La rectora de la Universidad de Pensilvania dimite tras la presi¨®n por sus respuestas sobre el antisemitismo
Varios donantes hab¨ªan amenazado con retirar sus ayudas si Liz Magill no cesaba en su cargo tras su intervenci¨®n de esta semana en el Congreso
Ni siquiera las disculpas la han salvado. La rectora de la Universidad de Pensilvania, Liz Magill, ha dimitido este s¨¢bado al crecer las cr¨ªticas contra su ...
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Ni siquiera las disculpas la han salvado. La rectora de la Universidad de Pensilvania, Liz Magill, ha dimitido este s¨¢bado al crecer las cr¨ªticas contra su intervenci¨®n en una comisi¨®n de la C¨¢mara de Representantes este martes. Al ser preguntada sobre si llamar al genocidio de los jud¨ªos iba contra los c¨®digos de conducta de la universidad en materia de acoso, Magill dio contestaciones algo evasivas y remiti¨® al contexto y a si esa apolog¨ªa del genocidio se concretaba en hechos. Sus respuestas, y las similares de las rectoras de la Universidad de Harvard, que tambi¨¦n se ha disculpado, y del MIT, se hicieron virales y provocaron un aluvi¨®n de cr¨ªticas y presiones por parte de estudiantes, donantes y pol¨ªticos que han acabado costando la cabeza a Magill.
¡±Ha sido un privilegio servir como rectora de esta notable instituci¨®n¡±, ha dicho Magill en el comunicado en que se anuncia su cese. ¡°Ha sido un honor trabajar con nuestros facultativos, estudiantes, personal, exalumnos y miembros de la comunidad para avanzar en las misiones vitales de Penn¡±, ha a?adido. Magill seguir¨¢ siendo profesora titular en la Facultad de Derecho de la universidad.
Al eludir la cuesti¨®n de si los estudiantes que llamaban al genocidio de los jud¨ªos deb¨ªan ser sancionados, algunos donantes amenazaron con retirar su apoyo a la Universidad de Pensilvania (Penn) si Magill no cesaba en su cargo. Los abogados de un importante donante de la Universidad de Pensilvania, Ross Stevens, escribieron el jueves al consejero general de la universidad para amenazar con retirar una donaci¨®n valorada en 100 millones de d¨®lares debido a la ¡°postura sobre el antisemitismo en el campus¡± de la universidad, a menos que se sustituyese a la rectora. Magill ya hab¨ªa sido objeto de cr¨ªticas antes por parte de quienes consideraban que no se hab¨ªa tomado en serio las muestras de antisemitismo en el campus desde los ataques de Ham¨¢s contra Israel del 7 de octubre y la posterior guerra en Gaza.
La parte m¨¢s pol¨¦mica de la comparecencia del martes ante la comisi¨®n de Educaci¨®n se produjo cuando la congresista republicana Elise Stefanik pidi¨® a las tres comparecientes responder s¨ª o no a si ¡°llamar al genocidio de los jud¨ªos¡± supon¨ªa una violaci¨®n del c¨®digo de conducta de sus universidades en materia de acoso o intimidaci¨®n. ¡°Si es dirigido y grave, generalizado, es acoso¡±, dijo primero Cagill, evitando una respuesta tajante. Stefanik insisti¨®: ¡°?As¨ª que la respuesta es s¨ª?¡±. ¡°Es una decisi¨®n que depende del contexto, congresista¡±, le dijo Magill, que a?adi¨®: ¡°Si el discurso se convierte en conducta, puede ser acoso¡±. La congresista la presion¨®: ¡°?Conducta quiere decir cometer el acto del genocidio?¡± Y pregunt¨® de nuevo en busca de un s¨ª o un no, a lo que Cagill respondi¨®: ¡°Puede ser acoso¡±.
Magill se retract¨® de algunos de sus comentarios el mi¨¦rcoles en un v¨ªdeo: ¡°En ese momento, estaba centrada en las pol¨ªticas de nuestra universidad, alineadas desde hace tiempo con la Constituci¨®n de Estados Unidos, que dicen que el discurso por s¨ª solo no es punible. No estaba centrada, pero deber¨ªa haberlo estado, en el hecho irrefutable de que una llamada al genocidio del pueblo jud¨ªo es una llamada a una de las violencias m¨¢s terribles que los seres humanos pueden perpetrar. Es el mal, simple y llanamente¡±, reconoci¨®. ¡°En mi opini¨®n, ser¨ªa acoso o intimidaci¨®n¡±, a?adi¨®. Tambi¨¦n dijo que pondr¨ªa en marcha una revisi¨®n de las pol¨ªticas de Penn, se?alando que necesitan ser ¡°aclaradas y evaluadas¡±.
Disculpas en Harvard
La rectora de la Universidad de Harvard, Claudine Gay, se disculp¨® tambi¨¦n este jueves por su intervenci¨®n en la C¨¢mara de Representantes, que ha sido objeto tambi¨¦n de cr¨ªticas de congresistas republicanos y dem¨®cratas y de la Casa Blanca. Su intercambio fue similar al de Cagill. ¡°En Harvard, ?llamar al genocidio de los jud¨ªos viola las normas de Harvard sobre intimidaci¨®n y acoso?¡±, pregunt¨® Stefanik. ¡°Puede serlo, dependiendo del contexto¡±, respondi¨® Gay. Ante la insistencia de la congresista sobre en qu¨¦ contexto podr¨ªa ser admisible un llamamiento al genocidio, Gay a?adi¨®: ¡°El discurso antisemita, cuando se convierte en una conducta que equivale a acoso, hostigamiento, intimidaci¨®n, es una conducta punible y tomamos medidas¡±. ¡°As¨ª que la respuesta es s¨ª, que pedir el genocidio de los jud¨ªos viola el c¨®digo de conducta de Harvard, ?correcto?¡±, pregunt¨® Stefanik. ¡°De nuevo, depende del contexto¡±, termin¨® Gay.
En una entrevista concedida al peri¨®dico universitario The Crimson, la rectora de Harvard declar¨® que se vio envuelta en un acalorado intercambio de opiniones en la audiencia y que no denunci¨® adecuadamente las amenazas de violencia contra estudiantes jud¨ªos. ¡°Lo siento¡±, dijo Gay. ¡°Las palabras importan. Cuando las palabras amplifican la angustia y el dolor, no s¨¦ c¨®mo se puede sentir otra cosa que arrepentimiento¡±, a?adi¨®. La rectora de Harvard declar¨® a la publicaci¨®n que se vio ¡°envuelta en lo que se hab¨ªa convertido en ese momento en un extenso y combativo intercambio sobre pol¨ªticas y procedimientos¡±.
¡°Lo que deber¨ªa haber tenido la presencia de ¨¢nimo de hacer en ese momento fue volver a la verdad que me gu¨ªa, que es que los llamamientos a la violencia contra nuestra comunidad jud¨ªa, amenazas a nuestros estudiantes jud¨ªos, no tienen cabida en Harvard, y nunca quedar¨¢n sin respuesta¡±, a?adi¨® Gay en su disculpa.
La rectora ya hab¨ªa matizado sus palabras el mi¨¦rcoles en una declaraci¨®n tuiteada por Harvard: ¡°Hay algunos que han confundido el derecho a la libre expresi¨®n con la idea de que Harvard condonar¨¢ los llamamientos a la violencia contra los estudiantes jud¨ªos. Perm¨ªtanme ser clara: los llamamientos a la violencia o al genocidio contra la comunidad jud¨ªa, o contra cualquier grupo religioso o ¨¦tnico, son viles, no tienen cabida en Harvard, y quienes amenacen a nuestros estudiantes jud¨ªos tendr¨¢n que rendir cuentas¡±, dijo en lo que tambi¨¦n parec¨ªa una rectificaci¨®n.
Antes, la Casa Blanca se hab¨ªa unido a las cr¨ªticas contra Gay, Magill y la rectora del MIT, Sally Kornbluth. Un portavoz dijo que las llamadas al genocidio son ¡°monstruosas y antit¨¦ticas a todo lo que representa EE UU como pa¨ªs¡±. El viernes, una carta firmada por m¨¢s de 70 congresistas republicanos y dem¨®cratas ped¨ªa a los consejos de administraci¨®n de Harvard, Penn y el MIT que destituyeran a las rectoras.
El gobernador de Pensilvania, el dem¨®crata Josh Shapiro, tambi¨¦n calific¨® de ¡°inaceptable¡± el testimonio de Magill e inst¨® a los miembros del consejo de administraci¨®n de la Universidad de Pensilvania a que consideraran su destituci¨®n. Este mismo s¨¢bado, la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, ha pedido en una carta a las facultades y universidades del estado a abordar r¨¢pidamente los casos de antisemitismo y los ¡°llamamientos al genocidio¡± que puedan surgir en los campus, aunque sin citar ning¨²n incidente concreto. En las manifestaciones de las universidades lo que ha habido en realidad son abundantes acusaciones a Israel de ser dicho Estado el que est¨¢ acometiendo un genocidio de los palestinos.
Hochul se?ala que ha hablado con los rectores de la Universidad Estatal de Nueva York y la Universidad de la Ciudad de Nueva York, quienes, seg¨²n ella, le han confirmado ¡°que llamar al genocidio de cualquier grupo¡± o tolerar el antisemitismo viola los c¨®digos de conducta en sus campus ¡°y dar¨ªa lugar a una r¨¢pida acci¨®n disciplinaria¡±.
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