El antisemitismo abre un nuevo frente en la guerra cultural de los republicanos contra los dem¨®cratas
Un comit¨¦ del Congreso convoca a las rectoras de tres importantes universidades por los incidentes contra estudiantes jud¨ªos e israel¨ªes en los campus
Los republicanos han encontrado un nuevo ariete para arremeter contra los dem¨®cratas: las manifestaciones de antisemitismo que, con motivo de la guerra de Gaza, recorren los campus estadounidenses y que, a su juicio, son promovidas por la ¡°izquierda radical¡±, aquella que, seg¨²n los republicanos, se manifiesta en pro de un alto el fuego o, m¨¢s extrema a¨²n, osa cuestionar la actuaci¨®n del ej¨¦rcito israel¨ª en la Franja. Una sesi¨®n del Comit¨¦ de Educaci¨®n de la C¨¢mara de Representantes, con las rectoras de tres importantes universidades (Harvard, Pensilvania y MIT, las dos primeras de la exclusiva Ivy League) en el banquillo, ha acabado este martes convirti¨¦ndose en una simple pregunta ret¨®rica: ?condenan las rectoras el antisemitismo? Las tres, que arrancaron sus intervenciones con una denuncia expl¨ªcita del ataque de Ham¨¢s del 7 de octubre, dieron la ¨²nica respuesta posible.
La audiencia ten¨ªa previsto analizar los casos de antisemitismo registrados en los campus, pero sobre todo preguntar por las acciones u omisiones de los centros a la hora de responder a estos hechos, as¨ª como las medidas adoptadas para evitar incidentes (acoso, amenazas, delaci¨®n o se?alamientos) y garantizar un entorno seguro para los estudiantes jud¨ªos e israel¨ªes; solo de pasada se citaron algunos incidentes en los que las v¨ªctimas han sido ¨¢rabes o musulmanas. Pero los republicanos, que controlan la C¨¢mara de Representantes, convirtieron la sesi¨®n en una encerrona, cuando no en un auto de fe, con preguntas extempor¨¢neas (?creen que Israel tiene derecho a la existencia?, interpel¨® a las rectoras la presidenta del comit¨¦, la republicana Virginia Foxx) y otras m¨¢s capciosas: cu¨¢ntos profesores conservadores hay en cada uno de los claustros, quiso saber el representante de Carolina del Sur Joe Wilson, tambi¨¦n republicano. Las rectoras contestaron que no se les pregunta a los docentes por su ideolog¨ªa, a lo que Wilson respondi¨® que ah¨ª radicaba precisamente el problema: en su escasez.
Claudine Gay, rectora de Harvard; Liz Magill, de la Universidad de Pensilvania, y Sally Kornbluth, del MIT, fueron secundadas por Pamela Nadell, profesora de Historia y Estudios Jud¨ªos en la American University, que remont¨® al mandato del presidente Donald Trump el auge del antisemitismo no solo en los campus, sino en todo EE UU. La ambivalente respuesta del republicano a los sucesos racistas de Charlotesville en 2017 fue ¡°un punto de inflexi¨®n¡± para este discurso, el momento en que ¡°la larga tradici¨®n del antisemitismo en EE UU estall¨® de nuevo¡±. Nadell, jud¨ªa al igual que la rectora del MIT, record¨® la importancia de la estrategia nacional contra el antisemitismo adoptada por la Casa Blanca en mayo, ¡°un extraordinario documento al que ha de seguir otro contra la islamofobia¡±, y urgi¨® al Congreso a aplicar todas sus recomendaciones para luchar contra el odio, especialmente en los campus y en las redes sociales. Varios miembros del comit¨¦, obviamente republicanos, rechazaron de manera tajante la equiparaci¨®n de antisemitismo e islamofobia.
El ¨²nico conflicto internacional capaz de movilizar visceralmente a los estadounidenses enfrenta cada vez m¨¢s a los dos bandos, con amenazas, cancelaciones e incluso agresiones f¨ªsicas, como el tiroteo sufrido durante el fin de semana de Acci¨®n de Gracias por tres estudiantes de origen palestino de la Universidad de Brown (Vermont), uno de los cuales ha quedado tetrapl¨¦jico. A los republicanos la crispaci¨®n les ha servido en bandeja un nuevo casus belli contra los dem¨®cratas: a las conocidas batallas de su guerra cultural contra todo lo que suene a woke (teor¨ªas cr¨ªticas de g¨¦nero, raza, identidad sexual, movimiento LGTBIQ, etc¨¦tera) han a?adido la bandera de la lucha contra el antisemitismo.
La calle, igual que los campus, no oculta sus simpat¨ªas palestinas ¡ªen la sede de algunas fraternidades de Columbia ondea bien visible esa bandera¡ª, como tampoco algunos grupos de jud¨ªos estadounidenses muy activos en los campus, como Jewish Voice for Peace, una organizaci¨®n antisionista y propalestina. Harvard est¨¢ en el punto de mira despu¨¦s de que, tras el brutal ataque de Ham¨¢s, una treintena de grupos de estudiantes publicara una carta culpando del atentado a Israel. La rectora dud¨® al principio en condenar el mensaje, lo que provoc¨® acusaciones de que la escuela descuidaba a sus estudiantes jud¨ªos. Algo parecido le sucedi¨® a la rectora de Columbia, Minouche Shafik, de origen egipcio, que prefiri¨® dejar espacio al debate y solo tard¨ªamente ¡ªa juicio de los estudiantes y profesores jud¨ªos¡ª prohibi¨® las actividades de Jewish Voice for Peace y otro grupo af¨ªn, Students for Justice in Palestine.
Discriminaci¨®n en Harvard
El Departamento de Educaci¨®n abri¨® en noviembre una investigaci¨®n sobre un supuesto caso de discriminaci¨®n en Harvard sobre el que la rectora no quiso pronunciarse, por hallarse en curso. Por eso Gay concit¨® m¨¢s inter¨¦s que sus hom¨®logas, aunque la intenci¨®n de la convocatoria no dejaba lugar a dudas sobre las sospechas que reca¨ªan en todas ellas: ¡°Los administradores [de las universidades] se han mantenido en gran medida al margen [de los incidentes], permitiendo que una ret¨®rica horrible se enconara y creciera¡±, dijo Foxx al abrir la sesi¨®n. Sirvi¨® de pr¨®logo a la misma la proyecci¨®n de varios v¨ªdeos de protestas propalestinas en los campus, con esl¨®ganes como ¡°larga vida a la intifada¡± o ¡°revoluci¨®n intifada¡±. ¡°?Cu¨¢ndo van a tener valor y hacer lo que deben hacer, que es condenar el terrorismo y hacer lo que puedan para proteger a sus estudiantes?¡±, clam¨® Foxx.
De las intervenciones de algunos congresistas ¡ªtrufadas de valoraciones hasta el punto de hacerlas incomprensibles, como subray¨® Magill varias veces al ser incapaz de responder por la falta de concreci¨®n de la pregunta¡ª se sac¨® poco en claro, m¨¢s all¨¢ de que en general los republicanos ponen en tela de juicio al profesorado y que confunden conocimiento acad¨¦mico con verdad revelada.
El continuado alegato de las rectoras por la universidad como lugar de encuentro, ¡°de intercambio de ideas y de libertad de expresi¨®n¡±, qued¨® sepultado por las cr¨ªticas y la condena un¨¢nime a los campus como lugares demasiado liberales, con insuficiente n¨²mero de profesores ¡°conservadores¡± como subray¨® Wilson (otro republicano, Glenn Grothman, ech¨® en cara a la rectora los contados profesores de Harvard que apoyaron a Trump en 2016 y 2020). ¡°El libre intercambio de ideas es la base de una universidad¡±, reiter¨® Gay. ¡°Este compromiso ha guiado, y gu¨ªa, nuestra conducta (¡) El antisemitismo es, ante, todo, un s¨ªntoma de ignorancia, y la ignorancia no puede tener lugar en la cuna del saber¡±, insisti¨® la rectora de Harvard.
Otro republicano del comit¨¦ replic¨® que no era una cuesti¨®n de conocimiento, sino de ¡°verdad¡±. Una de esas ¡°verdades alternativas¡± inventadas por el ala m¨¢s radical de los republicanos aterriz¨® en la sesi¨®n cuando la republicana Michelle Steel pregunt¨® a las rectoras sobre ¡°dinero no declarado procedente de donantes de Oriente Pr¨®ximo¡± para financiar los centros. Las tres negaron la existencia de fondos espurios.
La representante republicana por Nueva York Elise Stefanik elev¨® la temperatura del debate al reprochar a Gay no haber adoptado medidas disciplinarias contra los estudiantes que han coreado c¨¢nticos en favor de la intifada, pues para la pol¨ªtica, de la facci¨®n m¨¢s ultra del partido, representan un llamamiento ¡°a cometer un genocidio contra el pueblo jud¨ªo¡±. Como la rectora Gay, que por en¨¦sima vez reiter¨® la importancia de garantizar la libertad de expresi¨®n, los representantes dem¨®cratas del comit¨¦ incidieron en la dificultad de distinguir entre el discurso que incita a la violencia y el que es aborrecible o inc¨®modo, pero legal.
En la l¨ªnea del l¨ªder de la mayor¨ªa del Senado, el dem¨®crata Chuck Schumer, destacado azote de los antisemitas, los dem¨®cratas no se apartaron mucho de la l¨ªnea de cr¨ªticas de sus rivales a las universidades por permitir actos con oradores antisemitas, como recientemente Roger Waters, el m¨²sico de Pink Floyd, en la Universidad de Pensilvania. ¡°Nuestro enfoque no es censurar en funci¨®n del contenido, sino preocuparnos por cosas como la seguridad y la hora, el lugar y la forma en que se celebrar¨ªa el acto¡±, dijo Magill. ¡°Creo que cancelar esa conferencia habr¨ªa sido muy poco coherente con la libertad acad¨¦mica y la libertad de expresi¨®n, a pesar de que las opiniones de algunas de las personas que acudieron me parecen muy, muy objetables¡±, a?adi¨®.
Las rectoras esbozaron una serie de medidas para garantizar la integridad f¨ªsica de los estudiantes y profesores, como actividades divulgativas ¡ªel conocimiento como ant¨ªdoto del odio¡ª o el refuerzo de los servicios de atenci¨®n a la salud mental, pero en todo momento hablaron un idioma distinto al de sus interrogadores. Las tres condenaron inequ¨ªvocamente la atrocidad de Ham¨¢s del 7 de octubre, as¨ª como cualquier manifestaci¨®n de antisemitismo en los campus, pero sus declaraciones fueron refutadas por otra pregunta ret¨®rica de los republicanos: ¡°?Son ustedes expertas en antisemitismo, s¨ª o no?¡±. La segunda opci¨®n, la formulada por las tres, pareci¨® impl¨ªcitamente invalidarlas como responsables de guiar a los centros en medio de esta virulenta marejada ideol¨®gica.
Acoso, amenazas y agresiones f¨ªsicas
El auto de fe a que fueron sometidas este martes las rectoras de la Ivy League es el ¨²ltimo sinsabor acad¨¦mico tras semanas de reveses y cr¨ªticas. Harvard y Pensilvania han visto c¨®mo varios donantes hist¨®ricos han retirado su financiaci¨®n por lo que consideran una reacci¨®n insuficiente, mientras muchos estudiantes jud¨ªos de los campus alegan sentirse inseguros, en un contexto en el que un simple eslogan como ¡°no a la guerra¡± se considera una amenaza.
El antisemitismo, no obstante, ya iba en aumento incluso antes de la guerra. Seg¨²n el FBI, los delitos de odio antisemita aumentaron un 25% de 2021 a 2022. Los jud¨ªos estadounidenses representan el 2,4% de la poblaci¨®n, pero son v¨ªctimas del 63% de los delitos de odio por motivos religiosos denunciados, seg¨²n la agencia federal. Tras dos audiencias anteriores, sobre la libertad de expresi¨®n en general, la sesi¨®n de la C¨¢mara de este martes solo ha contribuido a acumular m¨¢s reproches, mientras los republicanos perseveran en su intento de recortar la financiaci¨®n del Departamento de Educaci¨®n y de la Oficina de Derechos Civiles, que se encarga precisamente de casos de discriminaci¨®n como el antisemitismo.
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