Cientos de refugiados sirios en Turqu¨ªa se agolpan en la frontera: ¡°Volveremos y reconstruiremos el pa¨ªs¡±
Ankara reabre los pasos fronterizos para que el colectivo retorne a su patria, pero advierte de que quien cruce no podr¨¢ regresar
Por primera vez en mucho tiempo, al otro lado del paso de ?nc¨¹pinar, no se extiende la guerra sino el futuro. Un futuro lleno de interrogantes, s¨ª, pero tambi¨¦n de reencuentros y esperanzas. Es el paso fronterizo por el que cientos de miles de sirios huyeron de su pa¨ªs, de los bombardeos rusos, de la represi¨®n del r¨¦gimen, buscando refugio en Turqu¨ªa. Y en el que ahora hombres, mujeres y ni?os, cargando sacos de rafia, maletas, bolsas, se agolpan para hacer el camino inverso:...
Por primera vez en mucho tiempo, al otro lado del paso de ?nc¨¹pinar, no se extiende la guerra sino el futuro. Un futuro lleno de interrogantes, s¨ª, pero tambi¨¦n de reencuentros y esperanzas. Es el paso fronterizo por el que cientos de miles de sirios huyeron de su pa¨ªs, de los bombardeos rusos, de la represi¨®n del r¨¦gimen, buscando refugio en Turqu¨ªa. Y en el que ahora hombres, mujeres y ni?os, cargando sacos de rafia, maletas, bolsas, se agolpan para hacer el camino inverso: regresar a una Siria sin Bachar el Asad.
Muhamad tiene 30 a?os y lleva 12 sin abrazar a su madre ni a su padre. Al inicio de la guerra civil, dado que su edad le hac¨ªa candidato a ser movilizado por el r¨¦gimen y enviado a matar ¡ªquiz¨¢s a morir¡ª por algo en lo que no cre¨ªan, sus padres le instaron a ¨¦l y a su hermano a escapar. Desde entonces, no han vuelto a reunirse.
Abdul cruz¨® la frontera con 15 a?os, temeroso tambi¨¦n de la llamada a filas. Ha gastado toda su juventud trabajando en talleres textiles de Estambul para sobrevivir ¨¦l y mandar algo de dinero con el que mantener a sus hermanos, a los que dej¨® a cargo de su t¨ªo en Alepo (sus padres hab¨ªan muerto). Lleva 13 a?os sin verlos. Lo ¨²nico que se lleva de vuelta es una simple mochila con algo de ropa y la esperanza de que su vida en Siria sea algo mejor, de estudiar quiz¨¢s una carrera universitaria, algo que no pudo hacer en Turqu¨ªa por falta de medios.
Cientos de refugiados como ellos han acudido este lunes a los pasos fronterizos de ?nc¨¹pinar, en la provincia de Kilis, y de Cilveg?z¨¹, en la de Hatay, y han comenzado a retornar su pa¨ªs. Antes, son necesarias ciertas gestiones burocr¨¢ticas, explica un funcionario en la frontera: los refugiados tienen que pasar el escrutinio del departamento de migraci¨®n turco y deben renunciar a la protecci¨®n temporal y al permiso de residencia de los que dispon¨ªan. Es decir, se trata de una decisi¨®n definitiva: si regresan a Siria, no pueden volver a Turqu¨ªa.
El grupo salafista Hayat Tahrir al Sham, l¨ªder de la ofensiva que derrib¨® a Asad, ha lanzado un mensaje a ¡°todos los sirios cuyas circunstancias les obligaron a abandonar su patria¡±, inst¨¢ndoles ¡°a regresar y a contribuir en la construcci¨®n del futuro¡±. Solo en Turqu¨ªa hay oficialmente tres millones de sirios registrados, si bien algunas estimaciones elevan la cifra entre medio mill¨®n y un mill¨®n m¨¢s.
Este lunes, el ministro de Exteriores turco, Hakan Fidan, dijo que su Gobierno trabaja en el retorno ¡°voluntario y seguro¡± de los refugiados y para ello ha pedido a las nuevas autoridades sirias que garanticen un pa¨ªs ¡°en paz y estable¡±, donde convivan ¡°los diferentes grupos ¨¦tnicos y religiosos en un entendimiento inclusivo¡±. Y el presidente Recep Tayyip Erdogan record¨® que su pa¨ªs ha sido ¡°un puerto seguro¡± para los que hu¨ªan de la opresi¨®n de El Asad con una ¡°hospitalidad que quedar¨¢ inscrita con letras de oro en la historia¡±. Ahora que ha ca¨ªdo el r¨¦gimen, afirm¨® Erdogan, los refugiados ¡°poco a poco pondr¨¢n fin a la a?oranza de su patria¡± y, para facilitar su regreso, anunci¨® la apertura del paso fronterizo de Yayladag, en la provincia de Hatay, que ha permanecido cerrado durante la mayor parte de la guerra en Siria.
Hace cuatro a?os, la Asociaci¨®n Siria para la Dignidad Ciudadana, una organizaci¨®n formada por exiliados, llev¨® a cabo una encuesta entre los sirios refugiados en varios pa¨ªses y concluy¨® que tres de cada cuatro quer¨ªan regresar a su pa¨ªs. Eso s¨ª, solo si se daban las condiciones de seguridad necesarias: ausencia de combates y de represi¨®n del r¨¦gimen.
¡°Nos volvemos. De aqu¨ª a un a?o no va a quedar ninguno aqu¨ª en Turqu¨ªa¡±, afirma optimista Usama. ?l y sus amigos se han acercado a la frontera para preguntar por las gestiones que deben hacer antes de salir. Usama ya est¨¢ en contacto con sus parientes de la provincia de Alepo, saben que su casa sigue en pie y prepara la vuelta de toda su familia: ¡°Aqu¨ª he trabajado de porteador, de lo que hac¨ªa falta, pero all¨ª tenemos una tienda que reabriremos¡±. Sirios como ¨¦l han sido durante a?os una fuente de mano de obra barata sobre la que se ha sostenido la industria turca, en especial en provincias como la sure?a Gaziantep o Estambul.
Pero entre los refugiados sirios tambi¨¦n hay j¨®venes de clase media, que han estudiado y se han formado en Turqu¨ªa y que ahora pretenden utilizar sus conocimientos en beneficio de su patria. Por ejemplo, Ahmed e Ihab, que trabajan como t¨¦cnicos de odontolog¨ªa en una cl¨ªnica de Estambul, empleo que est¨¢n dispuestos a abandonar. Tal es su anhelo por el pa¨ªs que los vio nacer. Lo m¨¢s importante, dicen, es que el nuevo gobierno garantice cierta ¡°seguridad¡±.
¡°Volveremos, por supuesto, que volveremos. Durante 12 a?os hemos so?ado con este momento¡±. Busra casi no puede contener las l¨¢grimas: ¡°Es una mezcla indescriptible de sentimientos. Todas las emociones que hemos reprimido durante tantos a?os brotan ahora a la vez. Estamos contentos, felices, incr¨¦dulos¡±. Esta joven de 22 a?os naci¨® en Latakia, cuna de los Asad, pero su familia simpatizaba con los opositores, por lo que tuvieron que abandonar el pa¨ªs. Entonces, ella era todav¨ªa una ni?a de 10 a?os, as¨ª que sus recuerdos de Siria son ¨²nicamente los de la infancia. Ahora sue?a con vivir en una Siria ¡°m¨¢s justa¡±, en la que ¡°no haya discriminaci¨®n entre alau¨ªes o sun¨ªes, turcomanos, ¨¢rabes o kurdos¡±, y en la que pueda ejercer como maestra de educaci¨®n especial, la licenciatura que ha estudiado en Estambul.
¡°En menos de un mes estar¨¦ de vuelta¡±, promete Kuteybe. La mayor¨ªa de los refugiados con las que ha hablado EL PA?S y han manifestado su intenci¨®n de volver a Siria saben que sus casas, m¨¢s o menos da?adas, al menos se mantienen en pie. No es el caso de la de Kuteybe, que fue destruida por la guerra: ¡°Pero la reconstruiremos. Para algo he estudiado Ingenier¨ªa. Volveremos y todos juntos reconstruiremos el pa¨ªs¡±.