La orden de arresto sit¨²a a Netanyahu en la ¨®rbita de los l¨ªderes denostados
La instrucci¨®n del Tribunal Penal Internacional pone en aprietos a los pa¨ªses aliados de Israel, que afrontar¨¢n el dilema de tener que detener al primer ministro israel¨ª y su exministro de Defensa Yoav Gallant si viajan a sus territorios
Benjam¨ªn Netanyahu y Yoav Gallant, su ministro de Defensa durante casi toda la guerra de Gaza, se han convertido este jueves en los primeros dirigentes de un pa¨ªs democr¨¢tico apoyado por Occidente con ¨®rdenes de arresto por el Tribunal Penal Internacional (TPI). La decisi¨®n, por su presunta responsabilidad en cr¨ªmenes de guerra y contra la humanidad en Gaza desde octubre de 2023, los coloca en la misma liga que el presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin, y los altos cargos que planificaron la invasi¨®n de Ucrania; de mandos de una milicia libia por un caso que implica fosas comunes con cientos de cad¨¢veres; de dictadores como el sudan¨¦s Omar al Bashir o de un se?or de la guerra tan cruel como el ugand¨¦s Joseph Kony. Todo un golpe simb¨®lico a la imagen del pa¨ªs, que tiene adem¨¢s una causa abierta por presunto genocidio en el Tribunal de La Haya y ha visto c¨®mo era declarada ilegal su ocupaci¨®n y colonizaci¨®n de Cisjordania y Jerusal¨¦n Este desde hace d¨¦cadas. Ahora, la doble petici¨®n de arresto del TPI plantea un dilema individual a varios de los 125 Estados miembros: priorizar el respeto a la decisi¨®n (est¨¢n t¨¦cnicamente obligados, pero depende de su voluntad, porque no hay autoridad para imponerlo) o su alianza con Israel, con el consiguiente riesgo de ser acusados de doble rasero.
Una de las primeras consecuencias pr¨¢cticas es que Netanyahu y Gallant tendr¨¢n que asegurarse, antes de tomar un avi¨®n, de que no ser¨¢n arrestados al aterrizar. Es el caso de todos los pa¨ªses de la Uni¨®n Europea (sost¨¦n hist¨®rico del TPI) o del Reino Unido, que le viene proveyendo de armas. Pero una cosa es la teor¨ªa y otra, la pr¨¢ctica, como ha sucedido en casos previos. Mongolia, por ejemplo, recibi¨® en septiembre a Putin, pese a que ha firmado el Estatuto de Roma, que dio a luz al tribunal en 2002.
Anthony Dworkin, analista pol¨ªtico s¨¦nior en el think tank Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, con sede en Berl¨ªn, cree que los pa¨ªses comunitarios ¡°deber¨ªan dejar claro que apoyan plenamente al TPI como ¨®rgano judicial independiente¡±, ¡°confirmar que ejecutar¨¢n las ¨®rdenes de detenci¨®n¡± y ¡°evitar cualquier declaraci¨®n que socave al tribunal o cuestione su legitimidad¡±. ¡°Especialmente¡±, a?ade tocando uno de los puntos que m¨¢s lastra la imagen de Occidente en el mundo ¨¢rabe-musulm¨¢n, ¡°tras el fuerte apoyo europeo a la orden de arresto del TPI¡± contra Putin, en marzo de 2023, muy poco despu¨¦s de la invasi¨®n de Ucrania. Pa¨ªses Bajos, por ejemplo, ha anunciado que lo arrestar¨ªa, pero el portavoz del Ministerio de Exteriores de Francia ha evitado responder a una pregunta directa sobre el tema, calific¨¢ndolo de ¡°cuesti¨®n jur¨ªdicamente compleja¡±. El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, ha recordado la obligaci¨®n.
El asunto no se queda en los arrestos, ya que los firmantes del Estatuto de Roma ¡°tienen la obligaci¨®n de colaborar con el tribunal¡±, lo que puede influir en su apoyo pol¨ªtico, econ¨®mico o armament¨ªstico a Israel, recuerda Alonso Gurmendi, especialista en Derechos Humanos en la London School of Economics. ¡°Creo que se va a activar por ello m¨¢s de un mecanismo nacional¡±, a?ade. Alemania, por ejemplo, es el segundo proveedor de armas a Israel en la guerra de Gaza. Y, a diferencia del primero (de largo), Estados Unidos, s¨ª es un Estado miembro.
Espaldarazo al Sur Global
¡°Lo que estaba en juego era si la instituci¨®n misma estaba a la altura del desaf¨ªo. La instituci¨®n ha respondido. En el marco de c¨®mo funciona el mundo, si Occidente reacciona diciendo ¡®no lo voy a cumplir¡¯, quien se desprestigiar¨¢ ser¨¢ Occidente, no la corte¡±, se?ala. Gurmendi ve, adem¨¢s, un espaldarazo al esfuerzo de pa¨ªses del Sur Global ¡°interesados en el cumplimiento del derecho internacional¡±, entre los que menciona a Chile, Brasil o Sud¨¢frica (que present¨® la denuncia por genocidio contra Israel en La Haya), que ha facilitado que ¡°haya personas en lugares clave que pueden enfrentarse a estos casos sin que mueran antes de llegar al lugar estrat¨¦gicamente correcto¡±.
Si, desde hoy, hay una orden de arresto internacional sobre los l¨ªderes israel¨ªes es porque los cr¨ªmenes que se le atribuyen se cometieron en territorio de Palestina (Gaza), que forma parte del tribunal desde 2015. De no ser el caso, Netanyahu y Gallant podr¨ªan estar en una situaci¨®n similar a la del dirigente sirio, Bachar El Asad, o de los l¨ªderes de China, a los que algunos grupos intentan llevar ante la justicia por presuntos delitos internacionales de gravedad. Pero como ni Damasco ni Pek¨ªn lo integran, el tribunal carece de jurisdicci¨®n y los intentos se centran en buscar recovecos a trav¨¦s de otros Estados o tribunales nacionales.
El primer ministro israel¨ª podr¨¢ viajar, a priori sin problemas, a pa¨ªses importantes con los que Israel ha ido estrechando su relaci¨®n (a golpe, en muchos casos, de venta de armamento), como India. Y, por supuesto, a su gran aliado, Estados Unidos, que ni integra al tribunal ni le reconoce competencia en este caso.
Pero no tendr¨¢n un margen enorme, ya que Israel se autopercibe como parte del mundo occidental y tiene, por ejemplo, en la UE a su principal socio comercial, con un acuerdo de exenci¨®n de aranceles y proyectos de cooperaci¨®n cient¨ªfica y educativa. Entre el resto de pa¨ªses que no han firmado o ratificado el Estatuto de Roma, bastantes son enemigos (Ir¨¢n), rechazan reconocerlo (la mayor¨ªa del mundo ¨¢rabe) o nunca han estrechado del todo el v¨ªnculo, por sus diferentes alineamientos geoestrat¨¦gicos, como China y Rusia.
Luego est¨¢ lo simb¨®lico: las fotos, los apretones de manos... Las ¨®rdenes de detenci¨®n, se?ala Dworkin, ¡°plantean la cuesti¨®n de c¨®mo deber¨ªan interactuar con Netanyahu¡± los representantes de la UE, que evitan todo contacto con otros l¨ªderes acusados de cr¨ªmenes internacionales o cuyo arresto ha pedido el TPI. Es lo que sucede, por ejemplo, con el expresidente de Kenia Uhuru Kenyatta, elegido tras la emisi¨®n de una orden de arresto en su contra, recuerda.
El dilema no se limitar¨¢ a viajar o no a Israel, ni a las visitas bilaterales, sino que sobrevolar¨¢ otros foros, como la reuni¨®n de la Asamblea General de Naciones Unidas que se celebra cada septiembre en la sede de Nueva York. Ya este a?o la intervenci¨®n de Netanyahu estuvo marcada por la pol¨¦mica: numerosos delegados abandonaron la sala cuando tom¨® la palabra.
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