Rishi Sunak intenta resucitar a un Partido Conservador resignado a la derrota electoral
El primer ministro brit¨¢nico promete mano dura con la inmigraci¨®n. Tambi¨¦n propone introducir de forma progresiva la prohibici¨®n de fumar de por vida a los adolescentes y arremete contra el movimiento trans
Es un truco de manual. Cuando las siglas del partido sufren un desgaste irreversible, hay que esconder las siglas y hacer brillar al candidato. La presencia en el escenario del congreso del Partido Conservador en M¨¢nchester de Akshata Murthy, la esposa de Rishi Sunak, para introducir al primer ministro persegu¨ªa el tono presidencialista de una convenci¨®n pol¨ªtica a la estadounidense. ¡°Rishi, sabes que ap...
Es un truco de manual. Cuando las siglas del partido sufren un desgaste irreversible, hay que esconder las siglas y hacer brillar al candidato. La presencia en el escenario del congreso del Partido Conservador en M¨¢nchester de Akshata Murthy, la esposa de Rishi Sunak, para introducir al primer ministro persegu¨ªa el tono presidencialista de una convenci¨®n pol¨ªtica a la estadounidense. ¡°Rishi, sabes que apostar por las decisiones correctas, a largo plazo, es duro. Pero es lo que debes hacer. No sabes lo orgullosas que estamos de ti tus hijas y yo¡±, dec¨ªa la hija de Narayana Murthy, el multimillonario indio que puso en pie el imperio de servicios digitales Infosys. La primera dama brit¨¢nica introduc¨ªa en sus c¨¢lidas palabras para ¡°Rishi¡± el eslogan con que el actual l¨ªder conservador pretende resucitar un partido resignado a la futura derrota electoral y fraccionado entre el ala dura, los moderados y los fieles: Long-Term Decisions for a Brighter Future (Decisiones a largo plazo para un futuro m¨¢s brillante). Las elecciones generales del Reino Unido deben realizarse, como muy tarde, en enero de 2025, pero el rumor de las ¨²ltimas semanas, desde que se reanud¨® el curso pol¨ªtico despu¨¦s del verano, sugiere un adelanto en abril.
Todos los anuncios realizados por Sunak durante las ¨²ltimas semanas, incluidos los que ha incorporado a su discurso de clausura del congreso, encierran el mismo triple malabarismo pol¨ªtico: desafiar al establishment (todo un prop¨®sito para un Partido Conservador que lleva 13 a?os en el poder); presentarse como el candidato del cambio; e inyectar una mezcla de populismo y tecnocracia en sus decisiones de dar marcha atr¨¢s a proyectos en marcha o de anunciar otros nuevos.
¡°All¨¢ donde nos presenten un falso consenso de la opini¨®n p¨²blica, lo desafiaremos. Donde los intereses particulares intenten prevalecer sobre las necesidades de la mayor¨ªa de los ciudadanos, les detendremos. Y cuando el sentido com¨²n sea atacado de modo organizado, lo defenderemos¡±, aseguraba Sunak a los suyos. Y todos los presentes han entendido su estrategia, aunque muchos la contemplen todav¨ªa con cierto escepticismo.
?Falso consenso? Sunak culpa a la inercia arrastrada durante a?os de algunas de las decisiones que m¨¢s coste han supuesto al erario p¨²blico brit¨¢nico, arropadas por un supuesto entendimiento entre conservadores y laboristas. Como el proyecto de infraestructuras HS2, que puso en marcha el Gobierno de Gordon Brown en 2009 para comunicar con alta velocidad Londres y el norte de Inglaterra. Comenzaron las obras en 2017. Apenas llegaron a Birmingham. Su presupuesto inicial, de m¨¢s de 42.000 millones de euros, se duplic¨®. Su fase final, proyectada para 2029, se retras¨® a 2033. Contra el deseo de muchos de los suyos, Sunak ha cancelado las siguientes fases, hasta M¨¢nchester y Leeds, para destinar el dinero presupuestado a nuevos planes de trenes y carreteras entre el este y el oeste del pa¨ªs.
¡°Ya s¨¦ que ser¨¦ atacado por esta decisi¨®n. Dir¨¢n que demuestra una falta de ambici¨®n¡±, ha dicho Sunak a los conservadores. ¡°Gente del partido a la que respeto se opondr¨¢. Pero creedme, no tiene nada de ambicioso seguir vertiendo m¨¢s y m¨¢s dinero en un proyecto equivocado. No hay planificaci¨®n a largo plazo si ignoras d¨®nde est¨¢n las verdaderas necesidades en infraestructuras¡±, aseguraba el primer ministro.
Los mismos argumentos de ¡°falso consenso¡± han servido a Sunak para defender su decisi¨®n de retrasar gran parte de los compromisos adquiridos por el Gobierno brit¨¢nico en la lucha contra el cambio clim¨¢tico. Presenta como decisiones ¡°valientes¡±, que cuentan con el apoyo de la gente y contribuir¨¢n a aliviar los bolsillos de los conductores y los hogares, retrocesos que, seg¨²n las encuestas, no cuentan siquiera con el respaldo de los votantes conservadores.
Menores sin fumar el resto de su vida
El ¨²nico modo que ten¨ªa Sunak ¡ªun candidato que no eligieron ni las bases de su partido ni los electores¡ª de reclamar la atenci¨®n de una ciudadan¨ªa saturada despu¨¦s de m¨¢s de una d¨¦cada conservadora era presentar una avalancha de promesas que sugirieran un largo plazo.
Junto al plan de infraestructuras para desarrollar, de este a oeste, el norte empobrecido de Inglaterra, el primer ministro ha prometido reformas para mejorar la eficacia del Servicio Nacional de Salud; ha asegurado que habr¨¢ m¨¢s rigor en el reparto de prestaciones sociales para forzar a sus beneficiarios a regresar al mercado laboral; ha anunciado una revoluci¨®n en el sistema educativo del Reino Unido, con un sistema similar al Bachillerato Internacional que obligar¨¢ a todos los alumnos a estudiar matem¨¢ticas y lengua inglesa hasta los 18 a?os; y ha lanzado la medida sorpresa y estrella del congreso: la prohibici¨®n de fumar para los menores, desde los 14 a?os y el resto de sus vidas. Una medida similar a la inaugurada en esa l¨ªnea por el Gobierno de Nueva Zelanda. ¡°Os propongo que, en el futuro, aumentemos a?o tras a?o la edad legal para fumar. De ese modo, un joven de 14 a?os no podr¨¢ comprar ya cigarrillos el resto de su vida¡±, explicaba Sunak.
Con esta idea, al imponer la prohibici¨®n de la venta de tabaco a cualquier persona nacida a partir del 1 de enero de 2009, e ir aumentando la edad legal para fumar (18 a?os) un a?o cada a?o, se podr¨ªa conseguir eliminar por completo el h¨¢bito entre la gente joven en 2040.
Consciente de que rechinar¨¢n los dientes del sector m¨¢s liberal de su partido ante una medida tan prohibitiva, Sunak anunciaba que, llegado el momento, no impondr¨¢ disciplina de voto. De momento, ha logrado imponer la direcci¨®n de un nuevo debate nacional.
Brexit, inmigraci¨®n y colectivo trans
Rishi Sunak no pierde ocasi¨®n de recordar a los suyos que fue un defensor de primera hora de las pretendidas virtudes del Brexit. Y a pesar de la decepci¨®n que aquel divorcio con la UE ha provocado, tanto entre la l¨ªnea dura y euroesc¨¦ptica del partido ¡ªque persigui¨® siempre una ruptura m¨¢s dr¨¢stica y neoliberal¡ª como entre los moderados, el primer ministro sigue ondeando esa bandera como promesa de optimismo. ¡°Desde que abandonamos el mercado ¨²nico, hemos crecido m¨¢s r¨¢pido que Francia o que Alemania, no a pesar del Brexit, sino gracias al Brexit¡±, aseguraba en su discurso, con un argumento que llevar¨¢ a m¨¢s de un economista a arquear la ceja.
Ha sido el discurso, una defensa de supuestos ¡°valores¡± conservadores, que enmascaraba la guerra cultural que el primer ministro ha decidido abanderar contra la izquierda. Por ejemplo, contra las personas trans. Su Gobierno ya ha anticipado que impedir¨¢ la entrada en pabellones hospitalarios femeninos a quienes hayan transitado a este g¨¦nero, y que impedir¨¢ asimismo realizar esa transici¨®n a los condenados por delitos sexuales. ¡°No deber¨ªan intimidarnos ni hacernos creer que las personas pueden ser del sexo que quieran ser. No pueden. Un hombre es un hombre y una mujer es una mujer¡±, ha proclamado.
Sunak ha defendido su nueva pol¨ªtica contra la inmigraci¨®n irregular, que incluye futuras deportaciones a Ruanda, prisiones flotantes para alojar a los que llegan a las costas de Inglaterra y enormes trabas legales para solicitar el derecho de asilo. Sin emplear el lenguaje duro de su ministra del Interior, Suella Braverman, el primer ministro ha sonado igual de desafiante contra las leyes internacionales que frenan sus objetivos, como el Convenio Europeo de Derechos Humanos. ¡°Creo que nuestra estrategia se ajusta a nuestros compromisos internacionales. Pero os aseguro que har¨¦ lo que sea necesario para frenar la llegada de los botes a nuestras costas¡±, promet¨ªa Sunak.
El congreso conservador de M¨¢nchester se ha visto eclipsado por el ala dura del partido, y por mensajes de un populismo extremo que muestran la deriva del partido desde que el Brexit inocul¨® ese veneno entre sus filas y sus votantes. Sunak ha intentado beber de todas las fuentes: Brexit y populismo; tecnocracia y modernidad. Y ha corrido el riesgo de salir del congreso a¨²n m¨¢s desdibujado de lo que entr¨®.
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