La moribunda Fran?afrique sigue viva en los palacios parisinos de los dictadores del continente
La sucesi¨®n de golpes de Estado en viejas colonias francesas saca de nuevo a la luz el rico patrimonio acumulado por dirigentes africanos en la capital, desde hace a?os en manos de la justicia
Hay un Par¨ªs secreto que escapa a la mirada de los turistas y los parisinos. Es un Par¨ªs de palacetes dieciochescos y edificios se?oriales en barrios acomodados, en calles donde parece que nunca ocurra nada. Pero ocurre mucho.
Durante a?os, presidentes y dictadores africanos, d¨¦spotas amigos de Francia, hombres que llevaban d¨¦cadas en el poder sostenidos por la vieja potencia colonial, compraron estas residencias con millones cuya procedencia a menudo era dif¨ªcil de justificar. Alguno fueron condenados; otros est¨¢n bajo investigaci¨®n judicial.
Ahora, la sucesi¨®n de golpes de Esta...
Hay un Par¨ªs secreto que escapa a la mirada de los turistas y los parisinos. Es un Par¨ªs de palacetes dieciochescos y edificios se?oriales en barrios acomodados, en calles donde parece que nunca ocurra nada. Pero ocurre mucho.
Durante a?os, presidentes y dictadores africanos, d¨¦spotas amigos de Francia, hombres que llevaban d¨¦cadas en el poder sostenidos por la vieja potencia colonial, compraron estas residencias con millones cuya procedencia a menudo era dif¨ªcil de justificar. Alguno fueron condenados; otros est¨¢n bajo investigaci¨®n judicial.
Ahora, la sucesi¨®n de golpes de Estado en el ?frica franc¨®fona ¡ªel ¨²ltimo, el que el 30 de agosto desaloj¨® en Gab¨®n a Ali Bongo, sucesor de su padre Omar¡ª saca a la luz esta ciudad a la vez oculta y bien visible. Bienvenidos al Par¨ªs de la moribunda Fran?afrique, a un paseo por los restos de una ¨¦poca que esta misma semana, con la retirada de Francia de N¨ªger, se ha acercado a¨²n m¨¢s a su final.
Los palacetes y apartamentos en los barrios m¨¢s caros de la capital son la plasmaci¨®n material, en el coraz¨®n de la vieja Europa, del turbio entramado de intereses econ¨®micos, pol¨ªticos y militares que Francia y sus socios africanos tejieron tras la descolonizaci¨®n de los a?os sesenta. Omar Bongo resumi¨® la Fran?afrique mejor que nadie: ¡°?frica sin Francia es un coche sin ch¨®fer; Francia sin ?frica, un coche sin carburante¡±.
Est¨¢, de un lado, el Par¨ªs que todos conocemos, el de los museos, el de los grandes bulevares y el que se admira desde el Sena a bordo de los bateaux mouche, los barcos para turistas. Y luego est¨¢ el otro.
¡°Safari Tour de la Fran?afrique¡±, bautizaron al itinerario tur¨ªstico Xavier Harel y Julien Sol¨¦, autores del c¨®mic L¡¯argent fou de la Fran?afrique (El dinero loco de la Fran?afrique), un c¨®mic basado en una investigaci¨®n period¨ªstica sobre el llamado ¡°caso de los bienes mal adquiridos¡±. En 2021, un tribunal franc¨¦s conden¨® definitivamente a Teodor¨ªn Obiang, vicepresidente de Guinea Ecuatorial e hijo del presidente, Teodoro Obiang, por adquisici¨®n fraudulenta de un patrimonio en Francia. La pena fue de tres a?os de prisi¨®n en libertad condicional, una multa de 30 millones y la confiscaci¨®n de sus bienes.
Saqueo e impunidad
Harel, autor tambi¨¦n de Afrique, pilllage ¨¤ huis clos (?frica, saqueo a puerta cerrada) y periodista de investigaci¨®n, explica: ¡°Estas propiedades ilustran la impunidad de las relaciones entre el El¨ªseo, los servicios secretos franceses y estos pa¨ªses. Ilustran el saqueo por parte de estos reg¨ªmenes de las riquezas de pa¨ªses como Gab¨®n, Congo, Camer¨²n, de pa¨ªses donde hay petr¨®leo que permiti¨® a los reg¨ªmenes seguir en el poder durante d¨¦cadas.¡±
No es mal lugar, para empezar el paseo, el 42 de la avenida Foch, que parte del Arco del Triunfo hacia el parque del Bois de Boulogne, en el oeste de la ciudad: 140 metros de ancho, 1.300 metros de longitud, el lujo y la calma de los distritos occidentales de la ciudad.
En el momento de la condena por desv¨ªo de fondos y blanqueo de dinero a Obiang hijo, las miradas se concentraron en la joya m¨¢s preciada de este patrimonio: el 42 de la avenida Foch, en el distrito 16. Se trata del hotel particular, o palacete, de cinco pisos con buhardilla, 3.000 metros cuadrados con cine, ba?o turco, y m¨¢rmol y grifos dorados, estimado en 107 millones de euros, seg¨²n detall¨® la prensa. En 2011 ¡ªesta es la escena inicial de El dinero loco de la Fran?afrique¡ª, la polic¨ªa se hab¨ªa incautado de los Porsche, Ferrari, Bugatti y Maserati del dirigente guineano.
La valla del 42 de la avenida Foch est¨¢ hoy cerrada, como las persianas. Pero el r¨¦gimen no ha dejado de considerarlo su propiedad. Una bandera de Guinea Ecuatorial cuelga de un balc¨®n, y una placa gastada en la entrada dice, en castellano y franc¨¦s; ¡°Embajada de Guinea Ecuatorial¡±.
¡°Los investigadores lograron establecer que no hab¨ªa ninguna actividad de orden diplom¨¢tico en este edificio¡±, explica Benjamin Guy, de Transparencia Internacional, una organizaci¨®n decisiva para llevar ante la justicia a los sospechosos del saqueo. ¡°Guinea Ecuatorial, por medio de varios recursos, defendi¨® que el edificio no era propiedad de Teodor¨ªn, sino que serv¨ªa de Embajada en Francia, lo que factualmente era falso¡±. A?ade Guy: ¡°Hay una confusi¨®n entre los fondos y el presupuesto del Estado y el patrimonio de los dirigentes del Estado¡±.
La confusi¨®n entre lo que pertenece al Estado y lo que pertenece al jefe del Estado o su familia es un cl¨¢sico. La lista de investigados en Francia incluye al clan del presidente congole?o Denis Sassou Nguesso. El caso Bongo est¨¢ pendiente de juicio.
La existencia de este patrimonio dif¨ªcilmente se habr¨ªa conocido sin el empe?o de personas como Jean Merckaert, coautor de un informe de la ONG CCFD-Terre Solidaire que en 2007 destap¨® el esc¨¢ndalo y activ¨® las investigaciones. Dice Merckaert: ¡°Hemos marcado puntos contra la impunidad: ya no es tan f¨¢cil que haya dirigentes que se enriquezcan sin verg¨¹enza para encontrar un refugio tan f¨¢cil en pa¨ªses como Francia, y tambi¨¦n en Estados Unidos, Canad¨¢, B¨¦lgica o incluso en Espa?a. Algo que hace 20 a?os ni se debat¨ªa, ahora se cuestiona, y quienes desean tener segundas residencias deben tomar atajos para enmascarar a¨²n m¨¢s la propiedad¡±.
En la acumulaci¨®n de patrimonio, pocos igualan a los Bongo, al mando de Gab¨®n durante 56 a?os. El grupo comunista del Ayuntamiento de Par¨ªs ha propuesto convertir estas residencias en vivienda social, informa Le Parisien.
Omar y despu¨¦s su hijo, Ali, eran imbatibles: un recuento reciente del diario Lib¨¦ration fijaba en 28 las propiedades francesas de la familia, 21 en Par¨ªs y siete en Niza. Lib¨¦ration public¨® un mapa de Par¨ªs que podr¨ªa pasar por el cat¨¢logo de una inmobiliaria de alto standing. Permite descubrir que los Obiang y los Bongo eran vecinos en la avenida Foch; los gaboneses ten¨ªan casa en el n¨²mero 52. Qui¨¦n sabe si se cruzaban paseando al perro.
A los Bongo, y a otros dirigentes de la Fran?afrique, les gustaba el distrito 16, donde el precio del metro cuadrado puede alcanzar los 18.000 euros, seg¨²n el portal Se Loger, y es posible disfrutar un relativo anonimato sin esconderse, ver sin ser visto. Como los personajes de Marcel Proust: arist¨®cratas o burgueses con ¨ªnfulas que a finales del siglo XIX se compraban en la zona hoteles particulares y paseaban por las zonas arboladas de la avenida ¡°como si fuese su propio jard¨ªn¡±.
La ruta por el jard¨ªn parisino de la Fran?afrique podr¨ªa seguir por el bulevar Lannes, dos residencias en edificios distintos, al borde del Bois de Boulogne. Y despu¨¦s, habr¨ªa que cruzar el r¨ªo hasta el distrito 7, a la rue Edmond Valentin, n¨²mero 8, con la torre Eiffel al fondo. En el edificio de al lado vivi¨® James Joyce.
Destino final: 49-51, rue de Universit¨¦, palacio del siglo XVIII que hace unos a?os fue la residencia del dise?ador Karl Lagerfeld. Ali Bongo lo compr¨® en 2010 por m¨¢s de 100 millones de euros, seg¨²n Le Monde. Ahora se alquila para eventos. El viernes, ante el portal¨®n azul de esta calle casi siempre tranquila, hab¨ªa una aglomeraci¨®n de guardias de seguridad, curiosos y fot¨®grafos en la entrada. Era Victoria Beckham que presentaba su colecci¨®n.
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