Al Julani, de la larga sombra yihadista a comandar el asalto al r¨¦gimen de Siria
El l¨ªder de HTS, ligado a Al Qaeda en el pasado, ha viajado desde la clandestinidad del yihadismo a ser el rostro p¨²blico de la victoria militar frente a El Asad
La guerra tiene mucho de simbolismo, de publicidad, de propaganda. Abu Mohamed al Julani, nombre de guerra del l¨ªder de la organizaci¨®n islamista sun¨ª Hayat Tahrir al Sham (HTS), ha aprendido de todo esto en la ¨²ltima d¨¦cada. All¨¢ por finales de 2013, cuando una amalgama sin fin de fuerzas rebeldes sirias hab¨ªa arrebatado ya al r¨¦gimen de Bachar el Asad un buen pedazo de territorio, Al Julani concedi¨® una entrevista al periodista sirio de la cadena catar¨ª Al Jazeera Taysir Aluni, odiado y perseguido en Washington por haber conversado tras el 11-S con Osama Bin Laden. En la charla, Al Julani no quiso mostrarse ante la c¨¢mara. Su rostro permaneci¨® oculto durante varios a?os, aquellos en los que el hombre que ha liderado la ofensiva que ha derrocado a la dictadura en un pu?ado de d¨ªas, era sin¨®nimo de Al Qaeda, el grupo terrorista m¨¢s temido en Occidente. Este domingo, Al Julani, a cara descubierta, se ha dado un ba?o de masas en la Gran Mezquita de los Omeya de Damasco, la capital siria, el templo al que acudi¨® a rezar El Asad, junto a las c¨¢maras de televisi¨®n, en tantas ocasiones. Este ¨²ltimo ha huido y se ha refugiado en Mosc¨². El golpe ha sido extraordinario.
Al Julani, de nacionalidad siria, nacido seg¨²n algunas biograf¨ªas con el nombre Ahmed Husein al Shara en Arabia Saud¨ª, en alguna fecha entre 1975 y 1979, de padres exiliados sirios, es, ante todo, un veterano de guerra. Tras pasar su juventud ya de vuelta en Siria, en 2003, lanzada la ofensiva e invasi¨®n de Estados Unidos de Irak, atraves¨® la frontera oriental hacia el pa¨ªs vecino para combatir a las tropas norteamericanas. Es ah¨ª donde empieza su v¨ªnculo con la rama iraqu¨ª de Al Qaeda. Seg¨²n el relato de medios ¨¢rabes, Al Julani lleg¨® a ser apresado por militares estadounidenses en suelo iraqu¨ª, una se?a de identidad que casi ha marcado a fuego la biograf¨ªa de muchos de los militantes de Al Qaeda, primero, y el Estado Isl¨¢mico (ISIS, en sus siglas en ingl¨¦s), despu¨¦s.
En aquella entrevista con el reportero de Al Jazeera, Al Julani estaba al frente de Jabhat al Nusra, grupo armado yihadista vinculado org¨¢nicamente, como su punta de lanza en Siria, a Al Qaeda. ?l mismo hab¨ªa jurado lealtad al por entonces l¨ªder de la red terrorista, el egipcio Ayman al Zawahiri. De espalda a la c¨¢mara, Al Julani afirm¨® lo siguiente: ¡°La batalla est¨¢ casi terminada, hemos cubierto alrededor del 70% de ella, y lo que queda es poco. Alcanzaremos la victoria pronto¡±. No fue as¨ª. Washington ya lo hab¨ªa incluido por entonces en su lista de sancionados por sus v¨ªnculos con el terrorismo. En mayo de 2017, puso precio a su cabeza: 10 millones de d¨®lares por informaci¨®n sobre su paradero. La recompensa sigue en vigor.
La campa?a yihadista emprendida por Al Julani ¡ªtanto Naciones Unidas como Human Rights Watch han acusado a su grupo armado de detenciones arbitrarias, abusos y torturas¡ª, que siempre expres¨® como objetivo principal la derrota del r¨¦gimen, sin olvidarse en sus pr¨¦dicas de atacar a las monarqu¨ªas del Golfo e Ir¨¢n, fue en paralelo a la ofensiva terrorista de Abubaker al Bagdadi al frente del Estado Isl¨¢mico de Irak por aquel entonces. Los dos, ligados a las aspiraciones de Al Qaeda en Siria, ten¨ªan agendas muy diferentes. El primero quer¨ªa amasar una victoria regional; el segundo, poner en marcha una suerte de califato.
Al Julani quiso as¨ª poner distancia con Al Bagdadi y su proyecto yihadista y rompi¨® su alianza en abril de 2013. Tres a?os despu¨¦s lo har¨ªa con Al Qaeda y Al Zawahiri. Mientras el ISIS pon¨ªa en marcha una maquinaria del terror en el norte y este del pa¨ªs y montaba una c¨¦lula para atentar en el extranjero, Al Julani centr¨® las actividades de sus hombres en la guerra al ej¨¦rcito sirio, otras facciones rivales ¡ªentre ellas tambi¨¦n unidades de Al Bagdadi¡ª y en la conquista de territorio en torno a Idlib, Hama y Alepo. En enero de 2017, firm¨® nuevas alianzas con grupos rebeldes armados (Nur al Din al Zinki, Liwa al Haq, Jaysh al Sunna¡) para formar HTS. Las estimaciones m¨¢s bajas de combatientes est¨¢n en una horquilla entre los 12.000 y 15.000. Las m¨¢s altas superan los 30.000 efectivos.
En su pen¨²ltima entrevista con un medio extranjero, el pasado viernes, sentado frente a una periodista de la cadena estadounidense CNN, en otro giro cargado de pragmatismo pol¨ªtico, Al Julani habl¨® de gobierno e instituciones, del respeto a las minor¨ªas del pa¨ªs. Y de su grupo, HTS: ¡°Puede disolverse en cualquier momento. No es un fin en s¨ª mismo, sino un medio para realizar una misi¨®n: enfrentarse al r¨¦gimen.¡±
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