Georgia vive unas elecciones hist¨®ricas: ¡°Ha venido gente que no votaba desde hace 20 a?os¡±
La masiva participaci¨®n en el Estado sure?o marca una jornada electoral que definir¨¢ el poder de maniobra del Gobierno de Joe Biden
Antes de que abrieran los colegios electorales este martes en el Estado de Georgia, ya hab¨ªan votado de manera anticipada o por correo m¨¢s de tres millones de ciudadanos (de los alrededor de 7,7 millones registrados). Una cifra sin precedentes en una segunda vuelta para asignar esca?os en el Senado, que muestra el gran tir¨®n de una cita en la que los dem¨®cratas de Joe Biden se jugaban obtener los dos puestos en liza y la mayor¨ªa del Senado, qu...
Antes de que abrieran los colegios electorales este martes en el Estado de Georgia, ya hab¨ªan votado de manera anticipada o por correo m¨¢s de tres millones de ciudadanos (de los alrededor de 7,7 millones registrados). Una cifra sin precedentes en una segunda vuelta para asignar esca?os en el Senado, que muestra el gran tir¨®n de una cita en la que los dem¨®cratas de Joe Biden se jugaban obtener los dos puestos en liza y la mayor¨ªa del Senado, que desde hace seis a?os est¨¢ en manos de los republicanos. La carrera contra los candidatos republicanos, como en las presidenciales, se augura muy ajustada, por lo que los resultados definitivos pod¨ªan retrasarse.
Los dem¨®cratas llegaron a los centros de votaci¨®n inundados de ilusi¨®n. En el centro recreativo C. T. Martin, en el sureste de Atlanta, los electores, casi todos afroamericanos, confiaban en que el reverendo Raphael Warnock y el realizador de documentales Jon Ossoff se impondr¨ªan sobre sus contrincantes, los senadores republicanos Kelly Loeffler y David Perdue, respectivamente.
En el recinto, Clenetta, de 33 a?os, remit¨ªa a lo sucedido en Georgia en las elecciones presidenciales del pasado noviembre, cuando el Estado sure?o vot¨® por primera vez desde 1992 por un presidente dem¨®crata, convirti¨¦ndose en el ¨²nico oasis azul en el llamado ¡°cintur¨®n b¨ªblico¡± del sur. ¡°Creo que estos candidatos pueden velar por los problemas que afrontamos en la comunidad negra¡±, afirm¨®. Jerald Hogan, de 46 a?os, tambi¨¦n conf¨ªa en un vuelco: ¡°Por primera vez en mi vida creo que las cosas van a cambiar¡±.
Georgia es el segundo Estado con mayor poblaci¨®n afroamericana del pa¨ªs (33,5%), seg¨²n las estimaciones del censo de 2019. En un a?o marcado por las protestas raciales m¨¢s multitudinarias desde el asesinato a Martin Luther King en 1968, la tierra del l¨ªder activista alcanz¨® cifras hist¨®ricas de participaci¨®n electoral. Una movilizaci¨®n de la comunidad negra y de los j¨®venes dio el triunfo a Biden en noviembre por menos de 12.000 votos frente a Donald Trump. El trabajador social Ayslee Hook, de 49 a?os, que siempre ha votado, explica que los j¨®venes de su familia nunca hab¨ªan votado porque no sab¨ªan ¡°la importancia y el poder¡± de su voz. Sin embargo, para esta segunda vuelta al Senado, todos acudieran a las urnas.
Las colas ante los colegios electorales avanzaban con fluidez al mediod¨ªa, una imagen muy diferente de la de las primarias de junio pasado para elegir candidatos a senadores, la C¨¢mara de representantes y cargos estatales. En aquella ocasi¨®n se vio a electores esperando m¨¢s de ocho horas. Susan Caolo, voluntaria de 67 a?os, colabor¨® en esas primarias y este martes ha repetido el plato. ¡°Quiero ver con mis propios ojos c¨®mo se da vuelta el Estado. Ha venido gente que no votaba desde hace 20 a?os¡±, afirma.
La mayor¨ªa de los barrios en los que ha habido problemas en la m¨¢quinas y largas filas en ocasiones anteriores son los de las minor¨ªas ¨¦tnicas, donde las restrictivas leyes electorales suelen perjudicarles para ejercer su derecho. Miles Centrella, voluntario de 21 a?os, se ha encargado durante la ¨²ltima semana de tocar a las puertas en estos vecindarios para asegurarse de que la gente votara con antelaci¨®n o participe este martes. ¡°El 80% de las casas a las que fui me dijeron que ya hab¨ªan votado por correo¡±, afirma en el centro de Atlanta. Centrella ha sido parte del ej¨¦rcito movilizador que fund¨® la activista dem¨®crata y abogada Stacey Abrams para incentivar el voto de las minor¨ªas.
Los dem¨®cratas atribuyen a Abrams la movilizaci¨®n de 800.000 votantes en las presidenciales, casi el 50% afroamericanos de entre 30 y 45 a?os. Por eso, el lunes, cuando el presidente electo Biden arranc¨® su mitin de cierre de campa?a en Atlanta, lo primero que hizo fue darle las gracias. ¡°Stacey cambi¨® Georgia. Stacey cambi¨® Estados Unidos¡±, exclam¨® Biden. En el acto de apoyo a los dos candidatos a senadores, El dem¨®crata no mencion¨® las presiones que ejerci¨® Trump sobre el secretario de Estado de Georgia, el republicano Brad Raffensperger, el pasado fin de semana, cuando le inst¨® a que ¡°encontrase¡± los votos suficientes para revertir la victoria del dem¨®crata. Aunque s¨ª ironiz¨®: ¡°No s¨¦ para qu¨¦ quiere el puesto, si no quiere hacer el trabajo¡±.
Trump, por su parte, acudi¨® la misma jornada a la ciudad de Dalton, donde volvi¨® a criticar a Raffensperger y amenaz¨® con volver al Estado en un a?o y medio para hacer campa?a contra el gobernador, ambos miembros de su partido que niegan las acusaciones de fraude en noviembre. ¡°No se van a llevar esta Casa Blanca. Vamos a luchar hasta el final¡±, areng¨®.
Los primeros datos de participaci¨®n en la segunda vuelta al Senado suger¨ªan una alta participaci¨®n entre los votantes negros, la base del electorado dem¨®crata de Georgia. M¨¢s de 100.000 ciudadanos que no participaron en las elecciones de noviembre solicitaron su papeleta por correo, un sistema impulsado principalmente por las autoridades dem¨®cratas para dar seguridad en tiempos de pandemia. Por su parte, los republicanos se concentraron en dinamizar su base de hombres blancos y votantes de las zonas rurales, que tienden a votar el mismo d¨ªa de las elecciones. Sobre las urnas planeaba la inc¨®gnita de la posible influencia de las acusaciones infundadas de Trump y las presiones para revertir los resultados en Georgia en los resultados de los candidatos republicanos, que se han mantenido fieles al mandatario.
Feudo conservador
Los republicanos nunca han perdido una segunda vuelta electoral en la historia moderna de Georgia, ya que la participaci¨®n dem¨®crata tradicionalmente es inferior en comparaci¨®n a las presidenciales. Pero el feudo conservador ha experimentado un cambio demogr¨¢fico en la ¨²ltima d¨¦cada que puede cambiar las cosas. La inmigraci¨®n a la capital y las ¨¢reas residenciales de minor¨ªas ¨¦tnicas y profesionales de la industria cinematogr¨¢fica favorecen al Partido Dem¨®crata. El n¨²cleo del ¨¢rea metropolitana de Atlanta no ha dejado de extenderse y ya representa casi la mitad del electorado del Estado.
De ganar los dem¨®cratas los dos esca?os en liza, el Senado estar¨ªa dividido en 50 esca?os para ellos y 50 para los republicanos. Por ley, cuando esto sucede, es el vicepresidente el que desempata. En este caso, la vicepresidenta electa, Kamala Harris. Este escenario no ser¨ªa garant¨ªa de que Biden pueda sacar adelante todo su programa, ya que las leyes m¨¢s importantes deben contar con 60 votos en el Senado, pero s¨ª le dar¨ªa holgura para otras sacar adelante otras normas. Un Senado a¨²n en manos republicanas les dar¨ªa la capacidad de bloquear gran parte de la agenda presidencial. Con tanto en juego, los partidos han gastado casi 500 millones de d¨®lares (406,5 millones de euros) en la campa?a.
Los candidatos
La senadora republicana Kelly Loeffler, de 50 a?os, fue designada hace un a?o para el cargo tras retirarse otro legislador problemas de salud. La acaudalada exempresaria dice ser un ejemplo del ¡°sue?o americano¡±. Es copropietaria del equipo de baloncesto femenino Atlanta Dream. Una realidad muy distinta de la de su contrincante, el reverendo Raphael Warnock, de 51 a?os, que predica desde hace m¨¢s de 15 en la Iglesia Bautista Ebenezer. El republicano David Perdue, de 71 a?os, tambi¨¦n es uno de los miembros m¨¢s ricos del Senado. Fiel seguidor de Trump, la recta final de campa?a la ha pasado en cuarentena por un contacto con un contagiado por coronavirus. Su oponente, Jon Ossoff, de 33 a?os, es realizador de documentales y una cara nueva del partido dem¨®crata.
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