Dominique de Villepin, ex primer ministro de Francia: ¡°Por cada bomba sobre una ambulancia en Gaza, nacen decenas de terroristas¡±
El veterano pol¨ªtico, que en 2003 dijo ¡®no¡¯ a la invasi¨®n de Irak en un celebrado discurso en la ONU, alerta a Israel ante los riesgos de la guerra masiva en Gaza: ¡°El ant¨ªdoto del terrorismo no es la venganza; es la justicia¡±
¡°El terrorismo no se erradica con bombas, porque una vez se ha metido en los corazones y en la cabezas, prolifera¡±, dice Dominique de Villepin (Rabat, 69 a?os), exministro de Exteriores y ex primer ministro de Francia. ¡°Por cada bomba que cae sobre una ambulancia o una escuela de Gaza, decenas de nuevos terroristas nacen y se levantan. Es esto lo que hay que entender. Lo vengo diciendo desde hace m¨¢s de 20 a?os¡±.
Con su aire de dandy decimon¨®nico, Villepin tiene tambi¨¦n algo de viejo rockero. ...
¡°El terrorismo no se erradica con bombas, porque una vez se ha metido en los corazones y en la cabezas, prolifera¡±, dice Dominique de Villepin (Rabat, 69 a?os), exministro de Exteriores y ex primer ministro de Francia. ¡°Por cada bomba que cae sobre una ambulancia o una escuela de Gaza, decenas de nuevos terroristas nacen y se levantan. Es esto lo que hay que entender. Lo vengo diciendo desde hace m¨¢s de 20 a?os¡±.
Con su aire de dandy decimon¨®nico, Villepin tiene tambi¨¦n algo de viejo rockero. Un Mick Jagger de la pol¨ªtica y la diplomacia, aunque una d¨¦cada m¨¢s joven. Se mantiene en forma, como el original, y brinca, aunque sea dial¨¦cticamente. Cada entrevista con ¨¦l es una performance. Como un concierto con los grandes ¨¦xitos. Su ¨¦xito, su Satisfaction particular, es el discurso que pronunci¨® el 14 de febrero de 2003 ante el Consejo de Seguridad de la ONU. ?l dirig¨ªa entonces la diplomacia francesa. Estados Unidos estaba a punto de invadir Irak. Y con la oratoria vibrante y florida del diplom¨¢tico, lanz¨® una advertencia contra los peligros de la invasi¨®n. El tiempo le dio la raz¨®n.
Han pasado 20 a?os. Desde que dej¨® la pol¨ªtica ha ejercido de consultor internacional y es coleccionista de arte. El pasado 7 de noviembre, en un reservado de la brasserie Le Bourbon ¡ªy ante una audiencia m¨¢s reducida que en su momento estelar: cinco corresponsales de la red de medios europeos LENA¡ª es como un revival. Lo que entonces era la invasi¨®n de Irak, ahora es la guerra israel¨ª en Gaza tras el ataque de Ham¨¢s contra Israel hace justo un mes. El escenario y el contexto han cambiado. El mensaje, no tanto.
¡°Lo que ahora digo, lo digo como amigo de Israel, del mismo modo que en 2003 habl¨¦ como amigo de Estados Unidos¡±, dice Villepin. ¡°?Qui¨¦nes eran entonces sus verdaderos amigos? ?Los que apoyaban la guerra a todo precio?¡± Cita, entre otros, al brit¨¢nico Tony Blair y al espa?ol Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. ¡°?O era Francia que, por realismo y amistad, dec¨ªa: ¡®No hag¨¢is esta tonter¨ªa¡¯? Pues bien, hoy lo digo de nuevo y es necesario que los pa¨ªses europeos tomen consciencia: no es ser amigo de Israel animarle en esta pol¨ªtica de la fuerza, porque es un callej¨®n sin salida y nos acabar¨¢ llevando a una batalla frente contra frente, Occidente contra el resto del mundo, civilizaci¨®n contra civilizaci¨®n, lo que supone una perspectiva terror¨ªfica¡±. Y a?ade: ¡°Existe el riesgo de que, a base de incomprensiones, se enciendan frentes interiores¡±. ¡°Por eso¡±, completa, ¡°debemos estar del todo movilizados ante el aumento, tanto en Francia como Alemania y otros pa¨ªses europeos, del antisemitismo¡±.
Cuando hace estas reflexiones, el ex primer ministro lleva casi media hora respondiendo a la primera pregunta, sin interrupci¨®n. Como una conferencia. O como si recrease el discurso de la ONU. Despu¨¦s ya vendr¨¢ el resto de preguntas.
Tres guerras simult¨¢neas
Villepin explica que Israel libra ahora tres guerras simult¨¢neas y solo una es aceptable, a su juicio. La primera es lo que llama ¡°una guerra de asedio¡± en Gaza. Inaceptable. La segunda, los ¡°bombardeos masivos¡± que buscan ¡°romper toda posibilidad de resistencia¡± y que ¨¦l considera ¡°una estrategia no solo inoperante sino contraproducente¡±. Inaceptable, de nuevo. La tercera es la intervenci¨®n terrestre con objetivos militares y precisos. Esta es m¨¢s aceptable. ¡°La erradicaci¨®n de Ham¨¢s es ilusoria¡±, dice en referencia al objetivo fijado por Israel. ¡°El ¨²nico objetivo militar cre¨ªble¡±, defiende, ¡°me parece que es la eliminaci¨®n de los responsables de Ham¨¢s y del horror del 7 de octubre, y esto significa operaciones terrestres puntuales, sin duda m¨¢s peligrosas para el ej¨¦rcito israel¨ª¡±.
Sostiene Villepin que ¡°no se pueden librar guerras en el siglo XXI como se libraban hace 70 o 100 a?os¡±. Piensa en los bombardeos aliados sobre Alemania o Jap¨®n durante la II Guerra Mundial. ¡°Hoy¡±, dice el veterano diplom¨¢tico, ¡°si no se toman en cuenta las poblaciones civiles, se obtiene un resultado inverso al deseado. Por eso pienso que Israel est¨¢ librando la guerra de ayer, una guerra obsoleta que lleva a la escalada y nos arrastra, tambi¨¦n a nosotros, los pa¨ªses occidentales, a lo l¨®gica de lo peor¡±. Alude a las guerras ¡°que empiezan, pero no terminan¡±, como las que Estados Unidos y Occidente lanzaron en Irak y Afganist¨¢n tras los atentados de 2001. Son fracasos, dice, que ¡°hacen el juego a quienes quieren desestabilizar la escena internacional¡±. Hoy, Rusia o Ir¨¢n.
Est¨¢ convencido de que ¡°la guerra contra el terrorismo no se gana con ej¨¦rcitos, sino que implica una estrategia pol¨ªtica¡±. ¡°Y es por ello¡±, a?ade, ¡°que hay que distinguir la respuesta por medio de la fuerza, a menudo alimentada por la venganza, de la respuesta por medio de la justicia. Lo que permite responder al terrorismo es la justicia¡±.
La palabra ¡°justicia¡±, contrapuesta a ¡°venganza¡±, la repite como un estribillo. ¡°Para salir del ciclo de violencia y de venganza, no hace falta solamente una pol¨ªtica que se apoye en la fuerza, que es vana, y estas son las mismas palabras que emple¨¦ en la ¨¦poca de la guerra de Irak. Hace falta una estrategia pol¨ªtica¡±, dice. ¡°El ant¨ªdoto es salir de la venganza y restablecer la justicia. Y no hay justicia posible sin la creaci¨®n de un Estado palestino¡±.
Durante la conversaci¨®n, de m¨¢s de una hora, el hombre que dijo no en la ONU aludir¨¢ varias veces a la guerra de Irak y a 2003. Entonces ¨¦l era el ministro del presidente Jacques Chirac y hoy ¨¦l sigue encarnando, quiz¨¢ en solitario, la tradici¨®n chiraquiana. Algo de gaullismo ¡ªuna defensa desacomplejada y a veces grandilocuente de los intereses franceses en busca del equilibrio entre potencias¡ª combinado con tercermundismo ¡ªla atenci¨®n al mundo ¨¢rabe y lo que ahora se denomina el sur global¡ª y el escepticismo ante todo intervencionismo en nombre de la democracia o los derechos humanos. Con sus intervenciones en las ¨²ltimas semanas, ha cosechado m¨¢s aplausos de la izquierda cr¨ªtica con Israel que en su familia pol¨ªtica de origen: la derecha.
Villepin ve una ¡°trampa m¨²ltiple¡± para Francia, Europa y Estados Unidos en el mundo actual. ¡°La primera [trampa] es el occidentalismo, un Occidente anta?o triunfante que intenta mantener su dominio, pero el mundo ha cambiado¡±. La segunda es el militarismo. La tercera, ¡°el democratismo¡±. Es decir, ¡°creer que, por ser democracias, tenemos derecho a imponer nuestros valores al resto del mundo¡±. Y la cuarta, el ¡°moralismo¡±. ¡°Demasiado a menudo¡±, lamenta, ¡°se trata de una moral de geometr¨ªa variable, una moral de doble rasero¡±. ¡°Miren lo que se hace con Ucrania y lo que se hace con Oriente Pr¨®ximo: resulta que no es lo mismo. En un caso se defiende el derecho internacional; en el otro, no. Y esto el mundo entero lo ve, y esto crea un abismo entre ellos y nosotros¡±.
Dominique de Villepin, poeta y ensayista adem¨¢s de sus otras profesiones, se levanta al terminar la entrevista. De ni?o y adolescente vivi¨® en Venezuela, por el trabajo de su padre. Se despide con unas palabras en espa?ol. Un acento dulce, americano. ¡°Es el mismo acento de Hugo Ch¨¢vez¡±, sonr¨ªe.
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