Camino expedito para Salvador Illa
Las cinco victorias consecutivas del socialismo catal¨¢n no alientan precisamente los ensue?os de quienes como Puigdemont se ven tentados a tirar los dados una vez m¨¢s
Estas elecciones levantan un velo y despejan una inc¨®gnita en Catalu?a. La resonante victoria del socialismo catal¨¢n, que mejora incluso los resultados del 12 de mayo, despejan el camino a Salvador Illa para que negocie y ...
Estas elecciones levantan un velo y despejan una inc¨®gnita en Catalu?a. La resonante victoria del socialismo catal¨¢n, que mejora incluso los resultados del 12 de mayo, despejan el camino a Salvador Illa para que negocie y consiga la investidura como presidente de la Generalitat. La lectura catalana de las elecciones europeas ofrece pocas dudas. Hay que forzar la imaginaci¨®n pol¨ªtica hasta l¨ªmites incomprensibles para la gran mayor¨ªa de ciudadanos para persistir en la resistencia a la formaci¨®n de un gobierno dirigido por el PSC, sea en solitario, sea en coalici¨®n de izquierdas.
Durante un mes entero, desde las elecciones auton¨®micas del 12 de mayo, la ley del silencio ha imperado en los pasillos del Parlament y se ha cernido sobre la opini¨®n p¨²blica. La campa?a electoral ha llevado a ocultar cualquier negociaci¨®n o contacto para la formaci¨®n de la mesa de la c¨¢mara y, como consecuencia, para la organizaci¨®n de la investidura. El plazo legal para la constituci¨®n de la nueva legislatura se ha apurado hasta hoy mismo. Si ha habido alg¨²n tipo de acuerdo sobre la composici¨®n de la mesa y el nombre del nuevo presidente o incluso sobre la investidura, nadie tiene noticia ni lo conoce.
No pod¨ªa ser de otra forma dado el inc¨®modo solapamiento entre el arranque de la legislatura catalana y la campa?a para las elecciones europeas. Habr¨ªa interferido en la campa?a electoral cualquier pacto alcanzado en este intervalo, ya fuera el de los tres partidos de izquierdas para la investidura de Illa, ya el de los partidos independentistas para hacerse con la mesa y condicionar la investidura o incluso catapultar a Puigdemont. El pacto tripartito hubiera sido inconveniente para Comunes y Esquerra, pero el pacto independentista, reclamado como anti represivo tras la sentencia del Constitucional que inhabilita el voto telem¨¢tico de Carles Puigdemont y de Llu¨ªs Puig, habr¨ªa estimulado en cambio el voto soberanista. De ah¨ª se deducir¨ªa que no puede haberse producido y en consecuencia cabe dar por altamente improbable la intentona de repetici¨®n electoral alentada por Puigdemont.
Adem¨¢s de terminar con la incertidumbre, las elecciones europeas tienen una traducci¨®n catalana que se resuelve en un triple aval: para el socialismo catal¨¢n y su centralidad dentro del PSOE; para la amnist¨ªa que permiti¨® la investidura de Pedro S¨¢nchez y para Salvador Illa con su prop¨®sito de pasar p¨¢gina a la d¨¦cada perdida en Catalu?a. Incluso la ca¨ªda en la participaci¨®n permite una interpretaci¨®n pr¨¢ctica respecto al cansancio del electorado y la inhibici¨®n de los votantes independentistas: que nadie insista en dar la lata con unas nuevas elecciones. Las cinco victorias consecutivas del socialismo catal¨¢n no alientan precisamente los ensue?os de quienes como Puigdemont se ven tentados a tirar los dados una vez m¨¢s, en un gesto propio de los perdedores empedernidos, siempre dispuestos a seguir tentando la suerte ante la ruleta hasta quedar desplumados.
Nadie puede dar ya p¨¢bulo a las fantas¨ªas que tanto entusiasmaban al PP, a Vox y a los desaparecidos Ciudadanos sobre la marcha inexorable hacia el refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n o incluso sobre la investidura de Puigdemont a cambio de la estabilidad para S¨¢nchez. Ten¨ªa raz¨®n el l¨ªder popular catal¨¢n Alejandro Fern¨¢ndez cuando dio por terminado el proceso secesionista, y no la ten¨ªa Alberto Feij¨®o con su interesada visi¨®n apocal¨ªptica sobre el futuro de la integridad de Espa?a. La desautorizaci¨®n del independentismo es tan clamorosa como la ratificaci¨®n de la hegemon¨ªa socialista e incluso supera a la que ha sufrido el Partido Popular.
De nada servir¨¢ seguir dilatando el inicio de una nueva etapa. Catalu?a no puede esperar m¨¢s. El chicle del proc¨¦s no da m¨¢s de s¨ª. Quien siga estir¨¢ndolo se alejar¨¢ de la centralidad donde se definir¨¢ el futuro hasta arriesgarse a perder toda relevancia. Las elecciones europeas mandan un mensaje indiscutible a Junqueras y a Puigdemont. Ha llegado la hora de la rectificaci¨®n y de la renovaci¨®n, de las estrategias y de los liderazgos. Valen para los dos dirigentes secesionistas las palabras de Gorbachev al dirigente comunista alem¨¢n Erich Honecker pocas semanas antes de la ca¨ªda del Muro de Berl¨ªn: ¡°La historia castiga a quienes llegan tarde¡±.