La realidad domestica a Giorgia Meloni en sus primeros 100 d¨ªas de gobierno
La primera ministra de Italia ha seguido en los primeros tres meses de gobierno la l¨ªnea de su predecesor y ha renunciado a la mayor¨ªa de principios ultraderechistas que exhibi¨® en la oposici¨®n. Ahora deber¨¢ empezar a gobernar con sus ideas
Giorgia Meloni, primera ministra de Italia, ha vivido sus primeros 100 d¨ªas de gobierno a trav¨¦s de un intenso ba?o de realidad. El temor que infund¨ªa su leyenda y su perfil ultraderechista ha ido atenu¨¢ndose hasta adquirir una apariencia de socia fiable en Bruselas. Desde que el 22 de octubre de 2022 la l¨ªder de Hermanos de Italia jur¨® el cargo y conform¨® un equipo que hizo temblar a media Europa, su Ejecutivo ha funcionado con un piloto autom¨¢tico similar al que guiaba el de su predecesor, Mario Draghi. La primera ministra se ha convertido, a fuerza de las circunstancias, en una defensora de todo lo que el establishment europeo tem¨ªa que quisiera destruir. Hoy, agotada la hoja de ruta fabricada por la Administraci¨®n anterior, le tocar¨¢ navegar con un mapa propio que todav¨ªa es una inc¨®gnita.
Los primeros 100 d¨ªas de Meloni ¨Dla esperanza de vida media de un primer ministro italiano ronda los 400 d¨ªas¨D est¨¢n marcados por la aprobaci¨®n de una ley de presupuestos que, fundamentalmente, dise?¨® el equipo de Draghi y que refleja la prudencia de este Gobierno. Las ¨²nicas innovaciones que quiso introducir su Ejecutivo terminaron constituyendo torpezas normativas. Es el caso de la ley contra las fiestas rave, que incomod¨® al propio ministro de Justicia, Carlo Nordio, y a Forza Italia, socio de la coalici¨®n. Y hubo que recular. Como tambi¨¦n dio marcha atr¨¢s con su propuesta de aumentar el l¨ªmite de pago en efectivo ¨Dun fabuloso impulso para la evasi¨®n fiscal en uno de los pa¨ªses europeos m¨¢s castigados por esta pr¨¢ctica¨D y su anunciada bajada de impuestos se limit¨®, fundamentalmente, a favorecer a la franja alta de los aut¨®nomos. Adem¨¢s, retir¨® las ayudas al precio de los carburantes, cuyos precios hab¨ªa prometido contener, y provoc¨® la ira de las empresas gasolineras, que convocaron esta semana la primera huelga de su mandato (Italia gozaba de a?os de paz social). Las decisiones simb¨®licas, en suma, provocaron problemas. Y el resto, fueron fruto de la inercia con el anterior Gobierno. ¡°Es normal que haya errores al principio. Pero se han ido corrigiendo¡±, explica un miembro del Ejecutivo de Meloni.
La pulsi¨®n ultraderechista, m¨¢s all¨¢ de estridencias como colocar a Ignazio Benito La Russa, fundador del partido y declarado admirador de Benito Mussolini, de presidente del Senado, o como tratar a la gran mayor¨ªa de periodistas como enemigos de su Ejecutivo, ha quedado diluida por las necesidades t¨¦cnicas. El polit¨®logo Giovanni Orsina cree incluso que la mayor¨ªa de iniciativas ¡°ni siquiera responder¨ªan a un Gobierno de derechas¡±. ¡°Ha aplicado mucho realismo. Y excepto alg¨²n movimiento un poco desordenado, por el que ha debido recular, ha hecho lo que har¨ªa cualquier gobierno en su lugar, tambi¨¦n de otro color. Si ahora firman el Mede [el Mecanismo Europeo de Estabilidad, al que se opon¨ªa ella personalmente], ya ni hablamos. El ¨²nico conflicto internacional fue con Francia [una torpeza diplom¨¢tica a cuenta de la inmigraci¨®n], pero es fruto de un error no querido, de un pecado de inexperiencia. Para el resto de asuntos no parece un Gobierno de derechas, sino m¨¢s bien uno ordinario de centro. No ha hecho ninguna reforma que lo pueda calificar de otra forma¡±, apunta Orsina.
La guerra en Ucrania ha marcado la pol¨ªtica internacional. No ha habido fisuras con el resto de aliados internacionales y el apoyo a Kiev ha sido total. De hecho, est¨¢ previsto un viaje a la capital ucrania antes del primer aniversario de la invasi¨®n rusa, para el que Meloni podr¨ªa realizar una parada en Varsovia y verse con el primer ministro, Mateusz Morawiecki, aliado y socio del grupo de conservadores europeos que ella misma preside. El encuentro en la capital polaca significar¨ªa el ¨²nico gui?o al temido grupo de Visegrado [Eslovaquia, Hungr¨ªa, Polonia y Rep¨²blica Checa]. Hasta ahora Meloni ha dedicado todas sus energ¨ªas a complacer y tener buena sinton¨ªa con el establishment de Bruselas. En plena negociaci¨®n de la reformulaci¨®n del plan de recuperaci¨®n europeo tras la pandemia y a punto de firmar la reforma del Mede, el Ejecutivo de la l¨ªder de Hermanos de Italia ha evitado cualquier tipo de confrontaci¨®n que no tuviera que ver con un punto innegociable para el coraz¨®n de su agenda. Incluso en la inmigraci¨®n se ha buscado una v¨ªa alternativa. ¡°Es una se?al bastante importante. Ah¨ª s¨ª hay un elemento de ruptura con el Gobierno anterior, no important¨ªsimo, pero tampoco secundario. Han conseguido construir una aproximaci¨®n al tema que contenta al electorado y no rompe con Europa¡±, apunta Orsina.
El Ejecutivo ha preferido no cerrar los puertos italianos y evitar el bloqueo naval que propuso la propia Meloni en campa?a. A cambio, obliga ahora a los barcos de las ONG de rescate que llegan a Italia a desplazarse a puertos cada vez m¨¢s alejados del punto donde han recorrido a los n¨¢ufragos. La decisi¨®n es legal y no rompe con las leyes del mar ni con la normativa europea, pero dificulta enormemente el trabajo de las ONG y les manda, de paso, un agresivo recado.
Sin oposici¨®n
La primera ministra italiana, esa es su gran ventaja ahora, no tiene oposici¨®n. La pol¨ªtica italiana se encuentra en un estado semicomatoso en el que la izquierda est¨¢ tratando de refundarse ¨Dhasta marzo, el Partido Democr¨¢tico no tendr¨¢ nuevo secretario¨D y donde comienza a despuntar un espacio de centro que lidera el exrenziano Carlo Calenda, cabeza de cartel de Azione. Pero el desgaste de Meloni comienza a notarse levemente en las encuestas, donde esta semana ha perdido medio punto. Tambi¨¦n en el Consejo de Ministros, donde sus decisiones no siempre convencen a todos sus socios (Forza Italia y la Liga). Nando Pangoncelli, presidente de la empresa demosc¨®pica Ipsos, encargada de los sondeos del Corriere della Sera, lo atribuye ¡°al tema de los carburantes¡± [a la retirada de la bonificaci¨®n para la gasolina]. ¡°Ha creado algo de descontento. Dos de cada tres italianos esperaban alguna medida para contener los precios. Pero todav¨ªa no se puede decir que haya terminado la luna de miel¡±, matiza.
Pagnoncellli cree tambi¨¦n que Meloni ha cambiado de posici¨®n sobre los grandes asuntos desde que ha llegado al Gobierno. Pero insiste en la necesidad de observar c¨®mo actuar¨¢ ahora respecto a tres cuestiones que marcar¨¢n el apoyo ciudadano: ¡°Primero, deber¨¢ evitar que el pa¨ªs entre en recesi¨®n. Si empeoran las condiciones de las familias, inevitablemente le retirar¨¢n la confianza. El segundo aspecto es la cohesi¨®n de la coalici¨®n de Gobierno: el centroderecha ha tenido el mismo n¨²mero de electores que hace cinco a?os, pero han cambiado las relaciones de fuerza. Hermanos de Italia ha absorbido una parte relevante de los votantes de la Liga y Forza Italia. Y eso significa que hay una competici¨®n fort¨ªsima: cuanto m¨¢s crece Meloni a cuenta de ellos, m¨¢s tensiones habr¨¢. Los aliados, temerosos de perder apoyo, estar¨¢n tentados de hacer oposici¨®n interna. Y el tercer asunto est¨¢ ligado a ser capaz de utilizar mejor los fondos europeos, una ocasi¨®n ¨²nica para hacer las reformas pendientes¡±. Si lo permiten las habituales turbulencias italianas.
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