Un nacimiento entre escombros para recordar a Gaza a las puertas de la Navidad en Bel¨¦n
El padre Isaac dej¨® estos d¨ªas en la Casa Blanca una carta de paz para Biden. La respuesta, afirma con sorna, fue el veto de EE UU al alto el fuego. All¨ª celebran estos d¨ªas ¡°con regalos y luces, y aqu¨ª nos env¨ªan las armas¡± para Israel, agrega
La imagen del Ni?o Jes¨²s colocado sobre escombros en una iglesia de Bel¨¦n (Cisjordania) simboliza un grito por la paz a las puertas de una Navidad en guerra en Palestina. Un ni?o y una ni?a prenden las velas que rodean la escena de este reivindicativo nacimiento al comienzo de la misa del domingo que ofrece entre c¨¢nticos el sacerdote Isaac Munther. ¡°A todos nos destrozan las im¨¢genes de los ni?os sacados de debajo de los cascotes¡±, como oc...
La imagen del Ni?o Jes¨²s colocado sobre escombros en una iglesia de Bel¨¦n (Cisjordania) simboliza un grito por la paz a las puertas de una Navidad en guerra en Palestina. Un ni?o y una ni?a prenden las velas que rodean la escena de este reivindicativo nacimiento al comienzo de la misa del domingo que ofrece entre c¨¢nticos el sacerdote Isaac Munther. ¡°A todos nos destrozan las im¨¢genes de los ni?os sacados de debajo de los cascotes¡±, como ocurre a diario en Gaza, explica el religioso para justificar su montaje. Su idea ha dado la vuelta al mundo en los medios, pero solo los ciudadanos locales lo disfrutan en directo. La escalada b¨¦lica ha espantado a los turistas, lo que supone un mazazo para la econom¨ªa local.
Munther, de 44 a?os y originario de Beit Sahur, una de las localidades con nutrida poblaci¨®n ¨¢rabe cristiana que rodea Bel¨¦n, ha viajado recientemente a Estados Unidos. All¨ª, entre otras muchas citas, entreg¨® una carta en la Casa Blanca que hab¨ªa firmado junto a otros religiosos cristianos palestinos y que, le aseguraron, llegar¨ªa a manos del presidente, Joe Biden. ¡°Escribimos una carta de paz, nada controvertida y pidiendo un alto el fuego inmediato¡±, se?ala al acabar la eucarist¨ªa. Pero la respuesta de EE UU fue el veto el viernes a la resoluci¨®n que lo planteaba en el Consejo de Seguridad de la ONU, lamenta con m¨¢s sorna que sorpresa. ¡°Tambi¨¦n contestaron confirmando un nuevo acuerdo de armas con Israel. Lo he comentado en el serm¨®n. All¨ª celebran la Navidad con regalos y luces, y aqu¨ª nos env¨ªan las armas y la maquinaria de guerra¡±, agrega en tono sarc¨¢stico.
Tras su regreso a Cisjordania el d¨ªa 1, precisamente la jornada en la que la tregua de una semana lleg¨® a su fin, en la iglesia luterana de la Navidad de Bel¨¦n, donde ejerce Munther, decidieron poner en marcha el nacimiento entre escombros. El sacerdote asegura que ha recibido, literalmente, ¡°mensajes de solidaridad y apoyo de todo el mundo¡± y que hay ¡°iglesias pidiendo permiso para hacer carteles y postales y para ponerlo en sus portadas y en calendarios¡±.
Naciones Unidas eleva por encima de 7.500 los menores muertos en Gaza durante esta guerra, lo que la convierte en el conflicto armado con mayor mortalidad infantil de nuestros d¨ªas, con un promedio de 115 ni?os fallecidos cada jornada. Hay fuentes, como el Euro-Med Human Rights Monitor, con sede en Ginebra, que elevan la cifra por encima de los 10.000, teniendo en cuenta los cad¨¢veres que permanecen sin recoger entre los restos de los bombardeos. En total, los muertos en Gaza superan ya los 18.000, seg¨²n el Ministerio de Sanidad de la Franja, gobernada por Ham¨¢s.
¡°Si Jes¨²s naciera de nuevo hoy, lo har¨ªa bajo los escombros en Gaza¡±, ilustra Munther junto a los pedruscos de su nacimiento. ¡°Para nosotros, Dios est¨¢ bajo los escombros. Dios est¨¢ en los quir¨®fanos. Dios se solidariza con los que sufren injusticias. As¨ª que surgi¨® la idea de este pesebre, especialmente cuando el mundo contin¨²a justificando el asesinato y deshumanizaci¨®n de estos ni?os¡±, a?ade con el ajetreo de fondo del mercado del centro de Bel¨¦n. Poco m¨¢s del 1% de los 5,3 millones de palestinos que habitan en Cisjordania, Gaza y Jerusal¨¦n Este son cristianos, la mayor¨ªa de ellos cat¨®licos y ortodoxos.
Agujero econ¨®mico
La mitad de los ingresos de Bel¨¦n provienen de los turistas y peregrinos que llegan atra¨ªdos por la bas¨ªlica de la Natividad, el lugar donde la tradici¨®n sit¨²a el nacimiento de Jes¨²s de Nazaret y monumento Patrimonio de la Humanidad. De los 1,9 millones de pernoctaciones en Cisjordania entre enero y septiembre de este a?o, un mill¨®n se las llev¨® la ciudad de Bel¨¦n, al igual que la mitad de los 2,5 millones de visitantes, seg¨²n datos del Ministerio de Turismo de la Autoridad Nacional Palestina (ANP). La contienda ha acabado con esa actividad, a cuyo agujero econ¨®mico hay que sumar el de los 150.000 cisjordanos que ten¨ªan permisos de trabajo en Israel, pero han sido cancelados.
La animaci¨®n del zoco que lleva hacia el coraz¨®n de Bel¨¦n, la plaza del Pesebre, mantiene estos d¨ªas su actividad, pero limitada a los ciudadanos locales. Hay comercios y puestos de verdura y fruta, zapatillas de deporte y ropa. Funcionan con normalidad los cafetines y los dependientes pregonan su mercanc¨ªa a los clientes que deambulan por las calles. Pero ninguno es extranjero. Los extranjeros han sido expulsados por la guerra.
En la calle Pablo VI, que lleva desde la iglesia luterana a la plaza del Pesebre y la iglesia de la Natividad, un desesperado vendedor atrapa a los pocos extranjeros como si fueran una aparici¨®n. Abud Salah, de 31 a?os, mantiene abierto un negocio familiar de artesan¨ªa, regalos, bolsos de piel y alfombras en el que los viandantes locales no se detienen. Este gu¨ªa tur¨ªstico reconvertido en dependiente cuenta c¨®mo los ingresos se han hundido con la guerra en un momento en el que estaban despertando despu¨¦s de la pandemia. Ahora ven que, tras el agujero de los a?os 2020 y 2021, la Navidad de 2022 fue un espejismo que la guerra se ha llevado.
Los turistas regresaron en masa el a?o pasado a un destino que vive una de sus temporadas altas en Navidad, de acuerdo al calendario de celebraciones cat¨®licas. ¡°No hab¨ªa ni un hueco en los hoteles, hostales o casas¡±, asegura Salah sin dejar de mostrar objetos con los que tratar de hacer un poco de caja. A unos metros, el responsable del establecimiento Al Sufara invita a probar los falafel, tradicionales croquetas de garbanzo, que est¨¢ friendo en la misma calle. Tambi¨¦n invita a t¨¦ por iniciativa propia, sorprendido de la presencia de extranjeros a los que pide, por favor, que valoren en una conocida plataforma de internet su local.
Artesan¨ªa a mitad de precio
M¨¢s abajo, junto al templo que marca el lugar del establo donde naci¨® Jes¨²s, la tienda de la Natividad acoge a una sola clienta. Tres generaciones de empresarios de la familia Tabash mantienen este negocio abierto desde 1927. Epifanio despacha, entre otros muchos objetos y regalos, artesan¨ªa hecha con madera de olivo de Cisjordania. Lo hace a la mitad del precio marcado. No hay que recurrir al tradicional regateo que se hace con frecuencia durante las compras en el mundo ¨¢rabe. La rebaja la anuncia ¨¦l directamente a los pocos que pisan el comercio.
Delante, la plaza del Pesebre es un ca¨®tico aparcamiento. Las autoridades de la ciudad anunciaron hace semanas que suspend¨ªan las celebraciones por el conflicto y solo mantienen los ritos religiosos. La explanada de la plaza, delante del Ayuntamiento, luce hu¨¦rfana este a?o sin el ¨¢rbol navide?o, sin tenderetes de regalos, sin la iluminaci¨®n festiva, sin la figura de Pap¨¢ Noel¡
Queda la extra?a estampa de Jos¨¦ y Mar¨ªa, ayudados por los pastores y los tres Reyes Magos, todos tallados en madera de olivo local, acudiendo a rescatar al Ni?o Jes¨²s, que aparece cubierto con una tradicional kefiya (pa?uelo palestino) entre los cascotes, en la escenificaci¨®n del portal de Bel¨¦n de la iglesia luterana. ¡°Y, con ¨¦l, a todos los ni?os de la guerra atrapados o muertos entre las piedras y los escombros de los bombardeos¡±, se?ala el padre Munther.
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