El laboratorio italiano que normaliz¨® la ultraderecha
Giorgia Meloni y Antonio Tajani quieren exportar a otros pa¨ªses y al Parlamento Europeo la alianza entre la derecha radical y los populares que gobierna en Italia
Un hombre de 71 a?os se subi¨® a un coche aparcado en la piazza San Babila de Mil¨¢n pasadas las seis de la tarde del domingo 18 de noviembre de 2007. El tipo, amado y odiado entonces a partes iguales, proclam¨® el nacimiento de un nuevo partido en Italia. Silvio Berlusconi, inventor de casi todos los fen¨®menos pol¨ªticos de la Italia moderna, se sac¨® de la chistera aquella tarde un artefacto llamado Il Popolo della libert¨¤, la fusi¨®n de todo el espectro de la derecha, incluyendo el ala m¨¢s radical procedente de los rescoldos del fascismo, representada entonces por la Alianza Nacional de Gianfranco Fini. Es cierto que gobernaban juntos en Italia desde 1994, pero subido a aquel coche, en lo que se conoci¨® luego como el discurso del predellino (por el escaloncito en el que se apoy¨®), Berlusconi quiso explorar hasta d¨®nde pod¨ªa llegar la simbiosis. Casi 16 a?os despu¨¦s, todo sigue girando en torno a esa idea de confluencia. Tambi¨¦n ahora, en el resto de Europa.
Italia fue siempre un extraordinario laboratorio pol¨ªtico. Y hoy Roma intenta poner en ¨®rbita fuera de sus fronteras la alianza casi org¨¢nica entre el centroderecha y la derecha radical. O lo que es lo mismo hoy, entre el Partido Popular Europeo (PPE) y el universo de Giorgia Meloni, que tambi¨¦n preside en Europa el grupo Europeos Conservadores y Reformistas (ECR). Una f¨®rmula que busca ser exportada a pa¨ªses como Espa?a, donde Vox y PP necesitar¨¢n recurrir a ella si quieren gobernar despu¨¦s del pr¨®ximo 23 de julio. Pero es tambi¨¦n el guion de lo que podr¨ªa venir tras las elecciones europeas de junio de 2024, donde ambos universos buscan una alianza que permita desalojar al partido socialista de la mayor¨ªa que eligi¨® la Comisi¨®n Europea de Ursula von der Leyen y excluy¨® entonces a la ultraderecha de los cargos institucionales.
Los principales promotores de este pacto son la propia Meloni, Antonio Tajani, coordinador de Forza Italia y vicepresidente del PPE, y Manfred Weber, presidente del PPE. El alem¨¢n, que ya estuvo en Roma durante la campa?a electoral para bendecir la alianza entre la filial de su partido en Italia y la ultraderecha, volvi¨® esta semana a la capital italiana y continu¨® trabajando en las costuras del pacto. Si el pasado septiembre ya le pareci¨® que no hab¨ªa ning¨²n inconveniente en ir de la mano con Meloni, hoy todav¨ªa hay m¨¢s motivos para empujar una alianza que funciona en Italia. ¡°?Ultras? Nuestro partido es conservador, una derecha cl¨¢sica. El encaje con el PPE no es ninguna anomal¨ªa. Es mucho m¨¢s natural que la alianza actual con los socialistas europeos¡±, se?ala un diputado y alto cargo de Hermanos de Italia.
El entendimiento entre ambos universos es ya un hecho en Finlandia, donde la derecha moderada negoci¨® con los ultras del Partido de los Finlandeses. Un plan que responde fundamentalmente a la necesidad de crecer de ECR y a que los partidos que integran el PPE no gobiernan en ninguno de los seis pa¨ªses de mayor peso (Alemania, Francia, Italia, Espa?a, Polonia y Pa¨ªses Bajos). La implantaci¨®n, en cualquier caso, no ser¨¢ f¨¢cil. El polit¨®logo Giovanni Orsina cree que es fundamental recordar que el esquema de poder no es igual en cada pa¨ªs. En Italia el partido de Meloni es el fuerte, mientras que en Europa ser¨ªa la parte d¨¦bil. Y en lugares como Polonia, ambos partidos se encuentran profundamente enfrentados. Orsina apunta: ¡°La operaci¨®n existe. La idea est¨¢ ah¨ª. Pero de aqu¨ª al pr¨®ximo a?o hay mucho que hacer. Hay que ver lo que sucede en las elecciones en Espa?a, comprobar si ah¨ª el PP necesita a Vox. Eso ya ser¨ªa un punto a favor. Y hay que esperar a las elecciones en Polonia a final de a?o. Porque ah¨ª el PP y los conservadores representan polos enfrentados radicalmente. Y esa es una clave fundamental para la cuesti¨®n¡±.
Espa?a y Polonia, pues, ser¨¢n fundamentales en el proyecto. Pero adem¨¢s hay que convencer al grupo liberal, que no est¨¢ claro que quisiera participar en un artefacto poselectoral de este tipo. Los n¨²meros que apuntan los sondeos no muestran grandes movimientos en los equilibrios de poder. La composici¨®n del Parlamento Europeo se juega en gran medida en cinco pa¨ªses, que tienen asignados la mitad de los esca?os: Alemania (96), Francia (79), Italia (76), Espa?a (59) y Polonia (52). Juntos suman un total de 362 asientos, de los 705 que tiene el hemiciclo en Estrasburgo. ¡°Habr¨¢ que ver los n¨²meros, pero es necesario que los liberales se sumen al proyecto, por supuesto. Hay una oleada de derechizaci¨®n de Europa. Berlusconi ha pedido que se explore esta opci¨®n¡±, apuntan en la c¨²pula de Forza Italia.
Los datos de los sondeos agrupados en Europe Elects, no son optimistas y hablan m¨¢s bien de una repetici¨®n del esquema actual en el Parlamento Europeo. Stefano Ceccanti, exdiputado del Partido Democr¨¢tico en Italia y catedr¨¢tico de Derecho Constitucional, opina que los socialistas dif¨ªcilmente tendr¨¢n un resultado peor que en las elecciones de 2019. ¡°M¨¢s all¨¢ del caso espa?ol, que ha sido una anomal¨ªa, los socialistas han ido mal desde hace tiempo en las elecciones europeas. Si pierden alg¨²n punto en Espa?a pero lo recuperan en Alemania, donde fueron muy mal, no hay que esperar un gran cambio. Yo creo que perder¨¢n dos o tres diputados como mucho y seguir¨¢n siendo el segundo grupo. Puede haber algo de fragmentaci¨®n y que la mayor¨ªa se ampl¨ªe, pero sin echar a nadie. Es decir, podr¨ªa ser que sumasen al grupo de Meloni a la mayor¨ªa actual. Pero poco m¨¢s¡±.
La tentaci¨®n inmediata es mirar hacia el grupo de Identidad y Democracia si los resultados no alcanzasen. Pero en dicha familia, representada en Italia por la Liga de Matteo Salvini, se encuentran tambi¨¦n el Reagrupamiento Nacional de Marine Le Pen y los alemanes de Alternativas por Alemania. Ambos partidos representan una l¨ªnea roja para el PPE, apuntan desde Forza Italia a este peri¨®dico. Y, adem¨¢s, generar¨ªan incompatibilidades dif¨ªciles de salvar, como la de Le Pen y el partido del presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron.
El resultado de Espa?a ser¨¢ muy importante, opinan en el partido de Meloni, para ver si esa tendencia de cambio contin¨²a. Pero, sobre todo, para avanzar en la normalizaci¨®n de los partidos que integran el grupo ECR a trav¨¦s de filiales como Vox, que aspiran a entrar definitivamente en las instituciones y terminar con el cord¨®n sanitario impuesto en la mayor¨ªa de pa¨ªses, menos en Italia.
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