La pesadilla que asola a los hippies en un hostal de Miami
La anciana que regenta el alojamiento estafa y roba a sus inquilinos, seg¨²n un peri¨®dico local
Un escape del ajetreado mundo modernizado en el que se ha convertido Miami. As¨ª es como se publicita el Para¨ªso Shawnee, una peque?a propiedad con casa del ¨¢rbol, bungalows y tiendas de campa?a donde el alquiler oscila entre 300 y 600 d¨®lares al mes. La propietaria y casera Cathy Chasser, una mujer con melena morada de 69 a?os, promete en su web que la casa emite una ¡°energ¨ªa m¨¢gica¡± que permitir¨¢ a los hu¨¦spedes desarrollar su creatividad as¨ª como celebrar eventos especiales en su jard¨ªn. Sin embargo, lejos de ser la comuna pac¨ªfica y espiritual que promete ser, los inquilinos que abandonan esta propiedad denuncian que han sido estafados, maltratados, acosados y que, incluso, Chasser les ha robado algunas de sus pertenencias, seg¨²n publica el peri¨®dico local New Times.
Chasser, que prefiere ser llamada con el nombre de la tribu nativa americana Shawnee, salt¨® a los medios hace cuatro a?os cuando la alcald¨ªa de Miami la denunci¨® por no tener los permisos de construcci¨®n para su casa en el ¨¢rbol. En ese momento, los titulares defend¨ªan a la ¡°abuela hippie" que quer¨ªa ¡°sentir la lluvia y escuchar los truenos desde su balc¨®n de madera¡± en su terreno lleno de plantas y cascadas. Las autoridades insist¨ªan en que la infraestructura no era estable ni segura para ser habitable y amenazaban con desalojarla. Poco despu¨¦s, el esc¨¢ndalo se ampli¨® por una denuncia de negocio de alquiler ilegal. Ella mantiene que no puede considerarse un contrato de renta lo que les exige a sus hu¨¦spedes, ya que solo les pide que participen en los gastos de la propiedad.
Los inquilinos de Shawnee han confirmado que no solo estaban obligados a pagar un alquiler, sino que deb¨ªan abonar una fianza que no se les devolvi¨® al marcharse. Brandon Hudspeth, un hu¨¦sped que se aloj¨® con ella 10 meses, narra que la casera le cobraba 300 d¨®lares por tener una tienda de campa?a en su jard¨ªn. Asegura que no pod¨ªa permitirse en ese momento otra cosa con los precios inmobiliarios al alza de Miami. Huspeth recuerda que durante la pandemia se retras¨® unas semanas con el pago de la renta y Shawnee le amenaz¨® varias veces con desahuciarle. Mientras buscaba otro sitio para vivir, la casera le alentaba a irse con reiterados cortes de luz y lleg¨® a confiscarle un paquete que le lleg¨® por correo, un delito federal en Estados Unidos. ¡°Conten¨ªa un port¨¢til que necesitaba para trabajar¡±, explica Huspeth, quien nunca consigui¨® que le devolviera el paquete. Shawnee asegura que su inquilino estaba ¡°obsesionado con destruirla¡± y que simplemente le indic¨® al repartidor de correos que esa persona no viv¨ªa en el domicilio y que el paquete fue extraviado.
After several months of interviews and research, here is my story on "Shawnee's Paradise," an allegedly dream-like commune in North Miami that for some tenants turned out to be a nightmare.https://t.co/ESV26NfY8h
— Joshua Ceballos (@JoshCeb) October 13, 2020
Brandi Barreto es otro exinquilino de Shawnee. En 2016 declar¨® en el juicio contra Chasser por regentar un albergue ilegal y detall¨® c¨®mo la propietaria le cobraba 450 d¨®lares mensuales por vivir en un bungalow dentro del terreno. Barreto recuerda que los otros hu¨¦spedes de Shawnee sol¨ªan abusar de las drogas y que una inquilina lleg¨® a morir de una sobredosis de hero¨ªna dentro de la propiedad. Adem¨¢s, se queja de que Shawnee, quien tiene por mascota a un mapache, envenen¨® a su gato con un tratamiento antiroedores que utiliz¨® dentro del terreno. Sin embargo, la casera asegura no recordar a Barreto y niega el episodio de su gato, pero reconoce que hubo una sobredosis que acab¨® con la vida de una de sus hu¨¦spedes.
Narjess Al-Awady, otra joven exhu¨¦sped, relata que adem¨¢s de pagar 500 d¨®lares mensuales por una habitaci¨®n, barr¨ªa y limpiaba para colaborar con el ambiente de comuna de Shawnee; pero acab¨® por convertirse en una obligaci¨®n. ¡°Despu¨¦s de un tiempo, se aprovech¨® de eso. A las 5 de la ma?ana llamaba a mi puerta, como una alarma sin parar, y miraba por la ventana mientras yo dorm¨ªa, dici¨¦ndome que trabajara¡±, asegura. Chasser se excusa diciendo que solo trataba de ayudar a Al-Awady porque ¡°sufre de depresi¨®n¡±, al igual que Huspeth, quien tiene problemas mentales, seg¨²n ella. Este peri¨®dico ha intentado ponerse en contacto con la propietaria, pero el n¨²mero que figura en su web es falso y el de su anuncio de alquiler en la web Craiglist est¨¢ desconectado.
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