Trump pone a prueba los l¨ªmites de su poder

Donald Trump ha vuelto a la Casa Blanca con prisas por desplegar su poder. El presidente de Estados Unidos trata de extender su autoridad ejecutiva m¨¢s all¨¢ de los l¨ªmites que marcan las leyes y la Constituci¨®n. Ha efectuado purgas salt¨¢ndose las salvaguardas legales, ha ordenado no hacer cumplir normas que le incomodan, ha eliminado protecciones medioambientales de forma dudosa y, en general, ha regulado por decreto asuntos que exceden sus competencias. Los jueces ya han suspendido dos de sus decisiones. La primera, al intentar derogar la nacionalidad por nacimiento para los hijos de inmigrantes que est¨¢n de forma irregular en Estados Unidos. La segunda, al tratar de congelar desembolsos de partidas multimillonarias, en su mayor¨ªa destinadas a gasto social, aprobadas por el Congreso. Otras muchas resoluciones, como el veto a las personas trans en el Ej¨¦rcito, tambi¨¦n han sido impugnadas.

Un d¨ªa despu¨¦s de que una jueza suspendiera la entrada en vigor de esa instrucci¨®n dictada el lunes por la oficina presupuestaria de la Casa Blanca para la congelaci¨®n de desembolsos, la Administraci¨®n de Donald Trump dio marcha atr¨¢s y la retir¨® este mi¨¦rcoles. Esa confusa decisi¨®n hab¨ªa desatado el caos en las agencias federales, que no ten¨ªan claro hasta qu¨¦ punto les afectaba. La p¨¢gina web de pagos de Medicaid, el sistema de seguro m¨¦dico para personas necesitadas que cubre a una quinta parte de la poblaci¨®n, dej¨® de estar operativa, y un aviso se?alaba a las ¨®rdenes ejecutivas dictadas por Trump. La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, no supo responder en su primera rueda de prensa si la paralizaci¨®n de los desembolsos afectaba a Medicaid. Despu¨¦s, la oficina presupuestaria asegur¨® que no, pero la web segu¨ªa inoperativa.

La instrucci¨®n inicial y las explicaciones posteriores entraban en contradicci¨®n y eran demasiado generales, provocando inseguridad jur¨ªdica no solo a los funcionarios encargados de aplicarla sino, sobre todo, a los beneficiarios de los desembolsos. La Casa Blanca insisti¨® en que las prestaciones directas a individuos no se suspend¨ªan, pero muchas de las ayudas llegan canalizadas de forma indirecta, a trav¨¦s de gobiernos estatales y locales o de organizaciones no gubernamentales.

La congelaci¨®n de desembolsos despert¨® a una resistencia contra Trump que estaba aletargada ante la exhibici¨®n de poder del presidente en los primeros d¨ªas de su nuevo mandato. Los dem¨®cratas reaccionaron en bloque y junto a ellos se movilizaron organizaciones de la sociedad civil. No solo criticaron la instrucci¨®n de la oficina presupuestaria, sino que pasaron a la acci¨®n con iniciativas ante los tribunales.

Una jueza federal de Washington nombrada por Joe Biden suspendi¨® la aplicaci¨®n de la directiva minutos antes de la hora prevista para su entrada en vigor. Atendi¨® as¨ª un recurso del Consejo Nacional de Organizaciones Sin ?nimo de Lucro. La demanda alegaba que incluso una interrupci¨®n temporal de la financiaci¨®n podr¨ªa ¡°privar inmediatamente a las personas y comunidades de sus servicios vitales¡±, incluida la atenci¨®n m¨¦dica, el apoyo a las peque?as empresas y los programas para la comunidad LGTBIQ.

¡°No es un rey¡±

La Constituci¨®n otorga al Congreso el poder de aprobar las partidas presupuestarias y obliga al Ejecutivo a desembolsar el dinero. Una ley de 50 a?os de antig¨¹edad conocida como Ley de Control de Inmovilizaciones proh¨ªbe al presidente detener los pagos de subvenciones u otros programas aprobados por el Congreso, salvo siguiendo un procedimiento tasado que necesita pasar de nuevo por el legislativo.

¡°El presidente puede vetar o apoyar leyes. Puede hacer recomendaciones al Congreso. Pero no tiene el derecho unilateral de cambiar las leyes. Trump tiene muy poco respeto por el Estado de derecho y nuestra Constituci¨®n. Nos est¨¢ llevando hacia el autoritarismo. Debemos detenerle¡±, tuite¨® el senador por Vermont Bernie Sanders. ¡°Bajo nuestro sistema de controles y equilibrios, ning¨²n presidente tiene derecho a elegir qu¨¦ leyes seguir y qu¨¦ leyes ignorar¡±, indic¨® adem¨¢s en un comunicado. ¡°Si el presidente Trump quiere cambiar las leyes de nuestra naci¨®n, tiene derecho a pedir al Congreso que las cambie. No tiene derecho a violar la Constituci¨®n de Estados Unidos. No es un rey¡±, a?adi¨®.

¡°Las acciones de la Administraci¨®n de congelar la financiaci¨®n de programas por todo el pa¨ªs en todos los departamentos es, en mi opini¨®n, el asalto m¨¢s atroz a la autoridad del Congreso en la historia de Estados Unidos. B¨¢sicamente, anula el poder del Congreso establecido en la Constituci¨®n¡±, se?al¨® en un v¨ªdeo difundido en sus redes sociales el senador por Maine Angus King, independiente alineado con los dem¨®cratas.

Incluso sus aliados reconocen la vocaci¨®n de Trump de extender su autoridad. ¡°Creo que est¨¢ poniendo a prueba los l¨ªmites de su poder, y no creo que a ninguno de nosotros nos sorprenda¡±, dijo el senador republicano por Dakota del Norte Kevin Cramer, cercano al presidente, seg¨²n recoge AP.

La disputa sobre las partidas de gasto es en realidad uno de los ¨²ltimos episodios en el intento de Trump de ampliar su poder, forzando las costuras constitucionales y el sistema de controles y equilibrios que ha definido la democracia estadounidense durante la mayor parte de sus casi 250 a?os de vida. En ¨²ltima instancia, parte de los conflictos que dirimen los jueces pueden acabar en el Tribunal Supremo, con una mayor¨ªa conservadora de seis jueces a tres, tres de ellos nombrados directamente por Trump. La portavoz de la Casa Blanca asegur¨® el lunes expresamente que el Gobierno republicano est¨¢ dispuesto a llegar al Supremo en el caso de la nacionalidad por nacimiento.

Trump es el primer presidente que recupera el cargo tras haberlo perdido desde Grover Cleveland a finales del siglo XIX. Ha asumido el poder con experiencia, rodeado de leales y con planes definidos que ejecutar, incluidas deportaciones masivas de inmigrantes, bajadas de impuestos, aranceles generalizados y desregulaci¨®n. Entre sus prioridades est¨¢ lo que llama luchar contra lo que denomina el ¡°Estado profundo¡±, que en realidad viene a traducirse en cualquier obst¨¢culo para aplicar sus pol¨ªticas.

Ha fulminado las pol¨ªticas federales de diversidad, igualdad e inclusi¨®n. Quiere reducir el tama?o de la Administraci¨®n y ha ofrecido ocho meses de sueldo a los funcionarios que prefieran dimitir en lugar de volver a la oficina para cumplir su orden de trabajo presencial. Adem¨¢s, destituy¨® a numerosos inspectores generales, una especie de interventores encargados de combatir pr¨¢cticas corruptas en las agencias y departamentos del Gobierno. En su af¨¢n de revancha, tambi¨¦n despidi¨® a los fiscales y empleados del Departamento de Justicia que le investigaron.

En su primera rueda de prensa en la Casa Blanca, a Leavitt, le preguntaron este lunes por esos despidos, que aparentemente vulneraban la ley. ¡°Esta Casa Blanca, o la Oficina del Asesor Jur¨ªdico de la Casa Blanca, cree que el presidente ten¨ªa autoridad ejecutiva para hacerlo¡±, contest¨® Leavitt. ¡°[Trump] es el jefe de la rama ejecutiva y, por lo tanto, tiene el poder de despedir a cualquier persona dentro de la rama ejecutiva que desee¡±, contest¨®. Antes de su salto a la pol¨ªtica, la frase que convirti¨® a Trump en una estrella de la telerrealidad fue precisamente: ¡°?Est¨¢s despedido!¡±.