A la caza del ¨²ltimo voto en Georgia, el Estado bisagra que puede decidir el control del Senado
La zona ha pasado en la ¨²ltima d¨¦cada de formar parte del cintur¨®n conservador a aumentar su inclinaci¨®n dem¨®crata y a convertirse en un microcosmos del universo electoral de EE UU
Quiz¨¢s habr¨¢ ayudado que su colegio electoral est¨¦ instalado en una catedral ¡ªla de San Felipe en Buckhead, al norte de Atlanta¡ª, pero el matrimonio Drake, ambos de 63 a?os, sale de votar con el gesto solemne de quien acaba de asistir a una ceremonia religiosa. Los dos, due?os de un restaurante de ¨¦xito, est¨¢n de acuerdo: no quieren revelar a qu¨¦ partido han apoyado, pero tampoco cuesta mucho deducirlo. Sus declaraciones las suscribir¨ªa el gobernador Brian Kemp o el aspirante a senador Herschel Walker, ambos republicanos. ¡°Lo que m¨¢s nos preocupa es el crimen. Queremos ley y orden. El crimen e...
Quiz¨¢s habr¨¢ ayudado que su colegio electoral est¨¦ instalado en una catedral ¡ªla de San Felipe en Buckhead, al norte de Atlanta¡ª, pero el matrimonio Drake, ambos de 63 a?os, sale de votar con el gesto solemne de quien acaba de asistir a una ceremonia religiosa. Los dos, due?os de un restaurante de ¨¦xito, est¨¢n de acuerdo: no quieren revelar a qu¨¦ partido han apoyado, pero tampoco cuesta mucho deducirlo. Sus declaraciones las suscribir¨ªa el gobernador Brian Kemp o el aspirante a senador Herschel Walker, ambos republicanos. ¡°Lo que m¨¢s nos preocupa es el crimen. Queremos ley y orden. El crimen es terrible aqu¨ª en Atlanta. Queremos salir por la noche y no estar preocupados de que pueda pasarnos algo¡±.
Detr¨¢s de ellos est¨¢ Steve, estudiante de 26 a?os. Ha votado dem¨®crata en estas elecciones de medio mandato: por la candidata a gobernadora Stacey Abrams y por el senador Raphael Wharnock: ¡°Comparten mis valores. Apoyan el derecho al aborto y al voto, la necesidad del control de las armas, el respeto al medio ambiente¡±.
Pocos Estados est¨¢n m¨¢s divididos y tan a partes iguales entre republicanos y dem¨®cratas como Georgia. Aqu¨ª, cada voto cuenta. Este Estado bisagra fue clave en las ¨²ltimas elecciones. En 2020 propuls¨® por apenas 11.000 votos a Joe Biden a la Casa Blanca y dio la mayor¨ªa a los dem¨®cratas en el Senado tras una ag¨®nica votaci¨®n en segunda vuelta.
En esta nueva convocatoria, ¡°el ganador en Georgia puede determinar qui¨¦n tendr¨¢ el control del Senado¡±, apunta el profesor Bernard Fraga, de la Universidad de Emory, y con ello el control de la agenda legislativa. Las encuestas arrojan un empate t¨¦cnico entre el senador dem¨®crata Raphael Warnock y su oponente republicano, Hershchel Walker, una antigua estrella del f¨²tbol americano bendecido por el expresidente Donald Trump. Dado que ahora ambos partidos cuentan con 50 esca?os en el Senado ¨Del voto de la vicepresidenta Kamala Harris rompe el empate¨D, quien gane, puede dejar la c¨¢mara en manos de su partido.
El inter¨¦s es enorme. La participaci¨®n se promete hist¨®rica. Cuando el viernes se cerr¨® el plazo para el voto anticipado, 2,5 millones de personas hab¨ªan entregado su papeleta en este Estado de 10 millones de habitantes. Los analistas calculan que al cierre de los colegios puede que hayan votado unos 4,5 millones de ciudadanos.
La transformaci¨®n de Georgia en centro del universo electoral estadounidense habr¨ªa sido impensable hace unos a?os, cuando el Estado formaba parte indiscutible del Bible Belt, el cintur¨®n conservador del sur del pa¨ªs. Pero es indicativo de c¨®mo Georgia se ha convertido en un microcosmos del pa¨ªs y de sus contradicciones internas. Origen del movimiento por los derechos civiles, pero que durante d¨¦cadas fue intensamente republicano. De econom¨ªa vibrante, pero con una inflaci¨®n superior a la media nacional de un 8,2% y con un sector de la vivienda de precios disparados. Sede de algunas de las compa?¨ªas m¨¢s emblem¨¢ticas del pa¨ªs ¨DCoca-Cola, CNN, la aerol¨ªnea Delta¨D, cuyos logos relucen sobre lo alto de sus modernos rascacielos; pero a cuyos pies personas sin techo hurgan entre la basura. Con una capital, Atlanta, considerada una de las ciudades m¨¢s atractivas para residir para los j¨®venes; pero de zonas profundamente rurales y conservadoras.
Cambio demogr¨¢fico
Georgia ha vivido en la ¨²ltima d¨¦cada un profundo cambio demogr¨¢fico, donde el crecimiento de su poblaci¨®n dobla el de la media del pa¨ªs y aumenta la proporci¨®n de las minor¨ªas. Una poblaci¨®n m¨¢s joven y diversa ¨Dla poblaci¨®n afroamericana representa un 30% m¨¢s que en la media del pa¨ªs¨D ha aumentado el voto dem¨®crata. El Estado ha dejado de ser completamente republicano para convertirse en bisagra.
Las divisiones, casi exactamente a la mitad, son evidentes en la contienda electoral. Las encuestas apuntan a la reelecci¨®n del gobernador Kemp en detrimento de la candidata dem¨®crata Abrams, como ocurri¨® en 2020. Kemp ha prometido bajar los impuestos para combatir la inflaci¨®n, que considera provocada por la pol¨ªtica econ¨®mica de Biden. Abrams habla de la defensa del derecho al voto y al aborto. Pero es la pelea entre Warnock y Walker la que puede decidirse por un pu?ado de votos.
Es dif¨ªcil encontrar dos candidatos m¨¢s diferentes. Los dos son afroamericanos. El dem¨®crata, Warnock, es un reverendo que hace continua gala de su erudici¨®n. Y el republicano, Walker, una antigua estrella del f¨²tbol americano que gan¨® las primarias republicanas gracias al apoyo de Trump, y que alardea de no ser tan brillante intelectualmente como su rival. Ha hecho campa?a apelando a sus convicciones religiosas y antiaborto. Pero su pasado es turbulento. Ha presumido de una carrera militar que no tuvo, ha mentido sobre su trabajo en seis hospitales y resurgieron acusaciones de malos tratos a su exesposa. Dos mujeres le han acusado de presionarlas para que se sometieran a un aborto. Su propio hijo, un influencer conservador, le ha acusado de hipocres¨ªa.
Pero con una poblaci¨®n muy polarizada, el candidato republicano no parece atraer a la minor¨ªa afroamericana, que vota en muy amplia proporci¨®n por los dem¨®cratas. ¡°Su campa?a est¨¢ pensada para apelar a los votantes blancos, no para conseguir votos entre las personas de raza negra¡±, apunta el profesor Fraga.
De no conseguir ninguno el 50% de los votos ¡ªse presenta un tercer candidato libertario, Chase Oliver, al que los sondeos adjudican un apoyo del 1%¡ª, la legislaci¨®n estatal obliga a una segunda vuelta, que se disputar¨ªa el 6 de diciembre. Si los dos partidos quedan igualados, esta norma alargar¨ªa la incertidumbre sobre el control del Senado un mes m¨¢s.
Una nueva y pol¨¦mica ley electoral
Con todo en juego, y distancias m¨ªnimas en los n¨²meros de votos ¨Dque ya sirvieron de base a Trump para sus acusaciones sin fundamento de fraude electoral en 2020¨D, una de las grandes preocupaciones en las elecciones de Georgia, al menos entre los dem¨®cratas, es el acceso al derecho al sufragio, especialmente entre las minor¨ªas.
En 2021, la legislatura estatal aprob¨® una pol¨¦mica medida, la Ley de Integridad Electoral, m¨¢s conocida como SB202. Esta norma limita el voto por correo, impide proveer de comida y agua a quienes esperan en las colas para votar y ha reducido los buzones electorales. Tambi¨¦n permite a cualquiera observar el proceso electoral, algo que los dem¨®cratas temen que pueda llevar a la intimidaci¨®n de los votantes o a poner en peligro el secreto del voto.
Los defensores de la medida aseguran que garantiza la limpieza de los sufragios. Sus cr¨ªticos, que impide el derecho al voto entre las minor¨ªas. ¡°Trump perdi¨® por solo 11.000 votos en 2020 en Georgia, y ser¨ªa preocupante si 11.000 personas no pueden votar porque votar por correo es dif¨ªcil. Somos un Estado muy p¨²rpura (muy mezclado entre el rojo republicano y el azul dem¨®crata). Ser¨ªa muy preocupante que no todo el mundo pudiera votar¡±, apunta el alcalde de Atlanta, Andre Dickens, dem¨®crata. Dickens insiste en que los centros de votaci¨®n para este martes, que se esperan muy concurridos, ser¨¢n seguros, protegidos por polic¨ªas que ¡°evitar¨¢n que haya violencia o amenazas¡± sobre los votantes. ¡°Queremos que los republicanos acepten el resultado electoral y no se repita lo que pas¨® con Trump¡±, a?ade.
Bianca a¨²n no tiene edad para votar, pero a sus 16 a?os ya sabe que quiere estudiar Ciencias Pol¨ªticas. Con cara seria, gafas redondas y un jersey lleno de insignias en favor de la candidata dem¨®crata a gobernadora, marcaba, concentrada, n¨²mero tras n¨²mero de tel¨¦fono la noche del lunes. Su objetivo, como el de todos los voluntarios reunidos en una conocida cervecer¨ªa de Atlanta, era contactar con los ¨²ltimos indecisos y persuadirles de que acudan a las urnas este martes.
A pocos kil¨®metros, en el coraz¨®n del barrio O4W de Atlanta, donde Martin Luther King vivi¨®, predic¨® y est¨¢ enterrado, el supervotante ¨Dcomo se denomina al que ha participado en las cuatro ¨²ltimas citas electorales¨D Torrey Balam agotaba los ¨²ltimos momentos para movilizar a los residentes de Cosby Spear. Luciendo una camiseta de su candidata de distrito, promete a las puertas de esta residencia de ancianos, en su mayor¨ªa afroamericanos de clase modesta, organizar personalmente veh¨ªculos que les transporten para que puedan ir a las urnas.¡°Cargar¨¦ sobre mis hombros esta responsabilidad, pero no quiero que nadie se quede sin votar¡±, insiste.
Por su parte, el gobernador Kemp, en una breve rueda de prensa celebrada en un aer¨®dromo de las afueras, llamaba tambi¨¦n a los ciudadanos a participar: ¡°Si acude mucha gente, los republicanos tendremos buenas noticias¡±. Mientras, en la cervecer¨ªa donde Bianca continuaba sus llamadas, su padre aseguraba que ¨¦l s¨ª votar¨¢: ¡°Por supuesto¡±. ?Qui¨¦n ganar¨¢? ¡°Uf¡±, sonre¨ªa, ¡°eso ya est¨¢ m¨¢s complicado¡±.
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