La mano de Dios
Los efectos devastadores de la pandemia en EE UU juegan en contra de las aspiraciones de Donald Trump
Lo que va mal puede ir peor. Eso lo estamos comprobando d¨ªa a d¨ªa. La vida colectiva parece ensombrecerse por momentos. Y, a veces, un incidente pu?etero complica a¨²n m¨¢s las cosas. El caso es que al reportero se le muere el tel¨¦fono m¨®vil. Tiene que acudir a un almac¨¦n de la cadena Best Buy en el centro de Miami para comprar uno nuevo (600 del ala) y su humor vira hacia lo m¨¢s oscuro. No sabe muy bien qu¨¦ anotar en su peque?o diario de las elecciones, est¨¢ comprobando que la lluvia de jornadas anteriores era una bendici¨®n co...
Lo que va mal puede ir peor. Eso lo estamos comprobando d¨ªa a d¨ªa. La vida colectiva parece ensombrecerse por momentos. Y, a veces, un incidente pu?etero complica a¨²n m¨¢s las cosas. El caso es que al reportero se le muere el tel¨¦fono m¨®vil. Tiene que acudir a un almac¨¦n de la cadena Best Buy en el centro de Miami para comprar uno nuevo (600 del ala) y su humor vira hacia lo m¨¢s oscuro. No sabe muy bien qu¨¦ anotar en su peque?o diario de las elecciones, est¨¢ comprobando que la lluvia de jornadas anteriores era una bendici¨®n comparada con el ardor despiadado del sol en el sur de Florida y, en fin, piensa que lo que va mal puede ir peor.
Mientras espera a que el empleado encuentre un Samsung que no sea de color rosa, el reportero escucha discutir a una pareja. Hombre y mujer, por debajo de los cuarenta, blancos, angloparlantes. ?l lleva en la camiseta una pegatina que dice que ya ha votado. El tono que emplean sugiere que conviven: s¨®lo al c¨®nyuge se le dispensa una mala leche tan concentrada.
?l le dice a ella, con bastante rabia, que de no ser por el coronavirus no ser¨ªan siquiera necesarias las elecciones porque Donald Trump habr¨ªa sido reelegido por aclamaci¨®n. Ella, posiblemente favorable a Joe Biden y los dem¨®cratas, pronuncia entonces una frase de las que se anotan en el cuaderno: ¡°Then it was the hand of God, OK?¡± (Entonces fue la mano de Dios, ?no?). Eso tan maradoniano de ¡°la mano de Dios¡± deja al reportero cavilando.
En otras circunstancias, lo suyo habr¨ªa sido aproximarse y preguntar. En las circunstancias que se dan, mejor mantener la distancia social: inmiscuirse en la discusi¨®n de una pareja nunca dio buenos resultados.
El caso es que el hombre que ya ha votado puede tener bastante raz¨®n. Se piense lo que se piense sobre Donald Trump (y es sensato pensar cosas muy malas), la econom¨ªa estadounidense iba como un cohete hasta que apareci¨® la maldita covid-19. Los sondeos reflejaban un nivel elevado de aprobaci¨®n a la gesti¨®n del presidente. Muchos ciudadanos le odiaban, cierto, pero los bolsillos rebosaban. Resulta obvio que la pandemia, proceda de la mano de Dios o de donde sea, ha complicado mucho los planes de Trump y ha dado ox¨ªgeno a los dem¨®cratas. Como prueba, un tuit presidencial de ayer mismo que, traducido, dice m¨¢s o menos: ¡°Los medios de las noticias falsas montan la covid, covid, covid todo el rato hasta las elecciones. ?Perdedores!¡±.
Con m¨¢s de 225.000 muertos y cerca de nueve millones de infectados en Estados Unidos, tiene bastante sentido que los medios y la gente hablen de la pandemia. Tambi¨¦n tiene sentido, dentro de la l¨®gica trumpiana, que el candidato a la reelecci¨®n intente minimizar el peor desastre sufrido por la humanidad en los ¨²ltimos 70 a?os, y su desastrosa gesti¨®n desde febrero. ¡°Todo va bien, estamos a punto de superarlo¡±, dijo durante un mitin el pasado fin de semana. Los datos indican lo contrario. Pero lo que Trump y los suyos necesitan grabar en la mente del electorado es el baj¨ªsimo desempleo (3%) previo a la irrupci¨®n de la covid. Cuanto menos piensen los votantes en la enfermedad y m¨¢s piensen en la econom¨ªa (la de antes y, seg¨²n Trump, la que volver¨¢ pronto), m¨¢s posibilidades tiene de quedarse en la Casa Blanca.
Ocurre que es muy dif¨ªcil ignorar el desastre. Incluso en Miami, un condado pr¨®spero y caracterizado por el optimismo, el ambiente est¨¢ cargado de tristeza. Y de virus. En Florida, el desempleo ha subido hasta el 6,8%. En el conjunto de Estados Unidos, hasta el 7,9%. Nunca desde la Segunda Guerra Mundial, recuerda el Financial Times, un presidente ha intentado ganar un segundo mandato con tanta gente sin trabajo. Por eso Trump, al que Dios o la naturaleza o una conspiraci¨®n china (elijan la opci¨®n que prefieran) ha jugado una mala pasada, se esfuerza en hablar del pasado y del futuro. Y hace como si la pandemia fuera una minucia y el oscuro presente no existiera.
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