Ham¨¢s entrega a ocho rehenes en la mayor liberaci¨®n de la tregua e Israel excarcela a 110 presos palestinos

Ham¨¢s ha efectuado este jueves la mayor entrega de cautivos del alto el fuego en Gaza, en vigor desde el 19 de enero. En una ceremonia con la que nuevamente ha tratado de demostrar su poder, ha liberado a tres israel¨ªes y cinco tailandeses, todos secuestrados en el ataque del 7 de octubre de 2023. El primer ministro israel¨ª, Benjam¨ªn Netanyahu, retras¨® entonces su parte del canje (la excarcelaci¨®n de 110 presos), en represalia por las escenas de caos durante la entrega de siete de los cautivos, ¡°hasta que se garantice la liberaci¨®n segura de los pr¨®ximos rehenes¡±, este pr¨®ximo s¨¢bado. Los reclusos fueron bajados de los autobuses a los que ya hab¨ªan subido. Pocas horas m¨¢s tarde, Netanyahu desbloqueaba la excarcelaci¨®n, al recibir las garant¨ªas. Entonces pusieron rumbo a la ciudad cisjordana de Ramala, donde fueron recibidos por una multitud enardecida, completando el tercer canje de la tregua.

Para liberar a la soldada Agam Berger, de 20 a?os, primera en ser entregada en la ma?ana de este jueves al Comit¨¦ Internacional de la Cruz Roja (CICR), Ham¨¢s eligi¨® las ruinas del campo de refugiados de Yabalia, en el extremo norte del enclave palestino. Se trata de uno de los lugares m¨¢s castigados por las tropas de ocupaci¨®n israel¨ªes en los m¨¢s de 15 meses de guerra. Y, a su vez, una de las zonas a las que, desde hace dos d¨ªas y a pesar del elevado nivel de destrucci¨®n, regresan gracias al alto el fuego cientos de miles de palestinos desplazados a la fuerza por las tropas durante la contienda.

Una gran bandera palestina dominaba la escena en el campo de refugiados de Yabalia cuando varios milicianos escoltaron a la joven hasta un escenario desde el que salud¨® a los presentes tras recibir varios obsequios de recuerdo por sus captores, al igual que hicieran con sus cuatro compa?eras militares el pasado s¨¢bado. Como en los dos intercambios previos, los empleados del CICR hacen de intermediarios en el canje entre rehenes en Gaza y prisioneros palestinos en c¨¢rceles israel¨ªes.

Es en medio de ese escenario, ante decenas de combatientes y cientos de curiosos, donde el movimiento islamista ha liberado a la militar, mientras numerosos ni?os correteaban entre la devastaci¨®n, pero disfrutando del alto el fuego, seg¨²n se pod¨ªa ver en las im¨¢genes de televisi¨®n. Los j¨®venes se hac¨ªan selfis junto a los milicianos armados.

Ham¨¢s busca que esas escenas victoriosas sirvan para demostrar que el principal objetivo de la guerra que Netanyahu persegu¨ªa ¡ª junto con rescatar a los rehenes, acabar con el grupo a nivel pol¨ªtico y militar¡ª est¨¢ lejos de conseguirse. Todo pese a las m¨¢s de 47.000 personas que engrosan la lista oficial de muertos por los ataques israel¨ªes. Sobre la mesa del escenario de Yabalia desde donde salud¨® la soldada Berger a los presentes, no es casualidad que alguien depositara uno de los rifles incautados a militares israel¨ªes durante los combates.

La puesta en escena de Yabalia ha estado m¨¢s bajo control del movimiento islamista que la de Jan Yunis, la mayor localidad del sur, considerada basti¨®n de Ham¨¢s y lugar de origen del jefe del movimiento, Yahia Sinwar, muerto en combate el pasado octubre. Tambi¨¦n en esa ciudad reina la destrucci¨®n. Es all¨ª donde a mediod¨ªa y en medio del caos, el CICR ha recibido a los israel¨ªes Arbel Yehud, de 29 a?os, y Gadi Moses, de 80, junto a cinco trabajadores tailandeses: Thenna Pongsak, Sathian Suwannakham, Sriaoun Watchara, Seathao Bannawat y Rumnao Surasak. Su entrega no formaba parte del acuerdo de alto el fuego en Gaza: ha ido por una v¨ªa paralela y no conlleva contrapartidas.

Tras pisar suelo israel¨ª, tendr¨ªa que haberse puesto en marcha la liberaci¨®n de los presos palestinos. No fue as¨ª. A mediod¨ªa, Netanyahu paraliz¨® la excarcelaci¨®n en protesta por lo que denomin¨® las ¡°chocantes escenas¡± que prueban ¡°la inconcebible brutalidad de Ham¨¢s¡±, en referencia al ca¨®tico paso de los rehenes entre la multitud. Solo anunci¨® su puesta en marcha a primera hora de la tarde, tras recibir garant¨ªas de los mediadores de la ¡°salida segura de los rehenes¡± en los pr¨®ximos intercambios. Los cientos de personas que aguardaban en Ramala a 95 de los presos (otros 14 fueron trasladados a Gaza y uno a Jerusal¨¦n Este) recibieron la noticia con manifestaciones de alegr¨ªa y c¨¢nticos de ¡°Al¨¢ es el m¨¢s grande¡±.

Entre los presos, hay 32 condenados a perpetuidad por delitos de sangre en el marco del conflicto. Es el caso de Mohamed Abu Warda, un l¨ªder de Ham¨¢s con 48 cadenas perpetuas como cerebro de diversos atentados en Israel y que, como quienes tienen su perfil, deportado a Gaza o al extranjero.

En Israel, su excarcelaci¨®n es un trago dif¨ªcil, pero en Ramala son vistos como luchadores por la libertad. Por eso, cuando llegan, la multitud los recibe como h¨¦roes y los lleva en volandas, entre banderas palestinas y muchos c¨¢nticos de apoyo a Ham¨¢s, cuya captura de rehenes el 7 de octubre de 2023 ha acabado trayendo de vuelta a los presos. ¡°Con nuestra sangre, liberaremos Palestina¡±, canta la multitud, en un ambiente muy reivindicativo. La locura absoluta llega con Zakaria Zubeidi, icono de la lucha armada y cultural palestina, rearrestado en 2021 tras una fuga de pel¨ªcula de la prisi¨®n israel¨ª de Gilboa. Todos quieren acercarse a ¨¦l y se suceden las peleas.

Como decenas de los presos estaban condenados a perpetuidad o a largas condenas, la excarcelaci¨®n genera situaciones excepcionales, como las de las hermanas Raghad y Hidaya Nassar. Tienen 21 y 22 a?os, respectivamente, y se hab¨ªan ataviado con la vestimenta tradicional para las ocasiones especiales, porque iban a ver por primera vez en persona a su padre. Hussein Nassar, de 47 a?os y del Frente Popular para la Liberaci¨®n de Palestina, fue condenado de por vida en 2003 por un intento de atentado en Israel y otros delitos, durante la Segunda Intifada, cuentan.

Hidaya ten¨ªa entonces ocho meses y Raghad era un embri¨®n en el vientre de su madre. Por eso no lo reconocen. ¡°??Pap¨¢? ?Es pap¨¢? No lo s¨¦!¡°, gritaba la menor entre l¨¢grimas, mientras buscaba entre la masa las sudaderas grises del servicio de prisiones israel¨ªes que distingu¨ªan a los presos. Las hermanas corr¨ªan hacia un recluso, para darse cuenta de que no era el hombre que solo han visto a trav¨¦s de un cristal de la prisi¨®n, ¡±a veces cada cuatro semanas, a veces cada cuatro meses¡±, explicaba Raghad, que dudaba si abrazarlo o no nada m¨¢s verlo, porque le parec¨ªa ¡°raro¡± hacerlo con 21 a?os y sin haber crecido con ¨¦l.

Al final, la emoci¨®n del momento altera todos los planes. Lo identifican con la ayuda de la gente, corren hacia ¨¦l y los tres se funden en un abrazo. ¡°Ha sido como nacer de nuevo. Para ellas y para m¨ª¡±, dec¨ªa el ya exrecluso, al alejarse de la multitud d¨¦bil y cojeando.

Hidaya llevaba toda la vida ¡°esperando sentir la bondad de un padre¡±. Por eso no le preocup¨® cuando Netanyahu anunci¨® al mediod¨ªa que aplazaba la excarcelaci¨®n de su padre y los otros 109 reclusos. ¡°Tras 22 a?os esperando, daba igual un poco m¨¢s¡±, a?ad¨ªa.

Este s¨¢bado debe celebrarse la cuarta entrega de rehenes, durante la que est¨¢ previsto que regresen a casa tres m¨¢s de los 33 cautivos ¡ªocho de ellos confirmados ya muertos¡ª incluidos en la primera fase, con una duraci¨®n de seis semanas, de las tres acordadas en el alto el fuego.

La mujer del reci¨¦n liberado Gadi Moses, Efrat Katz, forma parte de la lista de casi 1.200 muertos del 7 de octubre de 2023, cuando Ham¨¢s lider¨® la jornada m¨¢s letal sufrida por el Estado jud¨ªo en sus 76 a?os de historia. Pero en el caso de Katz todo apunta, seg¨²n una investigaci¨®n del propio ej¨¦rcito de Israel, a que muri¨® cuando uno de sus helic¨®pteros abri¨® fuego sobre el veh¨ªculo en la que sus captores se la llevaban a Gaza. Una de las inc¨®gnitas de la guerra hasta el momento es saber cu¨¢ntos de esos 1.200 muertos fallecieron por disparos israel¨ªes.