Un estudio aumenta en un 70% el n¨²mero de muertes en Gaza respecto a las contabilizadas por Ham¨¢s
La revista cient¨ªfica ¡®The Lancet¡¯ estima que en los primeros nueve meses de la invasi¨®n israel¨ª hubo 64.260 defunciones por lesiones traum¨¢ticas frente a las 37.877 que hab¨ªan registrado las autoridades de la Franja palestina
Un estudio de la revista cient¨ªfica The Lancet se?ala que las personas que han muerto en Gaza por lesiones traum¨¢ticas en los primeros nueve meses de la guerra contra Israel ¡ªentre el 7 de octubre de 2023 y el pasado 30 de junio¡ª ascienden a 64.260. Este c¨¢lculo, basado en un sistema que coteja tres listados distintos, supera en un 69,65% la cifra de 37.877 fallecimientos en el mismo periodo, aportada por las autoridades de Gaza, territorio controlado por Ham¨¢s. El art¨ªculo de The Lancet sugiere que, teniendo en cuenta el n¨²mero de muertos registrados hasta octubre por el Ministerio de Salud de la Franja ¡ªque a d¨ªa de hoy ya supera los 46.000¡ª, la cifra total de fallecidos usando su metodolog¨ªa ascender¨ªa a m¨¢s de 70.000.
El 7 de octubre de 2023 comenz¨® la guerra, con la matanza por parte de la milicia islamista de Ham¨¢s de 1.200 israel¨ªes y el secuestro de 251 rehenes. Desde entonces, el Ministerio de Salud gazat¨ª ha ofrecido cada d¨ªa un registro de las v¨ªctimas mortales. Estas cifras han sido objeto de pol¨¦mica tanto por quienes las consideran muy altas como por quienes las estiman demasiado bajas. Finalmente, el trabajo asegura que el n¨²mero de muertes ha sido infravalorado.
Los investigadores usaron un sistema de trabajo conocido como ¡°captura-recaptura¡±, basado en la superposici¨®n de tres listas: una con los decesos anotados en hospitales y morgues del Ministerio de Salud, una encuesta on line elaborada por el propio ministerio y los obituarios difundidos en varias redes sociales. Este m¨¦todo suele usarse para estimar las poblaciones cuando los recuentos completos no son pr¨¢cticos ni fiables.
Los desaparecidos, excluidos del estudio
La epidemi¨®loga Zeina Jamaluddine, integrante del equipo de cuatro investigadores responsable del estudio, explica que el sistema ¡°captura-recaptura¡± fue popularizado por los ecologistas. ¡°Capturaban, marcaban y soltaban animales o insectos en una zona concreta, luego los volv¨ªan a capturar y, bas¨¢ndose en los solapamientos, estimaban el tama?o de las poblaciones¡±. El m¨¦todo tambi¨¦n se ha adaptado en epidemiolog¨ªa para estudiar la prevalencia de enfermedades y las tasas de mortalidad en diversos contextos, incluidas las zonas de conflicto. ¡°La t¨¦cnica de captura-recaptura¡±, prosigue la investigadora, ¡°se ha aplicado para estimar la mortalidad en varias zonas afectadas por conflictos, como Kosovo, Sud¨¢n, Guatemala y Colombia. Permite a los investigadores estimar el n¨²mero total de muertes, incluidas las no registradas en ninguna fuente individual de datos, analizando el solapamiento entre diferentes listas de personas asesinadas¡±.
Jamaluddine asegura que los datos estad¨ªsticos que manejaba el Ministerio de Salud antes de la guerra eran de los mejores en la regi¨®n. ¡°No se encuentra algo parecido en Siria, ni siquiera antes de la guerra civil. Pero la guerra degrada tambi¨¦n los sistemas de informaci¨®n sanitaria¡±, contin¨²a. El estudio aclara que ¡°la escalada de las operaciones militares terrestres israel¨ªes y los ataques a los centros sanitarios perturbaron gravemente la capacidad¡± de las autoridades para registrar electr¨®nicamente las defunciones. Eso fue lo que impuls¨® a los cient¨ªficos a emprender un estudio que dur¨® tres meses. Y el resultado con el que se encontraron fue que el Ministerio de Salud hab¨ªa infravalorado el n¨²mero de muertes en un 41% durante los primeros nueve meses de la invasi¨®n.
Dos de las listas con las que ha trabajado el equipo de The Lancet provienen del Ministerio de Salud. Cuando se le pregunta a la investigadora si eso no implica una dependencia demasiado grande respecto a las autoridades sanitarias de Ham¨¢s, responde: ¡°Lo es. No pretendo decir que no hayamos utilizado los datos del ministerio¡±, asume. ¡°Nos basamos en los que ten¨ªan un nombre claramente identificado y limpiamos los datos eliminando duplicados y corrigiendo errores. Pero para hacerlo correctamente habr¨ªamos necesitado entrar en Gaza con protecci¨®n. Y eso no ha sido posible. Hay agencias internacionales que trabajan en la Franja, como las de la ONU o Unicef, pero para ellos la prioridad es conseguir alimentos y medicamentos. No pueden llamar a la gente y preguntarles cu¨¢ntas personas murieron en su hogar, cuando lo que desean esas personas es comida o medicinas¡±.
El estudio pone de relieve en sus conclusiones ¡°la urgente necesidad¡± de alcanzar un ¡°un cese inmediato y sostenido de las hostilidades y un acuerdo duradero que incluya la liberaci¨®n de los rehenes israel¨ªes y de los miles de civiles palestinos encarcelados por Israel¡±.
¡°Datos coherentes¡±
Eduardo Satu¨¦, presidente de la Sociedad Espa?ola de Salud P¨²blica y Administraci¨®n Sanitaria (SESPAS), explica mediante conversaci¨®n telef¨®nica desde Espa?a que lo que ha hecho The Lancet es estudiar distintos listados y ver si son coherentes entre s¨ª. ¡°Y por los datos que he visto, creo que son coherentes¡±. Satu¨¦ se?ala que este m¨¦todo de ¡°captura-recaptura¡± es el m¨¢s fiable, dentro de la complejidad. ¡°Es lo que tenemos, de momento no hay alternativas m¨¢s precisas. Por supuesto, lo ideal ser¨ªa acometerlo en periodos de paz, como se hizo en 2006 en la guerra de Irak, comparando cifras antes y despu¨¦s de la invasi¨®n. Incluso en periodos de paz ya vimos durante la pandemia lo complicado que resulta calibrar las estad¨ªsticas, por ejemplo diferenciar entre fallecer por Covid o con Covid. Pero en las condiciones actuales de Gaza esta ser¨ªa la mejor forma de afinar¡±.
Satu¨¦, farmac¨¦utico de profesi¨®n, no se muestra sorprendido de que el n¨²mero de muertos sea mayor que los facilitados directamente por las autoridades sanitarias. ¡°Los m¨¦todos tradicionales de recuento en periodo de conflicto se basan en los que proporcionan los militares sobre ca¨ªdos en combate, los facilitados por los hospitales y morgues y los observados directamente. Y estos ¨²ltimos solo pasan a las estad¨ªsticas oficiales si se sabe la identidad del fallecido, d¨®nde y c¨®mo ha muerto. Con lo cual, suelen infraestimar la cantidad de fallecidos¡±.
El presidente de SESPAS se?ala que aunque el estudio de The Lancet se centra en las muertes directas del conflicto, conviene recordar que ¡°los fallecidos por consecuencias indirectas de la guerra son m¨¢s numerosos que los ca¨ªdos de forma violenta. Ya sea por desnutrici¨®n, contaminaci¨®n de aguas, falta de atenci¨®n sanitaria¡ Y en Gaza puede tener un impacto mayor que en otros conflictos por la densidad de poblaci¨®n y porque aquello es una especie de prisi¨®n que dificulta mucho m¨¢s la atenci¨®n¡±.
El estudio de The Lancet asume que medir con precisi¨®n la mortalidad indirecta durante una guerra en curso presenta demasiados ¡°desaf¨ªos y limitaciones¡±. Las limitaciones de acceso y las ¡°condiciones sumamente inseguras para los trabajadores humanitarios y de la salud¡± lo hacen inviable.
Satu¨¦ recuerda que su propia asociaci¨®n ha publicado la tercera monograf¨ªa de su serie Conflictos b¨¦licos y su impacto en salud, sobre la forma en que estos conflictos afectan a los grupos vulnerables, como minor¨ªas, embarazadas y ni?os. El 59% de las defunciones en Gaza sobre las que se dispon¨ªa de datos sobre edad y sexo, seg¨²n The Lancet, se produjeron entre mujeres, ni?os y ancianos, grupos considerados especialmente vulnerables y con menos probabilidades de ser combatientes.