La guerra reduce Gaza a escombros
Un 45% de los edificios de la Franja han resultado da?ados en la ofensiva israel¨ª. Casi una quinta parte de estos est¨¢n completamente destrozados, lo que deja a cientos de miles de palestinos sin hogar al que volver
Desde el cielo, las im¨¢genes sat¨¦lite de Gaza muestran barrios enteros reducidos a escombros y multitud de edificios aplanados por los bombardeos a¨¦reos israel¨ªes, que han causado ¨Dsobre todo en el tercio norte que incluye la capital¨D un nivel de destrucci¨®n in¨¦dito en el siglo que dura el conflicto palestino-israel¨ª. Un 45% (222.000) de las unidades residenciales en Gaza han resultado da?adas, con casi una quinta parte (41.000) completamente destrozadas, seg¨²n la Oficina de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (OCHA, en sus siglas en ingl¨¦s), que cita datos del Departamento de Obras P¨²blicas y Vivienda del Gobierno de Ham¨¢s. Desde el terreno, tanto los testimonios de habitantes y periodistas como las im¨¢genes ¡ªbien profesionales, bien grabadas con m¨®viles¨D revelan un escenario que impedir¨¢ a cientos de miles de personas volver a sus hogares el d¨ªa despu¨¦s de la guerra. Sobre todo, los desplazados en el sur, como Nur Swirki, que el 13 de octubre abandon¨® su casa en Ciudad de Gaza, la capital, siguiendo ¨®rdenes de las autoridades israel¨ªes, para asentarse en Jan Yunis, la ciudad cuya poblaci¨®n se ha duplicado hasta 400.000 habitantes y en la que 26 personas han muerto este s¨¢bado por bombardeos en bloques residenciales.
¡°[Los israel¨ªes] nos dijeron que vini¨¦ramos aqu¨ª [al sur] porque este era un lugar seguro. Y no lo es para nada. No hay lugares seguros en Gaza. A veces nos despertamos y levantamos con el sonido de los bombardeos. No es comparable a lo que pasa en Ciudad de Gaza, pero tambi¨¦n hay mucha destrucci¨®n¡±, asegura Swirki desde Jan Yunis a trav¨¦s de mensajes de audio, aprovechando la restauraci¨®n parcial de las comunicaciones tras la entrada de dos camiones de combustible por primera vez desde el inicio de la guerra hace 43 d¨ªas. La agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA, en sus siglas en ingl¨¦s) ha prove¨ªdo una parte al principal grupo palestino de telecomunicaciones, Paltel, inform¨® este en un comunicado.
El ej¨¦rcito avanza destruyendo ¨Dcon bombardeos o con bulldozers¨D cualquier edificio desde el que crea que los milicianos puedan lanzar granadas o proyectiles antitanque, o disparar con rifles (Israel ha perdido 57 soldados en la ofensiva). Tambi¨¦n aquellos donde sospecha que hay armamento o que ocultan accesos a t¨²neles. Un periodista israel¨ª empotrado la pasada semana con las tropas se?al¨® que en Beit Hanun, una ciudad fantasma en la punta noreste de Gaza que ten¨ªa 50.000 habitantes, ¡°apenas queda en pie un solo edificio habitable¡±.
Tambi¨¦n buena parte de la capital ha quedado reducida a escombros. La casa de Swirki est¨¢ en Rimal, uno de los barrios m¨¢s acomodados y coraz¨®n comercial, con una mezcla de edificios ministeriales y calles llenas de restaurantes y oficinas. Ha sufrido bombardeos de una dimensi¨®n hasta ahora reservada para las localidades y campamentos de refugiados en las zonas fronterizas. Swirki, periodista y activista, no sabe si su vivienda sigue en pie. Un informe de dos organismos de Naciones Unidas cifraba el pasado d¨ªa 5 en 390.000 los empleos destruidos por la guerra y entre un 20% y un 45% el aumento que registrar¨¢ la pobreza.
El grueso de la destrucci¨®n se concentra en el norte. All¨ª, decenas de personas han muerto este s¨¢bado en un bombardeo a una escuela de la UNRWA y las tropas est¨¢n tomando nuevas posiciones, como el barrio de Zeit¨²n o el campamento de refugiados de Yabalia, en el marco de la ¡°expansi¨®n de las actividades¡± que ha anunciado el ej¨¦rcito. Es tambi¨¦n donde, despu¨¦s de tres semanas de intensos bombardeos a¨¦reos (6.000, solo en la primera), las Fuerzas Armadas israel¨ªes advirtieron con octavillas a quien se quede de que ¡°puede ser considerado c¨®mplice de una organizaci¨®n terrorista¡±. Cinco d¨ªas m¨¢s tarde, comenz¨® la invasi¨®n terrestre. Los soldados se han fotografiado ya esta semana posando con la bandera israel¨ª dentro de la sede gazat¨ª del Parlamento.
En el camino han muerto unos 12.000 palestinos, 5.000 de ellos menores, seg¨²n las cifras del Ministerio de Sanidad del Gobierno de Ham¨¢s en Gaza, que Israel y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, han cuestionado, pero la ONU considera fiables. Es, en cualquier caso, una estimaci¨®n que apenas se actualiza en los ¨²ltimos d¨ªas, dada la dificultad de acceder a los cad¨¢veres y los que se presumen bajo los escombros.
La destrucci¨®n como elemento de disuasi¨®n
Israel parece moverse por una doctrina oficiosa conocida como Dahiya, por el nombre del feudo de Hezbol¨¢ a las afueras de Beirut que Israel bombarde¨® sin descanso en la guerra de 2006. Consiste en emplear una ¡°fuerza desproporcionada¡±, provocar ¡°un inmenso da?o y destrucci¨®n¡± y ¡°da?ar a la poblaci¨®n civil¡± como elemento de disuasi¨®n, como defendi¨® dos a?os m¨¢s tarde Gadi Eizenkot, entonces responsable del frente norte del ej¨¦rcito israel¨ª y posteriormente jefe del Estado Mayor. Hoy es uno de los ¨²nicos cinco hombres que conforman el gabinete de guerra que toma decisiones clave, junto con el primer ministro, Benjam¨ªn Netanyahu; el titular de Defensa, Yoav Gallant; y su predecesor, Benny Gantz. Eizenkot y Ron Dermer, mano derecha de Netanyahu, ejercen como observadores.
Ya el d¨ªa despu¨¦s del ataque sorpresa en el que Ham¨¢s y la Yihad Isl¨¢mica mataron a unas 1.200 personas, el diario israel¨ª Yediot Aharonot cit¨® a un ¡°ex-muy alto mando de la Fuerza A¨¦rea¡± pidiendo ¡°r¨¢pidamente¡± un ¡°Dahiya 2 en Gaza¡±. ¡°Tenemos que arrasar infraestructura civil, aplanar torres residenciales. Cuanto m¨¢s vea [la milicia libanesa] Hezbol¨¢ que nuestra respuesta es d¨¦bil, m¨¢s aumentar¨¢ su motivaci¨®n por actuar. Y viceversa¡±. El portavoz militar, Daniel Hagari, admiti¨® entonces que el ¡°¨¦nfasis¡± en los bombardeos estaba en ¡°el da?o, no en la precisi¨®n¡±.
Tambi¨¦n Jalil Abu Shammaleh, de 53 a?os, ha escapado de ¡°los bombardeos masivos y la destrucci¨®n¡± en el norte. Est¨¢ en casa de su padre en Jan Yunis. ¡°Aqu¨ª hay cientos de miles de personas distribuidas en escuelas, hospitales e incluso en las calles, sin un m¨ªnimo de condiciones para sobrevivir. Es dif¨ªcil imaginar que la mayor¨ªa lleva tres semanas sin ducharse por falta de agua. Los servicios que proporciona la ONU no se ajustan a las necesidades. Mientras, los bombardeos siguen en todas partes¡±, asegura. Shammaleh, exdirector de Addameer, ONG en defensa de los presos palestinos, ilustra as¨ª su d¨ªa a d¨ªa: ¡°Desde que nos levantamos por la ma?ana, nuestra tarea es gestionar la crisis, sobre todo tratando de encontrar agua. Solo la recibimos cada cuatro o cinco d¨ªas, as¨ª que tenemos que comprarla, pero es muy cara¡±.
Dos tercios de los 2,3 millones de habitantes de Gaza han tenido que abandonar sus hogares, en el mayor desplazamiento forzoso palestino desde la Nakba, la huida o expulsi¨®n de unos 750.000 ¨Ddos tercios de los que viv¨ªan en el territorio que se acababa de convertir en Israel¨D y la destrucci¨®n de 400 de sus localidades entre 1947 y 1949, antes y durante la primera guerra ¨¢rabe-israel¨ª. Parte de los desplazados se alojan hoy en tiendas de campa?a. ¡°El sur se est¨¢ convirtiendo en un campo de concentraci¨®n [¡] Va a ser una estaci¨®n fr¨ªa y hay quienes est¨¢n durmiendo en la playa¡±, lament¨® este viernes el primer ministro palestino, Mohamed Shtaye, en una rueda de prensa en la ciudad cisjordana de Ramala con el jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell.
¡°Hay muy poca comida. Solo las cosas m¨¢s b¨¢sicas. Pan, algunas legumbres, verduras. Y cuesta el doble o el triple de lo habitual. Muchos dependen de la ayuda que reciben de las organizaciones internacionales. Yo bebo agua de los pozos, aunque s¨¦ que no es sana. Tampoco hay gas, as¨ª que no se puede cocinar. La gente est¨¢ usando madera para cocinar¡±, explica Swirki, antes de recordar que el 7 de octubre, cuando Israel comenz¨® su ofensiva a ra¨ªz del ataque de Ham¨¢s, el tiempo era entre templado y c¨¢lido. Ahora, los d¨ªas son fr¨ªos al caer el sol y, a veces, lluviosos.
Esta semana, el director en Gaza de la UNRWA, Thomas White, explic¨® el hacinamiento y carencias en las escuelas u hospitales de la agencia en el sur. ¡°Cuando entras, los pasillos est¨¢n oscuros [por la falta de electricidad] y puedes sentir la humedad que se forma por tener tanta gente en un sitio tan peque?o¡±, se?al¨® desde Rafah, punto de entrada de la escasa ayuda humanitaria desde Egipto que permite Israel.
Hay, agreg¨®, un ba?o para cada 500 personas y una ducha para cada 31. Un 70% de la poblaci¨®n no tiene acceso a agua potable. En las tres regiones administrativas del sur, han dejado de funcionar las dos principales plantas de agua potable, as¨ª como 76 pozos y 15 plantas de gesti¨®n de residuos. Las calles se han llenado de aguas residuales porque su sistema de gesti¨®n necesita el combustible que no entra. Este viernes, el asesor de seguridad nacional del Gobierno de Netanyahu, Tsaji Hanegbi, justific¨® el anuncio de que permitir¨¢ diariamente la entrada de dos camiones con combustible en que el desarrollo de una pandemia, como el c¨®lera, afectar¨ªa tambi¨¦n a las tropas y obligar¨ªa ¡°a detener la guerra¡±.
La situaci¨®n de la poblaci¨®n en el sur probablemente no tarde en empeorar. El ej¨¦rcito lanz¨® este mi¨¦rcoles desde el aire en varios puntos de la regi¨®n de Jan Yunis miles de octavillas similares a las que solt¨® semanas antes en el norte. El jefe del Estado mayor, Herzi Halevi, anunci¨® el viernes la expansi¨®n de la ofensiva a ¡°m¨¢s y m¨¢s regiones¡± de Gaza, pese al ¡°trabajo que queda por hacer¡± en el norte.
¡°Quien est¨¢ en la parte occidental [del norte de Gaza] ha conocido la fuerza letal del ej¨¦rcito israel¨ª. Quien est¨¢ en la parte oriental la conocer¨¢ esta noche y en los pr¨®ximos d¨ªas. Y quien est¨¢ en el sur de Gaza la conocer¨¢ en breve¡±, ha asegurado el ministro de Defensa, Yoav Gallant, en un discurso a la naci¨®n a ¨²ltima hora del d¨ªa.
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