de Giorgia Meloni, muy marcado durante sus largos y combativos a?os de oposici¨®n, es ahora sinuoso e intermitente. La presidenta del Consejo de Ministros se esfuerza en los grandes foros internacionales y econ¨®micos en presentarse como una persona relativamente moderada, alineada con la agenda de la OTAN y del Banco Central Europeo. Pero en cuanto el altavoz mengua y su platea se parece m¨¢s a la de su tradicional militancia, desempolva su lado m¨¢s ultra. Y tambi¨¦n los modos. Este lunes, en un congreso sobre las drogas, la primera ministra decidi¨® cargar contra Netflix por considerar que promociona un mensaje de forma continuada: ¡°La droga no hace da?o, es buena¡±.
Meloni se descolg¨® con este ataque citando la serie SanPa, que produjo la plataforma digital estadounidense y que abordaba los m¨¦todos y la trayectoria de Vincenzo Muccioli, fundador de una comunidad para drogodependientes llamada San Patrignano. El ¨¦xito que obtuvo contrastaba con los malos tratos y los m¨¦todos primitivos a los que somet¨ªa a sus pacientes, que muchas veces permanec¨ªan encerrados en contra de su voluntad. Para Meloni, y para mucha gente en Italia, fue el ¨²nico que afront¨® la epidemia de la hero¨ªna en los a?os ochenta en Italia. ¡°Hemos llegado a la paradoja de tener series que tienen como h¨¦roe a un narcotraficante en las mismas plataformas que han hecho un documental contra Muccioli, que salv¨® a miles de chicos cuando el Estado miraba hacia otro lado¡±.
La presidenta del Consejo realiz¨® esas declaraciones durante la celebraci¨®n del D¨ªa Mundial Contra las Drogas en el Palacio Chigi, sede del Gobierno italiano. Y se refer¨ªa, claro, a series como Narcos u Ozark, producidas por la plataforma estadounidense, y en las que la trama transcurre alrededor de personajes sin un juicio moral estricto (como aparentemente preferir¨ªa la primera ministra de Italia). Lo relevante es que el Ejecutivo al que representa Meloni, que acaba de acometer una profunda reforma ideol¨®gica de la televisi¨®n p¨²blica italiana, se embarque en una lucha contra la ficci¨®n televisiva en la presentaci¨®n de un convenio contra las drogas.
Mientras hablaba del asunto, un diputado del +Europa (un partido nacido de los rescoldos del Partido Radical) levant¨® un cartel donde pod¨ªa leerse: ¡°Cannabis: si no se ocupa el Estado de ello, se ocupa la mafia¡±. Meloni se enfureci¨® y atac¨® al diputado a gritos. ¡°Usted deber¨ªa saber que no soy una persona que se deje intimidar, deber¨ªa saberlo muy bien. Porque s¨¦ exactamente lo que estoy haciendo, y el tema es si se dan cuenta ustedes de lo que est¨¢n haciendo¡±, lanz¨® acusando a su partido de haber promocionado pol¨ªticas que fomentaron el consumo de drogas en el pasado.
La dureza en el tono y en las formas de Meloni es el ejemplo del tipo de foros donde puede hoy en d¨ªa permitirse recuperar su viejo estilo mitinero. Temas aparentemente menores, de especial relieve en la agenda conservadora, que no comprometen la agenda general. En el resto de grandes asuntos a los que hizo oposici¨®n durante tantos a?os, como su firme rechazo al Mecanismo Europeo de Estabilidad, ha hecho justo lo contrario de lo que prometi¨® cuando no gobernaba.
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