Palestina intenta dar m¨¢s peso a Europa en la guerra de Gaza por la cercan¨ªa de EE UU a Israel

Palestina y los pa¨ªses ¨¢rabes se movilizan para girar hacia Europa el eje de discusi¨®n sobre la guerra en Gaza ante la parcialidad de Estados Unidos hacia Israel. Washington es el socio m¨¢s influyente en el Gobierno de Benjam¨ªn Netanyahu, pero ha sido mucho menos contundente sobre las vulneraciones de los derechos humanos del ej¨¦rcito israel¨ª en Gaza y en imponer sus reclamos a la contenci¨®n. Con esa premisa, Mohamed Mustafa ¡ªprimer ministro de la Autoridad Nacion...

Palestina y los pa¨ªses ¨¢rabes se movilizan para girar hacia Europa el eje de discusi¨®n sobre la guerra en Gaza ante la parcialidad de Estados Unidos hacia Israel. Washington es el socio m¨¢s influyente en el Gobierno de Benjam¨ªn Netanyahu, pero ha sido mucho menos contundente sobre las vulneraciones de los derechos humanos del ej¨¦rcito israel¨ª en Gaza y en imponer sus reclamos a la contenci¨®n. Con esa premisa, Mohamed Mustafa ¡ªprimer ministro de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), un Gobierno tecnocr¨¢tico con el que EE UU y la Uni¨®n Europea aspiran a convencer a Israel de que le permita tomar las riendas de la Franja de posguerra¡ª ha presentado a varios pa¨ªses europeos un plan de reforma para ¡°liderar la reconstrucci¨®n tras un alto el fuego permanente¡±, seg¨²n un documento al que ha tenido acceso EL PA?S.

El jefe de Gobierno palestino present¨® el domingo el plan a los ministros de Exteriores de varios Estados miembros, representantes de la ONU y el Reino Unido, adem¨¢s de varios pa¨ªses ¨¢rabes¡ªQatar, Egipto, Arabia Saud¨ª, Jordania¡ª, Noruega y la UE, en una reuni¨®n de donantes y en otra para impulsar una pr¨®xima conferencia de paz. El objetivo ¨²ltimo del plan, que incluye un cronograma para cada paso de las amplias reformas necesarias, es reunificar las instituciones de Cisjordania y Gaza bajo una ¨²nica administraci¨®n y reabrir la Franja al mundo; algo que choca frontalmente con el futuro que esboza Netanyahu.

Los principales donantes se comprometieron a intensificar el apoyo a la ANP, hasta ahora paralizada y desprestigiada, y a impulsar en un plazo breve una conferencia de paz para Gaza. Todo ello mientras Israel mantiene sus ataques sobre Rafah, en contra del llamamiento de la justicia internacional. El domingo por la noche, mientras los ministros ¨¢rabes y europeos se reun¨ªan en Bruselas con el jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell, un bombardeo israel¨ª mat¨® a 45 personas ¡ª23 de ellas, menores¡ª que se refugiaban en un campo de desplazados. Se suman a las m¨¢s de 36.000 personas muertas y a los miles de desaparecidos entre los escombros.

La ofensiva de Israel en Gaza, en respuesta a los atentados de Ham¨¢s del 7 de octubre, divide a los socios de la UE. Algunos, como Austria o Rep¨²blica Checa, mantienen un apoyo casi f¨¦rreo al Estado jud¨ªo. Otros, como Espa?a o Irlanda, claman desde el inicio contra las vulneraciones del derecho internacional humanitario y reconocer¨¢n este martes a Palestina como Estado. A medida que el Ej¨¦rcito israel¨ª avanza sobre la Franja, el tono sobre Netanyahu se ha elevado y empieza a ganar peso la posici¨®n de Espa?a.

Ese endurecimiento del discurso hacia Israel y el hecho de que la UE sea uno de los mayores donantes para los palestinos es una de las principales razones de que Mustafa y su Ejecutivo tecn¨®crata est¨¦ moviendo el eje hacia Europa. El plan que present¨® en Bruselas incluye reformas de emergencia por valor de 1.311 millones de d¨®lares (1.200 millones de euros). Recibi¨® apoyo un¨¢nime y ofertas de apoyo t¨¦cnico y econ¨®mico. Adem¨¢s, presionar¨¢n a Israel para que d¨¦ marcha atr¨¢s al anuncio de la pasada semana de su ministro de Finanzas, el ultra Bezalel Smotrich, de la retenci¨®n a la ANP de impuestos que recauda en su nombre y que est¨¢ obligado a transferirle, en represalia por el reconocimiento del Estado de Palestina que efectuar¨¢n este martes Espa?a, Irlanda y Noruega.

El d¨ªa despu¨¦s en la Franja

La idea es convertir la ANP en una alternativa aceptable para gestionar el d¨ªa a d¨ªa de los gazat¨ªes, que Israel no quiere asumir y para lo que no sobran voluntarios. Es a quien legalmente le corresponder¨ªa y lo hac¨ªa hasta que las fuerzas de Ham¨¢s la expulsaron en 2007, un a?o despu¨¦s de su victoria electoral.

En el plan para el Estado palestino, se plantea que la ANP ¡°lidere¡± la reconstrucci¨®n tras un alto el fuego permanente en dos fases. La primera, una respuesta de emergencia e inicio de la recuperaci¨®n, que sit¨²a en los primeros 36 meses tras ese cese de hostilidades. Estar¨ªa muy centrada en cubrir las necesidades b¨¢sicas de la poblaci¨®n y empezar en proveer alojamiento en una Franja con barrios enteros borrados del mapa y m¨¢s de la mitad de las casas da?adas, seg¨²n explica el documento.

La segunda se extender¨ªa al menos una d¨¦cada y consistir¨ªa en aprovechar la reconstrucci¨®n para ¡°transformar¡± Gaza, de forma que quede ¡°plenamente integrada pol¨ªtica, social y econ¨®micamente, en el Estado de Palestina y, a trav¨¦s de ¨¦l, con el resto del mundo¡±. Es justo lo contrario de lo que desea el Gobierno israel¨ª, que no dej¨® de ocupar t¨¦cnicamente la Franja tras retirar de all¨ª a sus soldados y colonos en 2005 y planea ahora efectuar durante a?os las redadas que considere necesarias, controlar la frontera con Egipto y mantener una zona tamp¨®n dentro de la Franja.

Asegurar la plena transparencia e independencia judicial; transformar las instituciones; eliminar duplicidades; contemplar un sistema fiscal progresivo; actualizar el c¨®digo legal¡­ El lenguaje del plan suena bien en Bruselas. Y muestra la conciencia del desapego ciudadano con la ANP, al se?alar la necesidad de ¡°ganar la confianza p¨²blica a trav¨¦s de un foco absoluto en servir a los ciudadanos¡±.

Seg¨²n el bar¨®metro ¨¢rabe, efectuado antes de la guerra, un 77% de los cisjordanos no conf¨ªa en el Gobierno y un 94% considera que hay corrupci¨®n en la ANP. No obstante, solo un 10% cita la corrupci¨®n como su principal preocupaci¨®n, muy por detr¨¢s de la guerra en Gaza (50%) y la ocupaci¨®n militar israel¨ª (23%), en el ¨²ltimo sondeo del Centro Palestino de Investigaci¨®n de Pol¨ªticas y Encuestas, del pasado abril.

Por ello, el documento del Gobierno palestino habla de ¡°mejorar la gobernanza, transparencia y rendici¨®n de cuentas¡±, as¨ª como ¡°combatir la corrupci¨®n a todos los niveles de Gobierno¡±, con una pol¨ªtica de ¡°tolerancia cero¡±. Tambi¨¦n de ¡°promover los partenariados con la sociedad civil, los medios de comunicaci¨®n y el sector privado para detectarla y exponerla¡±. Son sectores donde impera el clientelismo.

Las palabras cambian. ¡°Revitalizada¡±, seg¨²n el presidente de EE UU, Joe Biden; o ¡°fuerte¡± y ¡°funcional¡±, como ha dicho Borrell este domingo, la idea es dar un vuelco a la escler¨®tica y desprestigiada ANP para que asuma m¨¢s adelante el control civil de Gaza. Todo un reto para el Gobierno que naci¨® de los Acuerdos de Oslo de 1993; solo ejerce una soberan¨ªa limitada en un tercio de Cisjordania, militarmente ocupada por Israel; y Netanyahu lleva a?os desgastando.

Economista de 69 a?os, Mustafa jur¨® el pasado abril al frente de un nuevo Ejecutivo de tecn¨®cratas con la reconstrucci¨®n de Gaza entre sus prioridades. Fue el elegido por resultar del agrado tanto del presidente de la ANP, Mahmud Abbas, como de Occidente, que busca convencer a Israel de que la ANP debe gestionar Gaza. Mustafa es cercano al presidente, con quien ejerci¨® de vice primer ministro y director del Fondo de Inversi¨®n. A la vez, se form¨® en EE UU, ha ocupado puestos de importancia en el Banco Mundial y mantiene contacto con representantes oficiales del pa¨ªs.

Los expertos se muestran esc¨¦pticos de su capacidad de cambiar las cosas, porque Abbas mantiene amplios poderes y porque choca con los intereses de Israel. Solo un 8% de cisjordanos est¨¢ satisfecho con Abbas y un 84% quiere que dimita, seg¨²n el citado sondeo de abril.

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