Gaga¨²zia, el otro feudo prorruso en la Moldavia que mira hacia la UE
Adem¨¢s de la separatista Transnistria, la regi¨®n aut¨®noma gaga¨²zia es ejemplo de las m¨²ltiples resistencias que afronta el proyecto europeo en su renovado esp¨ªritu de ampliaci¨®n
La estatua de Lenin mira hacia el Este. En esa direcci¨®n, a unos 20 kil¨®metros, se halla Ucrania; unos pocos metros detr¨¢s, se yergue la sede de la Asamblea Popular de Gaga¨²zia, una regi¨®n aut¨®noma de Moldavia. La escultura ¨Dubicada en la calle de Lenin de Comrat, capital de la regi¨®n¨D recuerda el reciente pasado sovi¨¦tico de Moldavia, se?ala el presente filoruso de Gaga¨²zia y sugiere el futuro repleto de obst¨¢culos de un pa¨ªs cuyo actual Gobierno empuja con todas sus fuerzas para acercarlo a la UE. ¡°La mayor¨ªa aqu¨ª apoya a Rusia. Yo no, pero somos pocos¡±, dice, en un despacho del edificio que alberga la Asamblea Alexander Tarnavski, vicepresidente de la instituci¨®n.
Gaga¨²zia es una peque?a entidad territorial con estatus de autonom¨ªa dentro de Moldavia desde 1994 y una poblaci¨®n que se estima en unos 130.000 habitantes. Un peque?o rinc¨®n de Europa en el que confluyen enormes problemas geopol¨ªticos, desde el pulso entre la UE y Rusia hasta la influencia de Turqu¨ªa en los Balcanes. El camino de Moldavia hacia la UE que impulsan la presidenta, Maia Sandu, y su Ejecutivo afronta no solo el reto de una ardua modernizaci¨®n del pa¨ªs para adecuarlo a los est¨¢ndares europeos y el de la crisis congelada de la regi¨®n separatista de Transnistria, que acoge en su territorio a soldados rusos, sino tambi¨¦n el de esta regi¨®n que no comparte el objetivo europeo y mantiene unas relaciones cada vez m¨¢s deterioradas con la capital.
Sergu¨¦i Anastasov, alcalde de Comrat, expresa el sentimiento mayoritario en la regi¨®n. ¡°Queremos vivir en un pa¨ªs independiente. Aqu¨ª, dentro de nuestras fronteras¡±, sostiene el pol¨ªtico. Rechazan el alineamiento que la adhesi¨®n a la UE representar¨ªa y reivindican un blindaje de la autonom¨ªa de Gaga¨²zia dentro de Moldavia y la posibilidad de mantener sus buenas relaciones con Mosc¨².
El viento pol¨ªtico local sigue soplando en esa direcci¨®n pese a la brutal invasi¨®n rusa de la vecina Ucrania, que provoc¨® una ola de refugiados que se not¨® de forma muy sustancial en Moldavia, y en la propia Gaga¨²zia. A mediados de julio qued¨® inaugurado el mandato como l¨ªder de la regi¨®n de Yevgeniya Gutul, quien se impuso en las elecciones locales del pasado marzo como representante del partido del magnate prorruso Ilon Shor.
Una serie de antecedentes muestra lo complicado de la situaci¨®n. En febrero, el Gobierno moldavo denunci¨® un intento de golpe urdido por Rusia. En abril, Shor ¨Dfugado en Israel¨D fue condenado en ausencia a 15 a?os de prisi¨®n por fraude y blanqueo de capitales. En mayo, la UE le sancion¨® junto a otras figuras cercanas por, entre otras cosas, intentar desestabilizar su pa¨ªs. En junio, la justicia moldava declar¨® inconstitucional el partido de Shor y orden¨® su disoluci¨®n, citando la obligaci¨®n de las formaciones pol¨ªticas de ejercer su actividad garantizando la estabilidad del Estado. Al margen de todas estas vicisitudes, en su toma de posesi¨®n, Gutul manifest¨® a Shor el agradecimiento por su persistente apoyo y subray¨® que durante su mandato buscar¨¢ mantener buenas relaciones con Rusia.
Gutul se impuso en un lote de candidaturas en el que la abrumadora mayor¨ªa defend¨ªa la pol¨ªtica de mantener estrechos lazos con Rusia. ¡°Aqu¨ª los votantes son sensibles a la cuesti¨®n geopol¨ªtica y sustancialmente no hay opciones de ganar si eres proeuropeo¡±, dice Tarnavski, durante una reuni¨®n mantenida en junio en el marco de un viaje organizado por los centros de estudios CIDOB (con sede en Barcelona) e IPRE (un instituto no gubernamental con sede en Chisinau) y financiado por este ¨²ltimo.
Los lazos con Rusia son profundos, procedentes del pasado, cultivados en el presente sobre todo a trav¨¦s de la lengua y del apego a las emisiones televisivas en ruso. El sistema educativo es de forma ultramayoritaria en ruso.
¡°Hay 58 guarder¨ªas y todas son en ruso. Hay 45 escuelas y solo tres tienen la lengua estatal como referencia, y el resultado es que menos del 10% la habla de verdad. Desde el nacimiento, todos est¨¢n rodeados de la lengua y la cultura rusa. La gente no mira los medios nacionales¡±, apunta Tarnavski, un hombre de origen ucranio pero afincado en el territorio desde antes de la reciente oleada de refugiados. Es vicepresidente de la Asamblea por su condici¨®n de representante de una minor¨ªa. La ¡°lengua estatal¡± a la que se refiere es el rumano. As¨ª lo asevera la Declaraci¨®n de Independencia de 1991. La Constituci¨®n, de 1994, se refiere a ella como moldavo, pero el Constitucional ha declarado que la primera definici¨®n es la que tiene valor.
Este nexo ling¨¹¨ªstico y cultural con Rusia ha hecho que en el pasado mucha emigraci¨®n por motivos econ¨®micos se dirigiera hacia ese pa¨ªs, reforzando los lazos, aunque en los ¨²ltimos tiempos la tendencia se ha vuelto m¨¢s hacia la UE. Moldavia es, pese a sus considerables progresos, uno de los pa¨ªses menos pr¨®speros de Europa, y Gaga¨²zia no es una excepci¨®n, con una econom¨ªa que se apoya sin demasiado brillo sobre todo en la agricultura, con muchos vi?edos, en algo de manufactura y en las oportunidades vinculadas al estatus auton¨®mico.
La lengua local, el gaga¨²zo, languidece, poco sostenida, y en peligroso declive. Los gaga¨²zos son un pueblo de origen t¨²rquico y religi¨®n cristiano-ortodoxa. La autonom¨ªa no parece ponerse al servicio de la identidad cultural local. Un ciudadano con apego al idioma y recientemente convertido en padre lamentaba la dificultad de hallar libros con cuentos para su hijo.
Anastasov, el alcalde, lanza dardos contra los Gobiernos centrales de los ¨²ltimos lustros en un encuentro mantenido en la sala de plenos del municipio: ¡°Un mill¨®n de personas se ha ido de Moldavia, nadie hizo las cosas sencillas para la gente durante 25 a?os. Los l¨ªderes viven en Chisinau y no sabe bien qu¨¦ ocurre en el territorio. Ahora, el Gobierno se gasta presupuestos en bur¨®cratas. ?Por qu¨¦? La poblaci¨®n decrece y los bur¨®cratas aumentan¡±, dice.
El Ejecutivo central est¨¢ intentando reforzar el potencial de la Administraci¨®n, que dispone de efectivos muy limitados y ofrece salarios poco atractivos, para mejorar la eficacia del enorme proceso de reformas que es necesario acometer para que Moldavia pueda irse integrando en la UE. Una amplia serie de conversaciones mantenidas en la capital del pa¨ªs con altos cargos pol¨ªticos y funcionarios atestigua la gran mole de trabajo que pesa sobre pocos hombros, y tambi¨¦n el entusiasmo con el que un buen pu?ado de profesionales que se hab¨ªan labrado prometedoras carreras en el exterior han regresado a Moldavia para dar impulso al proyecto europe¨ªsta liderado por Sandu.
Moldavia obtuvo el estatus de pa¨ªs candidato a la UE el a?o pasado junto a Ucrania. Bruselas presta apoyo al pa¨ªs por m¨²ltiples v¨ªas, con ayuda macrofinanciera, con una misi¨®n civil que asesora en materia de amenazas h¨ªbridas, ciberseguridad o manipulaci¨®n de la informaci¨®n, con la liberalizaci¨®n del comercio de productos agr¨ªcolas ¨Dampliada y prolongada por un a?o m¨¢s hace unos d¨ªas¨D y, en definitiva, con un consistente respaldo pol¨ªtico.
En el conjunto del pa¨ªs, los sondeos de opini¨®n apuntan a que la parte de la poblaci¨®n partidaria de la adhesi¨®n a la UE es mayoritaria con respecto a la que mira hacia Mosc¨², as¨ª que la resistencia de Gaga¨²zia resultar¨ªa probablemente vencida en una votaci¨®n nacional. Pero el pa¨ªs registra muchos aspectos de fragilidad y el camino no puede darse por descontado. Los l¨ªderes europe¨ªstas se?alan que la estabilidad democr¨¢tica no puede considerarse garantizada en el largo plazo sin un anclaje en la UE.
Gaga¨²zia es un peque?o pero significativo ejemplo tambi¨¦n en otro sentido: el de la proyecci¨®n de influencia de Turqu¨ªa en distintos puntos de la gran pen¨ªnsula balc¨¢nica. Durante los varios lustros en los cuales el acercamiento de estos pa¨ªses a la UE estuvo, si no congelado, fuertemente ralentizado, Ankara ha ido ganando posiciones.
La influencia turca
En una sala de acceso a la Asamblea Popular donde recibe Tarnavski destaca una maqueta urban¨ªstica con el nombre muy visible del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. En las afueras de Comrat puede verse un nuevo estadio construido con financiaci¨®n turca, uno de los ejemplos de varios proyectos impulsados por Ankara.
¡°Yo dir¨ªa que aqu¨ª la ayuda exterior es un 40% de la UE, un 40% de Turqu¨ªa, un 10% de EE UU y un 10% de los dem¨¢s¡±, comenta el alcalde Anastasov. Significativamente, no menciona a Rusia. Mosc¨² cultiva sus lazos aprovechando los nexos ling¨¹¨ªsticos, una historia compartida y el inter¨¦s que las ¨¦lites locales ven en prolongar esta situaci¨®n.
La UE registra una renovada voluntad pol¨ªtica de proceder a ampliarse. Francia, sobre todo, que durante a?os fue un freno al proceso, ha dado un giro en un sentido aperturista. Moldavia, junto a varios pa¨ªses de los Balcanes occidentales, Ucrania o Georgia est¨¢n en el horizonte. Gaga¨²zia es uno de una mir¨ªada de obst¨¢culos en el camino, de distinta dimensi¨®n, desde la invasi¨®n de Ucrania a la ocupaci¨®n de territorios de Georgia, desde el separatismo de Transnistria a la falta de reconocimiento de la independencia de Kosovo por parte de cinco miembros de la UE, desde la par¨¢lisis permanente de Bosnia a muchos problemas, como lo que significa una estatua de Lenin en Comrat.
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