Asesinado en Paraguay un l¨ªder espiritual guaran¨ª defensor de uno de los ¨²ltimos bosques tropicales de la zona
El l¨ªder de una comunidad guaran¨ª en la frontera paraguaya con Brasil viv¨ªa bajo amenazas y fue golpeado hasta casi morir y las autoridades no acudieron a socorrerlo
Uno de los principales l¨ªderes espirituales del pueblo guaran¨ª pa? tavyter?, tambi¨¦n conocido como guaran¨ª kaiowa en Brasil, ha sido asesinado a golpes. El homicidio ocurri¨® en el territorio ancestral de este pueblo ind¨ªgena que se extiende por ambos lados de la frontera de Paraguay y Brasil desde antes de la colonizaci¨®n.
El domingo, un hombre golpe¨® con un palo hasta casi matar a Arnaldo Ben¨ªtez Vargas, el tekoaruvicha, jefe del territorio o cham¨¢n, en guaran¨ª. Ni la polic¨ªa ni servic...
Uno de los principales l¨ªderes espirituales del pueblo guaran¨ª pa? tavyter?, tambi¨¦n conocido como guaran¨ª kaiowa en Brasil, ha sido asesinado a golpes. El homicidio ocurri¨® en el territorio ancestral de este pueblo ind¨ªgena que se extiende por ambos lados de la frontera de Paraguay y Brasil desde antes de la colonizaci¨®n.
El domingo, un hombre golpe¨® con un palo hasta casi matar a Arnaldo Ben¨ªtez Vargas, el tekoaruvicha, jefe del territorio o cham¨¢n, en guaran¨ª. Ni la polic¨ªa ni servicios p¨²blicos de salud acudieron a los llamados de auxilio de sus familiares, seg¨²n han contado otros l¨ªderes de este pueblo ind¨ªgena. El presunto asesino viv¨ªa en la comunidad y trabaja para uno de los empresarios brasile?os que invaden las tierras de este pueblo hace a?os.
Ben¨ªtez muri¨® en el hospital esa misma noche, cuando lograron llevarlo hasta ah¨ª desde el remoto lugar donde est¨¢ Yvy Pyte, su comunidad, ubicada a unos 40 kil¨®metros de la frontera con Brasil, en uno de los ¨²ltimos bosques tropicales de la serran¨ªa del Amambay.
Un l¨ªder espiritual guaran¨ª como Ben¨ªtez Vargas equivale a un importante sacerdote o un obispo en la religi¨®n cat¨®lica, pero en el caso de los guaran¨ªes es un estatus aprobado en asamblea. El afecto y el cari?o hacia ¨¦l son muy grandes. Solo tres d¨ªas antes estaba realizando uno de los bailes y cantos tradicionales de los pa?.
¡°Las circunstancias deben ser plenamente esclarecidas, ya que en la zona se han documentado previamente actos de intimidaci¨®n, amenazas, hostigamiento sistem¨¢tico, deforestaci¨®n ilegal e invasi¨®n de sus tierras¡±, denuncia un comunicado de la Articulaci¨®n Nacional Ind¨ªgena por una Vida Digna (Anivid).
Yvy Pyte es una de las decenas de aldeas comunales de este pueblo-naci¨®n en las selvas paranaenses, pero en la que ya casi no vive nadie debido a los tormentos que sufrieron sus habitantes en los ¨²ltimos a?os, desde ataques grupales a tiros a secuestros de ni?as y otros tres integrantes de la comunidad asesinados hace un a?o.
La polic¨ªa no ha intentado siquiera ir a capturar al responsable, que permanece encerrado en su casa dentro de la comunidad, seg¨²n han contado por tel¨¦fono a EL PA?S uno de los familiares de la v¨ªctima que a¨²n vive en la zona.
¡°Es un ataque por parte de personas vinculadas con el conflicto de invasi¨®n de sus territorios ancestrales y el avance del genocidio sistem¨¢tico en contra del pueblo Pai? Tavyter?¡±, asegura Base de Investigaciones Sociol¨®gicas (Base Is), una asociaci¨®n de investigadores sociales y cient¨ªficos especializados en la realidad rural de Paraguay.
¡°La conmoci¨®n es incalculable, as¨ª como la desprotecci¨®n y la orfandad. El etnocidio es la destrucci¨®n de la cultura de un grupo ¨¦tnico, de su cultura y su forma de habitar este mundo. Cada vez que asesinan a un l¨ªder espiritual y cada vez que el Estado viola nuestros derechos humanos, contribuye al etnocidio de los pueblos ind¨ªgenas del Paraguay¡±, afirman desde la articulaci¨®n ind¨ªgena.
Amambay es una zona rica en naturaleza e historia que se ha convertido en peligrosa por muchos motivos ajenos a los guaran¨ªes: el tr¨¢fico de coca¨ªna, los sicariatos habituales en la cercana ciudad de frontera Pedro Juan Caballero-Punta Pora, las plantaciones clandestinas de marihuana, el contrabando de autom¨®viles, tabaco, armas y maderas preciosas. Entre otras tantas cosas que involucran a grupos criminales de Brasil, como el Primer Comando da Capital (PCC) y a las autoridades judiciales, militares y policiales de ambos pa¨ªses.
Otras organizaciones ind¨ªgenas, cient¨ªficas y defensoras de derechos humanos de Paraguay, como el Comit¨¦ de Iglesias o el Centro de Estudios Antropol¨®gicos de la Universidad Cat¨®lica, recordaron que esta comunidad lleva tiempo recibiendo amenazas de muerte y piden una investigaci¨®n de oficio de la Fiscal¨ªa. Tambi¨¦n instan al presidente paraguayo, Santiago Pe?a, a intervenir y ¡°garantizar la protecci¨®n efectiva de la vida, integridad f¨ªsica y el territorio del Pueblo Pai? Tavyter?¡±.
Los guardianes del bosque, del mate y de la estevia
Los pai? tavyter? son uno de los cinco pueblos-naci¨®n guaran¨ªes que habitan Paraguay, conocido por estar entre los primeros descubridores del uso de plantas como la estevia o el mate y por su sabidur¨ªa relacionada con la medicina natural.
¡°Los invasores de nuestro territorio contin¨²an perpetrando una serie de cr¨ªmenes ambientales que comprometen nuestros bienes naturales de sustento, nuestros cultivos, nuestras plantas sagradas y la destrucci¨®n progresiva de nuestro espacio vital¡±, advirtieron los l¨ªderes hace solo un mes.
Son unas 15.000 personas que est¨¢n siendo asediadas por grupos de hombres armados que, subidos a camionetas cuatro por cuatro, disparan contra las escuelas mientras los ni?os est¨¢n en clase. Los invasores han ingresado con tractores y otras herramientas, trabajando d¨ªa y noche para extraer madera de ¨¢rboles nativos centenarios.
Otros pistoleros que se instalan en su territorio, uno de los ¨²ltimos bosque v¨ªrgenes tropicales que quedan en la regi¨®n, para que no puedan frenar a madereros ilegales y cazadores furtivos o, incluso a presuntos pederastas, como el reciente caso de un pastor evang¨¦lico de una iglesia de la ciudad de Villarrica que se llev¨® secuestradas a cuatro ni?as ind¨ªgenas.
¡°Lo que est¨¢ ocurriendo en el territorio pa? es, en la pr¨¢ctica, un exterminio silencioso¡±, claman desde la Articulaci¨®n Nacional Ind¨ªgena. Los l¨ªderes guaran¨ªes destacan que los invasores son enviados por empresarios agropecuarios brasile?os con el apoyo de miembros del gobernante Partido Colorado de Paraguay.
La articulaci¨®n asegura que el Estado paraguayo ignora los reclamos, denuncias y pedidos de auxilio realizados por d¨¦cadas y no aplica las leyes de consulta y consentimiento libre, previo e informado. ¡°En lugar de proteger a las comunidades las criminaliza¡±, a?ade su comunicado.
Unas 140.000 personas se identifican como integrantes de los 19 pueblos ind¨ªgenas que viven en Paraguay, seg¨²n el censo de 2023. El 75 por ciento de ellas se encuentran en situaci¨®n de pobreza extrema, frente al 5,6 por ciento de los 6,1 millones de habitantes totales del pa¨ªs sudamericano.
Aunque hay muchas familias ind¨ªgenas trabajando en las ciudades de Paraguay, la mayor¨ªa vive en el campo, donde sus aldeas, antes incrustadas en el bosque original de jaguares, monos y palmeras, similar al que rodea R¨ªo de Janeiro y las Cataratas del Iguaz¨², han sido rodeadas por pastizales llenos de vacas y asediadas por los monocultivos de soja transg¨¦nica para exportar a Europa y China.
Las comunidades ind¨ªgenas de Paraguay suelen ser oasis de naturaleza virgen, aunque no siempre, muchas han sido totalmente arrasadas. Y unas chozas son su ¨²ltimo testimonio entre un mar verde de soja que llega hasta el horizonte.
La mayor¨ªa vive luchando por conseguir los t¨ªtulos de tierra que les pertenecen o con la amenaza de que se los quiten empresarios nacionales y extranjeros que codician sus tierras, cada d¨ªa m¨¢s valiosas por ser ya casi las ¨²nicas donde se conserva el bosque nativo.
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